Hace ya bastantes años visité la villa romana de
Carranque y realicé un post en este blog (aquí),
en el cual os explicaba todo lo que en aquel momento podíamos ver de este
precioso yacimiento romano.
Años después he vuelto a este maravilloso lugar y os
voy a actualizar un poco la información al respecto. Como no me gusta
repetirme, en este artículo voy a introducir más fotografías que información,
complementando así el anterior. ¿Habéis visitado alguna vez la villa romana de
Carranque?
¿Cómo llegar?
La villa romana de Carranque se encuentra muy cerca de
esta pequeña localidad toledana. Llegar a ella resulta muy sencillo, pues está
algo más allá de Griñón por la carretera M-407 o entre Parla e Illescas si
accedemos por la carretera A-42 de Toledo. Aunque debemos callejear un poco por
el pueblo las indicaciones son bastante claras (y si te pierdes el Google Maps
te lleva sin problema).
Justo antes de llegar al yacimiento existe un cómodo
aparcamiento donde dejar nuestro vehículo, única forma de acceder a este lugar.
Un gran puente que cruza el río Guadarrama nos llevará directos al centro de
visitantes.
¿Dónde informarme sobre la visita al
yacimiento?
En esta segunda ocasión en la que visité el yacimiento
elegí la visita guiada y debo recomendaros tal posibilidad por lo ameno que se
hace y por toda la información que te cuentan.
En la siguiente página de Castilla La Mancha podéis
informaros de este y muchos otros parques arqueológicos y yacimientos de la
comunidad:
https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/parques-arqueologicos
https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/yacimientos-visitables
Visita a la villa romana de Carranque
La visita la vamos a comenzar por la parte más moderna
del yacimiento, retrocediendo cronológicamente en el mismo según avancemos por
los tres puntos clave del mismo.
La primera parada es la denominada zona palacial.
Se trata de un edificio imponente realizado a finales del siglo IV d.C., el
cual nos informa, por la calidad de los materiales utilizados, la importancia
que tenía el dueño de la villa.
En un momento donde el poder imperial estaba muy
debilitado, los pequeños terratenientes adquirían cada vez más poder en sus
localidades. Y ejemplo de ello es este palacio construido a imitación del boato
imperial de Roma, utilizando una espléndida decoración marmórea procedente de
las mejores canteras del ámbito mediterráneo. Las dos grandes columnas que se
conservan del edificio procedían de Anatolia.
El único resto en pie que se conserva es un muro de la
iglesia de Santa María de Batres, la cual data de época moderna y fue destruida
en los años treinta del siglo pasado debido al peligro de derrumbe.
Este palacio, tras el colapso del imperio romano, fue
saqueado por las diferentes civilizaciones que fueron transitando por la
Península ibérica. Sabemos que los visigodos construyeron aquí una iglesia por
el número de tumbas asociadas al lugar, mientras que de época musulmana no
sabemos muy bien la función que tuvo. Sí conservamos una inscripción, presente
en una de las columnas antes indicadas, con una eulogia del Corán. Vamos, un
grafiti antiguo.
Nuestra siguiente para es el mausoleo, el
edificio cuadrangular donde estaban enterrados los dueños de la villa en época
romana. Puesto que el saqueo posterior fue intenso, sólo podemos admirar en la
actualidad la planta del edificio. En los escasos muros podemos comprobar como
los romanos utilizaban el hormigón (opus caementicium), al que revestían
con sillares de granito, para realizar este tipo de construcciones.
El último lugar que vamos a visitar es la zona de
residencia del dueño de la villa, una amplia estructura de 1000 metros
cuadrados donde lo más destacable es la amplia decoración con mosaicos de
múltiples habitaciones.
La entrada a la villa romana se realizaba a
través de un porche porticado flanqueado por dos torres con una simple función
decorativa, pues en el momento de levantarse se disfrutaba de la pax romana
en el imperio. La siguiente estancia, que funcionaba de recibidor, tenía una planta
circular, estaba decorada con un precioso mosaico geométrico y poseía una
escenográfica linterna en el techo. Como ya habréis supuesto, el morador de
esta villa (supuestamente un tal Materno), no escatimaba en gastos a la hora de
mostrar su poderío económico.
A continuación, el visitante accedía al denominado
peristilo, un gran patio central columnado que servía de distribuidor entre las
diferentes estancias de la villa. Todo el pavimento se encuentra decorado con
mosaicos geométricos de gran belleza. Debido al paso del tiempo, vamos a
comprobar que muchos de estos mosaicos se han deformado por el hundimiento del
suelo donde se asientan. Pero lejos de romperse, se adaptan al terreno debido
al peculiar modo de fabricación romana, donde las teselas que los conforman no
van pegadas, sino unidas por la presión de las contiguas.
Uno de los primeros mosaicos figurados que podremos
observar se encuentra en un cubiculum que bien pudo ser la habitación de
algún morador de la villa. En el centro encontramos el retrato de una mujer,
identificada tanto con Afrodita como con la dueña de la villa. En las esquinas
existían retratos en mosaicos de cuatro dioses, aunque sólo se conservan tres
de ellos (Artemis, Atenea y Hércules). Por último, existen cuatro mosaicos más
que representan diversas historias míticas: el Baño de Diana, Píramo y Tisbe
(antecedente de Romeo y Julieta), Hilas y las ninfas, y Amimone y Neptuno. En
la visita guiada os contarán estas historias.
La siguiente parada es el triclinium, el lugar donde el dueño agasajaba a sus invitados con lujosos festines. El mosaico que decora este amplio lugar se denomina la muerte de Adonis, donde el celoso dios marte envió a un jabalí para que matara a Adonis, el hombre más guapo y del que se había enamorado Venus. En este mosaico el dueño quiso inmortalizar a un par de perros de caza de su propiedad, de los que podemos leer incluso sus nombres.
En el fondo de la casa existe otro triclinium
igual de lujoso y decorado con el mosaico de Briseida y Aquiles. Aquí se representa
el episodio de la Ilíada donde Ulises devuelve a la cautiva Briseida a Aquiles
para que participe en la guerra de Troya y lleve a los griegos hasta la
victoria.
Según avanzamos por la pasarela elevada que protege
los restos del yacimiento vamos a comprobar la lujosa decoración de mosaicos
que poseen las diferentes salas, así como curiosos aspectos constructivos. Uno
de ellos es la inclinación con la que se construyó la villa, la cual favorecía
la limpieza con agua. En una de las salas posteriores vemos incluso un agujero
que servía de desagüe. Y, por supuesto, en una zona tan fría como esta, existía
la gloria, la calefacción romana por suelo radiante. En uno de los laterales
del triclinium de Aquiles el suelo de mosaico ha colapsado y podemos ver
la estructura por donde el calor se transmitía por debajo de las habitaciones
anexas al horno (no toda la villa poseía este lujo).
Uno de los mosaicos más destacables de esta villa es
el que ocupa el ábside del pasillo que se encuentra enfrente del triclinium
del mosaico de Aquiles. Este lugar estaba constantemente lleno de agua, como si
de una fuente se tratara, y conserva una representación del dios Océano, con
pinzas y antenas de cangrejo, rodeado de animales marinos (tanto reales como
imaginarios). El agua reforzaba la imagen marina del mosaico y debía ser una
maravilla en su tiempo.
En el mosaico del pasillo anexo al anterior, si somos
observadores, podremos ver varias cruces gamadas. Aunque nuestra historia
reciente nos hace asociar estas cruces con el nazismo, en la antigüedad este
símbolo de origen indio significaba el bienestar, salud y buena suerte.
El resto de las salas poseen diversos mosaicos
geométricos de gran belleza decorativa.
Espero que os guste el artículo y os animéis a visitar
este excepcional yacimiento.
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