Aún estamos saboreando el final de la tercera
temporada de Vikings y ya hemos empezado a visionar nuevos avances de la cuarta
temporada. Os recomiendo ver el tráiler presentado en la Comic-Con de San Diego
(aquí).
A muchos os gustó el artículo que realicé tras
terminar la segunda temporada (se agradecen comentarios públicos en el blog,
además de los privados), donde enumeraba los aciertos y desaciertos históricos
de la serie. Por tanto, aprovechando que aún tenemos frescos los
acontecimientos de la tercera temporada voy a realizar otro similar.
¿Os animáis a descubrir la verdad histórica que
esconde la serie Vikings?
ATENCIÓN SPOILERS
ATENCIÓN SPOILERS
La primera mitad de la tercera temporada de Vikings
sirvió para cerrar la línea argumental en Inglaterra, la cual había quedado
algo abierta al final de la temporada anterior.
En esta ocasión vemos a los vikingos luchando como
mercenarios de los reyes cristianos, algo que ocurrió frecuentemente en la
historia vikinga. Y también los conflictos religiosos que ello implicaba.
Aunque la relación entre Athelstan y Floky fue cortada de raíz de forma traumática (en mi opinión
innecesariamente), ejemplificaba perfectamente el pensamiento contradictorio
que tenían los vikingos tras contactar con los cristianos. El cambio de
costumbres (del saqueo al asentamiento) estaba tan imbricado con la religión
que resultaba difícil separar ambos conceptos en la vida diaria. Como vemos, Ragnar
es capaz de superar unas limitaciones ideológicas que Floky no es
capaz de intuir siquiera.
No soy un especialista en
la historia medieval inglesa, ni mucho menos, pero en esta serie vuelvo a ver
como se seleccionan las partes que nos interesan de la historia y se mezclan
para crear un escenario alternativo que parece del todo real. Vamos con los
ejemplos.
Sabemos que el Reino de Wessex fue uno de los más
poderosos de la época . Y que su rey Ecgbert logró derrotar al rey de
Mercia en 825, lo que le supuso el sometimiento de Kent, Surrey, Sussex y
Essex. En el año 827 formó el reino de Inglaterra y hasta el año de su muerte,
en el año 839, fue el más poderoso de los reinos anglosajones.
La serie nos muestra el
camino hacia la supremacía de Ecgbert en Inglaterra de una manera algo
distinta. No presenta una lucha por Mercia con Beornwulf, sino unas
maniobras diplomáticas que le llevan a dominar el reino por medio del control
de Kwenthrith, la supuesta princesa de Mercia. Este personaje está a
caballo entre dos personajes históricos que poco o nada se parecen a ella:
Eadburh (789-802), una hija del rey Offa de Mercia que recurría al veneno para
eliminar a sus enemigos; y Cwenthryth (inicios siglo IX), hija del rey Coenwulf
y abadesa de Minster-in-Thanet en Kent.
Por su parte, el rey
Aella del Reino de Northumbria, nunca pudo coincidir con el rey Ecgbert
, pues llegó al trono de su reino en el año 862 y murió a los pocos años (867).
Pero Aella da mucho juego y es un personaje fundamental en la leyenda del
vikingo Ragnar, por lo que era imposible no incluirlo.
Por tanto, tenemos un batiburrillo de personajes de
cronologías diferentes, todos mezclados de forma arbitraria según los criterios
de los guionistas, que nos muestran un escenario histórico mitad verídico y
mitad fantástico. Algo típico de Canal Historia.
Respecto a la segunda parte de la tercera temporada,
el acontecimiento clave es el asalto a la ciudad de París. Nuevamente, aunque
los datos históricos nos relatan unos sucesos, los guionistas han preferido
mezclar a su gusto los pasajes históricos que más les agradaban.
Para empezar, Ragnar
no fue ningún visionario que atacó las costas de la actual Francia y sus
ciudades próximas a los ríos principales. Desde inicios del siglo IX la parte
occidental del Imperio Carolingio ya sufrió los ataques vikingos, lo que obligó
al emperador Carlomagno a armar una flota con el objetivo de enfrentarse a
ellos. El Loira y el Sena fueron los ríos que sufrieron las principales
incursiones, siendo Ruán varias veces saqueada.
La expedición a París de Ragnar está datada en el año 845, aunque un par de años antes ya
habían visitado el mismo río guerreros del reino de Vestfold. No fueron las
únicas veces. Tenemos datos de ataques en el 820 y en el 834, siendo a partir
de entonces sistemáticos.
Según cuentan las crónicas, 120 naves vikingas
iniciaron su incursión por el río Sena. Primero asaltaron Ruán, la cual
incendiaron, logrando un gran botín (14 mayo). Luego, según penetraban río
arriba, fueron saqueando los diversos monasterios que fueron encontrando a su
paso (Jumiége, Fontenelle). Carlos el Calvo, decidido a que no destruyeran
Saint-Denis, reunió un ejército que se enfrentó a los vikingos. Optaron por la
mala estrategia de dividirlo en los dos lados del río, gracias a lo cual los
vikingos pudieron derrotar al contingente menor y atemorizar al otro colgando a
111 prisioneros (os suena, ¿verdad?).
El día de la celebración de la Pascua cristiana
(28-29 de marzo) atacaron y saquearon la ciudad de París, aprovechando que la
celebración cristiana había mermado las defensas (algo típico de los vikingos
era aprovecharse de estas circunstancias). Luego sometieron a la ciudadela a un
asedio, durante la cual su campamento fue asolado por la peste. Finalmente, el
pago de 7.000 libras francesas, hizo que Ragnar
levantara el sitio y volviera a su casa. Lo que no fue óbice para seguir
saqueando todo lo que encontró a lo largo de la costa.
Estos episodios históricos hubiesen estado muy
interesantes, pero los guionistas prefirieron saltarse unos cuantos años y
reproducir el conocido como Sitio de París (885-886). Las semejanzas con lo
narrado por el monje benedictino Abbo, testigo directo de los sucesos, es más
que evidente.
Este asalto fue llevado a cabo por el vikingo
Siegfried, quién se aproximó a la ciudad con nada menos que 700 naves. Su
primer asalto fue contra la torre que defendía el puente que llevaba a la Isla
de la Cité, pero fue repelido por los defensores. Luego, los vikingos
intentaron sobrepasar las murallas mediante balistas, pero también fracasaron,
al utilizar los defensores catapultas.
Los vikingos no habían llegado hasta allí para
marcharse con las manos vacías, por lo que acamparon en una orilla y fabricaron
máquinas de asalto (catapultas y torres). En sus siguientes ataques utilizaron
formaciones de escudos para aproximarse a las murallas (similares al testudo de
los romanos y que vemos en la serie) y torres de asalto, pero todos sus
intentos fracasaron.
Por su parte, los defensores tampoco tenían todas
consigo. La peste asoló la ciudad y una fuerza de socorro fue aniquilada por
los vikingos. En esas penosas
circunstancias decidieron negociar. Al final, se llegó a un acuerdo en donde se
pagó un cuantioso tributo por levantar el sitio y se permitió a los vikingos
pasar a Borgoña, para que siguieran con sus saqueos en una zona que no
reconocía a Carlos el Gordo, emperador por aquel entonces.
Por último, no quería dejar de comentar el final de
la serie, con el compromiso de matrimonio de la hija del emperador francés y el
hermano de Ragnar, Rollo.
La cesión de tierras a los atacantes vikingos ya la
tenemos confirmada desde la década de 840, cuando Pepino II de Aquitania,
solicitó ayuda y autorizó a instalarse a un contingente vikingo en la
desembocadura del Garona. Pero el episodio que aparece en la serie me recuerda,
notablemente, al asentamiento del gran líder Hrolf Ganger, en el año 911. Tal
vez su apodo os sirva para confirmar la coincidencia: le llamaban Rollon el
Caminante.
Este personaje era un exiliado noruego que, al
frente de un grupo de vikingos, asoló el Canal de la Mancha, tomando Ruan y
asediando París (sin éxito) en el año 910. Carlos el Simple llegó a un acuerdo
con Rollon para evitar que siguiera saqueando la zona durante los años
sucesivos. A cambio de la lealtad al monarca francés, la conversión al
cristianismo, el matrimonio con una de sus hijas y el compromiso a evitar que
otros vikingos atacaran la región, Rollon obtuvo tierras en Neustria (noroeste
de Francia), las cuales serían, con el tiempo la base de la futura Normandía.
Pero lo más importante fue que Rollon logró fundar una dinastía ducal que, tras
el paso de las generaciones, lograría conquistar Inglaterra a través de
Guillermo el Conquistador.
Vikings 4 season |
Pero creo que los guionistas de la serie no nos
tienen preparado nada de esto para la cuarta temporada de Vikings. Mucho me
temo que Ragnar no se apiadará de su
hermano en esta ocasión, el cual no es la primera vez que le traiciona, y se
tomará la venganza definitiva. Pero eso está por verse. Como la venganza que
llevará a cabo en tierras inglesas. Mucha tela que cortar para nuestro amigo,
que deberá apoyarse en nuevos compañeros, ya que de los anteriores apenas le
queda nadie de fiar (salvo su hijo).
Esperaremos ansiosos la vuelta de nuestros vikingos.
¿No os parece?
BIBLIOGRAFÍA
Miguens, Silvia: Breve
historia de los piratas. Nowtilus.
2010.
Mawer, Allen. The
Cambridge Medieval History vol. III, Cambridge
University Press, 1922.
The viking
Age, ed. A.A.
Sommerville / R.A. McDonald, University of Toronto Press, 2010.
The Siege of Paris year 845. En la red: http://www.janson.no/en/spotlighten/item/389-the-siege-of-paris-year-845
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