domingo, 8 de junio de 2025

Un par de estudios interesantes sobre óptica: daños oculares debidos al cambio climático y al uso excesivo de pantallas digitales


Hoy os voy a mostrar un par de estudios interesantes que se han publicado hace poco y que, sin ser dogma de fe, nos indican de manera clara por donde se mueve la investigación y las medidas que debemos tomar para proteger nuestra visión ante dos de los cambios más importantes que está viviendo nuestra generación: el cambio climático y el uso desmesurado de pantallas digitales.

 

¿Os interesa el tema?

 

Cambio climático y su influencia en nuestra visión

 

Si eres de los que piensa que no existe cambio climático, antes de leer este artículo deberías informarte sobre el tema en uno que escribí en el blog hace ya algún tiempo (aquí).

 

Por otro lado, respecto a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta en nuestros ojos, si no estás familiarizado en el asunto te recomiendo leer este artículo del blog (aquí) para que entiendas de la importancia de proteger tus ojos.

 

Ahora, con los conocimientos suficientes para entender lo que vamos a explicar, voy a presentaros un interesante trabajo realizado por la oftalmóloga Lucía Echevarría-Lucas y publicado en la revista MDPI: Analysing the Evidence of the Effects of Climate Change, Air Pollutants, and Occupational Factors in the Appearance of Cataracts (Análisis de la evidencia de los efectos del cambio climático, los contaminantes del aire y los factores ocupacionales en la aparición de cataratas) (ver aquí).

 

Las cataratas son una opacidad de la lente natural dentro del ojo (cristalino), que se desarrolla gradualmente con el tiempo y puede afectar a uno o ambos ojos. Esta condición comúnmente es el resultado de cambios naturales relacionados con la edad, pero también puede surgir por otros factores, como los ambientales.

 


Esta investigación fue llevada a cabo durante una década en Málaga y tenía por objetivo advertir del impacto directo del cambio climático sobre la salud visual. En concreto, cómo afectaba el aumento de temperaturas y de radiación ultravioleta en el ojo humano. Las principales conclusiones del estudio fueron las siguientes:

 

·       El aumento de la radiación ultravioleta y la temperatura está afectando, de forma alarmante, a los ojos, pues se ha descubierto un aumento significativo en la aparición de cataratas. Siendo además a una edad cada vez más temprana. Por haceros una idea en cifras, por cada grado que sube la temperatura media anual se registran 370,8 nuevos casos de cataratas por cada 100.000 habitantes.

 

·       Según el estudio, el calor extremo desactiva los mecanismos de defensa del ojo frente al estrés oxidativo, lo que favorece la aparición de opacidades en el cristalino. Estas alteraciones se deben a las denominadas especies reactivas de oxígeno, unas moléculas dañinas que desestabilizan las proteínas cristalinas del ojo.

 

·       Los vientos secos que se registran en zonas como la Costa del Sol, reducen el contenido de vapor de agua en el aire, lo que elimina una barrera natural contra la radiación ultravioleta. De esta forma, la exposición a los rayos ultravioletas es ahora mucho mayor y más dañina.

 

·       El daño ocular provocado por la radiación ultravioleta en el ojo no puede regenerarse, acumulándose con el paso del tiempo. Esta circunstancia, unida a una mayor exposición, ha hecho que cada vez haya más personas jóvenes con patologías propias de edades avanzadas, sobre todo en zonas agrícolas donde la exposición solar es continua.

 

·       Además de las cataratas, el informe apunta al incremento de otras dolencias visuales relacionadas con el calor, como la queratitis, el pterigión y diversas formas de conjuntivitis. Estas patologías se han vuelto más frecuentes debido a la combinación de temperaturas elevadas, vientos secos y una mayor concentración de polen y partículas en suspensión.

 

·       Debido a lo anterior, es imprescindible que se tomen medidas para minimizar el impacto negativo de la radiación ultravioleta. Para ello se deben implementar medidas como descansos en la sombra o la obligatoriedad del uso de gafas de sol protectoras en trabajos al aire libre.

 

Relación entre la miopía y el uso de pantallas digitales

 

Para todos aquellos que no os habéis enterado todavía indicar que existe una pandemia silenciosa que está afectando a Europa de una manera brutal desde hace unas décadas. Me refiero a la pandemia de miopía (aquí para saber más sobre el tema).

 

Aunque el incremento de la miopía se ha asociado, en las sociedades desarrolladas, con el aumento del nivel educativo, el uso de ordenadores y móviles en los últimos años ha provocado el aumento exponencial de los casos hasta niveles verdaderamente preocupantes. Para el año 2050 se estima que la mitad de la población mundial será miope.

 

En Asia nos llevan muchas décadas de ventaja en el estudio de la miopía, pues por aquellas latitudes la mayor parte de la población ya es miope. Por tanto, casi todos los estudios más novedosos provienen de países como China, Japón o, como en este caso, de Corea del Sur.

 

El estudio se llama Digital Screen Time and MyopiaA Systematic Review and Dose-Response Meta-Analysis (Tiempo de pantalla digital y miopia Una revisión sistemática y metanálisis meta-repuesta de la dosis) (aquí).

 

Los autores hicieron una revisión sistemática y metaanálisis de 45 estudios ya publicados en los que participaron 335.524 niños y adolescentes, de 2 a 19 años (la edad media fue 9,3 años).

 

Y una de las principales conclusiones que obtuvieron fue que “el riesgo de miopía aumentó significativamente de 1 a 4 horas de pantalla y, a partir de entonces, el incremento se hacía de forma más gradual”. En concreto, un incremento diario de una hora en el tiempo de pantalla digital se asoció con un 21 % más de probabilidades de sufrir miopía.

 


Los autores definieron, como umbral de protección, menos de una hora diaria de exposición a pantallas. Seguro que muchos padres están sudando en estos momentos. ¿Una hora al día?

 

Creo que sería bueno recordar, en este momento, que la Sociedad Española de Pediatría (AEP) recomienda no utilizar las pantallas hasta los 6 años de edad. Y entre los 6 y los 12 años, el tiempo máximo recomendable de utilización de estos dispositivos es de una hora al día. De 13 a 16 años menos de dos horas al día. (aquí).

 

La razón de lo anterior es evidente. Mientras el ojo está en formación, en las primeras etapas de la infancia, es fundamental conseguir que el niño tenga hábitos visuales saludables. Y estar enfocando a una pantalla, a una distancia corta, durante varias horas, no es para nada saludable. Al contrario, es la mejor manera de conseguir un niño miope.

 

Respecto a este estudio debemos realizar un pequeño inciso. Tal como comenta sobre el mismo Sergio Recalde Maestre, Profesor del departamento de Oftalmología de la Universidad de Navarra, “el análisis es científicamente correcto en términos de metaanálisis y revisión sistemática, pero no es concluyente en cuanto a la causalidad. La relación entre pantallas y miopía parece real, pero sin incluir la actividad al aire libre y otros factores clave (factores genéticos, distancia a las pantallas, horario...), los resultados deben interpretarse con cautela”.

 

Y lo anterior se debe a que el estudio no tiene en cuenta ni la predisposición genética de los participantes ni la cantidad de exposición a la luz solar de los mismos, un factor que se ha demostrado clave para evitar la aparición de la miopía en niños (para saber más leer artículo aquí).

 

Por tanto, la progresión de miopía podría deberse al número de horas delante de una pantalla, al número de horas que los niños pasan sin recibir luz solar en exteriores, o, como me gusta pensar, a una combinación de ambos factores.

 

A continuación, os dejo las recomendaciones de la Sociedad Española de Oftalmopediatría (SEDOP) en relación al uso de pantallas digitales:

 

1. Reducir el uso de la visión de cerca especialmente en edades tempranas:

Reducción del tiempo dedicado al teléfono móvil, dispositivos digitales o tareas de cerca.

2. La distancia al dispositivo de cerca debe ser de 35- 40 cm. El uso de dispositivos a 20 cm está directamente relacionado con un aumento de la miopía.

3. Mejor utilizar dispositivos de lejos (televisores/ proyectores) que dispositivos de cerca (smartphones/ tablets/ videoconsolas) ya que causan menos progresión de miopía al evitar el sobreesfuerzo de cerca.

4. Mantener las actividades al aire libre (se recomienda un mínimo de 1.5 horas al día) ya que la exposición a la luz ambiental no sólo previene de desarrollar miopía sino que frena su progresión.

5. Recordar la regla 20-20-20: cada 20 minutos la persona que pasa muchas horas ante las pantallas tiene que mirar durante 20 segundos enfocando a lo lejos (una distancia de unos 20 pasos o 6 metros).

6. Mantener una iluminación ambiental correcta, si puede ser con luz natural mejor.

7. Postura, distancia y altura de trabajo adecuadas (mínimo 40 cm/2 palmos entre los ojos y la pantalla/libro, etc).

8. Se desaconseja el uso de pantallas/dispositivos digitales justo antes de ir a dormir (la propia Academia Americana de Oftalmología recomienda un margen de al menos 2-3 horas antes del descanso nocturno).

 

Espero que con este par de estudios tengáis un poco más en cuenta que los factores ambientales son una parte muy importante a la hora de evitar/retrasar enfermedades oculares como las cataratas o errores refractivos como la miopía.

 

Hasta la próxima.

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