El 13 de enero de 1898 Émile Zola, un famoso
escritor francés de la época, realizó un alegato en favor del capitán Alfred
Dreyfus, injustamente acusado de traición por su mera condición de judío. Su
publicación, titulada J’accuse…! (en francés, Yo acuso) ha pasado a la
historia de la literatura como un ejemplo de lucha contra la injusticia
aplicada por ciertas administraciones gubernamentales, en este caso el Estado
Mayor del ejército francés.
Yo no soy escritor ni estoy a la altura de
Zola, pero voy a permitirme utilizar la esencia de su escrito de denuncia para difundir
un caso real de abuso de la compañía eléctrica española Iberdrola. Un ejemplo
que demuestra la indefensión que tienen muchas personas anónimas ante el poder
omnímodo que poseen estas compañías que proporcionan un recurso estratégico de
primera necesidad.
Hace unos años esas personas sólo podían
consolarse con sus amigos y conocidos. Hoy tenemos Internet y creo que los
creadores de contenido tenemos una obligación moral para intentar, al menos,
hacer de este lugar un sitio algo mejor. A continuación, os describiré el
problema de Antonio con Iberdrola.
Espero que la difusión de su caso (ahí
necesito toda la ayuda posible de vosotros, lectores), en primer lugar, sirva
para resolverle su problema particular. En segundo lugar, para concienciar a
las personas sobre la necesidad de exigir a las compañías eléctricas (en este
caso) no sólo la importancia de la energía limpia, sino también la necesidad de
un trato justo con sus clientes. En tercer lugar, este es un deseo personal, me
gustaría saber que ocurriría si Iberdrola comenzara a perder clientes de manera
exagerada con la única razón de haber mentido y engañado a Antonio. Porque cuando
leáis el caso de Antonio (el cual intenté transcribir todo lo fielmente que me
fue posible) seguro que os sentiréis aludidos en algún momento.
Vamos con la exposición del problema.
Voy a comenzar con una breve contextualización
de las prácticas y cuidado del cliente por parte de Iberdrola en los últimos
tiempos, momento en el cual la energía se ha encarecido de manera exagerada
debido a la guerra (y a otros asuntos anteriores que compañías como estas
pretenden obviar).
A primeros de mayo de este año 2022,
Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, realizó unas polémicas declaraciones durante
una conferencia con motivo de la presentación de la fábrica de baterías de
Volkswagen en Sagunto (Valencia): “Solamente los tontos que siguen con la
tarifa regulada marcada por el Gobierno pagan ese precio”.
Su intención era animar a todos a pasarse
al mercado libre, algo que no pueden hacer personas acogidas al bono social,
por ejemplo. En un momento insultó a 10 millones de españoles que tienen la
tarifa regulada. Y lo peor de todo es que se trataba de una afirmación muy
interesada.
Todos aquellos que hicieron caso y se
cambiaron al mercado libre notaron, unos pocos meses después, que sus facturas se llegaban a duplicar debido a un nuevo
concepto surgido por el tope del gas aprobado por el gobierno. Todos los
contratos firmados a partir del 26 de abril de 2022 notaron este gran incremento.
Por tanto, cuando Sánchez Galán animaba a
todos a cambiarse al mercado libre en un momento donde el precio de la luz era
más económico en estas tarifas que en las reguladas (algo que no había pasado
nunca antes hasta este año, por cierto), estaba engañando a los españoles. No
era un precio más económico. Simplemente, la tarifa regulada incluía el precio
real del gas y la del mercado libre no lo hacía. Cuando lo hizo la cosa cambió
y la diferencia ya no era tal.
Seguro que muchos intentaron volver a
cambiarse a la tarifa regulada. A principios de
noviembre los medios se hicieron eco de un problema a la hora de acceder a la
compañía de Iberdrola que ofrece la tarifa regulada (Curenergia), pues muchos
usuarios eran incapaces de lograr encontrarla en la Web. El problema no era
suyo, sino, al parecer, de Iberdrola. Según podemos leer en el medio digital
elDiario.es: “Iberdrola
programó la web de su tarifa regulada del gas para que fuera imposible
encontrarla en Google”. Tal como sigue la noticia, “La energética ha
reconfigurado la página de su comercializadora regulada para que se vuelva a
mostrar en los buscadores después de que un abogado destapara su acción”.
Creo que estos dos recientes antecedentes
son suficientes para entender a la clase de compañía a la que nos enfrentamos,
¿verdad?
Antonio siempre tuvo la luz y el gas con
Iberdrola, al igual que antes tenía el
teléfono fijo de su casa con Telefónica. En España, no hace tantos años, existía
un monopolio en muchos servicios.
Cuando aparecieron las tarifas
reguladas un par de agradables jóvenes aparecieron en la puerta de casa de
Antonio. Le dijeron que eran de su compañía y que
venían a ayudar a Antonio para que pagara menos. Le pidieron una de sus últimas
facturas y, tras analizarla someramente, detectaron rápido el problema. Esta
pagando un sobre coste debido a que se le facturaba desde Barcelona. Si se
cambiaba la facturación a Madrid lo notaría en su factura.
Era la época cuando en Barcelona estaban
enfrascados en cuestiones soberanistas independentistas. A Antonio no le
gustaban demasiado esas cosas y si encima iba a pagar menos no veía problema
alguno. Firmó los papeles de su nuevo contrato tan convencido.
Antonio no lo supo en aquel momento,
pero había sido engañado. Con falsas excusas,
comerciales contratados por Iberdrola le habían pasado de la tarifa regulada (donde
pagaría menos) a la de Iberdrola. Antonio siguió pagando más o menos la misma
cantidad que antes y no se preocupó mucho más de ello. El mejor robo es
aquel donde la víctima no se entera.
Vamos a dar un salto en el tiempo para
llegar a este año 2022. Antonio se marcha de su vivienda y la nueva persona
que vivirá allí le pide continuar con su contrato para no tener que pagar
un nuevo enganche de la luz, el cual no es precisamente barato. A Antonio le
parece bien y le permite hacerlo. Era el día 15 de septiembre de 2022.
Esa persona debió llamar a Iberdrola para
interesarse por la tarifa de Antonio y no debió ver el asunto muy claro, pues
decidió cambiar de compañía. Antonio no lo sabía, pero comenzaban sus
problemas.
A los pocos días le llegó un SMS a su número donde Iberdrola le informaba del cambio de titular en su contrato de luz, pero no en el de gas (Antonio tenía todo con Iberdrola por comodidad). Antonio no quería pagar el gas de otra persona por lo que le llamó para ver si había dado orden también del cambio de nombre. Aquel le dijo que sí lo había realizado, pero tenía un mensaje de su compañía indicando que se estaba demorando.
Antonio llamó a Iberdrola el 23 de
septiembre a las 9:10h para ver que estaba pasando.
No quería pagar el gas de otra persona. Le atendió una amable comercial, quien
le indicó que el problema de cambio de titular se resolvería en breve. Fueron
escasos 3 minutos de conversación donde Antonio quedó más tranquilo.
Lo que no sabía Antonio era que, en
aquel breve periodo de tiempo, había contratado, para un domicilio donde ya no
residía, un Pack de Mantenimiento Servicio Asistencia de Gas.
curioso, ¿verdad?
Antonio tenía la aplicación móvil de
Iberdrola y, por casualidad, entró al día siguiente para ver si ya había sido
dado de baja. Su sorpresa fue encontrar, junto a su contrato de gas en vigor,
uno nuevo referente a este pack de Mantenimiento. Fue una suerte para Antonio
que lo pudiera ver pues lo normal hubiera sido no volver a tener relación con
Iberdrola.
Antonio volvió a llamar a Iberdrola, esta
vez bastante enfadado. Les pidió darse de baja de este servicio que no había
contratado y le indicaron que aquello tendría un coste para Antonio de unos
90€. Antonio estaba indignado y preguntó cuando había dado orden de contratar
tal servicio. La operadora le dijo que el 23 de septiembre de 2022 (un fallo
gordo operadora).
En ese momento Antonio respiró tranquilo.
Le pidió a la comercial abrir una reclamación sobre este producto y le instó a
aportar alguna prueba documental, verbal o escrita, donde apareciera su
consentimiento para contratar tal plan. Igualmente, abrió una reclamación por
escrito alegando tal cosa y pidiendo la baja inmediata de este servicio.
A los pocos días le llegó la
notificación de un cargo en cuenta, por parte de Iberdrola, de 97,82€.
Antonio no podía creerlo. Llamó a Iberdrola y descubrió que este cargo no tenía
nada que ver con su reclamación abierta. Se trataba de la última factura de gas
que debía pagar.
Antonio vio la factura y descubrió que
para el periodo del 19 de agosto al 22 de septiembre le habían estimado un
consumo de 40 m3. De 1520 m3 a 1560 m3. Aquel
consumo era exagerado incluso para cuando Antonio vivía allí. Pero daba la
casualidad que Antonio ya había realizado la mudanza y su piso había estado
vacío. La última lectura del contador que proporcionó era de 1520 m3.
El consumo real a cobrar eran 0 m3. Lo de que el cambio de
titular se había realizado el 17 de septiembre y había que partir esa factura en
dos partes fue algo de lo que, directamente, se rieron las operadoras en la
oreja de Antonio.
Además de la estimación tenemos 10€ del Pack Mantenimiento. |
Foto contador con lectura real del gas. |
Antonio volvió a abrir otra
reclamación en Iberdrola, esta vez por estimar un
consumo exagerado cuando él había proporcionado la lectura real. Iberdrola se escudó
en no tener la lectura real por parte de la empresa encargada de realizar las
lecturas en la zona donde vivía Antonio y que en cuanto la tuviera resolvería
el problema.
Antonio llamó a Red Madrileña de Gas, la
empresa encargada de realizar las lecturas. Abrió una reclamación al respecto y
volvió a aportar la fotografía de su contador. El 30 de septiembre Red
Madrileña de Gas le envió el siguiente mensaje a Antonio.
Antonio volvió a llamar a Iberdrola ese
mismo día 30 de septiembre y les pidió rectificar la factura antes de que fuera
cobrada (6 de octubre). Era un dinero con el
que no contaba y le hacía un pequeño trastorno económico. Iberdrola se negó
a ello. Antonio les sugirió enviarles la fotografía de su contador y el
mensaje de Red Madrileña de Gas para que comprobaran que no mentía, pero se
negaron en rotundo. Hasta no tener ellos respuesta de Red Madrileña de Gas no
podían hacer la rectificación de la factura.
¿Qué podía hacer Antonio?
Red Madrileña de Gas le había indicado que había enviado la información a
Iberdrola. Y esta compañía se negaba a reconocerlo y decía que tal comunicación
o les había llegado.
Antonio continuó insistiendo y se cansó de
hablar con operadoras que no se prestaban a resolver su problema. Llegó el
día 6 de octubre e Iberdrola le pasó el recibo de una factura errónea.
Antonio no quería entrar en una lista de morosos y pidió por escrito a
Iberdrola autorización para devolver el recibo erróneo bajo condición de pagar
la factura rectificada cuando Iberdrola tuviera a bien comunicarse con Red
Madrileña de Gas. Iberdrola se negó.
Antonio daba su dinero por perdido.
Llamaba todas las semanas para interesarse por el asunto y las operadoras le indicaban
siempre lo mismo. Aún no tenían ningún mensaje de Red Madrileña de Gas sobre su
lectura real.
A primeros de noviembre Antonio sabía que
tocaba una nueva lectura de gas y pidió a la persona que vivía en su piso que
le hiciera el favor de ofrecerle la lectura del contador. Antonio no pudo más
que reírse cuando vio que entre el 22 de septiembre y el 19 de octubre esa
persona había consumido 4 m3, siendo la lectura de 1524 m3.
Con tal información volvió a llamar a
Iberdrola y, esta vez, la operadora le indicó que su reclamación había pasado a
un estamento superior. Un lugar que no recibía
llamadas y que sólo tenía comunicación por correo electrónico, el cual era
remitido por estas mismas operadoras. Antonio se decidió a escribir un nuevo
mensaje a este extraño estamento superior de Iberdrola, exponiendo su caso
desde el principio y aportando toda la documentación que disponía. Igualmente,
hace constar que enviaría todo ello a consumo y abriría una reclamación en el
defensor del pueblo. Lo que nos les indicó fue que también me mandaría a mí
toda la documentación para hacer público su caso.
Entre medias de este problema ya había
llegado la contestación sobre la reclamación del Pack Mantenimiento Gas. Lo
hizo a través de un mensaje el 17 de octubre. El mensaje decía así:
“Estimado cliente:
En relación a la reclamación
correspondiente a la información arriba indicada, queremos transmitirle
nuestras más sinceras disculpas por las molestias que le hayan podido ser
causadas.
Le informamos que, atendiendo a su
petición, hemos procedido a realizar la baja del Servicio Mantenimiento Gas,
tomando las medidas oportunas para que no se emita la factura de
regularización.
Estamos a su servicio en el Teléfono
de Atención al Cliente, en nuestra página web o en cualquiera de nuestros
Puntos de Atención.
Atentamente,”.
Estaba claro que la reclamación sobre ese
producto misteriosamente contratado no podía tener otro final. Iberdrola no
podía demostrar que Antonio contratara tal servicio y resultaba extraño que lo
hiciera en un domicilio donde ya no viviría. Aquí el problema, más que de la
compañía en sí, parece que implicaba a los comerciales. Los mismos deben tener
algún tipo de comisión (o presión) para vender productos. Y, ¿ que mejor que
vender un producto a una persona que, con suerte, no se entera de haberlo
contratado hasta que se le pase el cargo por el servicio meses después?.
Respecto al asunto del cobro indebido,
en el mejor de los casos, es decir, que Iberdrola admita su error y devuelva el
dinero, la conclusión para Antonio es mala.
Los disgustos y tiempo perdido
durante estas semanas, los correos de reclamaciones, las llamadas interminables
de casi una hora para no conseguir nada… Todo eso nadie se lo va a compensar.
Tener que privarse de ciertas cosas por tener Iberdrola su dinero más de un mes,
en un momento de inflación galopante, eso tampoco se lo compensará nadie. La
sensación de haberse sentido robado y la impotencia para solucionarlo tampoco
se la quitará nadie. Y todo sin tener Antonio culpa de nada, sin haber
realizado nada extraño. Un simple cambio de titularidad que implicó un cambio
de compañía. Un trámite que no debería provocar disgustos y extracciones
ilegales de dinero.
Este caso decidí hacerlo público debido a
varios motivos:
-
Iberdrola tiene unas
prácticas abusivas con los clientes,
estimando consumos exagerados cuando dispone de lecturas reales.
-
Iberdrola se niega a
rectificar una factura a pesar de aportar los clientes pruebas suficientes del
error cometido.
-
Iberdrola se niega a
rectificar una factura a pesar de tener conocimiento de la lectura real por
parte de Red Madrileña de Gas, empresa encargada de realizar tal lectura.
-
Iberdrola cobra una
factura sabiendo que es errónea y se queda con el dinero del cliente durante
semanas.
-
Iberdrola hace perder el
tiempo a las personas sin compensarle a cambio.
-
Iberdrola es capaz de
colocar un servicio falso a un cliente
y ello no tiene ninguna consecuencia, salvo una carta de disculpa tras casi un
mes de reclamaciones.
Todo lo anterior demuestra que el poder
otorgado a empresas como Iberdrola provoca una indefensión manifiesta para los
clientes, simples individuos anónimos que no son capaces de luchar contra estos
gigantes del IBEX 35.
El caso de Antonio debería abrirnos
los ojos para comprender hasta que punto es necesario legislar contra estos
abusos. Hoy os muestro el caso de un señor con
un problema en el suministro de consumibles básicos (luz/gas). Pero seguro que
muchos de vosotros conocéis casos similares en operadoras de teléfono, por
ejemplo.
Estoy convencido que una persona no
puede hacer nada. Pero que muchas personas si podemos hacerlo.
Y mi granito de arena es mostrar este caso públicamente. Denunciarlo y abrir
los ojos a los demás, para hacer entender que nadie debe pasar por algo similar
a lo que le ha ocurrido a Antonio.
Mi deseo, como escribí arriba, no se
queda en concienciar a los demás. Mi deseo es, a partir de esta piedra,
edificar algo mayor. Promover un movimiento, una corriente, lo que sea, capaz
de obligar a Iberdrola a tratar mejor a sus clientes.
Y una buena manera de hacerlo es demostrarles que no pueden abusar así de
personas como Antonio.
Con la gran oferta de mercado existente en
España y la elección libre de compañía de suministro no resulta complicado
elegir otra distribuidora de luz/gas. Yo no tengo Twitter, pero un hashtag
#MevoydeIberdrolaporAntonio o #TodossomosAntonio sería un buen
colofón para meter presión social. Un lugar donde mostrar las miserias de
Iberdrola (seguro que existen muchos Antonios en España) y decirles que a ellos
no les van a engañar porque se marchan a otra compañía.
¿Qué pasaría si, de repente, Iberdrola
comienza a perder cientos de clientes al día? ¿Cambiaría sus prácticas abusivas?
¿Ofrecería mejores servicios/precios?
El poder no lo tienen las grandes
compañías como Iberdrola. Lo tenemos nosotros, los ciudadanos.
Somos nosotros los que debemos posicionarnos. Llevamos décadas delegando ese
poder en personas que han creado un entramado tan favorable a sus intereses que
parece imposible recobrar lo que por derecho nos pertenece. Pero es un castillo
de naipes. Una ilusión para mantenernos adormecidos.
¿Deseáis vivir mejor? Demostrad quienes
tienen el poder.
Os dejo que se despida Antonio:
Adiós Iberdrola. Espero que muchos te
digan lo mismo.
Difusión, por favor.
Tras la publicación y difusión de este
caso, el mismo día 10 de noviembre este mensaje le llegó a Antonio por parte de
Iberdrola:
“Buenos días. Muchas gracias por
contactar con Iberdrola. Su reclamación esta resuelta y rectificadas las
facturas correctamente. Para mas información, por favor remita correo a
clientes@tuiberdrola.es y será atendido
he informado por un agente especialista. Muchas gracias”.
Antonio pidió copia de la factura
rectificada y fecha para el ingreso de la cantidad sustraída. Aún no tiene
claro cuando le rectificarán la factura errónea y le devolverán su dinero, pues
nadie ha decidido volver a contestarle.
ACTUALIZACIÓN DICIEMBRE 2022
Gracias a todos por la difusión.
Antonio ha logrado recuperar el dinero sustraído
por Iberdrola.
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