Los que me seguís desde hace unos años sabéis que
tengo cierta debilidad por Alemania como destino turístico. Hasta ahora os
había descubierto pequeñas ciudades encantadoras de este país, como Rothenburg
ob der Tauber, Neuschwanstein
o Nuremberg.
Pero creo que es hora de descubriros los encantos de su capital, Berlín.
Dentro de la oferta turística europea, las capitales
son uno de los destinos preferidos y más visitados. Pero, curiosamente, Berlín
no suele estar entre las primeras opciones. Pienso que esta realidad es un
tremendo error, por lo que pondré mi granito de arena para animaros a visitar
esta interesante y moderna ciudad.
¿Os animáis?
Berlín es una ciudad muy particular, pues desde 1945
y hasta 1990 estuvo dividida en dos zonas diferenciadas, una comunista y otra
capitalista. Esta separación se hizo más evidente a partir de 1961, momento en
el cual la urbe quedó dividida por el tristemente famoso Muro de Berlín. El
muro fue derribado el 9 de noviembre de 1989 y la ciudad reunificada al año
siguiente. Resulta muy evidente poder diferenciar las zonas de cada lado aunque
no dejéis engañaros por la separación actual este y oeste de la ciudad, pues se
trata de algo artificial que no coincide exactamente con la división histórica
entre Berlín Oriental y Occidental.
Aunque observar los restos del muro o los puntos de
conexión, como el Checkpoint Charlie, son una visita turística recurrente, en
esta ocasión no voy a realizar comentario alguno sobre ellos por tener ya
dedicado un artículo
monográfico al muro de Berlín.
La
Puerta de Brandemburgo
Madrid tiene su Puerta de Alcalá y Berlín su Puerta
de Brandemburgo. Son unos de los símbolos más universales de la ciudad y una de
sus imágenes más icónicas.
La Puerta de Brandemburgo, al igual que la
madrileña, fue construida en un estilo neoclásico. Pero a diferencia de
la primera, que toma modelo de los arcos de triunfo romanos, la berlinesa emula
la entrada monumental de la Acrópolis ateniense, los famosos Propíleos.
Fue construida entre los años 1778 y 1791, aunque
las esculturas se añadieron cuatro años después. En la parte superior se
encuentra la famosa Cuádriga de Johann Gottfried Schadow, símbolo de la
victoria desde que fuese recuperada por los prusianos en 1814. Napoleón, en
1806, la había trasladado a París tras vencer en la batalla de Jena.
Tras el retorno de este símbolo se le añadió el
báculo que sostiene la figura, compuesto por el águila prusiana y la cruz de
hierro adornada con una corona de laurel. Los bajorrelieves, situados en la
zona interior de la puerta, muestran escenas mitológicas griegas, pudiendo
reconocer a Heracles o a la diosa Minerva.
Puerta de Brandemburgo. Berlín. |
Testigo de numerosos hechos históricos importantes
en Alemania, su visión en vivo, a pesar de tenerla retenida en nuestra memoria,
no defraudará a nadie.
La Puerta de Brandemburgo está situada en el centro
actual de la ciudad (Plaza de París), a modo de separación entre la avenida
Unter den Linden y de la avenida Straße des 17. Juni, que recorre paralela al
gran parque Tiergarten .
En mi opinión, el tramo de la avenida Unter den
Linden que se encuentra entre Friedrichstrasse y el río Spree es uno de los
más bellos de la ciudad, con bellas fachadas de palacios (Zeughaus, Humboldt
Universität) e imponentes iglesias (Friedrichs-werdersche Kirche, St-Hedwigs-Kathedrale).
También destacar el pequeño templete dedicado a todas las víctimas de guerras y
dictaduras, el Neue Wache.
Igualmente interesante es el parque Tiergarten
que se extiende desde la Puerta de Brandemburgo hacia la parte oeste. Antiguo
coto de caza real, hoy es un lugar idílico lleno de agradables paseos, un gran
lago y estatuas de famosos personajes alemanes, como Goethe o Wagner.
Igualmente, visitas imprescindibles en la cercanía
de la puerta de Brandemburgo son el Reichstag (las vistas desde su
azotea son impresionantes) y la Potsdamer Platz, zona del distrito
financiero de la ciudad compuesta por los edificios más modernos y actuales.
El
Pergamonmuseum
El museo de Pérgamo
se encuentra en la conocida como Isla de los museos, una gran franja de tierra que reúne numerosos
e importantes museos, así como la grandiosa Catedral de Berlín.
El Museo de Pérgamo lo he elegido porque, como dijo
un amigo mío, parece que entras en Terra Mítica. Pero con ruinas de verdad. Es
verdaderamente impresionante y posee una de las colecciones de antigüedades más
importantes de Europa.
No se trata de un museo al uso, construido para
albergar obras artísticas que se van incorporando a la colección. Al contrario,
las obras fueron llevadas a Berlín, fruto de diversas expediciones
arqueológicas en los siglos XIX y XX, y el edificio se construyó alrededor de
ellas posteriormente.
El altar de Zeus, de la ciudad de Pérgamo, es
uno de los atractivos más interesantes del museo. Se trata de un edificio
religioso que estaba situado en la Acrópolis de Pérgamo, un altar en donde se
adoraba a Zeus (y tal vez también a Atenea).
El altar de Zeus. Pergamonmuseum. Berlín. |
Aunque su vastas dimensiones sobrecogen, lo más
destacado del conjunto son sus magníficos relieves que decoran el friso del
monumento, los cuales representan la Gigantomaquia y la historia de Télefo,
hijo de Heracles, que indicó a los aqueos la forma de llegar a Troya (no sin
antes enfrentarse al poderoso Aquiles). Lamentablemente, cuando escribo este
post, el monumento se encuentra en reformas hasta el 2019.
Detalle relieves de El altar de Zeus. Pergamonmuseum. Berlín |
Por tanto, os voy a señalar otro de los monumentos
que más me gustaron: la Puerta de Istar, de la antigua Babilonia. Se
trata de una puerta monumental de 14 metros de altura construida en el año 575
a.C. por Nabucodonosor II. Para su edificación se utilizó adobe y cerámica
vidriada de color cielo (debido al uso de lapislázuli) para la base y de color
dorado y rojo para las figuras de animales (dragones, leones, toros…). Yo había
visto algunos de estos relieves en el Museo Arqueológico de Estambul, pero poder
observarlos en su contexto arquitectónico es verdaderamente apoteósico. Una
visita imprescindible.
Puerta de Istar. Pergamonmuseum. Berlín. |
Otros atractivos del museo son la Fachada del
Palacio de Mushatta, los nichos de oración de Kolya, la puerta del mercado de
Mileto y el llamado Salón de Aleppo.
Dentro del resto de museos de la isla me encantó,
como no podía ser de otra manera, el NeuesMuseum, con sus interesantes
colecciones etnográficas, históricas, prehistóricas y, sobre todo, egipcias.
Aquí debo destacar el famoso Busto de Nefertiti.
Busto inacabado de Nefertiti. Neues Museum. Berlín. |
Para consultar horarios y precios nada mejor que
consultar su web: http://www.smb.museum/museen-und-einrichtungen/pergamonmuseum/home.html
La Kaiser-Wilhelm-Gedächniskirche
La Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche, que significa iglesia
en recuerdo del emperador Guillermo, es una de las iglesias más visitadas de
Berlín y otro de sus emblemas más característicos. Y ello se debe a que tiene
un importante significado simbólico. Conocida por los berlineses simplemente
como Gedächtniskirche (iglesia del recuerdo), se trata de un recuerdo de la
destrucción provocada en la ciudad por la Segunda Guerra Mundial.
La iglesia fue destruida por las bombas aliadas en
1945 y hoy día se conserva, únicamente, parte de la torre central del templo,
que antaño presumía de ser la más alta de la ciudad. Su aspecto actual, tal
como quedó tras la guerra, pretende ser símbolo de la barbarie inútil a la que
conducen todas las guerras.
En el interior de la torre (totalmente asegurados
sus cimientos y muros) se expone una muestra fotográfica de cómo era el templo
y cómo quedó tras los bombardeos, entre unos muros que aún conservan algunos
mosaicos originales (que recuerdan al emperador Guillermo I). Igualmente se
expone una cruz ortodoxa donada por Rusia y que conmemora a todos los asesinados
por el nazismo.
La rehabilitación de la zona como referente
turístico se completó condos edificios proyectados por Egon Eiermanny
construidos entre 1957 y 1963. Se trata de una moderna capilla octogonal (llamada
Iglesia Nueva) formada por cristales azules que reflejan una preciosa luz en su
interior; y por un edificio hexagonal repleto de ventanales azules que se
construyó como campanario en 1960. La forma de los tres edificios hace sean denominadas
coloquialmente como "la polvera, el pintalabios y la muela picada ".
Si queréis un consejo os indicaré que la mejor vista
de esta iglesia se consigue por la noche, cuando los cristales azules se
iluminan y se logra crear un bonito efecto.
La Gemäldegalerie
La Gemäldegalerie es el otro gran museo que me gustó
de Berlín. Se trata de una importante pinacoteca que alberga obras de famosos
artistas europeos, entre los siglos XII y XVIII. Y no se trata de obras
secundarias, sino de auténticas obras excepcionales.
Al contrario que en otros museos, aquí fueron
especialistas en arte los que recopilaron las mejores obras pictóricas,
intentando lograr una exposición en donde se representaran las principales
escuelas pictóricas europeas y sus más destacados artistas.
Como es lógico, la parte de maestros alemanes es la
más importante del mundo, destacando obras maestras de Durero (Jakob Muffel), Lucas Cranach el Viejo (Retrato deMartín Lutero) o Hans Holbein
(Retrato del mercader Gisze).
Igual de importantes, para mi gusto, son las salas
que acogen las obras renacentistas italianas y las de los artistas holandeses, pues el
público profano no tendrá dificultades para reconocer famosas obras maestras de
Rembrandt (Moisés con los Diez
Mandamientos), Vermeer (El vaso de
vino), Rogier van der Weyden (el precioso nacimiento del The Middelburg Altar) o Jan Van Eyck (Virgen en la Iglesia) entre otros.
Personalmente, una de las obras que más me gustaron
fue el Amor victorioso del barroco
Caravaggio. Suele tener el subtítulo de Amor
Vincit Omnia (el amor todo lo vence), una frase que hace referencia al verso
69de la Égloga X, dentro de los poemas pastoriles de las Bucólicas, realizadas
por el mítico Virgilio. El artista italiano, representando a un cupido burlón pisoteando
los símbolos de las artes, las ciencias y el gobierno, no pudo plasmar mejor la
esencia de esa frase.
La otra obra que destacaría son Los proverbios flamencos, de Pieter Brueghel el Viejo. Se trata de
un óleo delante del cual podemos pasarnos varios minutos, escudriñando cada
rincón del mismo. El pintor flamenco representó numerosos proverbios populares
en las escenas que pueblan la extraña ciudad. Aunque algunos se perdieron, aún
hoy día muchos están vigentes.
Os animo a buscar entre todas las figuras, como si
fuera un Dónde está Wally?, al hombre
que se golpea contra un muro (Darse contra un muro para señalar el intento de
conseguir lo imposible), al soldado que le pone el cascabel al gato (como símil
de hacer algo muy difícil), al hombre que mira a través de los dedos (para
representar hacer la vista gorda) o el pez grande se come al chico (alegoría de
que los ricos siempre ganan a los pobres).
Proverbios flamencos, de Pieter Brueghel el Viejo |
Si deseáis consultar la colección antes de ir al
museo os recomiendo pasaros por esta muestra virtual: https://www.google.com/culturalinstitute/beta/partner/gemaldegalerie-staatliche-museen-zu-berlin?hl=es
El Schloss Charlottenburg
Este palacio barroco fue construido en 1699 por
orden de Sofía Carlota de Hannover, de la que deriva su denominación (Castillo
de Carlota). Aunque su aspecto no era originalmente tan deslumbrante.
Concebido como una residencia de verano fue ampliado
en varias ocasiones para albergar la residencia oficial de los reyes prusianos.
La cúpula, por ejemplo, se añadió en
1712. La ampliación rococó de Federico II de Prusia y el teatro construido por
Federico Guillermo II terminaron de otorgarle el aspecto que tiene en la
actualidad. Bueno, en realidad, el aspecto actual se debe a la reconstrucción
llevada a cabo tras la Segunda Guerra Mundial, en donde fue muy dañado. En el
interior podréis ver las fotografías de cómo quedó.
Cúpula del Schloss Charlottenburg. Berlín. |
En el exterior son destacables sus hermosos jardines
de estilo barroco (francés), un lugar ideal para pasear entre fuentes y árboles
dispuestos escenográficamente;destacar el lago y algunas construcciones menores
como el Belvedere o el Mausoleo (dinastía Hohenzolern).
Vista panorámica palacio y sus jardines. Schloss Charlottenburg. Berlín. |
En su interior existe un pequeño museo, aunque poder
admirar sus salones barrocos y rococós ya es una atracción turística por sí
misma. Colecciones de porcelana (no dejar pasar el Porzellankabinett), de
orfebrería o de pintura francesa del siglo XVIII son las más impresionantes, al
igual que la capilla real (sólo el púlpito es original; el resto de mobiliario
son copias).
Porzellankabinett. Schloss Charlottenburg. Berlín. |
Esta visita me gustó por ser un buen complemento al
resto de visitas turísticas de la ciudad. Al contrario de todo lo visitado, en
el palacio de Charlottenburg podremos admirar la ostentación existente por la
dinastía imperial Hohenzolern en Prusia.
Visitar el palacio requiere una pequeña excursión , pues
se encuentra algo alejado del centro de Berlín. Se sitúa en Luisenplatz, 1.
Charlottenburg-Wilmersdorf. Berlin, Alemania. Se puede ir en metro (parada Richard-Wagner-Platz
+ paseo 15 minutos) o en autobús (Nº109, 309 y 145).
Espero que este pequeño repaso a Berlin os anime a
viajar y descubrir por vosotros mismos esta maravillosa ciudad llena de
encanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario