lunes, 16 de junio de 2014

Día 4: Miércoles 16 junio 2010 Mercadoiro-Palas del Rei



Dormimos estupendamente (9 horas del tirón) y por la mañana teníamos fuerzas suficientes para comernos el mundo entero. Hasta Portomarín quedaban unos 5 Km., los cuales fueron sencillos hasta la entrada a la ciudad, pues se debe bajar una empinada cuesta abajo. Nosotros tuvimos que hacerla de espaldas, mitad para reservar fuerzas, mitad por necesidad absoluta.


Portomarín tiene una iglesia similar a la Seo de Lisboa, aunque en pequeño. San Nicolás de Portomarín es un auténtico templo-fortaleza, el cual perteneció a la Orden de San Juán de Jerusalén. Como curiosidad os comentaré que el templo fue trasladado a su ubicación actual, piedra a piedra, debido al embalse de Belesar. Me hubiera gustado verla en su interior, pero tan temprano estaba cerrada y no íbamos a retrasarnos en nuestro recorrido. Tras ver una pequeña ermita por fuera y comprar unos donuts de chocolate para el camino seguimos nuestro trayecto atravesando el río Miño por un puente metálico.

Portomarín


Los siguientes kilómetros los hicimos decentemente manteniendo una media de 3,5 Km. /hora. Teniendo en cuenta las condiciones que traíamos era una media muy decente. La subida por el monte de San Antonio, tras salir de Portomarín no es muy dura, apenas un kilómetro, y luego el camino transcurre bastante llano. Fuimos pasando aldeas (Gonzar, Hospital…) y caminando junto a la carretera por boscosos parajes. Hasta Ligonde (llevaríamos entonces unos 21 Km. realizados) llegamos con las fuerzas aún intactas, pero a partir de aquí fue un suplicio. Pasamos algo más de 5 Km. de bajada pura y dura, soportándola gracias a que el camino estaba en muy buen estado. Si hasta ahora habíamos ido adelantando peregrinos, ahora nos tocaba dejar paso a los demás, pues más que andar nos medio arrastrábamos.

Llegamos a Palas de Rei a las 16:00h, totalmente exhaustos. El albergue municipal es relativamente nuevo y volveríamos a dormir acompañados por algo más de medio centenar de peregrinos. Tras dejar nuestras cosas sentimos desfallecer. Teníamos que comer algo rápido y nos arrastramos como unos auténticos zombis a la cazza de algún bar.

Comimos en un restaurante cercano viendo perder a España contra Suiza 1-0 en nuestro partido inaugural. Si en ese momento me dicen que España sería finalmente la campeona del mundo del Mundial de Futbol de Sudáfrica no lo hubiera creído.

Después nos aseamos, hicimos la colada y mi mujer se acercó a un puesto de la cruz roja para que la curaran las ampollas. La vendaron los pies y la advirtieron que realizara una etapa corta al día siguiente.

Hoy habíamos recuperado los kilómetros que no pudimos hacer la etapa anterior, pero el coste había sido muy alto. En total debimos recorrer algo más de 30 Km., pero al final dábamos auténtica lástima.



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