Puesto que se acercan las Navidades y mucha gente está pensando en los regalos que comprar, hoy os voy a mostrar las consecuencias nefastas que
tiene para nuestros ojos intentar ahorrar un poco de dinero comprando gafas de
sol falsas.
Este es un tema recurrente al que no se le presta toda la importancia que se debiera debido a que las consecuencias, con ser malas, no son mortales. Aún así, es necesario que todo el mundo comprenda lo que implica comprar unas gafas falsas.
¿Os interesa el tema?
En el año 2022 apareció un artículo inquietante
respecto a las gafas de sol. El título era el siguiente: El
‘top manta’ se consolida como el principal vendedor de gafas de sol en España.
Según estimaciones realizadas en el sector, “de los 20 millones de unidades
de gafas de sol que se comercializan en España cada año, solo 3,8 millones han
salido de las ópticas”. Esto significa, porcentualmente, que
aproximadamente el 80% de las gafas de sol vendidas en España son imitaciones o
artículos falsos que no han pasado por ningún control de calidad.
Si comparamos este dato con el ofrecido en el año 2013
por el “Libro Blanco de la Visión en España”, donde indicaba que “más del
30% de las gafas de sol que se venden en nuestro país se realiza a través del
“top manta”, vemos que el porcentaje ha subido exponencialmente en apenas
una década (del 30% al 80%). Algo estamos haciendo muy mal desde el mundo de
la óptica para no transmitir correctamente que las personas que adquieren un
producto así se están dañando los ojos.
El aumento de este porcentaje no se debe a que existan
más “manteros” en nuestras calles. Se debe, principalmente, a que ha aparecido
un nuevo actor en el sector, Internet. La red se ha convertido en el mayor
vendedor de gafas de sol. Y, lamentablemente, no siempre las personas adquieren
gafas originales.
Veamos la siguiente imagen. En ella muestro la misma
montura, la conocida Ray-Ban Aviator Large RB3025 L0205 calibre 58. La imagen
superior corresponde a la página oficial de Luxottica, fabricante italiano que
realiza las gafas Ray-Ban. La foto interior muestra una de las múltiples
páginas web de venta de gafas (quité el logotipo a propósito) donde se oferta
la, aparentemente, misma montura, a un precio ostensiblemente inferior.
Hasta no recibir la montura en mi casa no puedo
afirmar si ese modelo es verdadero o falso. Algo que la mayor parte de personas
profanas al sector le será muy complicado descubrir. Un estudio
realizado por la asociación Visión y Vida indicaba que “casi cuatro de cada
diez personas no pueden distinguir entre las gafas de sol de marca y las
vendidas en el top manta”.
No obstante, la diferencia de precio debería hacernos
sospechar que algo raro está ocurriendo. Por muchos costes que se ahorre
alguien vendiendo algo por Internet (respecto a una tienda física), tal
diferencia de precio no se justifica de ningún modo. Prácticamente está
vendiendo al precio de coste del fabricante. Y todos sabemos que un intermediario
gana dinero con sus ventas. Y si digo esto con este ejemplo, que será de todas
esas gafas, supuestamente Ray-Ban, que se venden por debajo del precio de coste
del fabricante. (Un inciso: las gafas de sol en España tienen un 21% de IVA que se añade al precio base fijado por el fabricante. A la hora de vender un producto debes repercutir todos los costes generados por el mismo: envíos transportistas, personal contratado para gestión logística de pedidos, posicionamiento página Web. Después de todo eso debes tener beneficios suficientes para vivir).
La mejor garantía a la hora de comprar una gafa de sol
es adquirirla en las tiendas oficiales distribuidoras o en las páginas
oficiales de los fabricantes. Sólo así sabemos que estamos comprando un
producto de calidad y que ha pasado los controles obligatorios de Sanidad. No
olvidemos que la gafa de sol, aunque no lo parezca, es un producto que
compete a nuestra salud visual.
Aquí quiero hacer un nuevo inciso. Sólo conozco un
caso donde la Guardia Civil tuvo que intervenir producto falso de gafas de sol
vendido en óptica. Se trató de una operación donde se incautaron 290 gafas de
sol falsificadas (la noticia
aquí).
Aunque la cadena de ópticas no salió a la luz pública, en nuestro mundillo
todos sabemos quienes eran. Personalmente, hasta me tocó trabajar hace muchos
años atrás con ellos. Pero sólo se dedicaban a explotar a los empleados
negándoles derechos básicos como el permiso de paternidad (cuando era una
semana, que ya ha llovido). Debe ser que desde la pandemia buscaron nuevas
formas de estafa. ¡Menuda Herencia!
Volvamos al tema que nos interesa. ¿Por qué
resultan perjudiciales las gafas de sol falsas?
Lo primero, porque no nos protegen de la radiación
ultravioleta dañina. La famosa pegatina de protección 400 nm nos indica que
una lente debe filtrar sólo la luz a partir de esa franja del espectro. En caso
contrario, esa radiación pasará y nos provocará diferentes problemas a largo
plazo. Si queréis profundizar en el tema os enlazo un artículo de este blog que
escribí hace años sobre el tema describiendo el daño en cada parte de nuestros
ojos (aquí).
Y si eres de esas personas que necesita estudios científicos para convencerse
de las cosas (muy bien), te dejo otro artículo donde me explayo al respecto (aquí).
Lo segundo. Al ser lentes oscuras nos resultan
cómodas para evitar la molestia de una gran luminosidad ambiental. Pero, al no
filtrar los ultravioletas, el daño de los mismos a nuestros ojos es mayor.
Me explico. El ser humano, ante una fuerte intensidad lumínica tiende a cerrar
los ojos para evitar daños y molestias. Con una lente oscura engañamos a
nuestro instinto. La pupila se dilata para obtener más luz y, por consiguiente, más radiación
ultravioleta entra en el ojo en comparación a no tener las gafas puestas. Por
tanto, es mejor no usarlas para nuestra salud visual.
A continuación, os enlazo un vídeo de un compañero (Rubén
González: Proteccion UV Lente Original Rayban VS Lente Imitación) donde muestra
de manera sencilla cómo las lentes de imitación no filtran la radiación
ultravioleta, creándonos un gran daño a nuestros ojos.
Espero que ahora, teniendo esta información a mano, no vuelvas a comprar una gafa de sol de imitación y acudas a los canales de distribución oficiales.
Me despido con una frase que me gustó mucho del
compañero Ángel Viñas: “Igual que nadie compra una aspirina en el top manta,
no debería comprar gafas piratas”.
Hasta la próxima
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