La óptica, como ciencia de la salud, es una de las especialidades más desconocidas por el gran público. Y la cosa no deja de ser paradójica, pues la óptica se encuentra presente en la totalidad de la vida de los seres humanos. Gracias a la óptica podemos usar gafas, portar lentes de contacto, tener televisores 3D, internet…
El desconocimiento sobre ella llega hasta tal punto
que cosas tan simples como la incapacidad para ver de cerca, técnicamente
conocida como presbicia, sigue sorprendiendo a muchas personas. Y, es más,
optan por soluciones tan sorprendentes como no corregirla creyendo que aumentará si se usan gafas.
Para desmentir este y otros muchos mitos falsos que
rodean la presbicia voy a explicaros, de forma breve y amena lo que es la
presbicia, su causa y los problemas derivados de no compensarla adecuadamente.
Cuando buscas la definición de presbicia en la RAE la definición que aparece es la
siguiente: “Defecto de la visión
consistente en que los rayos luminosos procedentes de objetos situados a cierta
distancia del ojo forman foco en un punto posterior a la retina”.
¿Alguien ha entendido algo?
Punto 1: Yo no lo llamaría defecto de la visión,
pues, del mismo modo, las arrugas deberían ser definidas como defecto de la
piel o las canas como defecto del pelo.
Punto 2: el término cierta distancia es tan ambiguo
como inútil.
Punto 3: Que las imágenes se forman en la parte
posterior de la retina vale tanto para los présbitas como para los
hipermétropes, por lo que la definición podría ser válida para ambas ametropías
(y por paradójico que parezca esta es la parte más acertada).
Si la RAE no es capaz de definir correctamente la
presbicia, ¿cómo pretendemos que las personas comunes logren entenderla?
Más acertada es la
definición que aparece en la página de
Wikipedia, la cual, al fin y al cabo, es más consultada por el gran
público: “La presbicia (del griego
πρέσβυς 'anciano') o presbiopía, también denominada vista cansada, es un
defecto ocular asociado a la edad que aparece generalmente a partir de los 40
años y ocasiona dificultad para ver de cerca. Se debe a la reducción del poder
de acomodación del ojo que provoca disminución de la capacidad para enfocar
objetos cercanos”.
No obstante, debemos matizar algunas cosas.
Punto 1: La presbicia no es un defecto ocular. Es
una condición natural de la evolución vital de nuestra acomodación. Es una
manera elegante de indicar que nuestra acomodación envejece y no es capaz de
realizar su función normal. Ésta no es otra que actuar como el zoom de una
cámara de fotografía. Gracias a nuestra acomodación podemos enfocar objetos a
todas las distancias.
Punto 2: la presbicia, en efecto, suele aparecer
entre los 40-45 años. Y es un hecho irrefutable que todas las personas entre
45-50 años tienen una incidencia de la presbicia del 100%. Es decir, todo ser
humano que alcance los 50 años es un présbita, pues su poder acomodativo es
insuficiente para desempeñar su función (enfocar objetos cercanos)
adecuadamente.
En este momento algún miope estará negando con la
cabeza, pues ellos pueden leer de cerca sin necesidad de gafas. Y también hay
algún entrañable abuelo que lee sin gafas con una edad muy avanzada. Bueno,
esto tiene una sencilla explicación.
La presbicia es lo contrario a la miopía.Si tienes -
2.00 Dioptrías de miopía y te quitas tus gafas para leer estás compensando
+2.00 Dioptrías de presbicia. Si tienes cincuenta años enhorabuena, podrás leer
sin gafas. Pero eso no hace que no seas présbita.
Simplemente tu miopía te
permite esta solución. Y respecto a los abuelos lectores sin gafas una
recomendación: visiten a su oftalmólogo con urgencia. En el 100% de los casos
sufren una catarata (nuclear para más datos) que ha provocado que su ojo se
vuelva miope.
Muchas personas se quejan de que al entrar en la década de los cuarenta se les acumulan los males. La presbicia no deja de ser uno más, asociado al envejecimiento prematuro. Pero esta visión del asunto es errónea por dos motivos:
- No es culpa nuestra que la acomodación ocular tenga tan corta esperanza de vida, la menor de todo nuestro cuerpo. Que aparezca la presbicia no es un signo de vejez general, sino sólo de vejez ocular. Si tu quieres que te afecte a lo que tienes por encima y detrás de los ojos es una decisión tuya personal.
- El origen de la presbicia no se encuentra en la década de los cuarenta, sino mucho antes.
La
acomodación humana es la capacidad que tiene nuestro ojo
para poder enfocar objetos a todas las distancias. La acomodación se realiza
con el cristalino, una poderosa lente
intraocular de unas 20 Dioptrías. Esta lente, que suele equipararse a una lente
oftálmica de unas gafas, es, no obstante,
muy particular:
-
Su índice de refracción es distinto del
centro (1.41) a la periferia (1.38);
-
Aunque de superficie biconvexa, su cara
anterior es más plana;
-
En su composición, el 65% es agua y el
resto proteínas;
-
Apenas pesa 60 mg. al nacer, mientras
que en nuestra vejez ha llegado a un peso de 250 mg. Por tanto, es uno de las
estructuras de nuestro cuerpo que no para de crecer, a razón de una media de
0.02 mm. al año;
Como el cristalino es una estructura cambiante con
el paso del tiempo, su poder acomodativo también lo es. Si al nacer tenemos una
amplitud de acomodación de 20 Dioptrías, lo que significa poder enfocar objetos
cercanos a 5 cm. del ojo, a los diez años ha disminuido hasta las 14 dioptrías.
Nuestra amplitud acomodativa comienza a decrecer de manera imparable a partir
de los 20 años (¡¿Cómo?!). Sí, en lo mejor de nuestras vidas. Lo que pasa es
que aún no la notamos como un problema.
Hacia los treinta años nuestras reservas
acomodativas son de unas 7 Dioptrías y con 45 de unas 3,5 Dioptrías. Y es a
partir de esta cantidad cuando surgen los problemas. Por ello, la necesidad de
colocar en gafas (por poner un ejemplo de posible solución) una adición
positiva que nos sustituya parte de la acomodación perdida.
Nuestra acomodación estará prácticamente agotada a
los 60-65 años, razón por la cual nuestra graduación en gafas será mayor ahora
que con 40-45 años. Y por la misma razón, por no tener acomodación en el ojo,
somos incapaces de enfocar a diferentes distancias. Nuestro ojo se quedó
enfocado sólo para ver objetos lejanos y sólo con adiciones de lentes positivas
lograremos ver objetos cercanos.
Un hándicap de compensar la presbicia con lentes de
cerca monofocales es la cuestión de las distancias. Si la graduación de la gafa
es única y nuestro ojo no tiene acomodación para variar su enfoque el resultado
obvio será una visión nítida sólo en una distancia. ¿Sirve eso de algo hoy día?
Lamentablemente no.
Si pensamos únicamente en nuestras actividades de
ocio os puedo mostrar diferentes distancias próximas: móvil 33 cm.; periódico
40 cm.; ordenador 65 cm.; no es necesario seguir, ¿verdad?
Si queréis conocer las mejores soluciones para
compensar la presbicia os recomiendo leer este post pinchando aquí.
O informaros sobre lentes específicas ocupacionales en este mismo blog.
Por último, no quiero terminar sin desmentir los principales mitos que rodean a la presbicia
entre los profanos en la materia. Son frases que escucho DIARIAMENTE en mi
consulta. Os lo puedo asegurar.
Si
aguanto sin ponerme gafas no me subirá tanto la graduación para cerca
Es la idea errónea más común. Como hemos visto, la
presbicia se debe a un problema de envejecimiento de nuestra acomodación.
Ponerse gafas no acelerará tal proceso ni evitarlas lo frenará. Por tanto,
“aguantar” sin corregir la presbicia no tiene ningún beneficio para nuestro
cuerpo.
Si
me pongo gafas para cerca mis ojos se acostumbrarán a ellas y ya no podré
quitármelas
Yo suelo realizar un símil muy ilustrativo al
respecto. Si cambiamos gafas por coche, ¿ocurre lo mismo? Por tener coche, ¿ya
no puedo ir andando a ningún lugar? Por tener coche, ¿ya no puedo vivir sin él?
El cuerpo suele acostumbrarse rápido a lo bueno. Y
entre ver mal y bien el ojo decidirá lo segundo. Es lógico. Y eso no significa
que no se deba compensar la presbicia. Hacerlo nos otorgará una visión más
cómoda en distancias cortas, lo que redundará en una mejor salud visual y un
mayor rendimiento laboral.
No compensarla nos provocará muchos otros problemas.
Sólo voy a enumerar los más frecuentes:
-
El ojo, desesperado por alcanzar la
demanda de trabajo en cerca que se le exige, realizará una contracción pupilar
(miosis) exagerada. Con ello, además de activar al máximo la escasa acomodación
que le queda, proporciona una mayor profundidad de foco, mejorando algo la
visión próxima. Cuando la presbicia no se compensa, esta miosis se vuelve
crónica y las personas se quedan con unos ojos cuya abertura es excesivamente
pequeña. Personalmente siempre me han parecido ojos muy desagradables, tal vez,
porque no puedo disociarlos al efecto que provoca el consumo de heroína (en
efecto, miosis).Por tanto, no compensar la presbicia no frena su desarrollo y
te deja el aspecto exterior de los ojos como el de un heroinómano.
-
Las tareas de cerca son dejadas de lado
de forma paulatina e inconsciente. Primero porque cada vez cuesta más esfuerzo
mantener una concentración prolongada en cerca; luego, porque de la molestia
pasamos al dolor de cabeza; Muchas personas terminan por dejar de hacer
actividades que les gustaban en cerca porque no están cómodos haciéndolas: leer
en la cama, manualidades…
-
Resulta cómico la manera que tienen
muchas personas de intentar disimular su presbicia y no reconocer que tienen
que visitar la óptica: buscan fuentes de luz natural, se alejan los objetos
cercanos hasta que los brazos no les dan más de sí, dejamos que otros nos lean
las letras pequeñas… ¿Merece la pena ser un inválido visual? Ya hemos visto que
no.
La
presbicia me sube muy rápido, por lo que uso gafas premontadas para cambiarlas
a menudo
Cuando una persona se compra un coche (utilizo
demasiado el símil automovilístico, lo sé) lo elige en función del kilometraje
anual. Si realizas muchos kilómetros al año lo mejor será el motor diésel. Y
puestos a buscar durabilidad, una marca de reconocido prestigio. Es entendible
que no entres buscando el coche “más barato” porque lo vas a quemar muy rápido.
Y no será culpa del coche, ¿verdad?
En óptica ocurre lo contrario. Los présbitas, cuando
compran una gafa monofocal para cerca, buscan lo más económico, cuando deberían
buscar lo contrario. ¿Por qué? Muy sencillo. Son capaces de quitarse y ponerse
las gafas diariamente durante un mes las mismas veces que una persona que las
usa habitualmente durante todo un año. En estas circunstancias, ¿no resulta
obvio que cualquier gafa tendrá una vida útil más corta? (por el “kilometraje”
que se le va a dar) ¿no resulta obvio que necesitamos una gafa resistente si
queremos una duración media de dos años?
Respecto a que la graduación suba rápido o lento es
una excusa que sólo sirve para autoengañarnos. Las gafas para presbicia no
suelen cambiarse antes de dos años (salvo casos muy concretos). Por tanto,
podemos comprarnos lo que queramos, que lo habremos amortizado. Por ejemplo,
una gafa de 200 € entre 730 días (2 años) nos da un resultado de 0.27€ al día.
Algo muy asumible para cualquier persona que cobre 1.000€ al mes (33,30€/día).
¡¡¡¡Se está gastando menos del pico al día!!!!
Por tanto, al igual que no tuvieron a sus hijos
desnudos de bebés porque cada tres meses le cambiaba la talla creo que tampoco
deberían comprometer su salud visual con tan pueriles argumentos.
Por último, respecto a las gafas premontadas os
recomiendo leer este post pinchando aquí. Luego que cada uno compre lo que
quiera.
La
presbicia sólo se compensa con gafas
Las gafas monofocales son el método más habitual (y
económico) de compensar la presbicia. Pero, como es lógico, no es el único.
Existen diversas alternativas:
-
Respecto a gafas tenemos múltiples
opciones: progresivos, ocupacionales, monofocales optimizados con refuerzos
específicos para cerca…
-
Otra solución son las lentes de contacto
progresivas. En mi opinión son recomendables como complemento a las gafas y
nunca como sustitución absoluta de las mismas, pero ese es mi consejo.
-
Cirugía refractiva: Existen dos métodos
principalmente. Tallar la córnea de forma que un ojo se utilice para ver de
cerca y otro de lejos (monovisión); Sustituir el cristalino por una lente
multifocal intraocular;
-
Tratamiento farmacológico: Colirios que
activan los receptores muscarínicos (músculo ciliar). Sólo para los más osados,
pues su aplicación apenas lleva una década de estudios e ignoramos
consecuencias a largo plazo.
¿Me
voy a quedar ciega?
Muchas personas temen que la presbicia les acerque a
la ceguera. Nada más lejos de la realidad. La presbicia les impide ver objetos
en distancias próximas, pero no les deja ciegos. El problema que tenemos
actualmente es que vivimos en micromundos de 5 metros a la redonda, por lo que
una presbicia sin compensar resulta algo tremendamente incapacitante.
El glaucoma, en cambio, si es una enfermedad que nos
puede dejar ciegos. Y casi nadie realiza las revisiones oftalmológicas
adecuadas para evitarlo. Si quieres saber más sobre esta enfermedad pincha aquí.
Espero que ahora, tras leer este artículo sobre la
presbicia (no fue breve, lo reconozco, pero al menos habrá sido ameno, ¿no?)
todo el mundo pueda comprender mejor este estado natural de nuestros ojos
llegados a cierta edad.
Muy buen artículo.
ResponderEliminarYo soy miope y con 39 años empecé a ver mal de lejos, pensando que tenía una presbicia prematura fui al oftalmólogo y me detectaron catarata (debido a tratamientos muy fuertes de medicación).
Ya estoy operada y tengo una lente trifocal para ver en todas las distancias, aunque a la 10 cm la vista no me da.
Cada día más contenta porque es verdad que cuando no ves dejas de hacer cosas que te gustan como leer. Yo me sentía una minusválida visual y es muy triste.
Yo recomiendo también corregir los pequeños "defectos" visuales con gafas y ver bien. A fecha de hoy hay muchos modelos y quedan muy bien como complemento de vestir.
Saludos.
Hola Anchama, gracias por comentar tu experiencia.
EliminarLa vista es uno de los sentidos más importantes que tenemos y uno de los que más utilizamos diariamente. Sin una correcta visión no podemos trabajar, ver el móvil o leer un libro de forma cómoda o eficiente. Por ello es necesario mantener nuestra visión en las mejores condiciones posibles.
Y, en España, es tan sencillo como pasarse una vez al año por la óptica más próxima a nuestro domicilio o por la que tengamos de referencia.
Saludos
Mi hija de tres años lleva gafas por miopía y astigmatismo y mi suegra siempre que tiene ocasión se las quita con ese mismo argumento "para que no le aumente" El oftalmólogo nos dijo que debe usarlas continuamente y nos preocupa esta costumbre suya de quitárselas.
ResponderEliminarHola, gracias por comentar.
EliminarExiste una miopía estructural, en donde las estructuras del ojo lo hacen más potente de lo debido, y otra ambiental, en la que la acomodación del cristalino tiene mucho que ver.
Al tener tres años, quitarle las gafas supone, depende de la graduación, dejarla sin mucha visión. Eso es perjudicial para el ojo y puede volverle vago si no tiene una correcta imagen en retina.
La mejor manera para evitar que la miopía aumente es sacar a tu hija a la calle a menudo, y que pase jugando al aire libre un mínimo de 4 horas. Eso y limitar el trabajo en cerca, algo sencillo para una niña de tres años.
Si en las siguientes revisiones la miopía sigue su avance existen métodos para frenarla un poco, tales como lentillas específicas. A continuación te dejo un post sobre el tema: http://mismentirasfavoritasdiego.blogspot.com/2017/04/la-miopia-no-se-puede-frenar-ii.html
Saludos