Yo no necesito lentes ocupacionales

Este año voy a realizar varios artículos donde abordaré distintos tipos de soluciones ópticas específicas para actividades muy concretas de nuestra vida diaria. Mi objetivo es mostraros hasta que punto la tecnología óptica puede realizar soluciones a medida según las necesidades de los pacientes.

Las lentes ocupacionales son una de las soluciones ópticas que más me gustan de todos las opciones de personalización posibles. Y me gustan porque son capaces de otorgarnos una visión muy cómoda tanto en distancias cortas como intermedias.

¿Queréis saber que son las lentes ocupacionales?

Antes de empezar a explicar este tipo de lentes en profundidad voy a demostraros, de forma sencilla, porqué todas las personas présbitas deberían utilizar este tipo de lente desde el inicio de su vista cansada.

Ya hemos explicado en otros artículos que la presbicia consiste en la incapacidad del ojo para observar objetos próximos. Nuestro “zoom” natural (la acomodación) empieza a fallarnos y debemos alejarnos las cosas para verlas correctamente.

Cuando el brazo no da más de sí, muchas personas acuden a la óptica. ¿Han ganado algo esperando a estar tan incómodos? Realmente nada. En todo caso han perdido parte de sus reservas acomodativas, las cuales están sometidas a gran nivel de estrés.

En la óptica, muchas personas escogen como solución a sus problemas una gafa para cerca. La elección de esta solución óptica no se rige por la salud visual, sino por el precio (¡que lamentable!).

Esta solución sería apropiada siempre y cuando utilizáramos una sola distancia de trabajo en cerca. Pero ese no es el caso de casi ningún paciente que va a la óptica. ¿Por qué? Pensemos un poco cómo nos manejamos en cerca.

Nosotros cogemos un papel, para leerlo, a unos 35-40 cm. Nuestra pantalla de ordenador puede estar a 65-75 cm. Y la encimera de la cocina o la tabla de la plancha la podemos tener a cerca de un metro. A estas tres distancias debemos sumar otras muchas, pues en el entorno de nuestras manos siempre manejamos varias distancias diferentes.

Ejemplo de varias distancias de trabajo en visión próxima

Anteriormente, cuando nuestra acomodación estaba en pleno funcionamiento, todas las distancias eran perfectamente abarcables con ella. Nuestro ojo se adaptaba a todas las distancias variando, constantemente, la graduación por medio del cristalino. Pero ahora ya no tenemos la acomodación a pleno rendimiento y necesitamos ayudarla. Con una gafa sólo de cerca no la ayudamos demasiado. ¿Por qué?

La graduación de una gafa, las dioptrías, están relacionadas con la distancia, expresada en metros, en una relación matemática inversa. Hablando en cristiano: D = 1/F donde D son dioptrías y F el punto focal expresado en metros.

Con la fórmula anterior tenemos que una lente de dos dioptrías está enfocada a 0,5 metros. Es decir, la graduación de una gafa está directamente relacionada con la distancia de trabajo.

Por tanto, si elegimos realizarnos  una gafa de cerca para compensar nuestra presbicia sólo estaremos compensando una de las muchas distancias próximas que utilizamos habitualmente.

¿Cómo podemos ver el resto de distancias con la gafa? Realizando un esfuerzo acomodativo suplementario.

¿Es eso saludable? De ningún modo. Tan sólo hemos rebajado el nivel de estrés de nuestra acomodación, desde un límite intolerable que produce molestias a otro medianamente tolerable.

En mi opinión nunca entendí porque optar por una solución que medio arregla el problema cuando tenemos opciones que nos lo solucionan definitivamente. Es ganas de sufrir por sufrir. Puro masoquismo incomprensible para mí.

Por poner un símil es como ir al dentista por tener molestias. Te descubren una muela picada y otra con indicios de seguir pronto el mismo camino. Bueno, pues arregle esta que me molesta y la otra la dejamos para cuando de la cara. Una solución muy lógica, ¿verdad? Mejor arreglarse la mitad.

Todos coincidiréis conmigo que, salvo por temas económicos, nadie esperaría a solucionarse un problema bucal cuando fuera demasiado tarde. Pues en óptica esto es el pan de cada día. Personas que prefieren medio arreglar sus problemas antes que solucionarlos definitivamente.

Algunos pensaréis que se trata de temas económicos. Pero no es verdad. Al contrario, muchos pacientes se niegan a realizarse un ocupacional cuando su precio es menor a la ropa que llevan en ese momento puesta. ¡Una pena que los lentes no lleven un cocodrilo verde de serie!

Volviendo al tema que nos ocupa, con unos lentes ocupacionales nuestro ojo está cómodo a todas las distancias próximas. Se trata de una gafa de cerca con diferentes graduaciones, lo que nos permite tener un campo visual muy amplio en distancias intermedias y cercanas.

El nivel de personalización de estos lentes es tal que se pueden pedir dependiendo de las necesidades de los pacientes. Los diseños de estos lentes tan específicos varían dependiendo de las distintas distancias de trabajo y de la actividad concreta.

Por ejemplo, en visión intermedia se puede personalizar cual es la distancia que deseamos ver, entre 4 metros y 65 cm. También varía el diseño si tenemos una actividad estática (sentados frente a un ordenador) o dinámica (continuamente cambiando de distancia). E incluso se personaliza si la pantalla del ordenador la tenemos a la altura de los ojos o un poco por debajo (lo más recomendable).

Por supuesto, como en todos los tipos de lentes, existen diferentes calidades de ocupacionales, desde los más sencillos hasta los fabricados con las últimas tecnologías Free Form. Por lo que son asumibles para todo tipo de bolsillos.

Muchos os estaréis preguntando cuales son las ventajas que ofrecen este tipo de lentes ocupacionales respecto a, por ejemplo, los progresivos. Con estos últimos, al tener compensadas todas las distancias, también podemos trabajar con un ordenador y leer papeles en visión próxima.

Un lente ocupacional está ideado para resolver los problemas del trabajo en visión intermedia y corta de forma exclusiva y específica. Es decir, con ellos no vamos a poder ver distancias lejanas (ni televisión, ni conducción).

Ahora bien, en lo que respecta a la visión cercana, no tiene parangón. 

·        Los campos de visión laterales son muchísimo más amplios que con cualquier progresivo (sea de la calidad que sea).

·        El efecto balanceo, tan propio de cualquier progresivo, es aquí limitado e insignificante.

·        La típica característica de seguir el texto que leemos con los ojos y la cabeza es aquí minimizada, gracias al amplio campo visual de la lente.

·        La adaptación es natural y mucho más sencilla, pues apenas existe una gran diferencia de graduación entre la zona superior e inferior de la lente.

·        Las posturas ante una pantalla de ordenador son mucho más naturales que con cualquier progresivo.

·        La profundidad de campo, es decir, la capacidad para ver nítidas todas las distancias en visión próxima e intermedia (lo que tenemos al alcance de nuestros brazos, y un poco más allá) es similar a la de los progresivos, pero resulta mucho más cómoda de encontrar y de trabajar en ella.

·        Las diferentes graduaciones que contiene el lente ocupacional y su disposición gradual a través de la totalidad del cristal, tiene como efecto más notable la de tener la graduación necesaria para poder observar, sin esfuerzo acomodativo alguno, cualquier distancia en visión próxima e intermedia.

·        Lo anterior deriva en una acomodación más relajada, una postura cabeza-tronco más ergonómica y una visión dinámica ordenador-documentos-teclado más cómoda y natural.

Ejemplo amplitud de campo entre progresvios convencionales y distintos tipos de ocupacionales

En definitiva, esta lente está ideada para todas aquellas personas que pasan largas horas delante de una pantalla de ordenador, o para profesiones que se mueven en lugares de trabajo reducidos a una habitación, tales como dentistas, oficinistas…

Todas las lentes incorporan tratamientos antirreflejo para poder ver con nitidez y sin reflejos en ambientes con luz artificial. Y en los diseños más avanzados también añaden lentes con tratamientos que filtran la luz azul de los dispositivos electrónicos (si quieres saber más sobre los riesgos luz azul pincha aquí).

Aunque en España aún somos reacios a tener varias gafas, dependiendo la actividad que vayamos a realizar, poco a poco los optometristas vamos inculcando la necesidad de ello a los pacientes que se dejan aconsejar.

Y según mi experiencia laboral (ya van casi 20 años) os aseguro que quién prueba este tipo de lentes en el trabajo no quiere oír hablar de ninguna otra gafa sólo para cerca nunca más.

Animaros a probar este tipo de lente y no os arrepentiréis. ¿Acaso es tan extraño tener una gafa exclusivamente para trabajar cómodamente 40 horas a la semana? ¿No tenemos otras cosas exclusivas que utilizamos mucho menos? A bote pronto pienso en la raqueta de tenis y de padel, en las zapatillas de correr, en la camiseta térmica para el footing...