Uno de las principales molestias oculares que nos remiten los pacientes en la consulta optométrica es la sequedad ocular. Pacientes usuarios de lentes de contacto u operados con cirugía ocular nos piden consejo sobre como aliviar la sensación de escozor que tienen durante muchos momentos del día. Muchos otros ni tan siquiera nos consultan, pensando que es una condición normal del envejecimiento ocular.
Por tanto, con el fin de dar a conocer y abordar un
problema de rabiosa actualidad, por su exponencial incidencia, hoy comentaremos
algunos aspectos del síndrome
denominado ojo seco.
¿Qué
es el ojo seco?
La definición de ojo seco, según el informe Dry Eye WorkShop (2007) es la siguiente:
“El ojo seco es una enfermedad multifactorial de las lágrimas y la superficie
ocular que causa síntomas de incomodidad, molestias visuales e inestabilidad de
la película lagrimal, con potencial daño a la superficie ocular. Está acompañada por un aumento de la
osmolaridad de la película lagrimal e inflamación de la superficie ocular”.
¿Existe
un solo tipo de ojo seco?
Debido a la variabilidad de factores que intervienen
en la aparición de esta enfermedad el ojo seco puede dividirse en varios tipos.
Por resumir un poco, lo dividiremos en tres tipos: hiposecretivo, hiperevaporativo
y mixto.
El ojo seco
hiposecretivo, el menos frecuente porcentualmente de los tres y asociado,
generalmente, a personas mayores, se caracteriza por una deficiente secreción
acuosa de la lágrima.
El ojo seco
hiperevaporativo suele estar causado por una disfunción en la capa lipídica
de la lágrima, cuya principal consecuencia es la excesivamente rápida
evaporación lagrimal. Ello conlleva un exceso de lagrimeo por parte del
paciente. Asociado principalmente a personas jóvenes, usuarios de ordenador
(disminuye frecuencia de parpadeo) y lentes de contacto, es el tipo de mayor
presencia porcentual, representando más del 50% de los casos totales.
El ojo seco
mixto supone algo más de un tercio del total de casos de ojo seco y
comparte sintomatología de los dos tipos anteriores.
¿Qué
provoca el síndrome de ojo seco?
Ya hemos comentado que cada tipo de ojo seco puede
estar causado por diferentes motivos.
En lo relativo a un problema en la secreción lagrimal, las principales causas son: el síndrome de Sjogren, deficiencias de la
glándula lagrimal principal o secundaria, obstrucción de los conductos de la
glándula lagrimal o hiposecreción refleja sensorial o motora.
De forma general, la evaporación lagrimal puede deberse a dos causas:
-
Intrínsecas:
disfunción glándulas de Meibomio, desórdenes de la apertura palpebral, párpados
o globo ocular y baja frecuencia de parpadeo.
-
Extrínsecas:
déficit vitamina A, porte de lentes de contacto, conjuntivitis alérgicas o
interacciones con los componentes preservativos de fármacos tópicos.
Como podemos imaginar, estas causas pueden deberse a
problemas crónicos o transitorios. En muchas ocasiones, los oftalmólogos
indican que todas las personas sufren, en algún momento de su vida, un problema
de ojo seco.
¿Cuáles
son los síntomas más frecuentes del ojo seco?
Esta enfermedad tiene entre sus síntomas más
frecuentes uno de los que me gusta denominar Eyeronic, es decir, un aspecto irónico de nuestra profesión. El
paciente llega a tu consulta con el problema de no parar de lagrimear constantemente. Y tras
realizarle las pruebas correspondientes le diagnosticas ojo seco. Cuando le
comentas el diagnóstico en todos los pacientes aparece la misma cara de
incredulidad. Es el gesto de “¿pero qué demonios me estás contando?”.
Todo tiene una explicación. La película lagrimal del
ojo se rompe con excesiva facilidad y en un tiempo tan breve que puede dañar
nuestra córnea. El cerebro, con el objeto de paliar tal problema, segrega
lágrima constantemente. Pero al no ser de una buena calidad, la rotura lagrimal
continúa ocurriendo a pesar de tal medida. La consecuencia es que nuestros ojos
no paran de llorar y, aún así, tenemos sensación
de escozor y arenilla en un ciclo interminable; ello se debe a que nuestra
capa superficial ocular está expuesta sin lágrima al roce de los párpados, lo
que ocasiona inflamación primero y destrucción celular después.
La sensación de escozor suele ser típica en la
mañana y se potencia en ambientes cargados, por la polución urbana y con el uso
de aire acondicionado.
Otro síntoma importante es la molestia visual, es decir, la pérdida de agudeza visual esporádica.
La rotura de la película lagrimal provoca que en ciertos momentos nuestra
visión no sea la correcta.
En 2013 se publicó un estudio realizado en el
Quinze-Vingts National Ophthalmology Hospital de París respecto al desempeño al
volante de personas afectadas por ojo seco. Según sus conclusiones, estos
pacientes cometieron fallos, especialmente significativos, en situaciones
específicas, tales como cruces o rotondas, respecto al grupo de control. Por
tanto, este síntoma, bastante frecuente en las personas afectadas por ojo seco,
puede provocar molestias que generen incapacidad o limitaciones graves en
diversos aspectos de la vida diaria.
Igualmente, muchas personas refieren problemas de fotofobia, es decir, un
aumento de la sensibilidad ocular a la luz. El ojo, al estar más sensible y
tener una zona dañada (córnea) se ve afectado, con más intensidad, por la
radiación solar ultravioleta. Recordemos que la córnea absorbe toda la
radiación por debajo de 300 nm., es decir, el UV-B.
¿Cuál
es la prevalencia del ojo seco entre la población?
Los estudios muestran datos muy dispares según la geografía, los rangos de edad e, incluso,
la definición que se utilice de ojo seco. De forma general se estima que el ojo
seco afecta entre un 5% y un 30% de la población.
En un relativamente reciente trabajo realizado en
2004 (Petricek, Prost y Popova) en los países de Europa del Este y Oriente
Medio el porcentaje ascendió al 25%. Sin duda, esta cifra está más en
consonancia con la generalidad poblacional presente.
¿Qué
pruebas existen para diagnosticar esta enfermedad?
Este apartado es un tema específico que en España
tratan los oftalmólogos, por lo que no me voy a extender mucho. Únicamente
citaré las principales pruebas que se realizan actualmente para diagnosticar
esta enfermedad:
-
Exploración con lámpara de hendidura:
una inyección conjuntival excesiva o la tinción de córnea o conjuntiva nos debe
poner en alerta si existe una sintomatología asociada. Es típica la tinción en
la apertura palpebral (queratitis punctata)
y a las 6. No obstante, existen casos de ojo seco sin tinción
superficial y viceversa.
-
Estabilidad película lagrimal: Se mide
el tiempo que tarda en romperse la película lagrimal desde el último parpadeo
(TBUT). Aunque anteriormente se solía hacer con fluoresceína, se ha comprobado que
es mejor utilizar otros métodos, pues esa tinción reduce, por sí misma, la
estabilidad de la película lagrimal. Sin duda, es la prueba principal para el
diagnóstico del ojo seco, aunque su principal problema es la falta de consenso
sobre el valor de corte en el que se considera ojo seco. De forma general,
valores inferiores a 10 segundos pueden considerarse indicativos.
-
Evaluación volumen lagrimal: el Test de
Schirmer fue el primer test utilizado para diagnosticar ojo seco y aún hoy se
sigue utilizando. Consiste en introducir una tira de papel en el borde temporal
del párpado inferior y medir lo que se humedece en un tiempo determinado. En
los ojos secos hiperevaporativos nos puede dar un falso negativo.
-
Morfología de párpados y glándulas de
Meibomio: Existe un método diagnóstico, denominado LIPCOF que predice el 93% de
los casos de ojo seco. Consiste en observar la altura o numero de pliegues de
la conjuntiva bulbar, paralelos al margen temporal del párpado inferior. Si al
levantar el párpado inferior de la superficie ocular los pliegues desaparecen
estamos ante un ojo seco. Se suele utilizar en el ámbito germano. Igualmente,
estudiar la secreción de las glándulas de Meibomio nos aportará una valor
indirecto de la capa lipídica lagrimal, aunque en este caso la subjetividad del
examinador es un factor importante a la hora de evaluar los resultados.
-
Agudeza visual: se utiliza el test de
Disminución de la Agudeza Visual en el Intervalo entre Parpadeos (DAVI). Los
afectados por ojo seco sólo son capaces de mantener su mejor Agudeza Visual
durante 9 segundos.
-
Otros: la medición de la capa lagrimal
con Tearscope ya no suele realizarse a pesar de su relativa importancia para
evaluar la capa lipídica lagrimal, mientras que evaluar el efecto
“limpiaparabrisas” es uno de los nuevos métodos diagnósticos más prometedores.
¿Qué
medidas podemos adoptar para tratar el ojo seco?
Lo primero que debemos indicar es que no existe una
cura para el ojo seco. Y ello se debe a que, en la mayoría de las ocasiones, no
conocemos su causa. Únicamente los casos de ojo seco provocados secundariamente
a enfermedades sistémicas (artritis reumatoide) serán tratados y eliminados.
En el resto de los casos los tratamientos se
dirigen, principalmente, a paliar las molestias que genera esta enfermedad y
prevenir las posibles complicaciones.
Sin duda, el uso
de lágrimas artificiales es la principal arma con la que combatimos el ojo
seco. Muchas personas profanas desconfían de ellas al pensar que el alivio es
escaso y poco duradero. Pero eso era antes, cuando las lágrimas se utilizaban
como humectantes. Hoy en día existen lágrimas específicas para el ojo seco,
cuyas características consisten en potenciar la lubricación y prevenir la
evaporación.
Para una buena humectación es necesaria la presencia
de un emoliente que libere lentamente el agua, con el objeto de proporcionar
una hidratación duradera. También es importante que las lágrimas contengan un
componente lubricante, que reduzca la fricción ocasionada por los párpados. Por
último, en los casos de ojo seco hiperevaporativo, existen lágrimas que
incluyen compuestos que mejoran la capa lipídica lagrimal. En estos casos,
además, es importante que el conservante de la lágrima no sea el Cloruro de
Benzalkonio (BAK), pues desestructura la capa lipídica.
Entre las diferentes lágrimas que existen en el
mercado, una de las que mejor me han funcionado personalmente son las lágrimas
Systane (Alcon). La principal
ventaja de este producto es que al instilarse en el ojo el líquido va
adquiriendo viscosidad al mezclarse con la lágrima. El resultado es la creación
de un gel, una especie de película protectora que humidifica y lubrica la
córnea de forma prolongada y favorece, de esta forma, la regeneración ocular.
Su PH neutro (7) y la inclusión como conservante del cloruro de polidronio
(POLYquad) tiene como doble característica ser útil para los ojos secos
hiperevaporativos y permitir un poder conservante del producto, una vez
abierto, de hasta 6 meses.
Este producto se comercializa en lágrimas y en gel,
aunque este último debe administrarse sin lentes de contacto y por la noche
antes de dormir, al empeorar temporalmente la visión.
La segunda vía de tratamiento del ojo seco consiste
en incidir en diversas medidas
terapéuticas, encaminadas a mejorar el ambiente en el que nos movemos,
nuestra dieta o alguna parte concreta de nuestra salud ocular.
Por ejemplo, para personas con el cutis graso,
resulta fundamental realizar una adecuada limpieza palpebral, pues el
taponamiento de las glándulas de Meibomio influye negativamente en la capa
lipídica lagrimal, favoreciendo la evaporación de la misma. Una simple limpieza
específica con toallitas puede prevenir futuras molestias de sequedad.
Igualmente, en los usuarios de lentes de contacto la
disminución de la frecuencia de parpadeo puede terminar favoreciendo una
evaporación de la lágrima. Por ello es fundamental utilizar limpiadores
adecuados con las que tener lentillas en las mejores condiciones técnicas, así
como respetar los horarios de porte recomendados. Igualmente, para casos de
intolerancia, una buena solución es cambiarse a los nuevos materiales de
hidrogel silicona (SiH), mucho más porosos al oxígeno que los tradicionales, o
reducir el tiempo de reemplazo. Cambiar a un reemplazo quincenal, como las
lentes ACUVUE OASYS o incluso diario, destacando la TOTAL 1 DAY de la casa
ALCON pueden ser buenas opciones para todos aquellos que pensaban que no
volverían a usar lentillas por problemas de incomodidad.
Pequeñas variaciones en las condiciones ambientales
habituales pueden mejorar sustancialmente problemas puntuales de sequedad
ocular. Resulta evidente que el trabajo delante de una pantalla de ordenador
reduce considerablemente la frecuencia de parpadeo, lo que puede derivar en
problemas de evaporación lagrimal. Una buena medida para minimizar tal
circunstancia es la de colocar el monitor por debajo de la altura de los ojos,
pues de esta forma estrechamos todo lo posible la apertura ocular, minimizando
considerablemente la evaporación. También resulta recomendable realizar
descansos periódicos si se trabajan muchas horas delante de un monitor, los
cuales consistirán en mirar hacia lo lejos y cerrar los ojos un rato para
descansar.
Igualmente, no abusar del aire acondicionado
resultará muy beneficioso para pacientes con problemas de sequedad, pues estos
aparatos secan en exceso el ambiente. Ante la imposibilidad de alejarse del
aire acondicionado, una buena opción son los humidificadores ambientales.
Ciertos medicamentos favorecen la evaporación
lagrimal o influyen negativamente en su producción, razón por la cual los
pacientes con sequedad deberían minimizar la toma de antihistamínicos y
antidepresores.
Por último, dietas ricas en ácidos grasos omega-3
son muy beneficiosas para personas con sequedad ocular, pues este ácido graso
esencial inhibe la síntesis de los mediadores inflamatorios. Resulta muy
frecuente que personas con ojo seco cursen con cuadros de inflamación ocular,
siendo un tratamiento del ojo seco la receta de antiinflamatorios. Por tanto,
podemos ayudar a nuestro organismo ingiriendo alimentos ricos en omega-3, tales
como sardinas, anchoas, atún, salmón… Puesto que en nuestra dieta occidental la
proporción omega-6 respecto a omega-3 está muy desproporcionada hacia el
primero, no resulta descabellado pensar en complementar nuestra dieta con
suplementos alimenticios que contengan omega-3 si sufrimos de sequedad ocular.
Una buena manera de adquirir estos ácidos grasos esenciales es mediante el
producto Systane Vitamin, unas cápsulas que se toman tres veces al día en forma
de geles líquidos.
Como conclusión indicar que en las ópticas podemos
manejar numerosos casos de ojo seco en sus primeras etapas, lo que puede
repercutir directamente en una mayor salud y confort visual de los pacientes
que comienzan con la sintomatología propia de esta enfermedad. Recomendando
tanto lágrimas artificiales como medidas terapéuticas tendentes a minimizar los
problemas oculares derivados del ojo seco lograremos ventajas muy notables en
estos pacientes.
Para casos más graves donde sea necesario la receta
de medicación específica (antiinflamatorios, fármacos estimuladores de la
secreción lagrimal…) o la intervención quirúrgica (tapón u oclusión conducto
lagrimal) deberemos remitir al oftalmólogo. Pero esto, ¡ya es otra historia!
BIBLIOGRAFÍA
Santodomingo, Jacinto: “Ojo seco”. Gaceta Óptica, Nº 426, mayo, 2008.
Petricek, Igor: “Diagnóstico y manejo del ojo seco
en la actualidad”. Gaceta Óptica, Nº 474,
octubre, 2012.
Muy buen artículo. Como ex-paciente de ojo seco puedo dar fe de lo tortuoso que puede llegar a ser padecer este problema. Espero que poco a poco la gente vaya tomando conciencia de que este problema es mucho mas común de lo que se cree.
ResponderEliminarUn saludo!
Marcos Garcia.
Gracias por el aporte Marcos.
EliminarCualquier consejo de un paciente que sufre este problema seguro que es bien acogido por los lectores a los que le han diagnosticado ojo seco.
Saludos