domingo, 17 de agosto de 2025

Seúl 12.12: El Día

 

En noviembre de 2023 se estrenó en Corea del Sur una película histórica que se convirtió en un éxito de taquilla. Dirigida por Kim Sung Soo, narraba, con bastante precisión histórica, uno de los sucesos más oscuros de la historia reciente de aquel país asiático. Me refiero al golpe de estado exitoso que llevó a cabo el general Chun Doo-hwan el 12 de diciembre de 1979.


 

Analicemos un poco este film convertido en uno de los más exitosos de todos los tiempos en Corea del Sur.

 

SINOPSIS

 

La película se centra en las nueve horas más tensas de ese día, cuando un grupo de altos mandos del ejército surcoreano decidieron dar un golpe de estado para asumir el poder del país.

 

La excusa fue detener al general Jeong Seung-hwa como cómplice en el asesinato del presidente Park Chung-hee. Puesto que este general era el Jefe del Estado Mayor del Ejército, tal acto, sin el consentimiento del entonces presidente interino Choi Kyu-hah, suponía un golpe de estado de facto.

 

El comandante Lee Tae-shin, del Comando de la Guarnición Capital de Seúl, fue casi el único que luchó realmente contra este golpe, intentando restaurar el orden, aunque sin éxito.

 

La película muestra que la implicación del general Jeong Seung-hwa en el magnicidio era injustificada y obedecía al intento del mismo de apartar de los principales mandos del ejército surcoreano a parte de los militares pertenecientes al grupo Hanahoe. Este grupo no oficial de militares, encabezados por Chun Doo-hwan, eran en su mayoría egresados de la undécima clase de la Academia Militar de Corea en 1955. Este grupo asumiría la presidencia del país tras el golpe de estado y rigió la política del país la siguiente década.

 


LO MEJOR

 

La película, dentro de que es un drama histórico con algunas licencias, mantiene una tensión importante en todo momento, dejando al espectador pegado a su silla durante todo el metraje.

 

La tensión aparece en todas las escenas que se suceden en la película, desde las discusiones entre los golpistas hasta las acciones particulares de cada mando militar durante el transcurso del golpe.

 

En mi opinión, el director sabe mostrarnos con excelente rigurosidad las escenas de caos y desorganización que se produjeron, así como las órdenes entrecruzadas que sometían a análisis la lealtad de los mandos intermedios. Sin duda, las escenas de discusiones telefónicas consiguen introducir al espectador en ese caos de manera muy eficiente.

 

Como todas las buenas películas de James Bond, un drama de este tipo no es nada sin la interpretación de un buen malo. Y cuando el actor Hwang Jung-Min aparece en pantalla como Jeon Doo-Gwang, un clon del dictador Chun Doo-hwan, sabemos que la película va a funcionar perfectamente. Su contención de sentimientos, en unas ocasiones, y su explosividad, en otras, muestra una variedad de registros como villano que elevan la calidad del film.

 


Su mejor frase: “Fallar es traición. Salir victoriosos es revolución”.

 

LO PEOR

 

No entendí muy bien que utilizaran nombres diferentes (levemente para un occidental) en vez de los originales si están tratando un tema real donde cada personaje es verídico. Es como realizar una película del golpe de estado de Tejero y llamarlo Velero. O al rey de entonces José Carlos en vez de Juan Carlos. Imagino que debía tratarse de algún impedimento legal, pues no se me ocurre otra razón para ello.

 

El personaje interpretado por el actor Jung Woo-Sung, que en la película aparece como Lee Tae-Shin, es la recreación del general Jang Tae-wan, un personaje que luchó en contra del golpe de estado con todas sus fuerzas. Caracterizado por un sentido del deber recto e insobornable, en la película es encumbrado con acciones muy heroicas que realmente no ocurrieron. De hecho, Jang Tae-wan, nunca abandonó su puesto de mando y, según la información histórica, dio todas sus órdenes por teléfono.

 

En mi opinión, la película deja sin explicar correctamente el trasfondo político-social del golpe de estado. La sociedad pedía reformas democráticas tras la presidencia de Park Chung-hee, caracterizada por una deriva autoritaria, escándalos de corrupción y persecución a líderes opositores. Su posición quedó muy comprometida cuando perdió las elecciones legislativas de 1978, con victoria en votos del opositor Nuevo Partido Democrático. Lejos de asumir la derrota, siguió controlando la Asamblea e instigó la expulsión de la cámara del candidato opositor Kim Young-sam, así como su inhabilitación de la política. Esta medida supuso la dimisión en bloque de todos los diputados opositores y la retirada del embajador estadounidense en señal de protesta por la deriva dictatorial.

 

El 26 de octubre de 1979, Park Chung-hee fue asesinado por Kim Jae-gyu, director de la Agencia Central de Inteligencia Coreana, en el transcurso de una cena privada en las instalaciones del gobierno. Este suceso apenas tiene unos escasos minutos de metraje al principio de la película. Según la versión oficial de los hechos, Park había criticado a Kim por una supuesta laxitud para sofocar las manifestaciones contra su persona. Las razones nunca se aclararon totalmente, aunque detrás del magnicidio podía estar el miedo a perder el poder.

 

Entonces, el primer ministro Choi Kyu-hah fue nombrado presidente interino y, entre sus ideas, estaba la de realizar una apertura democrática del país. Para ello se apoyó en el general Jeong Seung-hwa, quién debía realizar una limpieza en el ejército de los militares más tradicionales y apegados al anterior presidente. Realmente, fue este aperturismo contra lo que luchó el general Chun Doo-hwan, quién no deseaba perder influencia dentro del nuevo gobierno que se formaría.

 

El carácter conservador y autoritario del general Chun Doo-hwan quedaría reflejado en el posterior golpe de estado del 17 de mayo de 1980 (supuso el arresto de los principales líderes de la oposición, como Kim Dae-Jung, y la declaración de la ley marcial bajo el pretexto de que Corea del Norte podía atacar el país) y, sobre todo, en la masacre de Gwangju (18 al 27 de mayo).

 

Este último acontecimiento fue un alzamiento popular ocurrido en la ciudad de Gwangju contra el gobierno dictatorial impuesto por el general Chun Doo-hwan que fue reprimido con dureza. La cifra de víctimas varía entre 165-450 muertos. El gobierno intentó tergiversar esta rebelión popular como inspirada por simpatizantes comunistas. En 2002, se estableció un cementerio nacional y día de conmemoración (18 de mayo) así como diversos actos para "compensar y restaurar el honor" de las víctimas. Una mención de todo esto hubiera sido apropiado para cerrar la película con una visión más totalizadora.

 

No obstante lo anterior, la película es una de esas escasas ocasiones en donde podemos hacernos una idea muy bien aproximada de un suceso histórico real.

 

Hasta la próxima

 

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