Hace unos años realicé un
viaje en coche por la parte francesa de los Pirineos. Bueno, concretamente se
trató de una ruta en la que visité varias ciudades importantes del sur de
Francia. Entrando por Perpiñan, visite Narbona, Toulouse, Albi o Lourdes entre
otros muchos lugares. Es un viaje maravilloso y bastante desconocido para mucha
gente, por lo que os animo a realizarlo en cuanto tengáis un poco de tiempo.
Aprovechando mi experiencia
de aquel viaje quiero compartir con vosotros una experiencia maravillosa, la de
visitar una auténtica ciudad medieval. Carcassonne es uno de esos destinos que
merece ver, al menos, una vez en la vida. Por lo que el post siguiente sólo pretende
convenceros y ayudaros con la logística del viaje.
¿Os animáis?
Dos de las principales quejas
que encontré entre las personas que habían visitado Carcassonne antes que yo
eran las relativas al aparcamiento y al
alojamiento. Si en el primer caso resultaba casi imposible encontrar un sitio
cercano que no fuese de pago, en el segundo la queja venía por el excesivo
precio de las habitaciones.
Pues bien, tras investigar un
poco por la red encontré la solución perfecta a tales dificultades. Estoy
hablando del Camping La cité de
Carcassonne. Se trata de un sitio perfecto para visitar la ciudad, pues se
encuentra a escasos 900
metros. Además, el paseo es muy agradable, junto a un
canal del río L´Aude. Y la llegada a la ciudad incomparable, al pie de sus
majestuosas murallas.
¿También sois vosotros reacios
a los campings? Bueno, pues indicaros que este camping es de calidad superior.
Las parcelas donde plantar la tienda se encuentran separadas por unos setos que
aportan una sensación de intimidad que no encontré en ningún otro lugar. Los
baños y zonas comunes están totalmente limpias y son bastante prácticos. Y,
como colofón, tiene un par de maravillosas piscinas donde darse un chapuzón y
descansar después de un agotador paseo turístico por la empedrada ciudad.
Si queréis echar un vistazo
al lugar os dejo su página Web: http://www.campingcitecarcassonne.com/
¿Cuáles son los atractivos de
Carcassonne? A continuación os muestro sus principales visitas y atractivos
turísticos.
Las puertas a la ciudad.
Si llegáis a Carcassonne
desde el camping la puerta por la que entraréis es la llamada Porte
d´Aude. Además de ser impresionante, es la que os llevará por el recorrido
más pintoresco dentro de la vieja ciudad amurallada. Y seguro que a todos los
que vierais la famosa película de Robin
Hood, el príncipe de los ladrones os resultará vagamente familiar.
Justo al otro lado de la
ciudad se encuentra la
Puerta Narbonnaise,
curiosamente la entrada principal a la ciudad en el pasado debido a la
importancia que poseía la conexión con la ciudad de Narbona (de ahí su nombre).
Esta puerta es una fortificación en sí misma, con sus dos poderosas torres
guardando la entrada. Aunque
la vista del conjunto defensivo es impresionante debemos indicar que en la
restauración llevada a cabo por Viollet-le-Duc se
añadieron ciertos elementos que no existían originalmente, como el puente
levadizo o los techos cónicos azulados de muchas torres.
Además de las magníficas
vistas que encontraréis aquí del recinto amurallado, la figura de una dama
esculpida os llamará la
atención. Se trata de la princesa Carcas, la cual da nombre a esta ciudad.
La leyenda cuenta que cuando
la ciudad estaba sitiada por Carlomagno y estaba a punto de rendirse por hambre
tras varios años de asedio, esta princesa ideó un plan para evitar la claudicación. Alimentó
con todas las provisiones al único cerdo que quedaba en la villa y lo soltó
fuera de las murallas. El emperador pensó que, con este gesto, los sitiados
tenían provisiones suficientes para seguir aguantando indefinidamente, por lo
que decidió levantar el asedio. En ese momento la princesa hizo repicar las
campanas para firmar un tratado de paz. Por tanto, el legendario nombre de la
ciudad provendría de la unión del nombre de la princesa y del sonido de las
campanas: Carca…sona.
Una leyenda muy bonita pero
tremendamente improbable, ¿verdad?
Les Lices
Se trata de un espacio
situado entre el doble cordón de murallas, a través del cual podremos dar una
vuelta completa a la
ciudad. Además de comprobar la inmensidad de la construcción
podremos fijarnos como fue evolucionando el estilo arquitectónico de la época,
el cual se encuentra plasmado en muros y torres de la muralla interior.
Mientras las piedras más grandes datan de época romana, los ladrillos corresponden
al siglo V. Las ventanas geminadas y las piedras más uniformemente labrada data
del siglo XIII. La muralla exterior es algo posterior y fue construida entre
los siglos XIII y XIV.
Para todos aquellos a los que
les gusten los números os indicaré que el recinto amurallado doble contiene 52
torres y mide unos 3 Km.
de perímetro. Algunas torres son visitables y se han aprovechado para crear
pequeños museos. Por ejemplo, entre el castillo y la iglesia encontraréis una
torre que muestra unas mazmorras y objetos de tortura (llamada de la inquisición),
la denominada de la Vade contiene un ecomuseo y en la Puerta Narbonnaise
encontraremos una sala de exposición temporal.
En este lugar, en el siglo
XVIII, se formó una barriada de casas humildes que con la restauración llevada
a cabo en el siglo XIX por el famoso Viollet-le-Duc
desaparecieron sin dejar rastro.
Una vuelta por este lugar es
siempre recomendable; pero resulta tremendamente aconsejable en el momento en
el cual se oculta el sol y se van encendiendo las luces que iluminan las torres
y la muralla. La
atmósfera mágica que se crea en este lugar escasamente transitado os la
guardaréis para siempre.
El Castillo
Dentro del recinto amurallado
de la ciudad encontraréis todos aquellos lugares típicos que reproducen las
villas medievales. Uno de los más importantes es el castillo, lugar de
residencia de los Trencavel, vizcondes
de Carcasona. Entrando por la puerta cercana al camping os toparéis con
él siguiendo tranquilamente la Rue de la Porte d´Aude. Se trata de una
fortaleza dentro de la fortaleza y se accede por un puente sobre foso. En su
interior podremos visitar su diferentes torres, patios de armas y salones,
donde existe un museo de la ciudad con interesantes piezas, tales como lápidas,
sarcófagos, estatuas y pinturas (Depôt
lapidaire). Además, en una visita guiada, podréis recorrer las murallas y
sentiros como un soldado medieval paseando por el camino de ronda.
Murallas del Castillo integradas en la fortificación general |
En total pasaréis dentro unas
dos horas y la entrada no supera los 10€.
La Basílica de Saint-Nazaire y Saint-Celse
La iglesia es otro de los
elementos principales de toda ciudad medieval. Se trata de una basílica y no de
una catedral porque desde 1801 perdió esa categoría, al trasladarse la sede
episcopal a la ciudad baja (Iglesia de Saint-Michel). Recibió el título de
Basílica en 1898, gracias al Papa León XIII.
Lo más destacado de esta
iglesia, cuya entrada es gratuita, es la perfecta comunión que presenta entre
dos estilos totalmente opuestos. La nave está construida bajo el estilo
románico, mientras que el coro y el transepto fueron realizados en un elegante
y esbelto estilo gótico. Esta simbiosis, y en este orden, es algo excepcional,
pues las iglesias siempre comenzaban a construirse desde el coro, mientras que
aquí parece que siguiera el orden inverso. Percibiréis perfectamente la
diferencia entre los muros gruesos, los arcos de medio punto y la escasa
iluminación de la primera zona y la altura y luminosidad que presenta la
segunda, gracias a unas vidrieras que son de los mejor que veréis en toda la
región del Midi. En ellas aparecen representadas varias escenas de la vida de
Jesucristo y los apóstoles. Os aconsejo visitar la iglesia tanto por la mañana
como al atardecer, pues mientras que en el primer caso veréis iluminado el
rosetón norte, en el ocaso de día será el sur el que bañe con sus dorados el
interior de la iglesia.
En la plaza de esta basílica
se encuentran dos edificios antiguos muy pintorescos: una de las casas más
antiguas y fotografiadas de la ciudad y el Hôtel de la Cité, ubicado en el antiguo palacio episcopal.
El Teatro Jean
Deschamps
Este curioso teatro al aire
libre se sitúa en el lugar donde antiguamente se encontraba el claustro de
Saint-Nazaire, junto a la basílica. Levantado en 1908, desde 1957 acoge el
festival anual de la ciudad, uno de los eventos más importante del verano,
donde se suceden funciones de ópera, teatro y musicales.
Callejear por la ciudad
Si deseáis ver Carcasona en
una mañana la ciudad es lo suficientemente pequeña para abarcarla sin
problemas. Visitar los puntos más interesantes y entrar en algún museo no os
llevará más tiempo. Pero yo os recomiendo que disfrutéis pausadamente de la
ciudad, dedicándole un par de días, en los cuales podréis empaparos de toda la
belleza que encierra.
Pasear relajadamente por sus angostas
calles y descubrir rincones fuera del circuito turístico es uno de los mayores
atractivos que pude encontrar. Las numerosas tiendas de souvenirs medievales
inundan las calles más céntricas y los puntos de interés turístico, lo que
desvirtúa un poco la
visita. Pero existen lugares preciosos para sentarse y
disfrutar viendo como pasa la vida ante nosotros. Fijarse en las pequeñas
plazoletas escondidas en el enmarañado entramado urbano, admirar las fachadas
de las casas, con sus entramados de madera y sus blasones, sentarse en un
restaurante y disfrutar del plato típico de la ciudad, la Cassoulet (algo parecido a una fabada pero con pato y
salchichas)
Museos
Existen varios museos en la
ciudad, todos ellos dedicados a explotar el periodo medieval. Ya hemos
comentado la existencia de un museo de la inquisición en una de las torres de la muralla. Del resto os
recomiendo los siguientes:
·
Mémoires du Moyen
Age (en la calle Chemin
des Anglais, enfrente puerta Narbona, fuera del recinto amurallado): Contiene
varios elementos audiovisuales y maquetas que muestran la ciudad en tres de sus
etapas más importantes: el inicial asentamiento romano en
el siglo tercero, la ciudad hacia el año 1200 y durante el sitio de 1240.
·
Museo de la
Escuela (Rue du Plô): Se trata de la reproducción de una escuela del siglo XIX
con muebles y objetos de la
época. Además existen talleres donde aprender a escribir con
pluma.
·
Im@ginarium (Rue
Saint-Jean): Se trata de un museo interactivo donde por medio de audiovisuales
conoceremos la época de la cruzada albigense, momento en el cual la ciudad fue
asediada y tomada. La visita se divide en tres partes: una presentación de 15
minutos, sala de exposiciones y un centro multimedia.
La bastilla de Saint-Louis (la ciudad baja)
Para llegar a la ciudad baja
desde la ciudadela medieval tendréis que pasar por un curioso puente que data
del siglo XIV. El Puente Viejo (Pont
Vieux), que forma parte del Camino de Santiago, tiene 12 arcos y lo más
interesante son las vistas que se obtienen del recinto amurallado. Las mejores
fotografías las tomaréis por la tarde, cuando el sol se encuentre a vuestra
espalda. Y si esperáis un poco al anochecer también es destacable la vista del
puente nuevo iluminado.
Os recomiendo el recorrido
siguiente para descubrir la ciudad baja. Tomar la Rue des 3 Couronnes tras
cruzar el puente, la cual os llevará a la zona del Boulevard Camille Pelletan.
La ciudad baja está rodeada por estos lugares tan apropiados para el paseo;
fueron construidos en el siglo XIX en el lugar donde se ubicaba el foso de la
ciudad medieval.
Seguir el Boulevard hasta
llegar a un amplio lugar hasta llegar a la Puerta de los Jacobinos, la única en
pie de las cuatro que tenía la ciudad. Atravesándola os meteréis de lleno en la
ciudad baja. Muy cerca, a vuestra izquierda, tenéis la Catedral de Saint
Michel, la cual merece una visita. Su estilo gótico es muy atractivo
visualmente, al igual que su decoración pictórica interior.
El lugar más comercial de la
ciudad baja es la línea recta que forman la Rue Courtejarie y la Rue George Clemenceau.
Aquí se agolpan todos los comercios de la zona y siguiéndola nos llevará a la Place Carnot,
auténtico centro de la planta ortogonal de la ciudad baja. En esta animada
plaza podréis tomaros un café en sus muchos bares, a la sombra de sus ya
típicos plataneros. Para los aficionados al Atlético de Madrid comentar que en
el centro de esta plaza se encuentra una fuente dedicada al dios Neptuno. Y
para los aficionados a los mercadillos, todos lo martes, jueves y sábados
existe un mercado de frutas y verduras de la zona.
Siguiendo la Rue George Clemenceau
un poco más, llegaremos a un par de de lugares cuya visita es también
interesante. A nuestra izquierda (siguiendo la Rue du 4 Septembre) encontraremos
la Iglesia de Saint-Vicent, difícilmente confundible debido a su octogonal
campanario. De estilo románico bizantino, su interior guarda numerosas joyas
artísticas, entre pinturas, esculturas y reliquias. Aunque no es catedral su
visita no defraudará a nadie. Un poco más arriba, en la misma Rue George
Clemenceau encontraremos la Capilla de los Carmelitas, una iglesia sencilla y
que desprende una paz incomparable.
Otros lugares de interés son
la Rue de Verdún y la
Rue Aimé Ramond,
perpendiculares a la calle comercial antes citada, donde se ubican varios palacios
de hermosas fachadas, la celda del poeta Joë Bousquet y el recoleto Museo de
Bellas Artes, con una colección de pintura y cerámica a partir del siglo XVI
donde tienen amplia representación artistas locales aunque también podremos
admirar algún Chardin o Rigaud.
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