Uno de los capítulos del
libro Mis Mentiras Favoritas trata sobre la Guerra Civil
Española. Y como complemento del mismo, estoy abordando
diversos aspectos polémicos de esta confrontación fraticida que desangró
nuestro país en el siglo pasado.
Puesto que hoy es la
efeméride del bombardeo sobre la localidad de Guernica, resulta obligado
recordar este trágico aniversario y mostrar, desde un punto de vista objetivo,
la realidad de este suceso, alejándonos de las propagandas partidistas de ambos
bandos.
Guernica fue un suceso
mitificado desde el día siguiente al bombardeo, y las opiniones partidistas de
los diferentes bandos nos han legado un conjunto de mentiras que se han
confabulado para mostrarnos una imagen irreal del mismo.
Se suele decir que el
bombardeo de Guernica fue el primero de ese tipo contra una ciudad abierta de la retaguardia. Pero
esto es bastante erróneo, pues bombardeos similares ocurrieron anteriormente en
Madrid y en la localidad vasca de Durango. Este último fue perpetrado por la
aviación italiana el 31 de marzo de 1937 y es el precedente más claro de
Guernica. El bombardeo, que se realizó en tres fases a lo largo de todo el día
causó más de 250 muertes y destruyó la mayoría de los edificios de la ciudad.
Estos bombardeos sobre la
población civil tenían un claro objetivo de guerra, como podemos comprobar en
la siguiente frase del general Alfredo Kindelán: “Franco ordenó un ensayo de
actuación desmoralizadora de la población [de Madrid] mediante bombardeos
aéreos”.
Tampoco es cierto que este
tipo de bombardeos fueran únicamente perpetrados por el ejército nacional. La
aviación republicana realizó una acción similar el 7 de noviembre de 1938 sobre
la localidad cordobesa de Cabra, en el cual murieron algo más de un centenar de
personas.
Las primeras mentiras
respecto a Guernica aparecen en los partes dados por los diferentes bandos
enfrentados. Al día siguiente del bombardeo, el lehendakari del gobierno vasco
José Antonio Aguirre, publica la siguiente nota sobre el suceso:
“Los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles han
bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa, que tanta veneración
tiene entre los vascos. Nos han querido herir en lo más sensible de nuestros
sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi puede
esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda
siglos de nuestra libertad y de nuestra democracia (...).”.
Hasta ahora, nada anormal.
Podemos corregir que la importancia histórica de Guernica para el pueblo vasco
era totalmente desconocida por la Legión Cóndor alemana y que esa no fue la
motivación del ataque. Pero es lógico que el lehendakari interprete de esta
forma los hechos en medio de una guerra.
“Ante Dios y ante la Historia que a todos nos ha de juzgar, afirmo que
durante tres horas y media los aviones alemanes bombardearon con saña
desconocida la población civil indefensa de la histórica villa de Gernika
reduciéndola a cenizas, persiguiendo con el fuego de ametralladora a mujeres y
niños, que han perecido en gran número, huyendo los demás alocados por el
terror”
Ahora bien, la primera
tergiversación histórica con la que nos encontramos es cuando el gobierno vasco
nos indica que el bombardeo duró tres horas y media, se infiere que
ininterrumpidamente. Puntos conflictivos son el ametrallamiento de la población
civil, como veremos más adelante, o el número oficial de víctimas dado en un
primer momento. Según el gobierno vasco en Guernica murieron 1645 personas y hubo
889 heridos. Como comprobaremos a continuación, esta cifra no podía ser real de
ningún modo.
A las 24 horas del bombardeo comenzó la ofensiva contrainformativa que
pretendía negar la mayor.
Así, podemos leer:
“Son completamente falsas las noticias transmitidas
por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio
provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica. Nuestros aviadores no
han recibido ninguna orden de bombardear esa población. Los incendiarios son
los que, el verano pasado, incendiaron Irún y ayer Éibar. En la imposibilidad
de contener el avance de nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan
a los nacionalistas de hechos que no son más que la puesta en práctica de sus
criminales designios.
¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo”
¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo”
El
General Queipo Llano, desde la emisora de Unión Radio Sevilla, negó la autoría
nacional de la destrucción de la ciudad escudándose en el mal tiempo que hizo
el día 27 de abril, lo que imposibilitaba los ataques aéreos. Hoy día nos
parece de risa que se ponga como excusa el tiempo que hizo al día siguiente del
bombardeo, pero esta tesis, junto con la autoría de los “rojos” fue mantenida
firmemente durante toda la época franquista. Según el bando nacional
dinamiteros “rojos” habían volado los edificios y prendido luego los restos con
gasolina. Pretendían los nacionales hacer de Guernica otro Irún, donde
efectivamente esa fue la actitud seguida por los anarquistas.
El
parte del Ejercito del Norte (nacional) de 28 de abril de 1937 decía lo siguiente:
“Se ha ocupado por asalto después de fuerte y
brillante combate la ciudad de Durango, cuyas alturas habían sido rodeadas y
tomadas previamente. Intentos enemigos de convertir esta ciudad en baluarte
defensivo fueron anulados y centenares de muertos y prisioneros y grandes
cantidades de material abandonado son resultado del esfuerzo defensivo.
Fugitivos vascos cuentan espantados la tragedia de villas como Guernica,
quemada y destruida casi totalmente por el fuego intencionado de los rojos,
estando nuestras tropas a más de quince kilómetros de distancia. Indignación de
los nuestros es grande ante calumniosas maniobras de los dirigentes
vasco-soviéticos que tras incendiar sus mejores ciudades intentan culpar a la
aviación nacional de tales actos de barbarie. Coincide esta falsedad con el
hecho de que aviación nacional no haya podido volar estos últimos días por la
niebla y llovizna. Número de prisioneros es elevadísimo, así como el de
milicianos vasco-santanderinos (sic) que se acogen a nuestras columnas.
Guernica no constituía objetivo militar para la aviación nacional, que sólo
persigue objetivos militares en el combate o industrias militares en la
retaguardia enemiga” (parte franquista de la que denominaban Frente del
Norte, transcritos del libro del
Luis
Bolín, España. Los años vitales(Madrid: Espasa-Calpe, 1967).
Pero
el artículo de George L. Steer del 28 de abril en The Times, “The Tragedy of Guernica Town Destroyed inAir
Attack Eye-Witness’s Account” (ver documentos), desmontó esta autoría y con
los testimonios de varias personas que sufrieron el ataque en sus carnes
concluyó que el ataque se había debido a los aviones rebeldes nacionales.
Aún
así el día 29 de abril el cuartel general de Franco emitía un comunicado en los
siguientes términos:
“Guernica está destruida por el fuego y la gasolina. La han
incendiado y convertido en ruinas las hordas rojas al servicio del perverso y
criminal Aguirre [que] ha lanzado la mentira infame –porque es un delincuente
común- de atribuir a la heroica y noble aviación de nuestro ejército nacional
ese crimen... Aguirre ha preparado la destrucción de Guernica para endosarla al
adversario... Su destrucción es labor de los que quemaron Irún y Eibar, de los
que dejan siempre una España espectral a sus espaldas.”
Y el día 2 de mayo podíamos
leer, en el periódico ABC Sevilla lo siguiente:
“Las tropas de España han ocupado la histórica villa de Guernica
Reducida, a escombros, en una gran parte, por el salvajismo prehistórico de los
caníbales rojos, aliados del separatismo vasco, queda incorporada, sin embargo,
con todo el caudal histórico y espiritual que contiene su nombre al acervo común
de la Patria reconquistada. ¡Guernica para España!”.
La razón última de acusar al
enemigo del incendio de la ciudad, acusándole de realizar una táctica de
“tierra quemada”, se cae por su propio peso y sorprende que se mantuviera por
tanto tiempo como la
oficial. Entre los muchos sinsentidos que se derivan de estas
acusaciones está el hecho de que las tropas en retirada no habían llegado aún a
Guernica. Y, por supuesto, no hubieran seguido el plan de Richthofen de quemar la ciudad para
dificultar su retirada. Es más, no hubieran dejado en pie ni el puente ni las
fábricas de armamento para que luego hicieran de ellas uso el enemigo.
La versión franquista
continuó como la oficial durante toda la etapa de la dictadura y, de hecho, el
artículo de Steer no se llegó a publicar en nuestro país. Más tarde, al
iniciarse la democracia, el conocimiento sobre Guernica estuvo mediatizado por
los investigadores extranjeros, principalmente anglosajones.
Las tergiversaciones sobre
Guernica han aumentado tras el final de la dictadura y diferentes
investigadores polemizan sobre diversos aspectos relativos a las causas del
bombardeo, la autoría o las víctimas.
En este sentido resultan
interesantes las opiniones tanto del
general Jesús Salas Larrazábal como de Ángel Viñas, cada uno de los cuales
defienden tesis contrapuestas.
A
continuación vamos a resumir los puntos más conflictivos:
Responsabilidad del
bombardeo
Toda
vez que fue evidente la autoría nacional del bombardeo, fracasada la teoría
negacionista, era evidente que se seguiría la táctica de echar balones fuera.
Por tanto, se responsabilizó a la Legión Cóndor alemana como única causante final del
ataque. Según la versión franquista la aviación alemana actuó por su libre
albedrío en esta acción, sin consultar con el mando militar nacional.
Uno
de los puntos en los que se apoya la teoría de la responsabilidad alemana está
en el dato que ofrece Steer, según el cual la aviación alemana habría
bombardeado con más saña de lo habitual Guernica con el motivo de vengar el
linchamiento de dos pilotos alemanes capturados por tropas republicanas.
Lo
único que podemos asegurar a ciencia cierta es que Von Sperrle, general de la Legión Cóndor, y su
inmediato superior, Von Richthofen, fueron los que ejecutaron la orden. Y si hacemos caso
al diario personal de Von Richthofen, los nacionales también estaban al tanto
de la operación, pues fue planeada junto al coronel Juan Vigón.
Sabemos
que durante toda la campaña, Richthofen y Vigón se mantenían en contacto
constante coordinando las acciones de tierra y aire. Hacia el 20 de abril
existía bastante malestar entre los nacionales por la lentitud del avance de
sus tropas. Se planteó reducir Bilbao a escombros, pero finalmente se cambió el
objetivo por Guernica. Las tropas vascas se retiraban en desorden a la altura
de Guernica y Markina.
La
acción podía embotellar a las tropas en retirada. Pero la importancia del ataque
era asestar un golpe definitivo a la moral de las tropas enemigas. Richthofen
escribió en su diario: “Hay que concluir
las cosas allí. Es necesario garantizar por fin un triunfo personal y material
sobre el enemigo”.
Richthofen
y Vigón se reunieron el día 26 de abril a las siete de la mañana para concretar
el ataque aéreo que se realizaría aquél día. No hay duda que decidieron cumplir
las amenazas vertidas por la radio nacional de Salamanca: “Franco está a punto de asestar un poderoso golpe contra el cual toda
resistencia será inútil. ¡Vascos, rendíos ahora y salvaréis la vida!”
Lamentablemente,
por razones que se nos escapan (pero podemos imaginar), el parte de la aviación
alemana de ese día ha desaparecido, al igual que la parte del diario de guerra
de Von Richtoften correspondiente a Guernica.
No
obstante, conocemos la interrelación existente entre la aviación alemana y las
tropas nacionales de guerra en el Frente Norte. Y, de hecho, la aviación
alemana se supeditó a las órdenes de Mola y Kindelán.
No
existen documentos que puedan demostrar que Franco estaba al corriente de este
bombardeo, si bien es probable que así fuera. Tampoco existen documentos que nieguen
tal cosa. Unos investigadores nos dicen que se sorprendió bastante cuando
conoció los resultados del bombardeo, mientras otros afirman que Franco estaba
al tanto de la estrategia de atemorización que se llevaba a cabo en el norte.
Lo
cierto es que Guernica no fue el primer bombardeo sobre una población civil y
si Franco no hubiera estado conforme con tal proceder tuvo tiempo de anular
tales prácticas tras los bombardeos de Durango u Ochandiano. Coincidiendo con
Preston, creo que Franco no sólo aprobaba tales acciones, sino que creía
firmemente en que eran vitales para vencer moralmente al enemigo.
Sea
como fuere, la responsabilidad del ataque no puede achacarse de forma unitaria
a la aviación alemana, pues fue una operación decidida junto con los altos
mandos nacionales. La envergadura de tal operación no deja lugar a dudas sobre
este respecto. Y en ella participaron, bajo el mando supremo de Richthofen,
tanto aviación alemana como italiana.
Es
meritorio recordar, por tanto, que Alemania reconoció su participación en el
bombardeo de Guernica en el año 1997, cuando el presidente de la República Federal
de Alemania envió una carta de disculpa a los supervivientes.
Interés militar
Otra
excusa esgrimida para justificar el ataque, fue el interés militar de la
localidad en el transcurso de la
guerra. El bando republicano siempre acusó a los nacionales
sobre este bombardeo debido a que Guernica estaba alejada del frente de guerra
y que no tenía ningún interés militar.
No
obstante, hoy día sabemos que la ciudad tenía una fábrica de armas y diversos
cuarteles. En ellos estaban acantonados tres batallones de gudaris (Loiola,
Saseta y Gernikako Arbola). Además, era un nudo de comunicaciones y se
pretendía aislar al ejército enemigo cortándoles la retirada. Su toma
inmediata hubiera permitido copar a grandes unidades republicanas y hubiera
sido un duro golpe para el enemigo nacional.
Ahora
bien, tras el bombardeo de Guernica la acción lógica hubiera sido la toma
inmediata de la ciudad.
Esta técnica de guerra la vimos luego utilizada
frecuentemente en la Segunda Guerra
Mundial. El problema que no sostiene esta explicación es la
realidad de los hechos. Guernica no fue tomada inmediatamente por la
infantería, por lo que el bombardeo fue inútil para ese objetivo.
El
ejército nacional no llegó hasta Guernica hasta tres días después. Y, parece
ser, que entre sus prioridades estaban borrar las huellas del bombardeo, el
cual ya era público en todos los países. A tal fin se amañaron y eliminaron
hojas de registros y se hicieron desaparecer todo tipo de pruebas, como los
restos de bombas que podían relacionarse con los alemanes. No obstante, ya
Steer había informado que había recogido información sobre restos de “bombas de aluminio alemanas sin detonar con
la inscripción «Fábrica de Rheindorf, 1936”.
Por
tanto, el interés militar de la localidad se difumina entre las motivaciones
reales que pudieron llevar a bombardearla, las cuales veremos más adelante.
Duración del bombardeo
El
historiador británico Herberth Southworth comentó que el bombardeo duró tres
horas continuadas, siendo la causa de la gran destrucción de la ciudad. No obstante,
los bombarderos de la época no tenían tal autonomía. Era imposible que
descargaran sus bombas, volvieran a Burgos a recargar y, nuevamente, siguieran
bombardeando.
Hoy
día hemos conseguidos saber, con bastante aproximación, en qué consistió el
bombardeo de Guernica.
Según
nos cuenta Preston en su libro sobre el bombardeo de Guernica: “La ofensiva fue llevada a cabo por
veintitrés Junkers Ju 52, cuatro Heinkel He 111 nuevos, diez Heinkel He 51,
tres Savoia–Marchetti S81 Pipistrello y un Dornier Do 17, escoltados por doce
Fiat CR32 y posiblemente seis de los primeros Messerschmitt Bf 109 que se
fabricaron”
El
bombardeo comenzó hacia las 16:30 h, cuando tras sonar las campanas del pueblo
apareció un bimotor alemán Do 17
(apodado bacalao) sobre los cielos de Guernica. Realizó dos pasadas en
dirección oeste-este, bombardeando tanto la zona del puente como parte del
centro de la ciudad.
Quedaron afectados por las bombas tanto la Iglesia de San
Juan como la zona del Paseo de los Tilos.
Tras
este ataque inicial llegaron a Guernica tres Savoia italianos que realizaron una única pasada norte-sur, en la
cual arrojaron 36 bombas de 50
Kg. Según partes posteriores fallaron su objetivo,
destruir el puente, por el fuerte viento de cola.
Hacia
las 17:00 h aparece un solitario Heinkel
He 111que arroja varias bombas de 250 Kg. Y una hora más tarde, hacia las 18:00 h
aparece otro Heinkel He 111, esta vez
escoltado por 5 cazas Fiat CR32 italianos.
El bombardero alemán lanza varias bombas pesadas por la zona del puente, que
sigue intacto.
Tan
sólo habían pasado unos minutos cuando las alarmas vuelven a sonar en Guernica.
Tres escuadrillas de bombarderos Junkers
Ju 52 alemanes, escoltados por cazas, atacan la ciudad en dirección
norte-sur. Son unos 19 aviones que lanzan un total de 20 toneladas de bombas.
Una cuarta parte de las mismas son incendiarias, lo que provocará numerosos
incendios en un casco urbano cuyo centro está compuesto principalmente por
casas de madera. La gran humareda provocada por las bombas incendiarias hace
que los últimos bombarderos lancen sus cargas a ciegas, lo que contribuye aún
más a la destrucción de la
ciudad. No obstante, ese parecía ser su objetivo, pues
volaban en formación de cuña, lo que les permitía un bombardeo tipo “alfombra”.
A
las 19:30 h el ataque ha terminado definitivamente. El centro y las calles
paralelas a las vías del tren son las partes más afectadas de la ciudad. En total el
bombardeo tuvo una duración de tres horas, aunque en ningún momento podemos
decir que fuera un continuo caer de bombas.
Inicialmente
se produjeron pocas pasadas y por el tipo de bombas utilizadas se puede deducir
que el objetivo era destruir el puente de Rentería. No obstante, a partir de
las 18:00 h se produjo el bombardeo más intenso, donde por el tipo de bombas
utilizadas su único objetivo era arrasar la ciudad.
Consecuencias del
bombardeo
Dejando
a un lado las víctimas humanas, de las que hablaremos más adelante, las cifras
sobre la destrucción total de la ciudad también han suscitado cierta polémica
entre los investigadores. Salas Larrazábal defiende que se destruyeron un 14%
de los edificios de Guernica (unos 54). Otros estudios, en cambio, elevan la
cifra de destrucción a un 70%, debido, entre otras cosas, a que el incendio no
se pudo apagar hasta el día siguiente. En este sentido es conocido el estudio
de Cástor Uriarte, arquitecto de la ciudad en 1970, quién cifró las viviendas
destruidas en un 74% (721), a lo que habría que sumar otras muchas que fueron
dañadas de forma irreparable.
Tanto
el puente de Rentería, principal objetivo teórico de la misión, como las fábricas
de armamento no sufrieron ningún daño.
Ametrallamiento civiles
Varios
periodistas extranjeros, tales como Hemingway, Orwell o Saint-Exupéry informaron
que los cazas alemanes habían ametrallado a la población civil. Jesús Salas
Larrazábal nos comenta que este dato es totalmente falso, pues la localidad no
tenía calles lo suficientemente largas y anchas para realizar tal táctica de
guerra.
Ahora
bien, el ametrallamiento de la población civil pudo no ser en el casco urbano,
sino en los campos aledaños en donde se refugiaron la mayoría de las personas
al iniciarse el bombardeo.
Dudo
mucho que los cazas no utilizaran sus ametralladoras en algún momento sobre los
civiles si su misión era infundir terror entre las tropas enemigas, al igual
que parece que fue la motivación seguida por los bombardeos.
Y,
por último, tenemos el testimonio de Steer: “En un gran cráter de Arbacegui–Gerrikaiz, yo mismo fui tiroteado por
las ametralladoras de seis cazas a su regreso de Gernika”
Número de víctimas
Ya
hemos indicado que las cifras de muertos dadas por el gobierno vasco fueron
demasiado abultadas desde el primer momento. Como en todos los capítulos
conflictivos de la historia, contabilizar los muertos de una determinada acción
se ha convertido en una lucha historiográfica.
Personalmente
creo que es imposible enumerar la cifra exacta de víctimas, sobretodo teniendo
en cuenta lo difícil que resulta investigar en los archivos las muertes
colaterales o causadas por los efectos del bombardeo en días posteriores.
Además de ello, el uso político que se dio a Guernica nos oculta aún más la
realidad, pues ante la magnificencia de víctimas defendida por el Gobierno
Vasco para otorgar mayor relevancia internacional, los nacionales procedieron a
la eliminación de cualquier registro para evitar posibles recuentos de víctimas
posteriores.
Entre
los investigadores más pesimistas encontramos a Hugh Thomas, quien eleva el
número de víctimas al millar de muertos. Entre los más positivos están los
historiadores de la asociación "Gernikazarra", Vicente del Palacio y
José Ángel Etxaniz, quienes cifran el número de fallecidos en 126. Esta cifra
también es la utilizada por Jesús Salas Larrazábal. Por último, en un punto
intermedio se sitúan Solé i Sabaté y Villaroya, quienes cifran el número de
muertos entre 250 y 300. Esta cifra suele ser la más seguida por el conjunto de
historiadores que han estudiado el tema y, hoy día, se considera como la más
aproximada a una realidad que nunca podremos conocer de manera exacta.
Respecto
a la forma en que murieron muchas personas podemos decir que dos refugios
antiaéreos fueron alcanzados. En el situado en la calle Santa María
murieron unas 45 personas, mientras que en los sótanos del Asilo La Calzada,
unas 33 personas perecieron igualmente. A ellos hay que sumar los que murieron
por la metralla de las bombas, los enterrados entre las casas derrumbadas y los
ametrallados en los campos aledaños por los cazas. Parece ser que al iniciarse
el bombardeo la mayoría de las personas huyeron de la ciudad atemorizadas hacia
los campos de los alrededores. Esta circunstancia, más que los refugios, fue lo
que propició que no hubiese un número mayor de víctimas.
El mercado semanal
Uno
de los puntos más conflictivos del bombardeo fue la celebración o no del
mercado semanal. Mientras que autores como Paul Preston afirman que el número
de víctimas fue más elevado por el bombardeo de los puestos del mercado, otros,
como Salas Larrazábal, niegan tal bombardeo, pues éste se produjo horas después
de cerrase los puestos, los cuales, además, no fueron afectados.
Lo
que conocemos hoy día es que el gobierno había suspendido el mercado semanal de
los lunes debido a la proximidad del frente de guerra. Aún así, por costumbre,
los campesinos de los alrededores acudieron a la localidad con intención de
seguir vendiendo sus productos y sus animales.
No
obstante, aunque la población podía ser mayor aquél día, los bombardeos comenzaron
a las 16:30 H, momento en el cual es presumible que el mercado estuviera
cerrado. Además, el número de víctimas no fue mayor del esperado, sino al
contrario, mucho menor, debido a los refugios antiaéreos existentes creados
tras el bombardeo de Durango y por la huída hacia el campo de la mayoría de la
población.
Motivaciones del bombardeo
Sobre
las motivaciones que provocaron el ataque varias son las opiniones que se
expusieron al respecto. Los nacionales informaron que el objetivo era destruir
el puente de la ciudad para impedir la huída del ejército vasco que se
replegaba hacia Bilbao. La destrucción accidental de la ciudad habría sido
debida a un error por deficiente visibilidad de los bombarderos y a la
conjunción de un viento insidioso que desvió las bombas de su objetivo.
Tiempo
después de la guerra, algunos veteranos de la Legión Cóndor
declararon algo parecido. Que el objetivo era el puente de Rentería en las
afueras de Guernica y que los fuertes vientos habían desviado las bombas hacia
la ciudad.
Por
supuesto, estas tesis no se sustentan teniendo en cuenta varios aspectos que
nos dejó el bombardeo. En primer lugar, las bombas incendiarias, de metralla y
antipersonas no se utilizaban para destruir puentes, sino para destruir
ciudades, tal como realmente pasó. En segundo lugar, ni el puente en cuestión,
ni las fábricas de armamento, fueron afectados en el ataque. En tercer lugar,
los bombarderos no volaban en línea, sino en formación de combate. Y, en cuarto
lugar, para destruir un puente no es necesario lanzar 33 toneladas de bombas.
Según
lo que podemos deducir de las ideas de Richthofen, el uso de bombas
incendiarias pretendía destruir la ciudad y dejarla en escombros, pues así era
más fácil que las tropas enemigas vieran obstaculizada su retirada. En estas
opiniones podemos ver una de las motivaciones del ataque, la cual se mezclaba
con el tremendo impacto psicológico que podía crear un bombardeo tan
devastador.
El
corresponsal Steer interpretó el bombardeo como un método utilizado por el ejército
nacional para inspirar terror y fomentar la desmoralización, tanto entre los
civiles como entre los militares enemigos.
Y,
hoy día, la mayoría de los investigadores sobre Guernica coinciden en afirmar
que el objetivo del bombardeo era, dejando a un lado posibles objetivos bélicos
de mayor o menor cuantía, destruir la ciudad. Es decir, verificar los efectos que podía
producir un bombardeo de estas características en la moral del enemigo.
El Guernica de Picasso
Pablo Picasso leyó el
artículo de Steer sobre Guernica en el diario comunista francés L’Humanité. En aquél momento preparaba un mural
encargado por el gobierno republicano para la Exposición Universal
de París de 1937. Era una obra que en nada se parecía a lo que crearía
posteriormente. Pero parece ser que la noticia sobre Guernica le decidió a
pintar una obra sobre los bombardeos a la población civil. Era una idea que ya
barruntaba desde su conocimiento de los bombardeos de Madrid, Durango y Málaga.
Picasso
terminó su Guernica en un mes, pero inicialmente no gustó a nadie. Los
círculos artísticos parisinos la ignoraron y el gobierno de la República la
rechazó, acordándose con el artista el traslado en exposición por varias
ciudades para recaudar fondos.
No
obstante, la obra de Picasso se convertiría en un icono contra la barbarie de la guerra. Es un cuadro
donde ésta se plasma crudamente, y al no representar bandos puede servir para
ilustrar cualquier conflicto bélico. Como lo definió Picasso, la obra era un “rechazo a cualquier tipo de violencia de la
guerra’”.
Como conclusiones finales podemos decir lo siguiente.
El bombardeo de Guernica
debemos encuadrarlo dentro de las operaciones militares llevadas a cabo por el
ejército nacional en el Frente Norte, cuyo objetivo último era ocupar el País
Vasco, Cantabria y Asturias. El frente de guerra estaba a 15 Km. de Guernica, por lo
que no era algo descabellado que la población sufriera un bombardeo que
preparara la llegada de la infantería.
Ahora bien, la relevancia que
hizo de Guernica un mito y que ensombreció otros bombardeos similares, como el
de Durango, se debe a varios factores:
·
En primer lugar
por la virulencia del ataque, insólita anteriormente.
·
En segundo lugar
por el eco que le otorgó la prensa extranjera, la cual se posicionó a favor de
las víctimas desde un primer momento y, en igual medida, por la manifiesta
tergiversación con la que la dictadura trató de ocultar tal bombardeo.
·
Y, en tercer
lugar, por el uso propagandístico del bombardeo por parte del gobierno de la
República, la cual hizo de este suceso un hito antifascista. En este sentido,
el conocimiento del bombardeo fue exponencialmente potenciado por la obra
artística de Picasso.
FUENTES:
Obras consultadas:
·
Beevor, Antony: La
Guerra Civil
Española. Crítica. (2005).
·
Preston, Paul: La
Muerte de Guernica. Random
House Mondadori. (2012).
·
Salas Larrazábal,
Jesús: Guernica: el bombardeo: la historia frente al mito. Galland Books. 2012.
·
Solé i Sabaté, Josep Maria; Villarroya, Joan: España
en llamas. La Guerra
Civil desde el aire. Temas de Hoy. (2003).
Artículos en Internet:
·
Las seis mentiras sobre el bombardeo de Guernica. http://www.periodistadigital.com/ciencia/educacion/2012/04/29/las-seis-mentiras-sobre-el-bombardeo-de-guernica.shtml
·
Infografía sobre
el bombardeo de Guernica. http://www.eitb.com/multimedia/infografias/gernika2/index_es.html
·
Bombardeo de
Guernica, 75 aniversario de una tragedia polémica. http://www.laaventuradelahistoria.es/2012/04/27/bombardeo-de-guernica-aniversario-de-una-tragedia-polemica.html
·
Bombardeo de Guernica. http://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeo_de_Guernica
·
Hemeroteca ABC. Guernica. http://www.abc.es/20120425/archivo/abci-bombardeo-guernica-supervivientes-201204241702.html
·
El bombardeo de Guernika. http://algargoshistoria.lacoctelera.net/post/2013/04/10/el-bombardeo-guernika-claves-su-importancia-cuadro-de
·
Documentos sobre Guernica. http://archive.is/WQcRp (ver crónica Steer: George L. Steer publicó el 28de abril el artículo en
The Times “The Tragedy of Guernica Town Destroyed inAir Attack Eye-Witness’s
Account”)
·
Los iconos
del bombardeo de Guernica y sus conflictos. José Manuel
Susperregui Echeveste. http://www.academia.edu/3608009/Los_iconos_del_bombardeo_de_Guernica_y_sus_conflictos
·
Artículo opinión El País: ¡Guernica!,
¡Guernica! Ángel Viñas. 9 FEB 2013. http://elpais.com/elpais/2013/01/21/opinion/1358770500_511370.html
Gernika, de nada.
ResponderEliminarHola, gracias por comentar.
EliminarYo conocí Guernica gracias a Picasso por lo que, desde siempre, utilicé el nombre castellanizado en vez del propiamente vasco.
Dado que este blog tiene intención de llegar a la mayor parte de personas y que el nombre Guernica en castellano es más conocido que el vasco pues decidí mantenerlo así.
Este tipo de cuestiones siempre resultan complicadas, tal como ocurre actualmente con Kiev, capital de Ucrania, y Kyiv, como les gusta denominar al resto de países OTAN.
Agur!!!