domingo, 24 de abril de 2022

Una escapada dominguera cerca de Madrid (XX): Ruta de los molinos en La Hiruela

 

Hoy nos vamos a la Sierra norte de Madrid para hacer una agradable ruta de senderismo apta para casi todos los públicos. Concretamente os propongo visitar el pueblo de La Hiruela, una pequeña y encantadora localidad cercana a Buitrago de Lozoya y que apenas cuenta con unas 65 personas censadas.

 

Situado junto a la frontera con Castilla La Mancha, siendo el río Jarama el límite natural, este pequeño remanso de paz perdido en la Sierra del Rincón nos va a permitir realizar diversas rutas de senderismo por sus alrededores.

 

¿Os animáis a descubrir un poco más este enclave?

 

COMO LLEGAR

 

En coche es la única manera. Debemos tomar la carretera A-1 hasta la salida 76, donde nos desviaremos hacia Gandullas y Buitrago de Lozoya. A continuación, debemos seguir la carretera M-137 hasta La Hiruela siguiendo las indicaciones de la Sierra del Rincón.

 

Entre los pueblos que vamos a atravesar están Gandullas y Prádena del Rincón, lugar este último donde tomaremos la M-130 para evitarnos la tortuosa carretera de Montejo de la Sierra. El camino no tiene pérdida y apenas nos llevará media hora recorrer el camino desde que abandonamos la autovía.

 

El aparcamiento se encuentra en la entrada del pueblo y es bastante amplio, aunque en ciertas épocas la afluencia puede ser tan grande que conviene no demorarse mucho en llegar. Personalmente os recomendaría llegar antes de las 10:30 horas si no queréis tener problemas con el aparcamiento.

 

FICHA TÉCNICA DE LA RUTA: DE MOLINO A MOLINO

·                  Tipo de itinerario: circular.

·                  Dificultad: fácil (Salvo el último tramo).

·                  Distancia aproximada: 5 km.

·                  Duración aproximada: Entre 2 – 3 horas según nos paremos.

·                  Desnivel: 85 m.

·                  Señalización: en todo el recorrido.

 

INICIO RUTA

 

Una vez que hemos aparcado lo primero que vamos a observar, nada más entrar al pueblo de La Hiruela, es un grandioso peral centenario. Fue plantado por el abuelo de Ángel Serrano cuando en la zona no había ninguno. Y tal fue el éxito de sus peras que las plantaciones de perales se extendieron por la zona. La fama de este ejemplar, catalogado como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid, no se debe a su extraordinaria altura de 16 metros o a su longevidad de más de 200 años, sino a que aparece en algunas canciones tradicionales de la zona y se trata del peral con mayores dimensiones de Madrid y uno de los mayores de España.

  


El pueblo de La Hiruela posee la típica arquitectura negra de la zona, con sus construcciones utilizando pizarra de manera preferente. Pueblo abandonado por su inmersión en plena sierra pobre, hace un par de décadas comenzó su resurgimiento, algo fácilmente comprobable por la existencia de casas rurales y restaurantes.

 

Su aislamiento histórico permitió la conservación de su entramado urbano, el cual ha sido ampliamente reformado para lograr un conjunto encantador lleno de rincones apacibles y singulares. Sin duda, una buena idea antes de comenzar la ruta es pasear por su escaso callejero y descubrir con nuestros ojos el encanto cinematográfico del lugar.

 


La ruta de los molinos arranca en la Plaza de San Miguel, cuyo nombre proviene de la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel, un bello templo barroco de mampostería y piedra que contrasta poderosamente con la arquitectura del caserío circundante. En la plaza también se encuentra la Casa Consistorial y una fuente pública.

 


Dejando el templo a nuestra derecha y bajando por la calle del Pilón vamos a llegar al inicio de la ruta, perfectamente indicado por un cartel explicativo donde nos informa de la ruta. Aunque las marcas que debemos seguir son azules, en el inicio de la ruta también podemos guiarnos por las marcas blancas y rojas de la ruta GR-88, coincidente en este trayecto con la nuestra.

 

La senda inicial es muy sombría, siendo esta característica bastante constante en casi todo el trayecto, razón por la cual resulta una ruta idónea en época veraniega. Al poco de iniciar nuestro camino una valla de madera que debemos cruzar nos avisa sobre la inmersión en la naturaleza.

 

En el camino encontraremos también grandes claros que nos permiten admirar la sierra del Rincón en todo su esplendor.

 


Apenas habremos caminado medio kilómetro por una senda pedregosa de fácil tránsito cuando una pronunciada curva nos obliga a girar a nuestra derecha. Nos dirigimos al arroyo de la Umbría, el cual tendremos que cruzar ayudándonos de unas piedras en su escaso cauce.


Continuaremos por un bello bosque de robles y helechos junto al cauce del riachuelo que nos proporcionan sombra y frescor. La senda está indicada en todo momento, siendo imposible perderse. Y cuando veamos alguna bifurcación siempre debemos tomar el camino de la izquierda (aunque en ocasiones llevan al mismo lugar).


A menos de un kilómetro tras haber cruzado el arroyo de la Umbría llegaremos al puente de los Matazos, un puente de madera que atraviesa el Jarama. Se trata de un lugar ideal para descansar un momento y recrearse con la vista del río.


En este punto os voy a desviar un poco de la ruta oficial para tomar el antiguo camino hacia la localidad de El Cardoso de la Sierra, ya en Castilla La Mancha. Crucemos el puente de madera y subamos por una torrentera de piedras. Llegaremos a una amplia esplanada que debemos atravesar en línea recta hasta encontrarnos con unos cercados de piedras. En este punto debemos girar a nuestra derecha y atravesar una valla metálica entre dos cercados. Una vez coronamos la pequeña pendiente llegaremos a nuestro objetivo, las ruinas de la ermita de San Roque. Este pequeño templo tiene su encanto debido a levantarse en una zona rodeada de naturaleza. De nuevo es un magnífico lugar para descansar en medio de una absoluta tranquilidad



Volvamos por el mismo camino hacia el puente de madera y volvamos a cruzar el río para seguir con nuestra ruta inicial. La misma transcurre junto al río Jarama, dejándolo a nuestra izquierda. A partir de este punto las únicas señalizaciones válidas serán las azules. En esta parte vamos a alternar zonas de sombras con amplios espacios libres de vegetación.

Siguiendo el margen derecho del río llegaremos a las ruinas del antiguo molino Juan Bravo. El molino, el único privado de la zona, está bastante derruido, aunque podremos observar la antigua rueda de moler en medio del campo. Este molino estaba dedicado en exclusiva a la molienda de cereales y bellotas en basto para la producción de pienso para el ganado y no para harinas destinadas a la alimentación humana. Dejó de funcionar en 1860.


Continuemos nuestro camino junto al río hasta llegar al Puente de Vadillo, un original puente de madera con escalones que debemos cruzar para pasar a la otra orilla. Aunque algunos guías indican que este puente es similar a uno portátil ideado por Leonardo Da Vinci yo no le veo mucha similitud. Eso sí, el entorno sigue siendo precioso.

A partir de ahora comienza la parte complicada de la ruta y lo que hace que muchos senderistas inexpertos encuentren algunos problemas para proseguir. El camino, en este punto, se va encañonando y es preciso atravesar una rocosa ladera haciendo un poco la cabra, pues el camino desaparece. La ruta, catalogada como fácil en muchos lugares, no lo es tanto en este punto, el cual se vuelve algo peligroso si lo atravesamos en época de lluvias, cuando las piedras están mojadas.

Tras atravesar esta pequeña dificultad llegamos a una nueva zona de llanura donde atravesaremos una puerta de madera y llegaremos a una pequeña presa, captación de agua del molino moderno de la Hiruela. En algún lugar leí que en la época donde el río lleva poca agua es posible cruzarlo en este punto a través de las piedras de su cauce. Pero cuando yo visité el lugar no fue posible, razón por la cual tuve que continuar por el margen izquierdo. De nuevo vamos a encontrarnos con una zona pedregosa donde desaparece el camino y con una interesante inclinación.

Una vez cruzado este segundo escollo llegaremos al Molino Harinero y a la zona recreativa, donde podremos tomar un tentempié en sus mesas de madera. El ambiente junto al río es bucólico. Este molino antaño molía centeno, cebada, maíz o bellotas y era de uso comunal. En la actualidad, se ha recuperado y, si tenéis la fortuna de encontrarlo abierto, podréis admirar las distintas partes que hacían posible su funcionamiento. Junto al molino también hay un aula ambiental.


El regreso al pueblo de la Hiruela es muy sencillo desde este punto. Debemos tomar el camino más próximo al molino y ascender por una torrontera recuperada como senda apibotánica. Pero antes de llegar al pueblo vamos a desviarnos a nuestra izquierda para visitar, como colofón a nuestra ruta, el colmenar tradicional.

En nuestro camino hacia La Hiruela existe una bifurcación con una indicación en madera que nos indica el camino hacia este colmenar. Pero como la misma está colocada en sentido bajada puede que nos la pasemos si no estamos atentos. La misma se encuentra junto a un endrino, cuyo cartel explicativo nos debe servir de alarma.


El colmenar tradicional de La Hiruela es uno de los más antiguos de Madrid. El colmenar, un espacio comunal explotado por cinco familias, reúne más de un centenar de colmenas (denominadas corchos), ordenadas en hileras y calles que permiten el paso de los recolectores. Las colmenas, típicas de la comarca, están fabricadas con un tronco hueco de roble o corcho (de ahí su nombre), asentadas sobre losas de granito, y que se cerraban en su parte superior mediante una tabla de corcho o madera clavada para después ser tapadas con una laja de pizarra o un trozo de tinaja de barro. Si deseáis ver una amplia vista de este colmenar podéis subir por la senda roja de los oficios desde el área recreativa.


Retomemos nuevamente el camino hacia La Hiruela por la torrentera que habíamos transitado y terminemos nuestra magnífica ruta por el sombrío camino que nos lleva al pueblo donde comenzamos.

La Hiruela tiene hasta cuatro rutas de senderismo más, pero, sin duda, esta del molino, con sus pequeños desvíos, es la más bonita e interesante. Por último os dejo el croquis del recorrido y las diferentes rutas de La Hiruela en un PDF.



Hasta la próxima.

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