Oporto es una de esas ciudades cuyo
encanto, algo decadente, logra atrapar a todo el que la visita. A sólo una hora
de avión desde Madrid, a poco más desde Sevilla y a casi dos de Barcelona, su
visita en una rápida escapada es ideal para la mayor parte de españoles.
Asomada al río Duero, Oporto ofrece
numerosos atractivos a todo el que se acerca a descubrir sus principales
monumentos. Pasear por las dos orillas del río, cruzar sus puentes, recorrer
sus empinadas callejas o descubrir iglesias maravillosas llenas de azulejos son
excusa suficiente para darle una oportunidad. ¿Os apetece el viaje?
Puente Don Luis I y la Ribeira
El puente de Don Luis I es uno de los
símbolos más reconocibles de Oporto. De los seis puentes que unen Oporto con la
ciudad de Vila Nova de Gaia (no, al otro lado del río ya no estamos en Oporto),
sin duda este es el más importante y fotografiado por los turistas.
Puente Don Luis I. Oporto. |
El ayuntamiento de Oporto decidió crear
este puente en 1879 para favorecer el tránsito de mercancías entre las dos
orillas, animando a los candidatos a presentar proyectos para un puente de
metal. El diseño elegido fue el de la empresa belga Société de Willebroeck y su
autor era el ingeniero Téophile Seyrig.
Por tanto, al contrario de lo que mucha
gente piensa, este puente no fue diseñado ni construido por el famoso Gustave
Eiffel. No obstante, su genio sí está presente, pues Seyrig fue uno de sus
discípulos más importantes y socio del francés. La razón de elegir el proyecto
de Seyrig en vez del realizado por Eiffel se debió a dos razones: era un puente
doble que permitía mayor tránsito entre orillas y era más barato.
Eiffel realizó en Oporto el puente de
María Pía en 1876, siendo el primero que unió ambas riberas del Duero y uno de
los proyectos que encumbró al genio francés. Luego le llegaría la fama, por lo
que sus tarifas subieron, haciendo imposible para la pequeña Oporto seguir
contratando sus servicios.
Una de las particularidades que hacen a
este puente único es que posee dos niveles. El superior, a unos 60 metros de
altura, es el más largo. Consta de 400 metros de longitud y lo atraviesa el
metro de la ciudad. El piso inferior, de 175 metros de longitud, fue dedicado a
los vehículos de motor. Ambos poseen un carril para la circulación de las
personas, siendo mi recomendación transitar por el superior para admirar las
vistas.
Vistas desde la parte superior del puente Don Luis I. Oporto. |
Existen numerosos puntos y miradores donde
admirar este puente. Desde la Ribera tendréis una vista baja impresionante
que os dará medida de su prodigiosa envergadura al compararlo con personas y
barcos atracados en la orilla del río Duero. Desde el Funicular dos Guindais
tendréis una rápida sucesión de la perspectiva según bajáis desde lo alto de la
ciudad. Igualmente, podréis admirarlo en todo su esplendor según bajáis a la
Ribeira por las Escadas do Barredo o por el elevador de Ribeira (un ascensor
gratuito que, con suerte, te ahorra un buen tramo de escaleras para subir a la
parte alta de Oporto). Y en cuanto a miradores elevados en Oporto os aconsejo
el mirador de la Victoria como el mejor punto.
El puente de Don Luis I se observa desde distintos miradores en Oporto. |
Desde la orilla de Vila Nova de Gaia es
inconfundible la fotografía con los barcos típicos de las bodegas. Mientras que
la mejor perspectiva superior se consigue desde el Miradouro da Serra do Pilar
o en el Jardim do Morro (parada de metro).
Vistas del puente de Don Luis I desde el barrio de Gaia |
En las proximidades de este puente se
extiende el barrio más característico de Oporto, la Ribeira. Es
el barrio histórico más famoso, característico por sus casas de colores mirando
al río. Un buen paseo por este lugar comenzaría en la pequeña plaza llamada
Largo do Terreiro, donde se ubica la Capilla de Nuestra Señora de Ó y una
pequeña fuente llamada Fuente Taurina. Desde aquí y hasta el puente de Don Luis
I podremos realizar un bonito paseo donde se extienden numerosos locales de
restauración en los que probar las delicias culinarias de Oporto. Como dicen
los locales petiscar (lo que nosotros llamamos tapear).
La colorida Ribeira de Oporto |
A los pocos pasos llegaremos a la Plaza la Ribeira, lugar emblemático que pasa por ser la plaza más antigua de la ciudad. En ella se sitúa la obra el Cubo da Ribeira, escultura del artista portugués José Rodrigues, entre fachadas de colores con balcones de hierro y cuerdas con ropa tendida. Casi en los pies del puente encontraremos un lugar llamado Alminhas da Ponte, donde los locales colocan velas. Lo hacen en recuerdo de los portuenses fallecidos durante los enfrentamientos con las tropas Napoleónicas sobre el antiguo Puente de las Barcas, que por el peso de las personas luchado y huyendo se derrumbó.
Cais da Ribeira. Oporto |
Justo al lado de este lugar se encuentra
el llamado puerto escondido y el acceso al Elevador da Lada, una forma práctica
y gratuita de subir/bajar hacia/desde la zona de la Catedral (aún os quedarán
algunas escaleras si tenéis la suerte de encontrar la puerta roja abierta). La otra posibilidad es hacerlo a través del Funicular dos
Guindais (a los pies del puente, junto a las escadas do Codeçal, por si queréis ahorraros el viaje) o andando por la zona del Palacio de la Bolsa.
No obstante, el sabor más auténtico de Oporto lo encontraréis bajando por el
Barrio do Barredo, el cual tiene unos rincones maravillosos llenos de
callejuelas impresionantes.
Elevador de Lada, Funicular dos Guindais y Escadas do Barredo |
A los pies del puente de Don Luis I se
encuentran los pilares y la casa donde se cobraba el peaje del antiguo Ponte
Pênsil, construido en 1841 y que servía de desahogo al Ponte das Barcas. El
actual puente le sustituyó, teniendo una corta vida de 45 años.
Por último, en esta parte del río podéis
adquirir un billete para realizar un crucero por el río Duero. El más típico es
el llamado de los seis puentes, un trayecto de casi una hora donde os muestran
todos los puentes que unen las dos orillas. Existen varias empresas que
realizan el viaje, por lo que os aconsejo comparar precios y trayectos.
En la otra orilla, la de Vilanova de Gaia
se ubican las bodegas del famoso vino de Oporto. A mi mujer no le gusta el vino
por lo que obviamos acercarnos a realizar la típica degustación, pero es otra
de las visitas típicas que se pueden realizar si visitáis Oporto. Las Bodegas
de Ramos Pinto y Ferreira son las más famosas.
Orilla de Gaia con las bodegas de vino de Oporto |
Palacio de la Bolsa
Se trata de una de esas visitas que más os
van a sorprender en la ciudad de Oporto. Básicamente, porque nadie se espera lo
que va a encontrar dentro salvo que se mirara algo antes.
El edificio, construido en 1842 por el
arquitecto Joaquim da Costa Lima, tiene un aspecto exterior neoclásico y es la sede
de la Asociación Comercial de Oporto. Este organismo es uno de los más antiguos
de Oporto y tiene su origen en el siglo XII, cuando los mercaderes lusos
formaron una especie de bolsa común con la que cubrir sus posibles riesgos y
daños en el transporte de productos por ultramar. Pasando los años se crearía
esta asociación, junto al Código Comercial que regula la labor de los
diferentes comerciantes locales.
Palacio de la Bolsa. Oporto. |
La visita al interior del palacio siempre
es guiada y se pueden elegir diferentes idiomas. Se organizan cada media hora y
suelen durar unos 30-45 minutos. Dada la gran afluencia de visitantes conviene
llegar con tiempo para evitar largas esperas. No obstante, si ello ocurre,
podéis dar una vuelta por los alrededores o visitar la cercana Iglesia de San
Francisco, otro de los puntos imprescindibles en Oporto.
En la visita lo primero que apreciaremos
es el enorme lujo que posee este edificio en su interior. Las salas, el
mobiliario o los techos hablan por sí solos de la riqueza adquirida por esta
asociación a lo largo de su historia. No en vano, hoy en día el edificio
también se utiliza como lugar donde realizar eventos y encuentros oficiales. Su
función como Bolsa ha desaparecido, al unificarse con la de Lisboa y
trasladarse a la capital.
El primer lugar que visitaremos será el Patio
de las Naciones, un enorme espacio cuadrangular de 506 m2 donde
lo más destacado se encuentra sobre nuestras cabezas: una enorme cúpula de
cristal cubre todo el patio. Bajo ella los escudos de numerosos países con los
que Portugal hizo negocios en el siglo XIX (el de España se encuentra justo
enfrente del portugués). El suelo también merece la pena admirarlo con detenimiento.
Patio de las Naciones del Palacio de la Bolsa de Oporto |
Para subir a la segunda planta, la zona
ilustre, debes ascender por una preciosa escalera, llamada noble.
Construida en granito, destacan dos imponentes lámparas colgadas de la parte
central, donde se abre una claraboya. Personalmente también me encantó el fino
trabajo decorativo que cubre las pilastras y las ventanas superiores.
Escalera Noble del Palacio de la Bolsa de Oporto |
Las vistas del patio desde esta planta superior son excepcionales.
Patio de las Naciones del Palacio de la Bolsa de Oporto |
Tras recorrer de manera rápida la Galería
de los Antiguos Presidentes, lugar donde se homenajea a los presidentes de
esta asociación, llegamos a la Sala del Tribunal. Se trata de un bonito
espacio de estilo renacentista francés donde destacan las pinturas de paredes y
techo. Las mismas muestran escenas alegóricas a la función de la sala.
Galería presidentes y Tribunal del Palacio de la Bolsa de Oporto |
En una escala más pequeña destacan la Sala
del telégrafo, con un modelo original en una vitrina; o la Sala Gustave
Eiffel, la cual nos recuerda la labor del famoso arquitecto en Portugal y
que no deja de ser un sentido homenaje de la ciudad.
Despacho Eiffel en el Palacio de la Bolsa de Oporto. |
Sala Asambleas Generales del Palacio de la Bolsa de Oporto. |
Un poco más ilustres son la Sala Dorada,
lugar de reunión mensual de la Dirección de la asociación, y la Sala de los
Cuadros, donde veremos los retratos de los últimos seis reyes de la
dinastía de Braganza. De ambas salas destacaría el mobiliario y los suelos,
decorado la última con curiosos elementos geométricos que generan una ilusión óptica de
movimiento.
Sala Dorada y Sala de Cuadros del Palacio de la Bolsa de Oporto. |
Lo mejor de la visita lo dejan para el
final. Me refiero al Salón Árabe, lugar donde en la actualidad se
realizan numerosos actos oficiales dada la exuberancia de su decoración. El
arquitecto se basó en el arte musulmán de la Alhambra de Granada para realizar
este recoleto espacio lleno de encanto árabe.
Salón Árabe del Palacio de la Bolsa de Oporto. |
La decoración de esta sala es excelsa.
Miremos donde miremos veremos estuco de colores decorando paredes y columnas.
Las vidrieras y el mobiliario árabe le otorgan un complemento añadido a la
belleza de una sala que os dejará si palabras.
Salón Árabe del Palacio de la Bolsa de Oporto. |
Librería Lello e Irmão
Se trata de una de las librerías más
bonitas que podréis visitar en el mundo. Ya su fachada neogótica de 1906 nos
anticipa algo de la belleza decorativa modernista que nos vamos a encontrar.
Fachada modernista de la Librería Lello e Irmao |
Aunque se suele decir que esta biblioteca
fue en la que se basó J. K. Rowling para recrear la mítica librería Flourish
and Blotts del callejón Diagon, en su famosa saga de Harry Potter, todo es
un simple reclamo turístico. En el año 2020 la propia autora confesó que no
conocía este lugar cuando escribió sus libros más famosos. No obstante, seguro
que a los fans del pequeño mago os recordará la escalera, sinuosa y de color
carmín intenso, la saga de Potter. Sin duda, es uno de los puntos fuertes del lugar.
La famosa escalera de la Librería Lello e Irmao |
Antes de subir os animo a encontrar los
bajorrelieves de los hermanos Lello, los libreros que compraron el negocio, en
1894, a Ernesto Chardron (en la fachada también aparece su nombre). Este
librero había comprado la librería, a su vez, gracias a la fortuna de haberle
tocado la lotería. Por ello, escondidos bajo unos estantes, podéis observar
algunos décimos que dejaron los antiguos empleados como símbolo de buena
suerte.
Décimos de lotería escondidos en la Librería Lello e Irmao |
La vidriera del techo es otro de los
puntos que no debes dejar escapar. Con un tamaño de 8,5 metros, su colorida
decoración os maravillará. Contiene la leyenda Decus in labore (dignidad
en el trabajo), un lema que deberíamos tener siempre presente.
La famosa vidriera en la Librería Lello e Irmao |
En la planta superior, cuando yo visité el
lugar, existía una instalación artística donde aparecían portadas de la revista
Time. Sin duda, un atractivo más por si no fuera suficiente la decoración
modernista del lugar.
Planta superior de la Libería Lello e Irmao |
La entrada a la librería cuesta 5€, los
cuales son descontados si adquieres un libro. Existen rincones temáticos
dedicados a Harry potter (como no) o al Principito, uno de los libros que antes
se agotan. Dado que es uno de mis libros favoritos no podía irme de allí sin
adquirir un ejemplar para mi modesta biblioteca.
Rincones temáticos en la Librería Lello e Irmao. Oporto. |
La parte mala es la nefasta organización
que tiene el lugar. Preparaos para una visita masificada en un lugar estrecho,
pues en verano alcanzan la cifra de 5000 visitantes. Entiendo que, si debo
adquirir una entrada para visitar un lugar, la dirección del mismo se ocupará
de controlar el aforo máximo permitido. Pero por un afán desmedido de lucro,
cada media hora entran decenas de turistas a un lugar tan pequeño que resulta
muy complicado visitarlo. Mucho menos realizar alguna foto donde no aparezcan
decenas de visitantes. A las fotos me remito.
Lo peor de la visita fue la masificación de turistas |
En general, fue una visita que me apetecía
mucho y que, debido a esta mala gestión de los visitantes, me defraudó sobre
manera. Cuidado que también se puede morir de éxito.
La Catedral de Oporto
Se trata del edificio religioso más
importante de la ciudad y su ubicación, en la parte más alta, resulta
inconfundible y majestuosa.
La catedral de Oporto |
Este templo esconde interesantes curiosidades dignas de mención. Lo primero, su
característico aspecto exterior de fortaleza, con gruesos muros y almenas. Ello
nos indica su construcción medieval (siglo XII) y el estilo predominante,
románico. No obstante, dadas las múltiples modificaciones posteriores, es fácil
rastrear elementos góticos (claustro y capillas) y barrocos (portada principal
y capillas).
Al contrario de otras iglesias que hemos
visto en la ciudad, aquí la sensación al entrar es la de la magnitud de la
arquitectura románica. Una bóveda de cañón pesada, con muros gruesos y casi sin
ventanas que ofrecen un interior oscuro. Las gruesas columnas y los muros
macizos, junto a la falta de decoración, otorgan esa sensación de sobriedad tan
característica del románico.
Interior de la Catedral de Oporto |
La luminosidad volverá al llegar al
crucero, donde se ubica una torre-linterna que nos lleva al gótico de golpe. Aquí
debéis realizar una parada para contemplar la capilla del Santo Sacramento, la
cual tiene el excelente Altar de plata, obra cumbre de la orfebrería
portuguesa.
Y, un poco más adelante, nos encontramos
con el altar mayor, de estilo barroco. Múltiples esculturas, dorados y unas
poderosas columnas salomónicas enmarcan la figura de la Patrona de Oporto, la
Virgen de Nuestra Señora de Vandoma. Y no os olvidéis de admirar las pinturas
murales de Nicolau Nasoni.
Un punto importante de la visita a la
Catedral es el claustro. Construido en el siglo XIV
en estilo gótico, su interés radica en admirar los mosaicos que decoran sus
muros, representando diferentes escenas religiosas inspiradas en el Cantar de
los Cantares, donde Cristo es esposo/pastor y la Iglesia, esposa/rebaño. En mi
opinión se trata de lo más destacado de la visita.
Claustro gótico de la Catedral de Oporto |
Para una vista panorámica os recomiendo
subir al segundo piso del claustro, donde admirar los arcos ojivales, las
columnas y las torres que conforman la Catedral desde un espacio más abierto.
Piso superior del claustro de la Catedral de Oporto |
Desde este segundo piso es posible subir a una de las torres para admirar unas preciosas vistas de la ciudad.
Vistas desde la torre de la Catedral de Oporto |
Por último, la visita a este templo
termina con el recorrido por el museo, donde además de diversas piezas
religiosas vamos a poder admirar espacios de la antigua casa del cabildo con su
decoración original.
Como complemento a la Catedral me gustaría
mostraros algunos puntos interesantes que se ubican en sus proximidades y bien
merece la pena visitar.
Un templo cercano y bastante desconocido
para el turista es la Iglesia de Santa Clara, único resto que queda del
convento del mismo nombre que se ubicaba aquí. Se trata de un templo
característico del barroco del norte de Portugal, donde la portada renacentista
no nos prepara para la exuberancia de la decoración interior a base de tallas
doradas. A destacar el recargado Altar Mayor. Aunque no se trata de uno de los
templos más nombrados por las guías de viaje, si tenéis algo de tiempo no os va
a decepcionar su visita. Además, ha sido recientemente restaurada, por lo que
podréis admirarla en todo su esplendor.
La situación de la Catedral en la zona
alta de la ciudad nos permite admirar Oporto desde una posición elevada
privilegiada. Si existe un mirador típico junto a la Sé es el Mirador
Iglesia San Lorenzo dos Grilos, desde el que podréis obtener una instantánea
de Oporto verdaderamente bella y única.
Mirador Iglesia San Lorenzo dos Grilos |
Y para terminar os voy a pedir que, desde
el mirador anterior, os adentréis por las callejuelas con escaleras que se
abren hacia vuestra derecha y alcancéis una de las plazuelas con más encanto de
todo Oporto, la plaza de Largo da Pena Ventosa. Sin duda, uno de esos
rincones con encanto imprescindibles en una visita a Oporto.
Plaza Largo da Pena Ventosa |
Rua de Santa Catarina
Se trata de la calle comercial de Oporto y
en sus alrededores vamos a encontrar desde preciosos edificios a singulares
comercios. No en vano, aquí se mezcla el comercio tradicional con las
principales firmas de moda y la existencia de un par de centros comerciales. Al
ser peatonal resulta muy cómoda de transitar. Si queréis hacer compras en Oporto
esta es vuestra zona.
Además, en esta calle y sus alrededores
más próximos vamos encontrar varios puntos turísticos de interés.
Podemos comenzar a recorrer esta calle en
la plaza de Batalha, donde destaca una de las iglesias más famosas de Oporto,
la Iglesia barroca de San Ildefonso. Famosa por estar cubierta su
fachada con azulejos que describen la vida del santo (y pasajes del Evangelio),
su imagen se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Iglesia de San Ildefonso. Oporto. |
Su posición elevada permite tomar unas
instantáneas preciosas de su fachada, siendo la tarde el mejor momento. Luego,
os aconsejaría también visitar su interior, cuyo precio es de un simbólico
euro. Podréis ver una sola nave sencilla pero con encanto y un pequeño museo sacro.
Interior de la Iglesia de San Ildefonso. Oporto. |
Subiendo un poco más, en el número 112,
vamos a encontrar el Café Majestic. Se trata de un elegante café con
decoración art Nouveau de los años 20 del siglo pasado. Fue lugar de encuentro
en su época de importantes personajes y artistas. Entrar y tomarse un café es
una delicia (aunque nada barata).
Café Majestic. Oporto. |
Un poco más adelante, según vamos
subiendo, encontraremos el Vía Catarina Shopping, un gran centro
comercial (oculto por su diminuta fachada) de varias plantas donde merece la pena
subir a la última, por la decoración de los puestos de restauración.
Vía Catarina Shopping. Oporto. |
Junto al metro Bolhao se encuentra, en mi
opinión, uno de los templos más bonitos de Oporto: la Capilla de las Almas.
La totalidad de su paramento exterior está completamente recubierto por
azulejos de color blanco y azul. Aunque veréis esta decoración en otras
iglesias de la ciudad creo que el encanto de este pequeño templo es
inigualable.
Capilla de las Almas. Oporto. |
Os aconsejo entrar a su interior para
descubrir la recoleta belleza de este pequeño templo.
Interior de la Capilla de las Almas. Oporto. |
Y si apenas nos desviamos un poco de esta
calle encontraremos el Mercado de Bolhao, un lugar imprescindible para
empaparse de los productos típicos portugueses. Reformado a conciencia, aquí
encontraras puestos de alimentación y souvenirs, además de restaurantes en la planta
superior.
Mercado de Bolhao. Oporto. |
Justo en una de las calles que da acceso a
este mercado (Rua Formosa), encontraremos tiendas tradicionales que conservan
unas bellas fachadas que nos remiten al siglo pasado y el Art Nouveau:
Confeitaira do Bolhao (Ojo con sus pasteis de nata) y A Pérola do Bolhao (para
comprar vino, sardinas y bacalao).
Siguiendo la Rua Formosa vamos a
desembocar en la Plaza del Municipio (Aliados), una amplia avenida donde se
concentran los lujosos edificios de los bancos y el Ayuntamiento de Oporto. De
este lugar destacaría, ya cerca de la estación de Sao Bento, uno de los restaurantes
de comida Fast Food más lujosos donde podréis comer: El McDonalds Imperial. Ubicado
en un edificio de época, mantiene tanto la decoración exterior como la
interior, donde destacan unas bellas vidrieras.
Volviendo a la Rua Santa Catarina, en la
parte más alta de la calle, en el número 1145, encontramos uno de los lugares
donde probar una de las francesinhas más deliciosas que podréis
encontrar en oporto. Bufete Fase es un lugar de comida rápida,
algo alejado del centro turístico, donde sirven este plato típico con una salsa
nada picante (tal vez por ello a mí me gustó tanto). La francesinha es
la versión lusa del Croque Monsieur, esto es, un sándwich relleno con carne de
dos tipos de salchichas portuguesas, jamón, filete de carne, queso derretido
por encima, y una salsa con un picante muy suave que tiene como base tomate y
cerveza. Se suele servir rodeado de patatas fritas y un huevo frito en la
cúspide. Sin duda, una auténtica bomba calórica solo apta para los estómagos
más hambrientos.
Otro lugar donde probé una buena francesinha,
aunque sin el encanto de la decoración tradicional local, fue en Lado B Café (frente
al Coliseu), situado en la céntrica Rua de Pasos Manuel, 190. (El Café Santiago,
otro lugar típico situado justo al lado de este último, suele estar masificado).
Francesinha típica de Oporto con su salsa ligeramente picante y huevo |
Y hasta aquí los cinco lugares principales
de la ciudad para mi gusto. No obstante, como se me quedó algo corto, en breve
publicaré otro post con el resto de zonas encantadoras de Oporto que también
merecen una visita.
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