La India es un país totalmente increíble a
ojos de un occidental. Su cultura milenaria tiene tantos aspectos distintos a
la europea que resulta, en ocasiones, difícil explicarse ciertas costumbres
ancestrales.
Una de ella es el amor que tienen hacia
las vacas, consideradas divinas. Para los hindúes la vaca es símbolo de vida,
al igual que pudiera ser la Virgen María para los cristianos. Y, por tanto, matar
a una vaca se considera un sacrilegio horrible.
Resulta triste la imagen de hindúes
famélicos que, a pesar de las adversidades, mantienen vivas a sus vacas sin
comérselas. En un acto que nosotros identificamos como de altos valores
espirituales, pero, a la vez, de escasa practicidad. ¿Cómo llegar a entender
tal actitud ante la vida?
Hoy os voy a explicar la razón práctica de
esta creencia, en apariencia, irracional. ¿Os interesa el tema?