Hoy
vamos a tratar un tema peliagudo: la doctrina política del ius in bello, que significa el “derecho de guerra”. Es decir,
cuando un país no tiene más opción que enfrentarse a un estado contrario por
medio de las armas. En ese caso, el derecho internacional regula una serie de
posibilidades que pueden justificar el inicio de las confrontaciones.
Aunque
podáis pensar que este es un tema que no nos afecta en la actualidad, lo cierto
es que todo inicio de una guerra está justificado por un motivo concreto, el
llamado casus belli, es decir, el
“motivo de guerra”. Y los estados guardan mucho cuidado de justificar todas sus
acciones para hacerse parecer inocentes y obligados a luchar. Si en un pasado
se debía justificar el comienzo de una guerra ante los nobles o las clases
privilegiadas, ahora deben hacerlo ante la poderosa opinión pública.
Por
supuesto, en la mayoría de ocasiones, los casus
belli tomados como excusa para el inicio de hostilidades no son sino meras
pantallas para ocultar los verdaderos intereses. ¿Y saben quién inició todo
esto? Pues tenemos un magnífico ejemplo en la historia antigua y, en concreto,
en la guerra entre Roma y Cartago. ¿Queréis descubrirlo?