domingo, 25 de abril de 2021

El pueblo más bonito de Cataluña: Besalú


Hoy os voy a llevar a uno de esos pueblos medievales que conservan todo su encanto intacto. Situado en la comarca gerundense de la Garrotxa, se trata, para muchos, en uno de los pueblos más encantadores de toda Cataluña.

Yo lo visité desde Girona, ciudad con la que está conectada por autobús, y os aseguro que se trata de una opción muy recomendable. ¿Os animáis a conocer esta pequeña maravilla escondida?

Besalú es una ciudad medieval cuya entrada, a través de su característico Puente fortificado de diseño angular, ya nos sumerge dentro de la Edad Media.

El famoso puente de Besalú

Este magnífico puente sobre el río Fluviá, en mi opinión uno de los más bellos de toda España, data de finales del siglo XI, por lo que su estilo es el románico. Posee siete arcos irregulares, algunos de los cuales apoyan sobre la roca viva. Y lo más característico es su torre fortificada, con reja y aspilleras que intimidaría a cualquiera que pensara atacar la ciudad en el pasado. Una piedra con la fecha de 1680 nos indica que el aspecto actual no es el mismo que el que debía tener en la época de su construcción, pero poco importa para el visitante deseoso de entrar en tan bella ciudad.

Vistas del Puente de Besalú

La entrada a través del puente obedece tanto al aspecto escenográfico, pues es una imagen que se os quedará grabada, como al tema práctico: en sus proximidades está el aparcamiento de automóviles y la oficina municipal de turismo.

Adentrarse en Besalú es como viajar al pasado. Si obviamos las inevitables tiendas de recuerdos y algunos aspectos modernos, podemos imaginarnos como nuestros antepasados medievales, recorriendo las sinuosas callejuelas de la ciudad.

Rincones de Besalú

La calle que lleva del puente a la Plaza Mayor es la Calle del Pont Vell, y a ambos lados de la misma se abren las calles del antiguo barrio judío. Se trata de uno de los barrios judíos más antiguos de España y en donde vamos a poder visitar el único Miqve o baño ritual judío medieval que se conserva en España. Situado en las proximidades de la antigua sinagoga, deberemos bajar unas escaleras para encontrarlo, pues se surtía del mismo cauce del río. En este barrio, si somos observadores, también descubriremos alguna Mezuzá, una suerte de hueco en las puertas de las viviendas judías que servían para guardar pergaminos con los textos sagrados de la Toráh. Resulta curioso encontrarlos cuando los judíos de esta ciudad se marcharon pocos años antes de la expulsión definitiva decretada por los Reyes Católicos.

Miqvé de Besalú

Antes de llegar a la plaza, en la calle del Conde Tallaferro, os animo a admirar un bello edificio con galería inferior y ventanas con columnas en el piso superior. Se trata de un magnífico ejemplo de construcción gótico-renacentista que demuestra la importancia que tuvo esta urbe en el pasado.


En la Plaza de la Libertad, pues así se llama su Plaza Mayor, vamos a encontrar restaurantes y casas que atesoran un pasado añejo, así como unos sobrios soportales. Se trata del centro de la localidad, donde se sitúa el Ayuntamiento y se celebran mercados semanales los martes.

Plaza de Besalú

Siguiendo el Carrer de Canó llegaremos al Monasterio de Sant Pere, el principal edifico religioso de la localidad. Del gran centro benedictino que aquí se situaba sólo queda la iglesia románica y un campanario añadido posteriormente. De su fachada destaca la ventana custodiada por dos leones, símbolo de la fuerza de la fe contra el paganismo.

Monasterio de San Pere. Besalú

Su interior nos va a sorprender por su grandiosidad, algo no muy frecuente en el estilo románico salvo en grandes urbes (como Santiago de Compostela). La inclusión de un deambulatorio tras el altar tenía como objeto que los fieles y peregrinos pudieran rendir pleitesía a los santos custodiados en este templo, de san Primo y san Feliciano; durante las celebraciones litúrgicas. Las ocho columnas que separan el altar del deambulatorio son tan estilizadas como preciosas, destacando la decoración de sus capiteles. En un característico estilo románico veremos tanto escenas bíblicas como motivos vegetales y animales fantásticos.

Interior de la Iglesia del Monasterio de San Pere

Justo detrás de la iglesia se encuentra el otro edificio religioso de visita indispensable: el Hospital de Sant Juliá. Se trata de un antiguo hospital destinado a acoger a todos aquellos peregrinos que visitaban la ciudad.

Hospital Sant Juliá. Besalú.

La fachada exterior de los que fue la iglesia data del siglo XII y está formada por seis arquivoltas y cuatro capiteles, dos de los cuales representan figuras animales. Sin duda una parada obligada para todos aquellos apasionados de la escultura románica. En su interior actualmente se realizan exposiciones temporales.

Y si tenéis tiempo también merece mucho la pena acercarse a la Iglesia de San Vicente. Su sencilla portada de pequeño arco redondo contiene una escultura románica en los capitales digna de mención. También es románica la decoración exterior del ábside, aunque la portada oeste ya es gótica, al poseer el característico rosetón y arco apuntado en la entrada.

Iglesia de San Vicente. Besalú.

Besalú tiene muchos otros encantos que descubrir, así como rincones preciosos o asombrosos miradores al río. Pero eso os lo dejo a vosotros, para que os perdáis en sus recovecos y disfrutéis con la visita.

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