Hervás es una pequeña población que se encuentra en la
parte septentrional de la provincia de Cáceres. Su principal encanto reside en
una preciosa judería, famosa por ser una de las más bonitas de España. Ahora bien,
no es el único encanto que guarda este lugar.
¿Os atrevéis a investigar un poco más sobre Hervás?
¿Cómo llegar a Hervás?
Hervás se encuentra muy próxima a la autovía A-66 que
une Plasencia con Salamanca, por lo que si visitáis tanto Cáceres como Ávila o
Salamanca es muy posible que llegar hasta allí no os cueste gran esfuerzo.
¿Dónde aparcar en Hervás?
La mejor zona para aparcar en Hervás se encuentra en
los alrededores del parque municipal, tanto en la Avenida de la Reconquista
como en la Avenida Piñuelas o la Avenida de España. En estas dos últimas
existen aparcamientos habilitados para los turistas.
Desde esta zona llegaremos al centro en escasos cinco
minutos paseando por la ancha calle peatonal Braulio Navas. Al final se
encuentra la oficina de turismo donde adquirir un mapa y toda la información
relativa a la ciudad.
La judería de Hervás
La judería de Hervás
es el mayor atractivo de esta ciudad y uno de los puntos más importantes de la red
Caminos de Sefarad que podemos recorrer en nuestro país. Y resulta curioso que
se trate de una importante judería cuando los judíos sólo habitaron en el lugar
entre 1391 y 1492, momento en el que todos los judíos son obligados a
convertirse al cristianismo o emigrar fuera de las fronteras del imperio
español.
Pero a pesar del corto periodo de tiempo los judíos
supieron crear un barrio con un carácter propio tan característico que ha
perdurado hasta nuestros días de una manera inigualable.
La judería, como tal, comienza en la Calle Abajo.
Recorriéndola vamos a poder comprobar el característico método constructivo de
las casas de este barrio. El color blanco de las fachadas es el predominante,
así como los entramados de madera vistos y las numerosas señales del pasado
judío, como estrellas de David, menoráhs o letras hebreas.
Al final de esta calle y en su unión con la Calle
Amistad Juedo cristiana encontraremos una pequeña plazuela con una fuente muy
fotogénica. Desde aquí tenemos varias opciones. Yo os aconsejaría tomar la
calle de vuestra derecha y adentraros en la Calle Rabilero, para mí una de las
más bonitas de todas.
En esta calle existe un pequeño callejón que, para
honra de los locales, es, con sus 50 cm, de las calles más estrechas del país
(existe en Zaragoza, al parecer, una calle más estrecha que esta).
Ya habréis comprobado que las calles son estrechas,
empinadas y nada aconsejables para calzados incómodos. Perderse por la judería
y descubrir pequeños y ocultos rincones es la mejor opción de todas. No temáis
perderos, pues el barrio es pequeño y siempre volveremos a las calles
principales casi sin darnos cuenta.
No obstante, existe un punto que no debéis perderos.
Se trata del Puente de la Fuente Chiquita, un lugar mágico junto al río Ambroz.
En el puente existe como decoración una lápida funeraria del siglo XIV que se
encuentra bastante deteriorada debido a las inclemencias del tiempo y a la
costumbre de los locales de afilar allí sus cuchillos.
Desde este punto resulta obligado pasear junto al río
para poder observar el conjunto de casas con arquitectura popular que miran al
cauce. Un bello conjunto de casas de adobe con entramados de madera vistos que
son una de las estampas de la ciudad.
Y muy próximo a este lugar, en la calle de La Cuesta,
se encuentra un famoso patio que se volvió viral en las redes por la gran
cantidad de cactus que posee. No cuesta nada visitarlo en nuestro recorrido
para tener un punto original y excéntrico de nuestro viaje.
Hervás posee muchos más encantos que la judería por la
que es conocida. Su iglesia-castillo de Santa María se alza imponente en la
loma más alta de Hervás. Mientras que la Iglesia del Convento, la más alejada
del centro, es otro de los conjuntos religiosos más impresionantes.
También posee Hervás varios museos. De todos ellos voy
a destacar el que me pareció más interesante:
Museo Enrique Pérez Comendador-Leroux
Este museo se ubica en un bello palacio de finales del
siglo XVIII y posee la producción escultórica del artista más importante de
Hervás, Enrique Pérez Comendador, y la obra pictórica de su mujer, la artista
francesa Magdalena Leroux.
La visita al museo comienza por la sala de la derecha,
dedicada a exposiciones temporales. Cuando yo visité el lugar existía una
dedicada a las composiciones de vidrio y metal tridimensionales que me encantó.
Para poder conocer la obra de la pareja de artistas
que conforman los fondos del museo debemos subir a la planta superior de la
casa y recorrer sus salas dejándonos sorprender y embargar por la modernidad y
clasicismo de las obras.
En la planta de abajo, antes de salir, existe una
exposición de las herramientas del artista y del proceso de producción de
algunas de sus obras que merece mucho la pena visitar detenidamente.
En definitiva, un museo recoleto e interesante que
hará las delicias de todos los apasionados al arte en general.
Hasta la próxima
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