El 17 (pronunciamiento en
Canarias) y el 18 (extensión rebelión a toda la península) de julio de 1936 se
produjo un golpe de estado contra el gobierno de la República española que
llevaría, tras su fracaso parcial, al inicio de la Guerra Civil más
cruenta vivida en nuestro país.
Aunque han pasado ya más de
75 años, aún hoy día el público se pregunta sobre cuales fueron las causas de
aquél enfrentamiento armado que enfrentó a hermanos, amigos y conocidos. Y
entre todas las páginas que podamos leer sobre la cuestión, la gran mayoría
están teñidas por el partidismo subjetivo que no hace sino desinformar.
Entiendo que para muchas
personas jóvenes hablar de la
Guerra Civil española les parece como hablar de la
sublevación en Madrid el 2 de mayo de 1808. Unos hechos pasados sin importancia
alguna en la actualidad.
Ese es un gran error, pues la
herencia de esa guerra, el régimen franquista, es un capítulo aún abierto en
nuestra sociedad. De hecho, es un capítulo cerrado en falso, lo que genera aún
más confusión. Y ésta es alimentada por sectores muy concretos, difundiendo
medias verdades interesadas, con el objeto de desprestigiar a la Historia. Pues, al
fin y al cabo, cuando utilizamos la Historia con fines políticos y hacemos
lecturas partidistas de la misma, no hacemos otra cosa que prostituirla en
nuestro propio interés.
Por todo ello, por defender
la Historia con mayúsculas, vamos a realizar este artículo, donde intentaré ser
lo más imparcial posible y desarmar una de las mentiras más insidiosas del
régimen franquista que aún circulan con plena vigencia en el seno de nuestra
sociedad. Todo ello es un magnífico complemento al capítulo del libro MisMentiras Favoritas donde trato algunos sucesos acontecidos en la Guerra Civil.