Cuando los pacientes me
preguntan sobre si es mejor usar gafas o lentes de contacto yo, sin ser
gallego, les contestaba con otra pregunta: “¿Quieres
más a mamá o a papá?”
Como debido a las muy
distintas y variadas situaciones familiares me encontré con respuestas bastante
embarazosas, ahora prefiero realizar esta otra: “¿Qué son mejores, los pantalones cortos o largos?” La respuesta más
frecuente es que “depende de la situación
o época del año”.
Pues bien, acabáis de contestaros
a la primera pregunta sobre gafas y lentillas. Ninguna compensación óptica es
mejor que la otra, sino que simplemente deben ser complementarias, pues cada
una tiene un potencial diferente que la hace más apropiada para determinadas
situaciones.
El objetivo de este artículo
es animar a las personas usuarias de gafas o lentes de contacto a utilizar
ambas cosas en vez de quedarse sólo con una sola. De esta manera podrán
disfrutar mucho más de su vida, al tener una compensación más adecuada a su problema
visual.
Volviendo a la pregunta de
los pantalones, me sorprende enormemente que las personas consideren ridículo o
inadecuado usar pantalones cortos en invierno y no tengan la misma percepción
en el hecho de quitarse las gafas (“aunque
no vea tres en un burro”) para practicar deporte.
En un estudio realizado sobre
los hábitos de usuarios de gafas y lentes de contacto en 2013 (Aslam A, Sulley
A and Packe R. Habits of contact lens and
spectacle wearers and their attitudes to vision correction. BCLA Conference
paper presentation, June 2013) se descubrió que el 51% de los usuarios sólo de
gafas se quitaban éstas para hacer deporte. Un 37% lo hacía para actividades
sociales y un 26% para salir a la
calle. Es decir, existe una gran parte de usuarios de gafas
que prefieren no colocarse su prescripción a utilizar gafas (¡¿?!). O lo que es
lo mismo, existe un gran porcentaje de usuarios de gafas que están pidiendo a
gritos una adaptación de lentillas.
Y esto es una realidad,
porque en el mismo estudio se mostraba que aunque el 82% de usuarios de gafas
estaban satisfechos de ellas, un 58% eran esclavos de ellas al opinar que “No me gusta llevar gafas pero tengo que
llevarlas”.
Todos los que hemos sido
adolescentes y usuarios de gafas hemos prescindido de ellas a la hora de salir
a la calle o de ir de fiesta con nuestros amigos. Nos veíamos mejor sin gafas,
más seguros y menos introvertidos.
Hoy día, al ser las gafas un
artículo de moda más, esta consideración está cambiando bastante, aunque aún
existen personas que piensan que las gafas restan más que suman a su
personalidad. Por ello, aún existen personas, usuarias sólo de gafas, que no
las utilizan en ciertas ocasiones.
Personalmente entiendo este
pensamiento en los adolescentes, cuyo uso de lentillas depende de la economía
familiar (al final ellos no son los que pagan), pero no comprendo a todos
aquellos adultos presumidos que por una cuestión de simple estética deciden
abandonar su corrección o autoengañarse diciendo que ellos ven bien. Y en este
último caso me molesta porque muchos deciden que no necesitan usar gafas
conduciendo, algo que pone en riesgo mi vida y la de todos los demás con los
que se cruzan.
A todos ellos, simplemente
por tocarles la fibra sensible, les voy realizar una advertencia: ¿Saben las
consecuencias que tendría para ustedes si en un accidente (no tiene porqué ser
grave) se comprueba que conducían sin una compensación óptica adecuada? De
momento, el seguro se escudará en que tener la visión revisada es una
responsabilidad suya (como mantener en buen estado su automóvil). Vamos, que le
tocará pagar. Así de simple. Y no duden que cualquier óptico colocará en la
denuncia la exigencia de un examen visual optométrico (nada de esos test
psicotécnicos que se hacen en España por ¡¿psicólogos?! donde los optotipos son
de la época de Franco y la revisión es tan somera como ineficaz).
Tras este breve inciso, vamos
a retomar el uso de gafas y lentes de contacto dando diversas razones por las
cuales el uso de ambas es lo más adecuado:
-
Muchos pacientes
se sienten atrapados en sus gafas por dos motivos: piensan que no pueden llevar
lentillas porque nadie se lo ha recomendado y consideran su precio excesivo:
o
En España tenemos
un gran déficit respecto a la recomendación, por parte de los profesionales de
la visión, del uso de gafas y lentillas. En otros países el porcentaje de
usuarios de lentillas que también utilizan gafas es muy alto (86% Alemania; 90%
Italia).
o
Es cierto que el
precio de unas lentes de contacto es superior al de unas gafas, pero también lo
es superior el precio de un smartphone respecto a un teléfono móvil antiguo y
muchas personas los usan. Es más, en la imaginación general, el coste de las
lentillas se presupone muy alto, cuando en realidad es mucho más económico de
lo que se suele pensar. De forma general, un año de lentillas mensuales de
última generación no suele superar los 0.50 céntimos de Euro al día.
-
Prescribir gafas
y lentes de contacto debería ser la norma en la gran mayoría de los pacientes,
pues sólo de esta forma nos aseguramos que las necesidades ópticas de nuestros
pacientes se cubren satisfactoriamente en todas las circunstancias del día.
o
Las lentes de
contacto son la compensación ideal para practicar deportes, pudiendo llevar
cualquier tipo de gafa de sol sin las limitaciones técnicas que poseen las
lentes solares graduadas. Por tanto, serán la mejor opción para jugar al
futbol, baloncesto, tenis o practicar esquí.
o
Igualmente, las
lentes de contacto permiten a las personas sentirse más libres y atractivas por
lo que su uso pasa de ser una prescripción óptica para convertirse en una razón
emocional.
o
En lo que se
refiere a los deportes acuáticos, el uso de lentes de contacto desechables de
usar y tirar son la mejor opción para no “perderse en la playa”.
o
Las gafas, por su
parte, pueden resultar más cómodas en el trabajo delante de la pantalla del
ordenador, pues el antirreflejo minimiza las molestias de las pantallas y el
efecto barrera ante el ojo evita irritaciones por el polvo ambiental que atraen
las pantallas.
o
Igualmente, el
antirreflejo de los lentes de gafas permiten una mejor visión conduciendo por
la noche, debido al excesivo número de puntos luminosos (farolas) en ese
momento.
o
Las gafas son una
compensación imprescindible para poder alternar con las lentes de contacto,
pues éstas no deben llevarse todas
las horas de vigilia.
-
Un estudio sobre
la preferencia de compensación de las personas présbitas (Neadle S, Ivanova V
and Hickson-Curran S. Do presbyopes
prefer progressive spectacles or multifocal contact lenses? Cont Lens Ant
Eye 2010) mostró que un 78% de los estudiados preferían el uso combinado de
gafas progresivas y lentillas progresivas que optar por únicamente gafas o
lentillas. Las gafas, al otorgar mejor visión, eran utilizadas preferentemente
para actividades estacionarias, mientras que las lentillas eran la opción
preferida para actividades sociales y deportivas, donde una visión tan precisa
no es del todo necesaria.
Y para finalizar una
advertencia. Hasta ahora hemos comentado la circunstancia de las personas que
sólo utilizan gafas. Pero existe una realidad más preocupante, las personas que
sólo utilizan lentes de contacto. Y es más preocupante porque esa manera de
actuar con sus ojos puede conllevar serios riesgos oculares.
Aunque actualmente las lentes
de contacto de hidrogel de silicona han superado las limitaciones técnicas que
impedían una correcta oxigenación de la córnea (causa principal del rechazo a
las lentes de contacto por usuarios que abusaron de las lentes de hidrogel básico
anteriores), su uso durante todas las horas de vigilia no está recomendado por
cuestiones prácticas. Independientemente del tipo de lentilla, ésta termina
molestando al final del día si se abusa continuadamente de su uso.
No sabemos cual es la razón,
pero las lentes de contacto se vuelven incómodas al cabo del tiempo si abusamos
regularmente en el número de horas que las utilizamos. Un uso responsable de
8-10 horas al día no presenta ningún problema. Pero usos continuados de 14-16
horas al día si terminan suponiendo problemas de comodidad a medio-largo plazo.
Por tanto, sabiendo lo
anterior, la mayoría de contactólogos deciden limitar su uso al rango de horas
que saben seguro o, en el peor de los casos, advertir sobre un uso que no
exceda al momento en el que las lentillas comienzan a molestar.
Personalmente no me gusta la
última opción, pues los clientes realizan una comparación con la vida útil de
sus lentillas mensuales, alargando su uso hasta notar molestias, lo que en este
caso sí supone un grave riesgo para su salud ocular (por la presencia de
depósitos desnaturalizados potencialmente peligrosos).
En cualquier caso, si se
desea tener un uso prolongado de las lentillas durante toda la vida la mejor
opción posible es combinarlas con unas gafas. De nuevo os indicaré un símil que
suelo hacer a mis pacientes: Podemos tener unos zapatos comodísimos, los cuales
podríamos utilizar todo el día si deseáramos. Pero al llegar a casa nos los
quitamos y nos calzamos unas zapatillas. Pues bien, con las lentillas
deberíamos, como mínimo, hacer lo mismo, es decir, descansar de ellas en casa
si es que son imprescindibles para las tareas realizadas fuera de nuestro
domicilio. Os aseguro que con esta sencilla medida vuestros ojos os lo
agradecerán.
Por tanto, ante la pregunta
¿gafas o lentillas? La respuesta es ambas siempre. No son dos métodos
compensatorios excluyentes sino claramente compatibles.
¿Vosotros que pensáis al
respecto?
Estoy de acuerdo, hay que dar un descanso a nuestros ojos. Es nuestra salud ante todo, el problema es el aspecto económico en muchos casos, ya que combinar las lentes de contacto con las gafas nos subirá el gasto mensual.
ResponderEliminarGracias por comentar Lourdes.
ResponderEliminarAunque el aspecto económico es importante hoy día, en cuestión de salud es algo bastante relativo. Y el problema no viene por usar sólo gafas, sino por usar sólo lentes de contacto.
Proporcionalmente, unas lentes de contacto son mucho más caras que unas gafas. Teniendo en cuenta el precio medio de un pack semestral de lentes desechables y el de una gafa media podemos decir que las lentillas son el doble de caras que las gafas. O, a lo sumo, puede suponer el mismo gasto que un año de lentillas; con la particularidad que las gafas nos duran dos o tres años de media.
Por tanto, si nos mueve la economía, lo primero es tener unas gafas. Y si podemos permitirnos el "lujo" de utilizar lentes de contacto nunca debe ser en detrimento de las gafas.
Un saludo