El 26 de noviembre del año
1504, hace hoy 511 años, fallecía en Medina del Campo Isabel I de Castilla,
conocida por todos como Isabel la católica. Aunque su deseo era reposar en una
sencilla tumba monasterio de San Francisco de la Alhambra, sus restos mortales
fueron llevados a la
Capilla Real de la Catedral de Granada, donde hoy día aún
pueden visitarse.
Este importante personaje de
nuestra historia tiene una doble faceta historiográfica. Por un lado se la
considera una gran reina, pieza clave de la integración territorial de España y
de la unión de los distintos reinos. Por otro lado, existe sobre ella una
especie de leyenda negra que nos la muestra como una despiadada gobernante que
impuso por la fuerza la unidad religiosa, en base a su intransigencia de
pensamiento y utilizando al execrable Tribunal de la Inquisición.
Los dos puntos de vista son
defendidos por intereses políticos actuales, mezclándose además multitud de
anécdotas falsas que enturbian, aún más si cabe, la realidad de los verdaderos
hechos. Por tanto, no está de más poner un poco de orden ante tanta confusión
intencionada.
¿Queréis saber cómo era la verdadera Isabel?