domingo, 15 de octubre de 2023

No entiendo mi receta de gafas


Hoy voy a realizar un artículo que, seguramente, muchos pacientes usuarios de gafas vais a agradecer: la interpretación de una receta optométrica de gafas.

 

Típica receta optométrica

Cuando una persona se hace unas gafas, en muchas ocasiones, pide el informe de su graduación para tenerlo guardado en su casa. Aunque hoy en día es una información que se puede conseguir fácilmente en tu óptica siempre que desees, muchos pacientes prefieren tenerla ellos mismos y ver su evolución con el paso de los años.

 

Ahora bien, para entender la evolución de nuestro problema refractivo debemos conocer como interpretar una receta, algo que no siempre resulta sencillo para personas profanas en la materia.

 

¿Os animáis a intentar conocer un poco más sobre este asunto?

 

Existen muchos tipos de recetas, pero todas ellas suelen contener siempre los mismos datos. A continuación, te muestro todos los datos y abreviaturas que podrás encontrarte en una receta, si bien, no siempre aparecen todos o son necesarios:

 


·        Dioptrías (D o Dp)

·        Esfera (ESF)

·        Cilindro (CIL)

·        Eje (AXIS)

·        Adición (AD)

·        Agudeza Visual (AV)

·        Distancia Interpupilar (DIP)

·        Prisma (PRISM)

·        Visión lejana (VL)

·        Visión próxima (VP)

·        Ojo derecho (OD)

·        Ojo izquierdo (OI)


 

Vamos ahora a explicar un poco cada uno de ellos.

 

Dioptrías (D o Dp)

 

Es la unidad de medida de toda lente oftálmica y nos muestra la potencia que debe tener la lente para compensar el error refractivo del paciente.

 

Se expresa en pasos de 0,25 Dp y si tienes alguna graduación tendrás dioptrías seguro. No es cierta esa frase, tan común entre las personas profanas, de “yo uso gafas para ver de lejos, pero no tengo ninguna dioptría”.

 

Esfera (ESF)

 

Se refiere a la potencia de la lente necesaria para compensar tu problema refractivo. Es decir, no muestra tu graduación, sino la lente que la compensa. Y la misma se ha calculado para una distancia de separación del ojo de entre 10-12 milímetros, razón por la cual, según cual sea la graduación, las recetas de gafas pueden variar respecto a las de lentillas.

 

Dentro de los problemas refractivos existentes aquí se mostrará la cantidad a compensar de miopía (aparecerá con signo “-”) o de hipermetropía (aparecerá con signo “+”). En el primer caso las personas con miopía ven mal de lejos, mientras que las hipermetropías suelen afectar más en distancias próximas.

 

Si quieres saber más sobre estos problemas refractivos te recomiendo consultar aquí.

 

Cilindro (CIL)

 

En este caso vamos a encontrar la potencia de lente necesaria para poder compensar el astigmatismo, un error refractivo muy común que suele aparecer asociado a miopía o hipermetropía.

 

El astigmatismo significa que en un mismo ojo vamos a encontrarnos dos graduaciones diferentes situadas en ejes (meridianos) perpendiculares entre sí. La diferencia de graduación entre los dos meridianos nos dará el valor del astigmatismo.

 

Por ejemplo, si en un eje del ojo tenemos -1,00 dioptría de miopía y en el meridiano contrario -3,00 dioptrías de miopía, en nuestra receta aparecerá una miopía de -1,00 esf, acompañada de un astigmatismo de -2,00 cil.

 

Afecta tanto a la visión de lejos como a la de cerca y es uno de los problemas más comunes que nos vamos a encontrar en las consultas.

 

Eje (AXIS)

 

Como escribí antes, la graduación de astigmatismo supone tener dos meridianos en el ojo con diferente graduación. Con el eje anotamos la posición de ese astigmatismo en el ojo, utilizando grados sexagesimales, entre 1 y 180º.

 

Siguiendo con el ejemplo anterior tendríamos: -1,00 esf -2,00 cil x 180º.

 

El eje del astigmatismo es muy importante y explica la razón por la que dos personas con las mismas dioptrías de astigmatismo pueden ver diferente si su eje no coincide.

 

Adición (AD)

 

En algunas recetas aparece este valor para expresar la cantidad de lentes positivas que debemos añadir a la graduación de lejos para poder ver correctamente en distancias cortas.

 

Receta en inglés donde se añade la adición para averiguar la graduación en cerca

Este valor se rellena, por lo común, en el caso de personas afectadas de presbicia o vista cansada. La ventaja de mostrar la adición es que, de un rápido vistazo, es posible conocer la cantidad de dioptrías necesarias en cerca.

 

Aquí debemos tener cuidado a la hora de interpretar el valor, pues, como hemos avisado antes, la adición muestra la cantidad de dioptrías que debemos añadir a nuestra graduación de lejos para poder ver correctamente en cerca.

 

Imaginemos una receta tipo de -1,00 esf -2,00 cil x 180º Ad: 2,00.

 

Nuestra vista cansada será de 2,00 dioptrías. Ahora bien, si pretendemos ahorrarnos un poco de dinero y adquirir gafas premontadas con una graduación de 2,00 dioptrías, comprobaremos que no podremos ver bien con ellas. En realidad, nuestra graduación para ver bien de cerca sería la siguiente: +1,00 esf -2,00 cil x 180º.

 

Las adiciones siempre son de signo positivo y debemos añadirlas al valor de nuestra esfera en lejos, restando en el caso de las miopías y sumando en las hipermetropías. 

 

Por esta razón, personas con la misma presbicia pueden tener gafas de muy diferente graduación.

 

Agudeza Visual (AV)

 

La Agudeza visual se refiere al porcentaje de visión que el paciente alcanza según los test normalizados que utilizamos en las consultas optométricas.

 

El valor normal suele expresarse decimalmente (1,0) o porcentualmente (100%). No obstante, en ocasiones también podéis encontraros con la clasificación Snellen en metros o pies, donde el valor normal es 20/20.

 

Expresión de la Agudeza Visual en los diferentes métodos existentes y su equivalencia

Con el método Snellen es muy sencillo entender en qué consiste la toma de Agudeza Visual. Significaría “que una persona corriente puede ver en una cartilla de agudeza visual cuando se encuentra de pie a 20 pies de distancia”. Por ejemplo, si tienes una visión de 20/30, significa que tu visión es menor que el promedio. A 20 pies, puedes leer letras que la mayoría de las personas ven a 30 pies.

 

En Europa continental no estamos acostumbrados a utilizar pies y, como las fracciones nos resultan complicadas, hemos normalizado el valor decimal de agudeza visual. Ahora bien, cuando indicamos al paciente la agudeza vidual que posee solemos convertir, erróneamente, ese valor decimal a porcentual.

 

Y digo erróneamente porque una persona que alcanza una agudeza visual de 0,5 no ve sólo el 50%. Esto es un error debido a que el tamaño de las letras del test no varía de la misma forma en valores bajos o altos. Según nos acercamos a la unidad la diferencia es menor, por lo que una persona con agudeza visual de 0,9 no tiene una pérdida del 10% respecto a otra persona que ve la unidad, sino mucho menor.

 

En algunos casos existen personas que son capaces de ver por encima de la media normalizada (1,2 o 1,50), mientras que en otras ocasiones hay personas que no ven la unidad y tienen valores más pequeños (0,9 o 0,7).

 

Aunque no suele ser lo habitual, en ciertos informes detallados aparece la medida de agudeza visual sin compensación (AV sc) y con la compensación necesaria (AV cc). Estos valores son muy importantes a la hora de graduar y muestran si merece la pena prescribir gafas o la diferente afectación de cada ojo.

 

Se suele indicar que sólo el 30% de la población logra tener una visión 20/20 sin necesidad de una compensación óptica. Teniendo en cuenta que el porcentaje de personas con gafas no alcanza el 70%, significa que existen muchas personas que no ven correctamente y no hacen nada por remediarlo.

 

Distancia Interpupilar (DIP)

 

Este valor se refiere a la distancia existente entre las pupilas de los dos ojos del paciente.

 

Puesto que es un valor fundamental a la hora de montar los lentes en la gafa, su aparición en las recetas suele ser testimonial. Los optometristas u oftalmólogos suelen dejar este espacio en blanco para que la medida se tome cuando el paciente encargue sus gafas en la óptica.

 

Actualmente, los valores a tomar para montar una gafa son mucho más precisos que anteriormente, anotando las distancias nasopupilares (DNP) de cada ojo, es decir, la distancia entre la nariz y la pupila. Igualmente, se toman diferentes medidas para la visión lejana y la cercana, pues nuestros ojos convergen al leer y la distancia entre ellos disminuye en cerca en un valor medio de 2 mm por ojo.

 

Prisma (PRISM)

 

Existen casos de graduaciones especiales donde el profesional de la visión debe encargar prismas, esto es, lentes que además de compensar un error refractivo inducen un movimiento ocular determinado para corregir ciertas tropias o desviaciones. Es el caso típico de problemas de estrabismo.

 

En la anotación tendremos dos valores: la potencia del prisma, el cual indica la cantidad de estrabismo a compensar (cuánto se desvía el ojo); y la base, la cual nos informa de la dirección de desviación del ojo.

 

En un prisma la luz siempre se desvía hacia la base, mientras que la imagen percibida se desvía hacia la punta. Por ello el vértice del prisma siempre debe apuntar hacia donde el paciente desvía el ojo. El objetivo es llevar la imagen en ese ojo hasta la parte foveal de su retina, evitando la visión doble o la ambliopía por no utilización.


 

Visión lejana (VL)

 

Muchas recetas distinguen entre la graduación que se prescribe para ver correctamente de lejos de la necesaria para visión cercana o incluso intermedia (ordenador).

 

En muchas ocasiones las graduaciones prescritas para todo uso se colocan en este casillero, siendo necesaria su utilización tanto cuando el paciente enfoca de lejos como de ceca. Por ello es bueno explicar correctamente el uso que debemos dar a las gafas en la entrega de las mismas.

 

Visión próxima (VP)

 

Esta es la graduación necesaria para poder ver correctamente de cerca, siendo la distancia normalizada en torno a 40 centímetros. Las recetas que muestran este valor no suelen tener el dato de la adición, por lo que la cantidad de presbicia que tiene ese paciente deberemos calcularla confrontando el valor de ambas esferas.

 

Por ejemplo, en la receta siguiente:

 

VL +3,00 esf -1,00 cil x 180º

VP +5,00 esf -1,00 cil x 180º

 

La adición del paciente serían 2,00 Dp.

 

Ojo derecho (OD) y Ojo izquierdo (OI)

 

Todas las recetas distinguen la graduación del ojo derecho del izquierdo. En caso de no poner nada, siempre entendemos la graduación primera como la del ojo derecho y la segunda como la del ojo izquierdo.

 

Otros valores que podemos encontrar en algunas recetas son los referentes a lentes o monturas. Aquí la persona que prescribe la graduación puede anotar si desea que el paciente lleve algún tipo concreto de lente (monofocal, progresivo…) o un estilo de montura concreto (metal, pasta…). Aunque no suele ser muy habitual encontrarse con este tipo de anotaciones, en ciertos casos especiales si nos podemos topar con ellas.

 

Una mala praxis, muy extendida en la actualidad entre los oftalmólogos, es la de realizar la anotación “comprobar en la óptica” junto a su receta, eximiéndose de cualquier responsabilidad sobre la misma. Aquí os muestro un ejemplo de lo que podemos encontrarnos.

 

Las prescripciones ópticas se comprueban en el gabinete de quien la realiza y cobra por ese trabajo

Este tipo de anotaciones se están extendiendo debido a las numerosas graduaciones “erróneas” que realizan muchos oftalmólogos, los cuales luego no asumen su error ante el paciente.

 

Si el optometrista de la óptica gradúa unas gafas y, luego, el paciente no ve bien con ellas, es el mismo establecimiento, por lo general, quien asume el cambio de lentes. Y esto le puede pasar a cualquier profesional por ser la graduación un método subjetivo que depende de las respuestas de los pacientes. Igualmente, en ocasiones no detectamos las verdaderas necesidades de los mismos en la anamnesis inicial o fallamos al no conocer la prescripción anterior de los pacientes, a la cual llevan años acostumbrados.

 

Personalmente creo que no existen graduaciones correctas o incorrectas. Existen graduaciones con las que el paciente está cómodo y otras en las que no. Y una persona puede ver muy bien con una graduación y no estar del todo cómodo con ella, existiendo otra solución mejor para sus demandas visuales diarias habituales.

 

En cuanto a la graduación de la vista, un optometrista no sólo tiene un mayor número de horas lectivas que un oftalmólogo en la carrera universitaria. Además, es capaz de realizar otra serie de pruebas complementarias (forias, vergencias, acomodación…) con las que es capaz de obtener una graduación mucho más satisfactoria para los pacientes.

 

Por tanto, es lógico que la graduación de la vista la realice un optometrista y las operaciones y problemas oculares sean incumbencia de los oftalmólogos. Ahora bien, si un oftalmólogo decide graduar la vista en su consulta (cobrando por ese trabajo a los pacientes), debe asumir sus errores y no lavarse las manos después de haber cobrado esa graduación (por cierto, a precio de oro).

 

En el caso de ir a un oftalmólogo donde en la receta ponen la coletilla de “comprobar en la óptica” yo, de ser ustedes, les pagaría la consulta con un billete del Monopoly donde les escribiría “comprobar en el banco de España”. El valor sería equivalente y justo.

 

Antes de terminar me gustaría realizar un comentario sobre uno de los mayores problemas de interpretación que ofrecen las recetas: las graduaciones complementarias.

 

Este problema surge en las graduaciones con astigmatismo y se debe a que este error refractivo puede escribirse con un signo positivo o negativo. Por lo general, en las ópticas siempre se escribe con cilindro negativo pues los instrumentos con los que se obtiene la graduación poseen este tipo de lentes cilíndricas negativas.

 

Ahora bien, algunos oftalmólogos prefieren anotar los cilindros en positivo, siendo un problema para cualquier profano que intente descifrar su receta. Igualmente, en las tarjetas que los fabricantes de lentes entregan a los pacientes (generalmente con progresivos o lentes de alta gama), los cilindros aparecen con signo positivo.

 

Lo primero que debo indicar es que una graduación con astigmatismo se puede escribir de las dos maneras, siendo ambas igual de válidas. Y existe una manera de descubrir la graduación equivalente en cilindro contrario. A esta operación matemática se la conoce como transposición óptica de una graduación visual.

 

Creo que con un ejemplo lo vamos a entender perfectamente. Vamos a imaginar que tenemos la siguiente graduación:

 

-3,00 esf +1,00 cil x 180º.

 

Para calcular la graduación equivalente en cilindro negativo debemos, en primer lugar, realizar la suma algebraica de la esfera y el cilindro. A continuación, al cambiar el signo del cilindro deberemos rotar el mismo 90º. En nuestro ejemplo la graduación transpuesta con cilindro negativo sería:

 

-2,00 esf -1,00 cil x 90º

 

Vamos con algunos ejemplos más:

 

+2,00 esf +1,00 cil x 90º ======== +3,00 esf -1,00 cil x 180º

-4,00 esf +2,00 cil x 120º ======== -2,00 esf -2,00 cil x 30º

 

Las quejas más comunes que nos encontramos en las ópticas respecto a esta cuestión residen en los pacientes que piensan tener “dos dioptrías de miopía con algo de astigmatismo” y, al ver la tarjeta del fabricante con el cilindro en positivo, descubren que tienen cuatro dioptrías de miopía.

 

En estos casos debemos recordar que las recetas no muestran el error refractivo de los pacientes, sino la lente necesaria para compensar ese problema, la cual, además, se supone situada a 10-12 mm de los ojos. Y, puesto que podemos expresar la graduación de dos maneras, esa persona puede elegir tener la cantidad de miopía que quiera según coloque el astigmatismo con signo positivo o negativo.

 

Espero que con toda esta información cualquier persona sea capaz de saber interpretar una receta optométrica con su graduación. Intenté hacer el artículo lo más detallado posible. No obstante, si aún os quedan dudas, simplemente escribir en comentarios y os responderé lo antes posible.

 

Hasta la próxima.

 

 

 

 

 

 

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