domingo, 14 de enero de 2018

No quiero progresivos porque es muy difícil adaptarse a ellos



Uno de los cristales más famosos en el mundo de la Óptica y con más prejuicios entre los pacientes son los lentes progresivos. Existen multitud de personas muy contentas con los suyos y una minoría, muy ruidosa, disconforme.

En general, una inadaptación a una lente progresiva está asociada a unos problemas muy concretos y conocidos por la mayoría de los profesionales de la visión. Existen personas que por su carácter o por sus problemas visuales son más propensas a generar problemas con estos lentes. Aunque, al final, todo se reduce a una cuestión muy simple. El paciente tiene unas ideas preconcebidas sobre el progresivo y, a la hora de probarlos, sus expectativas no se ven cumplidas.

Por tanto, para poder adaptarse a un progresivo es fundamental conocer los beneficios y las limitaciones de estos lentes, así como dejarse asesorar por el profesional de la visión, pues existen distintos progresivos adecuados a distintas actividades.

¿Quieres adaptarte a unos progresivos? Comienza leyendo este artículo y al acabar tendrás una idea mucho más clara sobre los progresivos.


Los lentes progresivos, sin lugar a dudas, han sido el adelanto más notable del siglo XX en cuanto a fabricación y diseño de lentes ópticos. El público, profano en la materia, no puede imaginarse lo que supuso el avance de estos lentes en el mundo de la Óptica. Poder fabricar unos cristales tallándolos, de tal manera, que podemos conseguir distintas graduaciones en cada zona del cristal. Y, concretamente, las graduaciones que nosotros queramos tener.

Las personas que utilizaban habitualmente gafas para lejos, cuando les llegaba la presbicia, hacia los 40-45 años, necesitaban adicionar una nueva graduación para poder ver de cerca. La única opción que existía antes de los progresivos eran los bifocales, esas lentes inventadas por Benjamin Franklin en el siglo XVIII, las cuales estaban divididas en dos partes por una línea muy marcada. Además del estigma estético que suponían, tan sólo compensaban la visión lejana y la más próxima, existiendo una zona muerta de visión entre los 40 cm y el metro.

Esta distancia es la que usamos, por ejemplo, con los ordenadores. Por tanto, parte del éxito de la informatización de la sociedad se la debemos a que el avance de la óptica fue capaz de responder a una demanda acuciante de la nueva sociedad: seguir manteniendo activos delante de un ordenador a todos los trabajadores présbitas.

Por tanto, si en la Edad Media la invención de las gafas logró hacer activos a una gran parte de la sociedad que sufría de presbicia, en la Edad Contemporánea la invención de los progresivos permitió que se desarrollara sin grandes dificultades la era tecnológica.

Ahora bien, ¿Por qué existen las inadaptaciones a los progresivos?

Varios son los factores que influyen en la adaptación de unos progresivos. Vamos a nombrar tres.

1.     Conocer el producto que estamos adquiriendo.

El principal es explicar de manera entendible que son unas lentes progresivas y que ventajas tendremos con ellas.

Una lente progresiva consiste en un cristal con el que podremos ver correctamente a todas las distancias, tal y como veíamos cuando nuestra acomodación funcionaba correctamente. La presbicia no deja de ser un problema de acomodación, la incapacidad para enfocar objetos a distancias próximas. Lógicamente, cuanto más próximos peor los enfocaremos, pero esto no significa que en distancias intermedias no tengamos problemas. Al contrario, los tenemos igualmente aunque no tan evidentes a primera vista.

Cuando miramos de frente a través de un progresivo tenemos colocada la graduación necesaria para ver de lejos y, según bajamos la mirada por el cristal, la potencia varía permitiéndonos enfocar distancias intermedias por el centro del cristal y distancias próximas cuando miramos por la parte inferior del lente.

Para lograr tal sucesión de graduaciones distintas, el tallado de los lentes exige tener unas zonas de aberraciones por las cuales nuestra visión no será apropiada. Los fabricantes intentan repartir estas aberraciones por los laterales del cristal progresivo, siendo más evidentes en las zonas intermedias y próximas.

Por tanto, las ventajas que obtendremos al usar progresivos serán, principalmente, lograr una visión nítida a todas las distancias y mantener nuestros ojos descansados al no tener que utilizar la acomodación para ninguna tarea. De manera secundaria, otras ventajas son el evitar tener que depender de diferentes gafas monofocales (lejos y cerca como mínimo) o el tener una gafas estéticamente indistinguibles respecto a personas que no utilizan progresivos.

Como desventajas inherentes al diseño de los progresivos están las siguientes, aunque, como veremos no son tales:

-         Menor campo visual lateral comparado con una gafa monofocal graduada para una distancia únicamente. Es decir, con una gafa de lejos tendremos mayor campo que con un progresivo, aunque nuestra graduación será la misma. Este problema es fácilmente asumible por nuestro cerebro, el cual asocia las aberraciones laterales con el final de la montura, haciendo que nos olvidemos de estos límites en cuanto usamos unos días nuestras lentes progresivas. A mis pacientes les suelo decir que si son capaces de conducir con gafas y lentillas indistintamente (caso extremo de limitación campo lateral) podrán hacerlo igualmente con los progresivos.
-         Imposibilidad de realizar tareas próximas en altura. El hecho de tener la zona de cerca en la parte inferior de la lente nos obliga a colocar todos los objetos próximos que queramos enfocar en una zona próxima a nuestro pecho. Por ejemplo, no podremos clavar un clavo por encima de nuestras cabezas ni ciertas profesiones podrán utilizarlos en todo momento (mecánico en el foso, piloto de aviones…)
-         Imposibilidad de ver la televisión tumbados. Lo sentimos mucho pero al tumbarnos en el sillón o en la cama nuestra cabeza adopta una posición tal que nos hace ver por el centro justo de los lentes. Este punto está enfocado para distancias intermedias (aproximadamente 60-80 cm) por lo que no podremos ver objetos a más distancia, como pudiera ser la televisión, por ejemplo.
-         Imposibilidad de poder mirarnos los pies al caminar. Cuando vamos caminando nunca nos miramos nuestros pies. Tal vez si lo hagamos al bajar unas escaleras o al caminar por terreno inseguro. Si no variamos nuestra costumbre de mirar por la parte inferior de los lentes, nunca podremos tener unos progresivos en esas condiciones, pues estamos mirando una distancia lejana (superior a un metro) por la zona de cerca. El truco es bajar algo más la cabeza y mirar un poco más adelante de nuestros pies, para enfocar a través de nuestra zona de lejos en el cristal.

La famosa adaptación a los lentes progresivos no es otra cosa que el cambio de hábitos que teníamos y la habituación a las distancias a las que nos obliga el progresivo. No debemos olvidar que nosotros debemos adaptarnos al progresivo, y no al revés. Cuanto más asumido tengamos que debemos cambiar nuestras costumbres al usar progresivos, más fácil será nuestra adaptación.

2.     Elegir el progresivo adecuado a nuestras necesidades visuales

Por otro lado, en la elección de un progresivo debe existir un consenso entre necesidades visuales y precio. Si compramos un progresivo fijándonos únicamente por el precio tendremos muchas posibilidades de no adaptarnos correctamente. La situación sería la misma que si vamos a una frutería y compramos la fruta más barata. Nuestra dieta equilibrada se resentiría, ¿verdad?

Actualmente existen multitud de progresivos diferentes, cada uno específico para diferentes actividades. Existen lentes progresivos que potencian la visión de lejos, por lo que son apropiados para, por ejemplo, conductores. Otros, en cambio, potencian las distancias próximas, adecuados para personas que trabajan mucho en distancias de lectura. Existen progresivos específicos para el trabajo en oficina con ordenadores, llamados ocupacionales. Y los últimos diseños se centran el la personalización de parámetros más absoluta, teniendo en cuenta, además de la graduación del paciente y la gafa elegida, aspectos como la forma en la que se tomó la graduación (gafa de prueba o foróptero), el ángulo pantoscópico de la gafa (la inclinación respecto a la horizontal), las distancias de trabajo del paciente, la distancia lente-ojo (distancia de vértice) o la curvatura de la montura (ángulo de Galbe).

Lamentablemente, también existen progresivos cuyo diseño data de la época de la URSS y que son ofertados indiscriminadamente por la publicidad de ciertas cadenas de óptica. El problema con los progresivos es que, al contrario que cuando compramos un ordenador o un televisor, los modelos obsoletos no están retirados del mercado.

Lo más complicado a la hora de realizar un progresivo es lograr su diseño técnico por medio de los programadores informáticos. Una vez que se tiene el diseño los progresivos se producen como latas de Coca Cola. Y los fabricantes, al invertir en los medios de producción, no tienen problema en seguir fabricando lentes con cualquier diseño para el que tengan fabricadas máquinas que lo reproduzcan.

La crisis y la voraz competencia en el sector óptico se han unido de forma maliciosa para llegar a la situación, horrenda, actual. Los pacientes escogen progresivos con el precio como único factor de valoración. Y la comparación entre distintos progresivos se hace casi imposible debido a la gran cantidad de nombres de cada uno de ellos y a la particularidad de que algunos mismos progresivos pueden tener distintos nombres según la cadena de ópticas (aunque en realidad es el mismo).

Mi consejo para comprar un progresivo es el mismo que para comprar un coche. Primero déjese asesorar por un profesional sobre que progresivo es el más apropiado a sus necesidades visuales. Tome una segunda o tercera opinión al respecto si lo desea. No necesitará más. Una vez que tiene claro el progresivo que más se ajusta a sus necesidades, empiece a comparar precios.

Para comparar precios de manera real necesita comparar el mismo producto. Distintos fabricantes pueden tener el mismo producto con distintos nombres, por lo que no debe extrañarnos que nos presupuesten un lente equivalente de otra casa, con otra denominación pero de similares características técnicas.
Un buen presupuesto debería tener, además del nombre comercial del progresivo, el equivalente de la fabricación. Por ejemplo, actualmente existe una gran diferencia entre los progresivos actuales, fabricados con la tecnología “Free Form” (tallados por ambas caras), y los restantes anteriores (tallados por una cara). Por tanto, la mejor manera de comparar cosas reales es saber si los lentes progresivos ofertados son o no son “Free Form”, independientemente del nombre comercial.

Por ejemplo, los progresivos más conocidos por el gran público son los “Varilux”, pues son los únicos anunciados en televisión. Varilux es el nombre que el fabricante Essilor otorga a su línea de progresivos. Varilux son todos los progresivos de Essilor, desde el más sencillo hasta el más avanzado.

Por tanto, pedir un Varilux es como pedir una “Macburguer”. Si no añadimos nada más nos pueden dar gato por liebre. Si cuando vamos a la hamburguesería pedimos una “Big Mac”, cuando visitemos una óptica deberemos añadirle el apellido a la marca comercial. Y tendremos que tener presente que otros fabricantes también tienen productos equivalentes con distintos nombres (Whopper en hamburguesas u Hoyalux en progresivos).


3.     Conocer de antemano los problemas que nos podemos encontrar

Por último, en la adaptación a los progresivos existe un componente subjetivo importante: la motivación del paciente y la graduación que posea. La conjunción de ambos factores puede ser beneficiosa o perjudicial para la adaptación a este tipo de lentes.

En uno de los cursos que impartió, hace años, el fabricante español de lentes INDO, los asistentes pudimos obtener un cuadro con los potenciales problemas que podríamos encontrarnos. A continuación os muestro el cuadro resumen y la explicación de los puntos más importantes.

 

FACTORES
PROBLEMAS POTENCIALES
NINGUNO
POSIBLE
PROBABLE
PREDISPOSICIÓN
NORMAL
NERVIOSO, POCO ADAPTABLE.
CERRADO, RÍGIDO, MUY NERVIOSO.
MOTIVACIÓN
POSITIVA PERSONAL
NEUTRA.
DESCONFIANZA, NEGATIVA, COACCIONADO.
EDAD
JOVEN
50 – 60 AÑOS
MAYOR 60 AÑOS
ADICIÓN
HASTA 1.25
DE 1.25 A 2.50
MAS DE 2.50
CORRECCIÓN ANTERIOR
NINGUNA, MONOFOCAL
BIFOCAL.
TRIFOCAL
UTILIZACIÓN PREDOMINANTE
VISIÓN DE LEJOS
LEJOS Y CERCA.
CERCA.
DEFECTOS VISUALES
ASTÍGMATA, MIOPES FUERTES.
EMÉTROPES, HIPERMÉTROPES.
MIOPES< 3.00 Dp, ANISOMÉTROPE.
ASPECTOS FISIOLÓGICOS
PERSONAS NORMALES
PROBLEMAS DE MOVILIDAD CERVICAL.
NISTAGMUS, ESTRABISMO, HIPERMETROPÍA.

Analicemos el cuadro anterior según cada uno de los puntos:

-         Predisposición: Si nuestra idea es usar progresivos cueste lo que cueste y estamos abiertos a adaptarnos a lo que nos pida la nueva lente gran parte de la adaptación estará asegurada. Las personas nerviosas a las que les alteren los cambios y aquellas reacias a cambiar sus costumbres tendrán una adaptación mucho más difícil.
-         Motivación: Al igual que pasa con las lentes de contacto, la motivación a la hora de utilizarlas es básica para lograr una rápida adaptación. Sólo las personas que realmente desean ponerse lentes de contacto acaban haciéndolo. Igualmente, las personas negativas que ven un inconveniente y un problema ponerse progresivos, desde antes de utilizarlos, sólo se fijarán en los aspectos negativos de los cristales. Magnificarán éstos y minimizarán las ventajas, que son mucho más notables realmente, siendo los típicos inadaptados.
-         Edad: Es bien sabido que según nos hacemos mayores los cambios nos sientan cada vez peor. Por tanto, las personas de edad más avanzada serán las más reacias a cambiar sus costumbres anteriores y, por tanto, a adaptarse a los progresivos. Algunos pensarán que llevar progresivos anteriormente les debería servir para adaptarse mejor a los cambios. Eso es sólo cierto en parte. Cuando cambiamos de progresivo cambiamos de montura y/o graduación, lo que nos exige adaptarnos a nuevas posiciones de mirada tanto en lejos como en cerca. Es imposible lograr mantener las mismas distancias que con los progresivos anteriores, por lo que la adaptación es necesaria igualmente. Y muchas personas mayores no entienden este último punto. Además, está el tema de la adición, como veremos a continuación.
-         Adición: La graduación en un progresivo se escalona progresivamente en pasos desde la zona de lejos hasta la de cerca. Es fácil de entender que cuanta menor diferencia de graduación exista entre lejos y cerca menor cantidad de graduaciones (escalones) tendremos en nuestro lente progresivo. Y cuanto menor diferencia de graduaciones, menores aberraciones laterales. Por tanto, el progresivo más cómodo será el primero y el más incómodo el último. Y la única forma de mitigar este hecho es subir el nivel de calidad del progresivo según vamos cambiándolo.
-         Corrección anterior: Las personas que utilicen bifocales o trifocales (esto último ya no se ve por el mundo realmente) ganarán y perderán algo. Respecto a los bifocales se gana profundidad de campo y poder ver a todas las distancias a cambio de sacrificar parte del campo lateral. En estos pacientes, el hecho de eliminar la marca física del cristal que separaba las zonas de lejos y cerca también les produce cierta confusión inicial a la hora de fijar las distancias adecuadas de lectura.
-         Utilización predominante: Si utilizamos únicamente los progresivos para ver en distancias próximas y para el resto de tareas no nos los ponemos estaremos tirando el dinero (una gafa de cerca resultaría más cómoda en estos casos) y no nos adaptaremos a ellos nunca. El progresivo debemos usarlo todo el día si queremos adaptarnos a él, pues de lo contrario no tiene objeto llevarlo. Dicho esto, también resulta recomendable no manejarlos únicamente con ellos. Se pueden combinar con una gafa de cerca para lecturas prolongadas o con unos ocupacionales para un trabajo de oficina más cómodo.
-         Defectos visuales: Puede resultar curioso que la graduación ocupe el séptimo lugar de la tabla. No lo es. Generalmente, la adaptación a progresivos depende muy poco de la graduación de los pacientes. Aún así existen casos concretos que nos pueden dar problemas si no advertimos de lo que puede pasar a las personas que usan por primera vez progresivos.

o   Un emétrope (persona sin graduación de lejos) deberá acostumbrarse a usar gafas todo el día, que no es poca cosa. Además, su campo visual en lejos estará bastante disminuido respecto a no llevar gafas, por lo que notará incomodidad inicial en lejos. Todo ello debería compensarlo el ver correctamente en distancias intermedias y próximas, pero muchas veces es conveniente recordarle los beneficios.
o   Un hipermétrope sin compensar anteriormente puede darnos problemas si su graduación de lejos es baja, pues notará las mismas incomodidades que el emétrope.
o   Un miope con menos de 3 dioptrías podrá leer quitándose las gafas y, según su refracción exacta, hasta con la misma nitidez que pueda darle un progresivo pero con mucho más campo. Por tanto, en estos casos el progresivo tiene la principal ventaja en no tener que quitarnos la gafa de lejos constantemente ante tareas cercanas. Si este hecho no es importante para el paciente, la adaptación será un fracaso.
o   Las personas con anisometropías tienen una adaptación difícil, pues los progresivos están diseñados para trabajar con los dos ojos por igual. No obstante, esto no es un problema insalvable y muchas personas con visión solo de un ojo utilizan progresivos sin problemas.

-         Aspectos fisiológicos: Resulta comprensible que personas con problemas de movilidad tendrán muchos inconvenientes para acostumbrarse a las posturas que exigen los progresivos. En estos casos dependerá del paciente, de su movilidad y motivación adaptarse.

Como conclusión final podemos decir que con una buena graduación y un progresivo actual “Free Form”, con una personalización a nuestra montura y cara, la adaptación está asegurada, siempre y cuando queramos llevar un progresivo. Con todos los pros y contras que ello supone.



Pero como suelo indicar a mis pacientes, hasta que no inventen otra solución mejor tendremos que conformarnos con los progresivos, pues es lo más parecido a nuestra visión natural antes de la presbicia.

¿A que esperas a utilizar progresivos?



35 comentarios:

  1. pues yo con mis progresivos no veo nada de cerca y me he gastado una pasta

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    1. Hola
      Te recomendaría visitar tu óptica y comentarles el problema pues, como ves, existen soluciones para mejorar tu experiencia con los progresivos.
      Saludos

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  2. Buenos días:
    Me gustaría hacerte una consulta. Tengo 49 años y me acabo de operar de cataratas. Me han introducido una lentilla intraocular para acabar, de paso, con mi "enorme" miopía. Estoy encantado porque ahora veo en la distancia sin usar gafas. Por fin podré localizar dónde diablos he dejado a la familia cuando vamos a la playa y me baño un ratito en las olas.
    Pero he aquí que ahora la presbicia me ha caído de golpe y porrazo y no veo ni a corta distancia, ni a media ni a 2 metros.
    Por ni profesión (soy cartero) tengo que estar constantemente cambiando de corta distancia a media y un poco másc y es precisamente donde no veo. Además mis hobbies/tardes son mucho de ver de cerca (miniaturas, electrónica...), bastante de ordenador y bastante de hacer cosas en casa (comidas,...); un poco de todo pero con un radio de unos 4 m máximo.
    Acabo de consultar en una par de ópticas de mi pueblo y en una me recomiendan los progresivos ocupacionales y en la otra unos progresivos "normales" para todas las distancias. Estoy muy liado.
    Por cierto, en Multiopticas, me ha dado un presupuesto de 447€ para mi graduación montando unos Lifestyle V+ X-act para todas las distancias. Sinceramente me escama un precio tan bajo.
    Muchas gracias por tu ayuda y atención. La verdad es que tu blog me ha ayudado a entender algo mejor este proceloso mundo en el que soy totalmente lego.

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    1. Hola Juan, gracias por comentar.

      En tu caso habría que valorar si en distancias lejanas tienes alguna graduación residual o si en tu trabajo debes andar con las gafas puestas.

      Si la respuesta es afirmativa en ambos casos lo mejor son los progresivos.
      Los lentes ocupacionales son específicos para trabajo de oficina estático y podrían ser una opción si puedes manejarte de lejos sin gafas y trabajas sentado en la oficina. También pueden ser una buena opción como apoyo a los progresivos para tus momentos de ocio.
      Multiopticas tiene ofertas de dos gafas y la combinación progresivo-ocupacional la suelo utilizar mucho.
      Por otro lado, los nuevos acuerdos de Multiopticas respecto a progresivos hace que ahora mismo tengan un producto de marca blanca muy competitivo en precio y calidad. El precio que te dieron está bien y por poco más puedes tener la opción de añadirle el ocupacional.

      Espero haberte ayudado.

      Saludos

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  3. Te venden los progresivos como una solución para la visión intermedia y lo curioso es que no se ve, es decir, que la visión intermedia de los progresivos es una estrecha franja, más estrecha aún que la visión de cerca. Yo tenía miopía y al desarrollar cierto grado de presbicia se empeñaron, a pesar de mi oposición, a vendérmelas con esa excusa. La de la visión intermedia. Yo solo iba por unas gafas de cerca...

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    1. Hola Gangué, perdona por la tardanza en contestar.

      En efecto, los progresivos tienen en la visión intermedia su mayor hándicap, pues su campo de visión es mucho más reducido que los campos de lejos y cerca.
      Actualmente los progresivos más personalizados mitigan este problema, aunque la mejor solución siguen siendo las lentes ocupacionales como apoyo.

      Saludos

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  4. José Luis R. Beltrán13 de noviembre de 2018, 12:08

    Llevo una semana justa con las gafas progresivas y encuentro problema con la adaptación de cerca. Tengo graduación de miopía y astigmatismo, y razonablemente buena visión de cerca. Soy un lector asiduo de cómics y libros de ilustración y me estoy teniendo que acostumbrar a la estrechez del campo visual de cerca, que me dificulta apreciar la página completa de un vistazo. También para leer texto normal me está costando, pues soy un lector relativamente rápido, y el paso de los saltos de fijación de la pupila en cada renglón a mover la cabeza siguiendo el texto es algo a lo que hay que acostumbrarse. Estoy siendo disciplinado y veo que la sensación de incomodidad va disminuyendo y queda compensada con creces por la comodidad de no quitar y poner gafas todo el tiempo, especialmente fuera de casa. La duda que tenía, que contestas en este artículo, es si puedo compaginar las gafas progresivas con las ocupacionales, que me hice hace ya dos años. No he querido alternarlas estas primeras semanas, al menos hasta que me sienta totalmente cómodo con las progresivas. Una vez esté acostumbrado por completo, espero que en 10 días o así, ¿Compaginar ambas gafas puede plantear problema de una "vuelta atrás" en la adaptación a las progresivas?

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    1. Hola José Luis, gracias por comentar.
      En efecto, los progresivos exigen un mayor movimiento de cabeza a la hora de leer que una gafa monofocal u ocupacional. Eso que sientes es normal.
      Siempre vas a leer más cómodo con un lente ocupacional que con un progresivo, pues el campo de visión es mayor.
      Alternar ambas opciones es lo adecuado: el progresivo para utilizarlo diariamente y el ocupacional para momentos puntuales de trabajo continuado en distancias próximas y de ordenador.
      Comparar las propiedades de ambos lentes no tiene sentido pues están diseñados para utilizarse en momentos distintos. Es como si comparamos un coche y una moto. No podemos pedir al coche la misma facilidad de aparcamiento ni a la moto la misma capacidad de almacenaje, por poner un ejemplo.
      En definitiva, los progresivos son la mejor solución global para compensar la presbicia. Luego, soluciones específicas, como ocupacionales o monofocales adaptados a una distancia, son un magnífico apoyo en nuestra vida diaria.
      Saludos

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  5. L-as odiooooo. Me da dolor de cabeza y si quiero hacerme un selfie siempre salgo con la cabeza para atrás. Es que te obligan comprar esta mierda. Yo necesito dos lentes de diferentes graduación y quiero que me respeten. Pero dicen no se pueden vender tal lentes. Las progresivas son los que se puede vender si las quieres. Asta en las ventas de las lentes hay una mafia.

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    1. Hola, gracias por comentar.
      Respetando su opinión debo matizar sus palabras pues le está criticando al progresivo aspectos que no puede solucionar. Por ejemplo, hacerse un selfie. Usted puede hacerse el selfie normal con un progresivo y sin el. Primero levanta la cabeza para enfocar la foto y luego posa como más le guste. La otra opción es salir con unas gafas de cerca que tendrá que quitar y poner cada momento.
      Por otro lado no conozco ningún sitio donde obliguen al cliente a comprar un determinado producto sin dar más opciones. Y si existe tan sencillo como no comprar. En las ópticas muchos vendedores trabajan con comisiones y vender progresivos es lo más rentable para ellos y para el empresario. Pero de ahí a no dar otra opción va un largo camino.
      Por otro lado, en el mundo actual, tener una gafa de lejos y otra de cerca supone estar incómodo delante de un ordenador, por ejemplo, o verse obligado a cambiarse de gafas cada momento.
      Los progresivos son, de momento, la solución más adecuada al ritmo de vida actual y la que proporciona una visión más similar a la que teníamos antes de sufrir presbicia.
      Sus ventajas superan en mucho a sus limitaciones y por ello son el principal avance en el diseño de lentes de la historia moderna.
      Si tiene problemas de adaptación tan sencillo como acudir a su óptica y comentarlo, pues en muchas ocasiones un pequeño ajuste o una explicación detallada de su funcionamiento básico mejoran los problemas sustancialmente.
      Saludos

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    2. A mí me pasó algo parecido. Yo tengo unas bifocales que me iban muy bien pero me ha aumentado la graduación y tenía que cambiarlas. Me dijeron en la óptica (otra distinta a la anterior donde hice mis últimas 2 gafas porque vivo en otra ciudad) que ya tenía que llevar progresivos así que les hice caso (gran error mio por aceptar). Ahora veo igual de lejos, peor en cualquier distancia menos de cerca que sí veo bien.
      Iré a otra óptica a que me hagan unas como las que tenía antes pero con la graduación nueva, porque estos progresivos son un peligro con el coche mismo y con las otras nunca tenía ningún problema de mirar para ninguna parte.

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    3. Hola, gracias por comentar.
      Los progresivos son una lente más evolucionada respecto a los bifocales, principalmente por otorgar al usuario un número mayor de distancias de enfoque que en un bifocal (sólo lejos y cerca).
      Lo anterior va aparejado a la reducción de campo lateral y la obligación de girar la cabeza para enfocar objetos situados en nuestra periferia.
      Explicar bien esto y conocer las necesidades de los pacientes son dos requisitos indispensables para un buen profesional.
      En su caso no creo que el progresivo sea el problema, sino que el profesional que le vendió el producto no supo transmitirle correctamente los pros y los contras del cambio.
      Según mi experiencia he tenido casos donde la adaptación a un progresivo desde un bifocal fue exitosa, aunque siempre cuando el paciente se quejaba de las limitaciones del bifocal, algo habitual en el mundo tecnológico en el que nos movemos.
      Saludos

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  6. Acabo de comprarme unos ocupacionales y para ver bien el ordenador debo levantar el mentón. Para leer un libro, debo evitar poner mi cara frente al libro, como hace todo el mundo, y mirar el libro de reojo, para abajo.

    En fin, las ocupacionales serán fenomenales, pero las posturas que debes adoptar me parecen antinaturales y me están empezando a dar un dolor de cervicales importantes.

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    1. Hola, gracias por comentar.
      Como todos los lentes multifocales, unos ocupacionales requieren un proceso de adaptación que no es otra cosa que aprender a sacarle todo el partido y potencial que tienen.
      En muchas ocasiones pequeños ajustes solucionan la mayor parte de los problemas.
      Por ejemplo, si alejas un poco la pantalla o ajustas la altura de la silla, seguramente no tendrás que alzar el mentón para trabajar frente al ordenador.
      Por otro lado, no puedes pedir que de frente veas el ordenador y, a la vez, un libro más cercano. Piensa que cada parte de la gafa está pensada para una distancia de lectura diferente. De frente ordenador, mientras que en la parte inferior lectura cercana a 40 cm. La posición de lectura es la habitual (nadie se coloca el libro frente a los ojos), bajando ligeramente la cabeza para activar la convergencia y la acomodación. En un ocupacional, respecto a una gafa monofocal de cerca la cabeza no es necesario bajarla tanto, lo que agradecerán las cervicales. No al revés.
      No obstante, si sigues con molestias vuelve a la óptica y que te comprueben la graduación y el ajuste de la gafa. Con eso y unas pequeñas instrucciones de funcionamiento no creo que tengas problemas en hacerte a ellos.
      La otra opción, la gafa monofocal, no es una solución para trabajar a diferentes distancias por lo que no queda otra que adaptarse.
      Saludos

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    2. Exactamente mi problema. Dolor de cervicales. Y es más fácil devolver las gafas que fabricar mesas a medida y poner el portátil en ángulos y alturas imposibles para trabajar. De lejos tampoco me funcionan bien y me producen destellos las luces nocturnas. Son perfectas a media distancia solamente. Una pena porque me encantan estéticamente y la óptica es prestigiosa.

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    3. Hola, gracias por comentar. Esta claro que trabajar delante de un ordenador es más cómodo con ocupacionales que con progresivos, pero también son más cómodas las zapatillas de casa que los zapatos y no las usamos en nuestro trabajo.
      Usar progresivos ante una pantalla requiere adaptar un poco el puesto de trabajo a nuestras nuevas necesidades, pero no es nada complicado. Por lo general se soluciona regulando la altura de la silla y moviendo levemente la pantalla.
      Respecto a los destellos en lejos no es algo exclusivo de los progresivos sino que supongo te va a pasar con cualquier lente. Es algo a lo que el cerebro se acostumbra a anular, al igual que el marcó de las gafas.
      Saludos

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  7. Hola,llevo progresivos desde hace 12 años tengo 54 y aún me cuesta mucho llevarlos,me sube casi todos los años si no es de cerca de lejos y me gasto un dineral,ahora llevo con unos nuevos tres semanas son varilux y de los que cambian de color con el sol,pero me cuesta mucho ver de cerca tengo que ponerme las patillas de las gafas hacia arriba de la oreja si quiero leer o ver el móvil y lo peor es que cuando anochece no veo bien de lejos y no puedo conducir ,ya tengo cita en la octica a ver si me solucionan el problema pero es un incordio los progresivos,siempre tengo problemas con ellos,
    .gracias

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    1. Hola, gracias por comentar.
      Siempre que cambiamos de progresivos debemos volver a adaptarnos a los mismos con el objeto de encontrar las posiciones cómodas de mirada según la distancia.
      Los progresivos Varilux, por defecto, suelen tener la zona más baja de lo habitual en otros fabricantes por lo que puede ser ese el problema. No obstante, en la óptica seguro que podrán detectarlo mejor y realizar el ajuste necesario para ganar comodidad.
      Saludos

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  8. Hola, me llamo Carlos.

    Tengo astigmatismo e hipermetropía y usaba gafas para el leer y el ordenador. En los últimos meses noté un empeoramiento: sin gafas las letras muy pequeñas no era capaz de leerlas y las letras las veía sin definición. Fui al oculista y la recomendación fue que comprara unas progresivas. Tardé varios meses en decidirme, porque para leer y el ordenador las que tenía me iban bien, pero la situación fue a peor (mirar el móvil ya resultaba problemático). Total, que me compré unas progresivas. El problema es que me cuesta mucho adaptarme a ellas. Llevo una semana, pero no las las pongo a todas horas. Lo peor: me cuesta acostumbrarme a leer a pesar de ver bien; tengo que mover la cabeza, porque si sólo muevo los ojos (como antes) hay una zona con una distorsión de la visión apenas imperceptible, que me resulta muy molesta. Otra cosa que llevo mal es si miro el teclado del ordenador (por ejemplo) y muevo la cabeza parece que baila, a pesar de verlo bien a esa distancia.

    Quizá sea problema que llevo poco tiempo, pero lo llevo mal. O quizá sea por la calidad de las lentes, no fueron muy caras, seguí la recomendación del óptico, que si me hubiera recomendado otras más caras las compraría. En fin, no sé.

    Gracias.

    Un saludo.

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    1. Hola Carlos, gracias por comentar.
      Lo que te ocurre con los progresivos es normal y te ocurriría, de forma más o menos evidente, con cualquiera.
      Tu graduación se limita a un pasillo de visión y por ello debes mover más la cabeza que con las gafas anteriores. Esa queja es la misma que la de las personas que usan gafas por primera vez y conducen: se quejan de que deben mover la cabeza para ver bien los espejos laterales incluso con monofocales si nunca llevaron gafas antes.
      Igualmente, esa sensación de mareo al cambiar de distancias es algo que suele desaparecer con el uso y la adaptación de los progresivos. Nuestro cerebro tiene que adaptarse a mira y seleccionar solo la información útil que le ofrece la lente. Tranquilo, terminarás obviando de forma inconsciente esos problemas que manifiestas en cuanto comiences a usarla regularmente.
      Saludos

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  9. 2 semanas con Progresivos y d mal en peor, solo las utilizo en casa y sentada, menudo mareo, la mesa da vueltas, el suelo hace ondas. De lejos veo bien la tele pero d cerca el móvil nada d nada se difuminan las letras y no t cuento q he ido caminando hasta la cocina y casi me caigo, q angustia y ganas d vomita,cristales Varilux y montura 1.200 euros ésta caca. Ah por cierto primera vez q llevo gafas bueno... d cerca para leer.

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    1. Hola, gracias por comentar. Es cierto que la adaptación a los progresivos requiere un tiempo para acostumbrarse y aprender a utilizarlos, al igual que requerimos un tiempo para aprender a conducir o para manejar con soltura un móvil nuevo.
      Yo tengo 43 años y ya he comenzado a usar lentes con refuerzo en cerca, que son muy similares a un progresivo pero con menor graduación. Y no tengo ningún problema de ese tipo. Siempre es más sencillo comenzar a usar progresivos y lentes multifocales cuando la adición es pequeña y las aberraciones mínimas. En cambio, usar progresivos cuando la adición es alta resulta mucho más complicado adaptarse a ellos.
      Te recomendaría volver a la óptica y comentarles tus problemas. Seguro que podrán aconsejarte para que la adaptación sea más llevadera.
      Saludos.

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  10. Después de 1 mes de dolores de cabeza casi diarios, y más de 1000 euros de desembolso, abandono. He llegado a la conclusión de que "adaptarse" significa realmente acostumbrarse a ver mal. Llevo usando gafas para miopía y astigmatismo desde los 14 años, y ahora cumplo 47. Alrededor de los 25 años ya se me estabilizó la graduación. Tras mi última revisión aparece como es natural, la presbicia. La óptica me vendió la moto de las progresivas personalizadas de una manera que me hizo creer que eran la panacea. Di por sentado que en distancia seguiría viendo igual de bien que con las gafas de toda la vida (¡ni de coña!), y con los gráficos que me enseñaron también di por sentado que los campos de cerca e intermedio no iban a ser tan ridículos como los veo en realidad. Salgo perdiendo en el 90% de las situaciones de mi vida diaria, sobre todo en lo laboral. Trabajo en informática, uso docenas de ordenadores diferentes cada día, en diferentes sitios, con diferentes iluminaciones, tamaños de pantalla, distancias... conduzco horas. Es una pesadilla para mí sin sentido, estoy infinitamente más cómodo con las gafas "de siempre". En fin, es mi caso particular.
    Saludos.

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    1. Hola, gracias por comentar tu caso.
      Los progresivos son la lente más similar a la visión que teníamos antes de sufrir presbicia.
      En tu caso puede que aún sea pronto para utilizarlos, pues según sea tu cantidad de miopía los beneficios que proporcionan pueden no ser tan notorios como en otros casos. Igualmente, parece que no te explicaron bien su funcionamiento y características.
      Al final terminarás usando progresivos, pues es la única manera de ver en diferentes distancias. En unos años volverás a ellos seguro.
      Saludos

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    2. Gracias por tu respuesta.
      Tengo en el OI -6.50 de miopía; En el OD, -5.0 de miopía y -2.25 de astigmatismo; +1.75 de add.
      Sí, es muy posible que los vuelva a probar cuando la presbicia ya sea muy avanzada y no me quede otro remedio. Precisamente hablé ayer de ello con la óptica, ya que estamos valorando unas ocupacionales hasta que ese momento llegue. Aunque si por limitaciones de la física, no es posible reducir las "zonas muertas" laterales, nunca estaré satisfecho con ellas. Fue lo peor para mí, además de la pérdida de agudeza en distancia. Insisto, ese "corredor" central que en los dibujos de la demo que me hicieron parecían anchos tolerables, en mi percepción no tenía nada que ver con aquello. Especialmente en distancia, apenas 2 mm de desvío en la mirada fuera del "punto caliente", y ya la borrosidad se multiplicaba. Supuse erróneamente que en la franja superior el campo era casi toda la lente. Y eso que las lentes eran -según la óptica- de lo mejor de HOYA. En mi juventud usé mucho lentillas HOYA y me fue muy bien pero con la edad perdí tolerancia y las dejé.
      En fin, seguiré aprendiendo.
      Saludos, gracias.
      Antonio.

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    3. Hola Antonio, gracias por comentar.
      Cuando vuelvas a usar progresivos ya nos comentaras.
      Saludos

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  11. Estrené progresivos hace poco. A los pocos días fui a la óptica porque tenía que doblar un montón el cuello para ver nítidamemte el suelo o para poner algo en la mesa o para cocinar, o para lavar los platos o para barrer y fregar, puesto que hay que hay que agachar la barbilla, pero yo tenía que doblar el tronco, agachando la barbilla del todo no llegaba a la zona nitida en la parte superior de las gafas. Fui a la óptica y les comenté el problema. Diseñaron otras lentes y ahora tengo que agachar menos la barbilla pero aún así mis cervicales no soportan está tortura pues siguen siendo posturas antinaturales para manejarme con esas tareas del hogar que he mencionado. Ya doy por perdidos 800 euros

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    1. Hola, gracias por comentar.
      La adaptación a los progresivos depende de muchos factores. No sólo de la graduación o del tipo de progresivo, sino del tipo de gafas que se ha llevado anteriormente.
      Por ejemplo, un hipermetrope que no llevó gafas de lejos y adquiere sus primeros progresivos con una adición media alta tendrá una adaptación más complicada que la misma graduación en una persona que ya usó gafas para ver de lejos o incluso unos progresivos con menor adición.
      Lógicamente, los progresivos tienen sus limitaciones. Una de ellas es que no volveremos a ver nítidos los pies, pues como indicas, sería necesario agacharse para hacerlo.
      Ahora bien, lo que debemos sopesar son si las ventajas compensan las limitaciones inherentes de los progresivos.
      Un progresivo proporciona una visión nítida a todas las distancias a cambio de sacrificar parte de nuestro campo lateral y obligarnos a apuntar nuestra mirada por dónde nos pide la gafa.
      Cuál es la otra opción? Tener varias gafas y nunca poder ver bien a todas las distancias con ninguna. Con la de lejos no ves ni el reloj. Con la del ordenador no ves la tele. Con la de cerca no ves el ordenador. Si me pongo a comer debo elegir entre ver el plato o la cara de los que comen conmigo. Así podría seguir.
      En mi caso no hay color. Los progresivos son la mejor opción y la adaptación no es una opción. Es una obligación, pues la otra opción es, para mi, imposible.
      En tu caso concreto intenta ver todo lo bueno que te ofrecen los progresivos y luego, valora si eso compensa las limitaciones que cuentas, algunas de ellas seguro salvables con el uso de ellos.
      Saludos

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    2. Gracias por contestar tan pronto, Diego. ¿Si me pongo a comer debo elegir entre ver el plato o la cara de los que comen conmigo? Eso sí sería capaz de hacerlo. Pero ¿Entonces tengo que aprender a planchar sin mirar la ropa, guisar sin mirar las perolas, lavar los platos al tacto, etc? Porque mirar esas actividades con nitidez me supone posición muy incómoda y me duelen las cervicales. Probaré a hacer esas actividades sentado, para no tener que bajar la barbilla tanto. Y así entre el ordenador, la tele y las labores hogar sentado que viva el sedentarismo.

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    3. Hola de nuevo. Con un progresivo puedes planchar, guisar o lavar los platos perfectamente. Solo tienes que adaptarte a mirar por la zona adecuada del progresivo. Y puesto que esas distancias son intermedias deberías verlas por la mitad de la gafa, lo que significa que no deberías bajar tanto la barbilla como comentas.
      En un progresivo es clave la adaptación que realiza el usuario, pero también la graduación y el tipo de progresivo que debes usar.
      Si no estás cómodo con la lente vuelve y que te hagan alguna modificación más, si es posible, para que te resulte más sencilla la adaptación.
      Saludos

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  12. Quería hacerle otra pregunta, si es tan amable. ¿Es posiblemente que una persona no necesite en sus lentes progresivas esa zona para las medias distancias? Veo mejor la media distancia con la parte de arriba de las gafas, con la zona de lejos,la media distancia me decían que era para el ordenador, y la veo mejor por arriba, por ejemplo. Por lo que el pasillo de larga distancia a corta distancia en mis lentes progresivas creo que lo que hace es fastidiarme ese espacio que podría haber ocupado la larga distancia y mis cervicales lo agradecerían. Pero no sé si esto que afirmo no es posible y que el pasillo es necesario siempre. Desde luego yo creo que el pasillo de media distancia no lo necesito. Saludos

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    1. Hola de nuevo. Todos tenemos una graduación de lejos y otra de cerca (si ya tienes presbicia), siendo la graduación intermedia lo que se encuentra entre ambos valores.
      Por ejemplo, si tienes +2 dp de lejos y necesitas +4 dp para cerca, en tu zona intermedia verás con unas +3 dp. Y eso es así para todo el mundo.
      Si tu distancia intermedia la ves con la zona superior de tus gafas entonces de lejos no puedes ver correctamente y la graduación debe ser revisada.
      Ahora bien, también puede ser que tu quieras usar esa zona de la gafa por tener mayor campo visual y que, al no usar tu graduación correcta para la distancia que deseas ver y forzar tu acomodación para compensarlo, pues que vengan los problemas que comentas.
      En cualquier caso yo regresaría a la óptica y le comentaría tus problemas pues son ellos los que pueden discriminar si existe un error de graduación o un problema de adaptación.
      Saludos

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  13. Buenas tardes.
    Llevo progresivas desde hace muchos años y acabo de cambiarme la montura: he pasado de llevarlas al aire a unas de pasta con minimo cambio de graduación. Pues bien, estoy con dolor de cabeza desde la misma noche que las estrené y ya llevo dos semanas. Qué podría ser? Puedo pedir cambiar las gafas teniendo la garantía de tres meses? Decir que confío plenamente en el optometrista. Muchas gracias por su respuesta. Saludos. Laura Martín.

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    1. Hola Laura, gracias por comentar.
      Por lo que comentas puede que el problema sea un tema de ajuste de la nueva montura. Las gafas de pasta suelen quedar más pegadas a la cara y es necesario adaptar ciertos parámetros independientes de la graduación. Te recomiendo volver a la óptica y comentarles el problema. Lo mismo es posible solucionarlo sin cambiar de montura.
      Saludos

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  14. Mil gracias por la respuesta y por la rapidez. Muchisimas gracias. Saludos.

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