Muchas personas que visitan Barcelona durante una estancia media-larga optan por realizar una visita turística a la próxima ciudad de Girona. No en vano, en mi opinión, tras la capital catalana es una de las grandes joyas de la zona.
La cercanía y la facilidad en la comunicación
(trenes frecuentes con poco más de una hora de trayecto) hacen el viaje muy
cómodo para una estancia furtiva. Ahora bien, lo anterior resulta
contraproducente. Me explico. Girona no puede recorrerse en una jornada. Bueno,
se puede, pero no se debe. Y la misión de este artículo consistirá en
convenceros de la necesidad de pasar unos cuantos días en esta maravillosa
ciudad.
¿Qué no conoces Girona? Amigo, cuando estés allí te
preguntarás porqué nadie te habló de ella antes.
A continuación voy a separar en cinco grandes
bloques las visitas turísticas que podéis hacer en Girona. Son mis cinco
razones de peso con las cuales pretendo convenceros de lo conveniente que
resulta visitar esta bella ciudad con calma.
1. Patrimonio
religioso
Fachada de la Catedral de Girona |
Tapiz de la Creación (S.XII) |
Sarcófagos paleocristianos de la Basílica de Sant Feliú |
Por último, también resulta un paseo agradable
acercarse hasta la Universidad de Girona, ubicada en el antiguo Convento de
Sant Doménec, destacable por ser uno de los primeros edificios góticos en
Cataluña. Merece la pena entrar (a través de la facultad de Letras y Turismo) y
admirar su claustro de dos plantas.
2. Arquitectura
civil y militar
Baños árabes de Girona: Vestíbulo |
Uno de los atractivos turísticos más conocidos de
Girona son los llamados Baños Árabes. Una auténtica ironía, pues a pesar
de su nombre fueron construidos en el siglo XII por los cristianos,
inspirándose realmente en los baños romanos (origen de los árabes). Su visita
es imprescindible, quedando en la memoria de todos la sala de la entrada, destinada
a vestuario y característica por su cúpula central sujeta por finas columnas. Parece
mentira que en este lugar las monjas capuchinas del siglo XVII tuvieran ubicada
la lavandería. Por cierto, no olvidéis subir a la terraza, desde donde podréis
admirar unas bellas vistas de la Catedral y de la torre de Sant Feliú.
Las murallas son otro de los grandes
atractivos de esta ciudad. En todo el perímetro que constriñe a la ciudad
antigua (Força Vella), podemos distinguir tres épocas distintas de construcción:
la parte romana la podemos ver en la Plaza de Sant Feliu y en la plaza de Sant
Doménec; la parte carolingia, ampliación realizada a partir del año 1000, la
observamos en el recorrido que lleva desde la Plaza de Sant Feliu hasta la
Torre Gironella así como en los Jardins dels Alemanys. Destacar que se trata de
uno de los recorridos de murallas de esta época más extensos de toda Europa;
por último, la zona más externa, en la Torre de Sant Doménec, corresponde al
camino de ronda de las murallas medievales, las cuales datan de los siglos
XIV-XV. Visitarlas es recomendable por ser un magnífico mirador de toda la
parte antigua de la ciudad.
Pont de les Peixateries Velles (Girona) |
El cercano Pont de Pedra es un ejemplo de estilo gótico y el Pont de Sant Agustí, que conecta con la Plaza de la Independencia es el indicado para los románticos, pues contiene decenas de candados, al estilo del Pont des Ars de París. El Pont d´en Gómez es evocador, por adentrarse en los edificios de colores a través de una vistosa fachada y, por último, el de Sant Feliu tiene el encanto de ser una bonita posta, con la torre de la basílica al fondo.
Las numerosas plazas de la ciudad también son
dignas de un tranquilo paseo. La Plaza del Vi es muy monumental, con sus soportales
y sus imponentes edificios (Ayuntamiento, Palacio del General…); la Plaza de la
Independencia también es porticada, pero posee un ambiente neoclásico más
moderno y gran cantidad de restaurantes, lo que la hace tremendamente animada;
la Plaza de Sant Feliu, con su famosa escultura de La Lleona (No olvidar el
ritual: “el qui fa un petò al cul de la
lleona, torna a Girona”) o la Plaza de la Catedral son lugares insignes del
casco antiguo; y, por último, no debéis olvidaros pasar por la minúscula Plaza
del Raïms, la más pequeña que visité. Se entra a ella a través de la plaza
Voltes d´en Rosés, a través de un arco que posee en la zona superior una
especie de abertura en forma de “ojo” escrutador (la leyenda cuenta que servía
para que los padres espiaran a sus hijos y poder asegurarse que acudían a clase
de música, pues allí había una academia anteriormente). Y muy próxima a este
lugar se encuentra la Fontana d´Or, un magnífico ejemplo de edificio románico
con elementos góticos que tampoco debéis perderos, pues además de su magnífica
fachada es sede del espacio cultural de CaixaForum (que siempre tiene una buena
oferta de exposiciones gratuitas).
Escalinata del barrio judío de Girona |
En este lugar, además de románticas fotos, tendréis
acceso a los principales museos de la ciudad, protagonistas de nuestro
siguiente apartado.
3. Museos
La visita de paso por la ciudad conlleva perderse
las joyas artísticas que atesora Girona en sus museos. Si tenéis tiempo de
visitarlos no os decepcionarán, pues son pequeños (fácilmente abarcables en una
hora máximo) y agradables (no resultan aburridos).
Os recomiendo adquirir la llamada “GironaMuseus”,
una especie de pase en donde pagáis la entrada completa en el primer museo y
luego el 50% de la entrada en el resto. La podéis conseguir en cualquiera de
los museos.
Virgen de la Esperanza. S. XIII-XIV. |
El Museo arqueológico está ubicado en el
monumental monasterio de Sant Pere de Galliants, el cual forma, junto con la
cercana capilla funeraria de Sant Nicolau, uno de los conjuntos
arquitectónicos, del románico lombardo, más espectaculares. El museo resulta
entretenido para conocer, de forma global, la evolución histórica de la
provincia, aunque en mi opinión particular lo noté algo escaso en cuanto a
piezas. No obstante, son destacables las numerosas piezas paleolíticas y los
variados tipos de cerámica, tanto griega (Crátera de Pontós) como ibérica
(Kalathos). Por deformación profesional me agradó encontrar vidrio romano. Y
del monasterio que acoge el museo destaco el claustro, con el famoso capitel de
la sirena de doble cola.
El Museo de Historia de la ciudad nos
descubre la evolución de Girona desde sus orígenes romanos y, entre sus
atractivos, está el poder concertar cita para visitar el Refugio Antiaéreo de
la Guerra Civil (situado bajo el parque infantil de la Plaza del General Marvá),
en donde podréis haceros una idea de lo claustrofóbico que resultaba esconderse
allí.
El museo de Historia de los Judíos, también
es interesante, pues recorreremos la historia de esta minoría, con especial
atención a sus persecuciones y final expulsión en 1492. Hay que tener en cuenta
que Girona albergó una floreciente e importante comunidad judía.
Fachada al río Onyar de la Casa Masó |
La Casa Masó
es otra de las visitas, en mi opinión, imprescindibles. Se trata de la vivienda
del famoso arquitecto Rafaél Masó, de quién se pueden observar diferentes obras
suyas en la ciudad (La Punxa y la Farinera Teixidor, junto a la estación del
AVE son dos de las más notables). La casa es fácilmente reconocible debido a
que es la única de color blanco entre el resto pintadas de vivos colores.
En su
visita descubriremos como vivía una familia acomodada de principios del siglo
pasado. Además de conservar todos los muebles originales, la guía (hay que
concertar visita guiada en el mismo edificio o por teléfono) os explicará las modificaciones
realizadas por Rafaél Masó, quién unió cuatro casas anexas e intervino en la
decoración de cada una de las salas.
Interior de la Casa Masó |
El Museo del Cine
es el único que no llegué a visitar, aunque para todos aquellos interesados en
conocer la creación y los primeros pasos de este medio de entretenimiento puede
ser una visita muy agradable.
4. Entorno
natural
Una de las cosas que más me sorprendieron de Girona
fue su permanente contacto con la naturaleza. La ciudad no solo se encuentra
próxima al macizo de las Gavarres, lugar perfecto para realizar distintas rutas
de senderismo, sino que cuenta con diversos parques urbanos donde respirar aire
puro y fresco, además de poder descansar en contacto con la naturaleza.
Entre todos los existentes voy a destacar el enorme Parque
de la Devesa, el cual posee un recoleto jardín muy bien cuidado, el Palacio
Ferial y el de Congresos además de numerosas instalaciones deportivas; el de
las Ribes del Ter (paralelo al río), por su riqueza zoológica; y el de Migdia
(próximo a la estación de tren) por su riqueza botánica.
Un paseo muy agradable es el camino que lleva hasta
el Monasterio de Sant Daniel, siguiendo la vereda del río Galligants. Son unos
20 minutos de camino que os harán sentir que estáis lejos de una capital de
provincia. Y para aquellos que les guste el senderismo, desde el monasterio
parten diferentes rutas que harán las delicias de todos.
Además de parques existen diferentes jardines
urbanos donde descansar agradablemente de tantas escaleras que tiene esta
recoleta ciudad. Merece la pena visitar Los Jardines de la Francesa y de los
Alemanes, antiguas casas convertidas en jardines de esparcimiento público.
5. Rincones
encantadores
Lo mejor de la ciudad, teniendo en cuenta todo lo
anterior, son los numerosos y encantadores rincones que posee. Para los
aficionados a la fotografía será un punto extra en su visita, pues en numerosas
esquinas encontraréis auténticas postales.
El lugar más fotografiado de la ciudad, con gran
diferencia, son las casas de colores junto al río Onyar. La mejor hora para
fotografiarlas son las 16:00h, justo cuando el sol las baña con una agradable
luz cálida. Cuando estuve allí se convirtió en una visita obligada diaria,
aunque cada vez me paraba en diferentes puntos, para tener una visión global
del lugar.
Otro lugar muy fotografiado son las escaleras de
Sant Martí Sacosta, con su característico arco oblicuo, un lugar emblemático y
mágico que no os cansaréis de visitar. Su ubicación céntrica es una de sus
mejores bazas para convertir el paso por allí en una rutina.
Ya os hablé de los numerosos jardines urbanos de la
ciudad. Especial encanto posee el de la Francesa, en la parte posterior de la
Catedral. Desde cualquiera de sus bancos podréis observar la imponente torre
románica, llamada de Carlomagno, perteneciente a la catedral románica medieval.
Y si os fijáis bien, junto a ella existe una gárgola que posee la figura de una
bruja.
Igualmente os recomiendo una relajada subida por el
llamado Paseo Arqueológico, junto a los pies de la muralla, que os llevará
desde los Baños árabes hasta la zona superior de los jardines anteriores.
Admirar la arquitectura del modernismo y
novecentismo desperdigada por la ciudad es otro interesante complemento a la
visita tradicional, pues descubriremos auténticas joyas arquitectónicas ocultas
por los edificios modernos. Especial atención merecen las obras de Rafaél Masó.
El barrio judío (El Call) es otro lugar donde animo
a perderse de forma relajada. Sólo así lograréis empaparos de ese particular
entramado urbano, con recovecos, calles estrechas, pequeñas plazoletas…
Por último, comentar que Girona sorprende tanto por
la facilidad de su visita, al ser el centro en gran parte peatonal, como por lo
reducido de su ciudad histórica. Perfectamente podréis ir de punta a punta
andando y todo se encuentra en un radio de 20-30 minutos de paseo. Esto hace
que la ciudad resulte tremendamente accesible para todo el mundo, incluso
familias con niños pequeños, como la mía.
La llegada del tren AVE a Girona ha resultado ser un
gran motor para el turismo. Desde Madrid no llega a cuatro horas el viaje total
desde la estación de Atocha, algo realmente asumible para cualquier persona.
Y si se os queda corta vuestra estancia a Girona
existen multitud de destinos cercanos que podéis visitar como complemento a
vuestro viaje. En otro artículo prometo escribiros sobre todos ellos y sus
atractivos principales.
Ah, se me olvidaba. Aquí os dejo el plano de la ciudad.
Ah, se me olvidaba. Aquí os dejo el plano de la ciudad.
Fantástico resumen de los principales atractivos de la bella y poco conocida ciudad de Girona.
ResponderEliminarbuen articulo si realizas un viaje de un sólo día a Girona, deberías pasear por el casco antiguo donde encontrarás la catedral y los baños árabes los restaurante girona son incribles para pasarse a la cena asi te llevas una parte de girona
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