En el mayor vendedor de cosas del mundo, Amazon,
existen multitud de gafas con filtros amarillos que aseguran mejorar
notablemente la visión nocturna mientras conducimos.
Una descripción tipo de un fabricante es la siguiente:
“las gafas de visión nocturna ayudan a reducir el deslumbramiento de la
conducción nocturna y la tensión ocular, las lentes amarillas ayudan a mejorar
la claridad del color y la definición óptica, permiten ver mejor cuando
conducen por la noche o los días nublados y lluviosos, haciendo que la
conducción nocturna sea más segura y fácil”.
¿Son ciertas estas afirmaciones?
Antes de contestar a la pregunta anterior (los que
leéis este blog ya sabéis la respuesta) vamos a contextualizar un poco el tema
contestando brevemente a algunas preguntas clave.
¿Nuestra visión es peor por la noche?
Esta pregunta se contesta sola. Es muy evidente, para
todo el mundo, que nuestra visión diurna es mucho mejor que la nocturna.
Centrándonos en el tema de la conducción, aunque la
mayor parte de accidentes se producen por el día (algo lógico al moverse más
automóviles por las carreteras), por la noche, al anochecer y al amanecer, con solo
un 28% de los accidentes con víctimas, estos se cobran casi el 40% de
los fallecidos. Según datos
de la DGT, la tasa de letalidad en los accidentes nocturnos es un 40%
mayor que en los diurnos.
Por la noche el ojo padece un
importante déficit de información. La capacidad visual del conductor se
reduce al 20% respecto a la conducción diurna, así como la habilidad para
percibir distancias y los campos de visión. Según el Colegio de
Ópticos-Optometristas de Andalucía, la agudeza visual del conductor se reduce
hasta un 70% y el sentido de la profundidad es 7 veces menos eficaz.
Teniendo en cuenta que el 90% de los datos que precisa
un conductor los obtiene de la visión, este déficit es algo muy importante a
tener en cuenta.
¿Por qué nuestra visión es peor por la
noche?
Entre las razones que explican este fenómeno podemos
destacar las limitaciones que posee nuestro sistema visual cuando no tiene la
cantidad de luz suficiente para formar una imagen nítida en nuestras retinas.
Ante la falta de luz por la noche nuestros ojos dilatan
las pupilas, intentando que entre más luz al ojo. Pero esto provoca la
aparición de las indeseadas aberraciones ópticas, las cuales generan imágenes
menos definidas y nítidas. Tenemos también más deslumbramientos indeseados
Por otro lado, de noche y con muy baja
iluminación funciona más la retina periférica que la central debido a la
dilatación de las pupilas. Entran en juego los bastones de la retina, unos
fotorreceptores de luz mucho más eficaces para detectarla que los conos de
nuestra retina central, pero que proporcionan una peor imagen. La consecuencia
principal es que todos los
conductores sufrimos puntualmente unos pequeños cambios refractivos de en
torno a unas –0,75 dioptrías (es lo que se conoce como miopía nocturna).
¿Empeora la visión para todas las personas
igual?
Ya hemos visto que todas las personas sufrimos por
igual una disminución en nuestra capacidad visual cuando se hace de noche.
Ahora bien, diversos problemas y patologías agravan esta situación.
Las dificultades nocturnas para lograr una buena
visión se agudizan en las personas mayores de 55 años debido a que sus medios
oculares no son tan transparentes y sufren más las molestias de los deslumbramientos.
Es algo típico escuchar la siguiente frase en conductores experimentados: “Yo
de joven conducía de noche sin problemas, pero ahora ya no me siento seguro”.
Enfermedades, como la diabetes, presentan como síntoma
temprano la nictolapía (ceguera nocturna). Esto se debe a que un alto nivel de
azúcar en sangre perjudica los capilares que irrigan el ojo y sus
nervios. Además, los daños en la pupila que causa la
retinopatía diabética provocan que el ajuste a los cambios de luz sea
más lento.
Personas con glaucoma, cataratas o retinosis
pigmentaria también sufren una mayor disminución de su visión por la noche
respecto al resto de personas.
Y, por su puesto, todas aquellas personas que no
llevan su graduación exacta mientras conducen también sufren mayor pérdida de
agudeza visual por la noche. Y en este apartado podemos incluir tanto a
personas con graduaciones desactualizadas como a aquellas con pequeñas
ametropías que diurnamente no provocan grandes molestias, pero que en la noche
se magnifican.
¿Se puede mejorar la visión con algún tipo
de filtro?
Ante estos problemas en la visión nocturna es lógico
que los conductores intentaran buscar algún tipo de solución. Y la panacea
pareció que fue la venta de los filtros amarillos.
Defendidos a muerte por algunos, que aseguran ver
mejor al proporcionar mayor luminosidad; y denostados por otros, para quienes
sus características no influyen en la mejora real de la conducción, lo cierto
es que la venta de este tipo de gafas es algo asentado desde hace mucho tiempo.
Y esto se debe a que poseen unas características importantes que,
subjetivamente, parecen compensar el déficit visual nocturno.
Este tipo de lentes transmiten la
sensación de ir conduciendo con más luz, lo que ayuda a percibir el entorno con
más claridad y ofrecer mayor seguridad al conductor. Además, si poseen antirreflejos,
mitigan los efectos de los deslumbramientos. Y, al absorber la totalidad de la
luz azul, mejoran la visión ante los faros LED de otros vehículos.
Si todo lo anterior es cierto, ¿dónde está el problema?
¿Qué dicen los estudios científicos al
respecto?
En el año 2019 apareció un estudio
sobre estos filtros en la revista científica JAMA (Journal of American Medical
Association). Realizado por la Universidad de Harvard, el mismo consistía en
estudiar las reacciones de 22 sujetos durante la conducción nocturna (en un
simulador) utilizando lentes tintadas de amarillo y otras lentes transparentes.
Según sus conclusiones, los filtros amarillos no
mejoraban, en ningún caso, la conducción, pues no mejoraban la detección de
peatones. Es más, aunque no fue estadísticamente significativo, los filtros
parecían ralentizar el tiempo de respuesta.
La explicación que ofrecían los científicos a este
fenómeno tenía que ver con la cantidad de luz que llegaba a la retina. Alex
Hwang, autor principal del estudio indicaba que “llevar gafas (tintadas), ya
sean amarillas, rojas o azules, corta un trozo de luz. Lo que significa que
esto es lo mismo que usar gafas de sol mientras conduces por la noche”.
Aunque esta afirmación me parece un tanto exagerada,
es cierto que, con una lente amarilla que tenga un corte espectral en los
500nm, estamos perdiendo más de 1/3 de la luz del espectro visible que
recibimos. Esto significa que, en condiciones de baja luminosidad, estamos
privando aún más a nuestras retinas de la luz que necesita para formar imágenes
adecuadamente.
El problema de estos filtros, según los
investigadores, es que “proporcionan una falsa sensación de seguridad”.
Las personas piensan que, utilizándolos como si fuera una gafa mágica, verán
mejor por la noche. Y los estudios muestran que esto no es cierto.
El consejo de Hwang respecto a estos filtros es claro:
"No malgaste su dinero en este tipo de gafas para conducir de noche".
Es cierto que este estudio tiene limitaciones. La más
importante respecto a la cantidad de sujetos de muestra. Pero estudios
similares han replicado el mismo y han obtenido similares resultados. Y esto lo
se de primera mano, pues mi mujer realizó como trabajo fin de carrera un
estudio sobre filtros y deslumbramiento donde tampoco encontró mejoría en el
uso de filtros amarillos.
¿Qué podemos hacer entonces para mejorar
nuestra conducción nocturna?
Los consejos siguientes son los mejores para realizar
una conducción nocturna segura:
Utilizar gafas sólo si se tiene algún tipo de
graduación. Las mismas deben tener antirreflejo para que sean lo más
transparentes posibles y, de forma opcional, un material que absorba parte de
la luz azul para mejorar los deslumbramientos por las modernas luces LED.
Acudir a la óptica para realizar revisiones periódicas
con el objetivo de mantener la graduación actualizada en todo momento.
Evitar conducir si te sientes fatigado o si has
consumido alguna sustancia o medicamento que pueda disminuir tus capacidades al
volante.
Mantener el cristal del parabrisas perfectamente
limpio, asegurándonos del buen funcionamiento de las escobillas (no olvidemos
tampoco el cristal de las gafas, si fuera el caso).
Mantener la luz del interior del vehículo apagada para
evitar molestos deslumbramientos.
En caso de deslumbramiento, fijar la vista en el borde
derecho de la carretera, en la línea blanca del arcén.
Cambiar el retrovisor central a la posición de noche,
moviendo la palanca situada en la parte inferior. Esto nos evitará posibles
deslumbramientos por parte de los coches que se aproximen por detrás.
Espero que este artículo sirva para tener una opinión
más real sobre este tipo de productos.
Hasta la próxima
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