Astorga es una de esas pequeñas ciudades
encantadoras que tienen un pasado tan fascinante como importante, aunque su
categoría actual no lo parezca.
Situada en una posición estratégica, entre
León y Ponferrada, era una estación importante ya desde época romana debido a
su conexión en la famosa ruta de la plata.
¿Queréis pasar un buen día de visita
cultural en Astorga?
Si llegamos a Astorga siguiendo la
carretera N-VI la mejor opción para aparcar nuestro vehículo es el parking
gratuito de San Roque. El mismo tiene bastantes plazas de aparcamiento
disponibles y se encuentra justo en la entrada a la ciudad, a la que
accederemos a través del llamado Arco del postigo tras subir por una
impresionante escalinata de piedra. Indicar que por aquí entraron las tropas
napoleónicas en 1808.
En el primer cruce de calles vamos a
descubrir uno de los muchos murales que podremos observar en esta ciudad y que,
personalmente, me parecen un magnífico reclamo turístico. En esta ocasión se
trata de una escena del famoso Charles Chaplin.
Si seguimos adelante por la calle por la
que entramos en la ciudad llegaremos a la plaza España. Aquí se encuentra uno
de los edificios más impresionantes de la ciudad, el Ayuntamiento de Astorga.
Se trata de un edificio claramente barroco
donde destacan las dos torres laterales rematada por chapiteles y una espadaña
central que contiene un escudo de la casa Real de Austria, un reloj y, en la
campana, un par de figuras de maragatos (autómatas) que avisan de las horas y
los cuartos con un peculiar mecanismo. La fachada tiene dos plantas, estando la
segunda conformada por un gran balcón corrido, lugar donde se colocan las
autoridades durante las festividades.
Uniendo las torres y la espadaña central
encontramos unos contrafuertes-arbotantes similares a los que podemos encontrar
en la cercana catedral de León, siendo su función más escenográfica que
arquitectónica.
Tras apreciar esta bella plaza unos
cuantos minutos vamos a dirigirnos a la cercana Plaza de San Bartolomé, lugar
donde se alza el Museo romano La Ergástula. En este lugar vamos a
descubrir todo lo relacionado con el pasado romano de Astorga.
Este museo está dividido en dos partes
bien diferenciadas. La inferior, lugar donde se adquieren las entradas, es un
resto romano en sí mismo. Una construcción realizada por los romanos para
elevar el templo situado en el centro del foro. Tal como veremos, se trata de
una galería abovedada que formaba parte de un pórtico de planta en “U”. Su
función, como indiqué antes, era la de sustentar una plataforma artificial
sobre la que se construyó la zona sacra. Actualmente, en este lugar, se
encuentran las lápidas de algunos astorganos romanos.
En la segunda planta se ubica una
exposición que contiene las piezas más importantes recuperadas de las
excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad. A través de vitrinas
temáticas vamos a conocer el origen de Astúrica Augusta, su gran
importancia en época romana y el modo de vida de sus habitantes.
Entre las piezas más importantes que
podremos observar se encuentra un áureo del emperador Tiberio, unos paneles con
pinturas pompeyanas descubiertas por D. José María Luengo a mediados de siglo
pasado, así como objetos cotidianos que han permanecido casi inalterables hasta
la actualidad, como una llave de paso para una tubería. Además, también resulta
interesante la colección epigráfica, las lápidas funerarias y, sobre todo,
entender la situación de la ciudad en época romana a través de los paneles
explicativos.
Esta visita apenas os llevará algo más de
media hora y resulta muy conveniente complementarla con una visita guiada por
los restos romanos existentes en la ciudad. Dado que las plazas son limitadas,
conviene reservar con anterioridad esta visita.
Esta visita se denomina Ruta Romana
y nos llevarán a través de todos aquellos yacimientos arqueológicos conservados
in situ en la parte subterránea de la ciudad actual. El primer lugar que
visitaremos será la llamada Cerca legionaria, lo que nos servirá para
conocer el primer asentamiento militar romano que, más tarde daría lugar a la
ciudad. Además de mostrarnos un audiovisual, nos explicarán el sistema
defensivo del campamento de la Legio X Gemina, asentada hacia los años 10-15 a.C.
en este lugar. El sistema defensivo consistía en dos fosos y una empalizada de
madera. Posteriormente, en el lugar de la empalizada, se añadió una muralla de
piedra. Y más adelante, con la pax romana, la muralla fue horadada por
una calle. E incluso se instaló una gran domus en este lugar,
mostrándonos como se expandió la urbe una vez que las murallas se quedaron
pequeñas.
Nuestro siguiente punto de visita son las termas
menores, llamadas así por ser más pequeñas que las principales de la
ciudad. Debido a los objetos descubiertos (como un pendiente en el sumidero) se
piensa que estas termas eran un lugar exclusivo para las clases más altas de la
ciudad. Dotadas de las clásicas estancias (frigidarium, tepidarium,
sudatorium y caldaria), estos restos nos servirán para entender como
funcionaban estos espacios de reunión social.
La siguiente parada es una gran sala de
planta rectangular con cabecera absidiada cuyo mayor interés reside en admirar
el lujoso pavimento que tenía. Realizado en opus sectile, se trataba de
fragmentos de mármol de diferentes tonalidades y diseño geométrico. Aunque
inicialmente interpretado como un templo dedicado a Augusto (Aedes Augusti),
las recientes investigaciones tienden a catalogarlo como una parte de la
Basílica situada en el foro. En este lugar también veremos unos agujeros de
época medieval utilizados como silos.
Los restos del foro son muy escasos y es
necesaria una gran imaginación para entender el lugar donde se alzaban los
pórticos que daban acceso al mismo. En cambio, la siguiente parada, las
cloacas, son uno de los puntos más interesantes y sugerentes de todo el
itinerario. Bajando a través de una puerta situada en el jardín de la Sinagoga,
recorreremos una parte del sistema de desagüe de aguas residuales. Un sistema
que, en muchas partes de la ciudad, se encuentra en funcionamiento junto a las
tuberías modernas, lo que nos da una idea de la durabilidad de las
construcciones romanas.
La última parada, ya casi enfrente del
museo, es la casa del mosaico del oso y los pájaros. Se trataba de una
lujosa vivienda con área termal incluida donde lo más destacable es el
espléndido mosaico que pavimentaba uno de los triclinium o comedores.
Casa del mosaico del oso y los pájaros. Astorga
En definitiva, un paseo de casi dos horas
donde entenderemos mucho mejor la historia y el pasado romano de la ciudad.
Volvamos a la Plaza España para volver a
admirar los preciosos soportales y acerquémonos a la anexa plaza del Gral.
Santocildes, presidida por el Monumento a los Sitios, un homenaje a los héroes
de la lucha por la independencia ante los franceses y los dos sitios que
soportó la ciudad (1810 y 1812). No obstante, personalmente me gusta mucho más
el mural dedicado a la Guerra de Independencia que nos encontraremos un poco
más adelante, siguiendo la calle Lorenzo Segura.
En la ciudad vais a encontrar otro par de
murales interesantes. Uno justo enfrente del que acabamos de indicar, dedicado
a las mujeres que realizaban los dulces típicos de la zona y, en la calle Pío
Gullón encontraréis un homenaje a la cecina, producto local de exquisito sabor.
Esta calle comercial nos llevará al centro
neurálgico de Astorga, lugar donde se encuentran los dos monumentos más
importantes que todo turista debe visitar. Yo os aconsejaría visitar primero la
Catedral, por ser su horario continuado.
Antes de llegar quiero que os fijéis en
una pequeña ventana que se encuentra junto al pequeño templo de Santa Marta, ya
anexo al recinto de la Catedral. Podéis subir unos breves peldaños para ver su
interior. Este lugar se conoce como la Celda de las Emparedadas. Aquí se
retiraban a la vida contemplativa diversas mujeres que se consideraban
pecadoras, siendo esta ventana el único contacto con el exterior y el lugar por
donde recibían su comida. Otra ventana interna comunicaba con la iglesia anexa
para escuchar misa. Aquí pasaban el resto de sus vidas.
Celda de las emparedadas. Astorga
Es momento de acercarse a la Catedral de
Santa María de Astorga, un templo que comenzó a construirse en 1471 sobre
un anterior templo románico más pequeño.
Astorga fue sede de una de las diócesis
más antiguas y extensas de España, abarcando sus dominios gran parte de la
provincia de León y poblaciones de Oviedo y Zamora. Ello explica su magnitud y
la belleza con la que fue levantada. Acerquémonos a su cabecera para admirar
una impresionante portada plateresca que bien parece un retablo.
Catedral de Santa María de Astorga. Foto Museo Catedralicio.
Si habéis estado en León os recordará
poderosamente su fachada. Ello se debe a que esta se basó en la de León,
imitando sus tres portadas abocinadas ricamente labradas, limitadas en sus
flancos por dos torres, que se unen al cuerpo central por medio de elegantes
arbotantes y balconcillos labrados con esmero. Se remata todo el conjunto con
torrecillas y pináculos, pero en un claro estilo barroco que pretendía superar
en belleza al gótico original.
La portada central es la que acapara toda
la atención del visitante. Delimitada por las columnas ajarronadas leonesas,
varios pasajes bíblicos tallados en piedra decoran el conjunto. Entre ellos
podemos ver un Descendimiento, la curación del ciego de Betsaida o la parábola
de la mujer adúltera.
Catedral de Santa María de Astorga
La entrada a la Catedral se realiza a través
del museo. Se trata de uno de los museos sacros más importantes de la región y
posee piezas de un valor y belleza inigualables.
Especial atención debemos mostrar en la Sala
I, una de las que contiene la mayor cantidad de piezas únicas. A destacar, la
Arqueta de San Genadio, obra cumbre de la orfebrería asturiana y regalo de
Alfonso III el Magno a este obispo de Astorga en el siglo X; el Arcón románico
de finales del siglo XII, proveniente del monasterio cisterciense de Carrizo de
la Ribera. Esta pieza de gran tamaño está realizada en madera, presenta figuras
bien definidas con predominio de los colores ocre, rojo y azul; una Cruz
relicario que porta un trocito del Lignum Crucis, cruz donde estuvo
clavado Jesucristo. Se considera una verdadera joya de la orfebrería de la Edad
Media; y un Esenciero árabe de cristal de arte fatimí del siglo X;
Catedral de Santa María de Astorga. Museo catedralicio.
En el resto de salas vamos a poder admirar
vitrinas con ropas litúrgicas, tallas románicas y góticas, facsímiles de
diferentes libros, destacando los denominados “beatos”, comentarios al libro
del Apocalipsis realizados entre los siglos X al XIII, y tablas de antiguos
retablos.
Catedral de Santa María de Astorga. Museo catedralicio.
El paso al claustro lo realizaremos a
través de la Capilla de Santa Marina, virgen mártir gallega cuya devoción está
presente en muchos pueblos de la diócesis. Aquí sería bueno destacar las dos
tablas del siglo XV, restos de un antiguo retablo del camino jacobeo, que
alentaba a los peregrinos en las dificultades de su camino. La primera presenta
el tema del “Puente de la vida”. Los discípulos del apóstol Santiago liberados
milagrosamente de la cárcel, huían de sus perseguidores y, tras cruzar el
puente, éste se derrumba salvándoles de sus adversarios. La segunda, narra el
episodio posterior, la reina Lupa los envía a morir a un monte de toros bravos,
pero tras hacer la señal de la cruz se tornan en mansos bueyes que portarán el
carro con el sarcófago del Apóstol Santiago. La historia termina con la
conversión de la reina que les regalará el palacio para que hagan una iglesia
dedicada al Apóstol.
Catedral de Santa María de Astorga. Capilla de Santa Marina.
El claustro de esta catedral fue reformado
en 1755 bajo el estilo neoclásico. De este espacio voy a destacar la réplica (el
original está en el MAN) de un sarcófago paleocristiano del siglo IV, primera
muestra de escenas cristianas en esta región, tales como la resurrección de
Lázaro o la multiplicación de los panes y los peces. Y también la estatua
yacente de un obispo, obra primorosa, donde se aprecia la finura y elegancia
del esculpido. La cabeza descansa sobre un almohadón. Bajo los pies, un dragón
o grifo de cabeza aplastada. En la serena sonrisa de su rostro aparece la
actitud del creyente de la Edad Media ante la muerte.
Catedral de Santa María de Astorga. Claustro.
El interior de la catedral de Astorga
sorprende por su elevación y luminosidad, además de una notable sensación de
ligereza, transmitida gracias a sus pilares flanqueados de columnillas que
continúan en nervaduras sin capiteles intermedios, con bóvedas estrelladas.
Catedral de Santa María de Astorga. Foto Museo Catedral.
Posee planta rectangular, de siete tramos,
con tres capillas absidiales y tres naves de extraordinaria altura, dos semejantes
y la central más alta. No posee crucero y lo que vemos sobresaliendo de la
planta original en este lugar son dos capillas rectangulares añadidas en el
último tramo de la nave.
Nada más entrar veremos el trascoro, una
especie de capilla neoclásica donde se venera a la Virgen de Valvanera. Justo
enfrente debemos alzar la vista para admirar el reloj de 24 horas que nos
muestra la posición del sol.
Interior Catedral de Santa María de Astorga
Las vidrieras son otro de los atractivos
de este templo, siendo las más antiguas (siglo XVI) las que están encima de la
capilla de San Miguel, San Juan Bautista y San Jerónimo.
Vidrieras Catedral de Santa María de Astorga
El coro, lugar reservado para la oración
cantada del Cabildo Catedralicio, es una obra de arte en sí mismo, conteniendo
figuras talladas de monstruos y querubines de gran expresividad. El gran atril
central, llamado facistol, podía contener hasta cuatro cantorales a la vez.
Dada la dimensión del coro entendemos la necesidad de realizar libros en gran
formato para que todos pudieran seguir los cantos.
Catedral de Santa María de Astorga. Coro.
Entre las capillas que podemos admirar
paseando por las naves laterales me gustaría destacar la sencilla pero elegante
Capilla del Cristo de las Aguas, con una talla muy apreciada por los
astorganos; la capilla del Retablo Hispanoflamenco, el cual contiene uno de los
retablos más importantes de este templo, representando, en un orden cronológico
de escenas evangélicas, el ciclo de la Pasión, desde el beso de Judas hasta la
sepultura del Señor; el retablo de San Jerónimo, representado como asceta
penitente en el desierto de Calcis en una magistral composición dramática; y la
capilla del Santísimo y Ntra. Señora de la Majestad. Un retablo con un claro
programa contrarreformista realizado expresamente para contener esta
excepcional talla datada en el siglo XII.
Catedral de Santa María de Astorga. Capillas.
Estas capillas son un buen aperitivo antes
de detenernos en el maravilloso retablo del Altar Mayor, obra cumbre de Gaspar
Becerra. Esta obra maestra del renacimiento español asombra tanto por sus
dimensiones como por la perfección de las tallas y su alegra colorido,
resultando el conjunto una bella síntesis de bellas artes y piedad cristiana.
Constituido por banco, tres cuerpos y
ático o remate, el retablo mayor de la catedral de Astorga se organiza en cinco
calles de las que destaca la central, en la que se representa la Asunción,
figura femenina en actitud escorzada de proporciones llenas, y la original
composición de La Coronación. El retablo consagra el clasicismo en la
arquitectura de los retablos con su monumentalidad, distribución ordenada y
remates de frontones en los encaramientos e introduce el manierismo romano de
clara influencia miguelangelesca en la escultura castellana.
Catedral de Santa María de Astorga. Altar Mayor.
Esta visita seguro que ya nos habrá
abierto el apetito. Es hora de buscar un lugar para comer y en Astorga lo
típico es comer un cocido maragato, el cual es similar al madrileño, pero
comiendo el conjunto en tres “vuelcos”: primero la carne y el relleno, luego
los garbanzos y la patata y, por último, la sopa de fideos. Según la tradición
local, esta costumbre proviene de los maragatos, arrieros que llevaban la carne
cocida en fiambreras y que comían primero, pidiendo sopa de fideos en las
posadas posteriormente para entrar en calor.
Tras llenar bien la andorga con tan exquisito
manjar vamos a visitar, ya por la tarde, el último monumento imprescindible de
la ciudad, el Palacio episcopal de Astorga.
El Palacio Gaudí es una de las tres
construcciones que el genial arquitecto catalán levantó fuera de Cataluña. Las
otras dos son la Casa Botines en León y El Capricho en Comillas.
En este caso, la iniciativa de levantar
este vistoso edificio fue del obispo de la diócesis de Astorga, Don Juan
Bautista Grau y Vallespinós, originario de Reus. Un 23 de diciembre de 1886, el
mismo año que llegó al cargo, se incendió el antiguo palacio que habitaba. Y al
pensar en candidatos para proyectar el nuevo edificio, pronto le surgió el
nombre de su amigo y paisano Antonio Gaudí y Cornet, que se hace cargo de las
obras desde 1889.
El 24 de junio de 1889 se colocó la
primera piedra del edificio, estando proyectado terminarlo hacia 1894. Pero la
muerte del obispo en 1893 supondrá la paralización de las obras debido a las
discordancias entre Gaudí y la Junta Diocesana. Quedaba pro finalizar el piso
superior y la cubierta.
Gaudí renunciará a su cargo como
arquitecto ese mismo año, aunque como luego confesaría, años más tarde, a la
infanta Isabel de Borbón, “Señora, yo no me fui, me echaron”. Las obras
se paralizaron y el palacio no se finalizaría hasta el 12 de octubre de 1913.
Este bello edificio, después de tantas
dificultades para verse terminado, quedó en un estado de claro abandono debido
al traslado del obispo a Salamanca. Nunca llegó a funcionar para el objetivo
por el que fue creado, la residencia obispal. Primero funcionó como un pequeño
museo arqueológico. Durante la Guerra Civil sirvió de cuartel de artillería y
sede de la Falange. Y, finalmente, a partir de 1960, el edificio encontró el
sentido que aún hoy conserva, el de servir como Museo dedicado al Camino de
Santiago.
Lo primero que sorprende al ver el
exterior del palacio episcopal de Astorga es su aire medieval. Estamos inmersos
en la época donde Gaudí cultivó el estilo neogótico, tan en boga a finales del
siglo XIX. No obstante, Gaudí supo dar su impronta particular al estilo, creando
aquí una particular fusión: apariencia de castillo en el exterior y de iglesia
en el interior. El característico y modernista arco abocinado de la entrada, el
volumen arquitectónico sobre la entrada o las grandes chimeneas integradas en
las fachadas laterales son aspectos propios del arquitecto modernista catalán.
Usando piedra local, granito gris del
Bierzo, Gaudí configuró un edificio con planta de cruz griega, inscrita en un
cuadrado, que posee cuatro fachadas flanqueadas por cuatro torreones. La puerta
principal de entrada no es la única que posee el edificio, contándose otras dos
más en las fachadas noroeste (hacia la muralla) y hacia la Catedral.
Las esculturas de los tres ángeles que
adornan hoy en día el jardín estaban proyectadas para colocarse como remate en
la cubierta, algo que jamás se produjo debido al cambio en la dirección de las
obras.
El interior del edificio se divide en
cuatro plantas diferenciadas. Nosotros accederemos primero a la planta baja,
donde encontraremos un gran vestíbulo, del que parte la escalera noble. Posee
como decoración catorce pinturas de Modesto Sánchez Cadenas, así como columnas
con capiteles mudéjares y una cuidada decoración de cerámica vidriada
procedente de Jiménez de Jamúz en los nervios de las bóvedas. Las ventanas
góticas apuntadas y la gran amplitud del espacio otorgan una sugerente y amplia
luminosidad al edificio.
Palacio episcopal de Astorga. Interior.
Hoy en día esta planta está dedicada a
conocer la Diócesis de Astorga, así como el Museo del Camino de Santiago, con
piezas relacionadas con esta popular tradición.
Palacio episcopal de Astorga. Interior.
Paseando por las distintas estancias
descubriremos varios ámbitos expositivos. Comenzamos por los orígenes
cristianos, con el inicio del obispado de Astorga en el año 254. Continuamos
conociendo a Santa Marta Asturicense, mártir de tiempos imperiales y patrona de
la ciudad desde el S. XVII. Las tres provincias por las que se extiende la diócesis
de Astorga, León, Zamora y Ourense. La tradición religiosa local, donde destaca
el fervor hacia San Roque o las fiestas procesionales y romerías. Por último,
relacionado con el Camino de Santiago, las distintas tipologías iconográficas
del Apóstol Santiago, destacando el Santiago peregrino de Turcia, talla
flamenca anónima del S. XVI.
Palacio episcopal de Astorga. Interior.
Por debajo de esta planta se encuentra el
sótano, un espacio totalmente abierto destinado,
en principio, para Archivo Diocesano, Museo Epigráfico y bodega. Hoy alberga
una colección epigráfica, numismática y lapidaria. A destacar un miliario
romano, la Estela dedicada a la Triada Capitolina y los sepulcros medievales.
Palacio episcopal de Astorga. Sótano.
En las guías indican que el aspecto
medieval de la sala es evidente, destacando las columnas de piedra tosca y los
arcos góticos. Personalmente me recuerda más a la arquitectura romana, por la
combinación de piedra y ladrillo. Como curiosidad, fijaos en los capiteles,
próximos al arte micénico.
La primera planta está destinada a la
figura del Obispo, y aquí tenemos cuatro importantes estancias: el salón del
trono, el comedor, el despacho y la capilla.
Palacio episcopal de Astorga. Estancias Obispo.
Como en el piso inferior, las distintas
dependencias se organizan alrededor del magnífico espacio central. El esquema
de la cerámica vidriada se repite en esta planta a lo largo de sus bóvedas de
crucería. Y a destacar son sus capiteles estrellados que nos recuerdan a los de
la Sainte Chapelle de París y sus vidrieras historiadas, de tipo cisterciense y
modernistas en la Capilla, Salón del Trono y Comedor, respectivamente.
Palacio episcopal de Astorga. Capilla.
La segunda planta fue realizada,
íntegramente, por el arquitecto Ricardo García Guereta. Se trata de un piso muy
sencillo, organizado a modo de desván, cuya sencilla decoración contrasta
poderosamente con lo que hemos visto en los pisos inferiores. A destacar los dos
balcones que actúan de coro para la capilla, donde obtenemos una vista excepcional.
Hoy en día está dedicada a exposiciones temporales y podemos admirar maquetas y
fotografías del edificio.
Palacio episcopal de Astorga. Interior.
En definitiva, una visita muy instructiva
donde os maravillareis tanto con el contenido como el continente. Para más
información os recomiendo visitar su web: https://www.palaciodegaudi.es/
Y hasta aquí el intenso día en Astorga. La
ciudad guarda muchos más secretos si queréis pasar todo un fin de semana, pero
lo básico se encuentra recogido en este post. Espero que el mismo os anime a
visitar esta bella localidad.
Hasta la próxima.
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