Según podíamos leer en la Wikipedia se
trató de la “reunión de un grupo de
representantes civiles, policiales y militares del gobierno de la Alemania nazi
sobre la solución final de la cuestión judía (Endlösung der Judenfrage). Los
acuerdos tomados condujeron al Holocausto” (Octubre 2019).
Esta definición se obtuvo de la página
Web de la villa berlinesa musealizada donde se produjo esta conferencia el 20
de enero de 1942. Y resulta lógico que este organismo pretenda resaltar la
importancia (un tanto macabra) del lugar con fines turísticos. Y esta misma
idea aparece en el Memorial del Holocausto de los EEUU. Pero investigaciones
posteriores han demostrado que esto no es cierto. ¿O interesa saber más?
Villa de Wannsee, Berlín. Alemania |
La Conferencia de Wannsee es uno de los
temas más polémicos del Holocausto. Y ello se debe, principalmente, a que los negacionistas del mismo inciden en que
en esta reunión no se decidió ninguna Solución Final contra los judíos.
Los principales argumentos para sostener
esta posición negacionista se basan en que en ningún momento los jerarcas nazis
utilizaron una terminología específica. En efecto, en los documentos de la
reunión abundan los eufemismos y las ambigüedades. Por ejemplo, tal como
confesaría posteriormente Eichmann, secretario durante la reunión, la palabra
evacuación era un eufemismo de otra mucho más terrible: asesinato.
Los negacionistas se escudan en la
imposibilidad de una conspiración secreta a esa escala o que sólo se conociera
el Holocausto cuando la guerra estaba acabando (salvo por el Telegrama Riegner).
O el hecho de que no existan pruebas documentales de órdenes directas.
Pero, sin entrar al trapo con este tipo
de teorías negacionistas, todo se resuelve si tenemos en cuenta que el exterminio de personas en el Tercer
Reich (no sólo judíos, sino también gitanos, homosexuales, deficientes
mentales…) fue un plan llevado a cabo
con anterioridad a este año de 1942.
Personalmente me gusta poner el inicio
del Holocausto perpetrado por los nazis en 1939. En este año comenzó, de manera
masiva, la Operación T-4, un siniestro programa de eutanasia por el
cual el gobierno nazi iniciaba el asesinato en masa de todos los discapacitados mentales y físicos
crónicos. Se calcula que unas 70.000 personas fueron asesinadas mediante
cámaras de gas.
La Oficina Central de Seguridad del
Reich (RSHA) elaboró en 1940 un plan secreto para el exterminio racial de las
zonas conquistadas en el este de Europa. El
cruel objetivo de los Einsatzgruppen (grupos de matanza)
era eliminar a la mayor cantidad de
eslavos y judíos de las zonas recién conquistadas, con la doble finalidad
de evitar problemas de suministro en la retaguardia y allanar el camino a una
futura repoblación alemana de la zona. Por tanto, en la invasión a la URSS (a partir del 22 de junio de 1941),
existieron grupos reducidos de soldados dedicados enteramente a perpetrar esta
labor de exterminio, dando comienzo al auténtico Holocausto.
Ejecución perpetrada por un Einsatzgruppen en septiembre de 1941. |
Tenemos varios testimonios directos de
estas atrocidades, como los de Viera Silkinaité en Kaunas (Lituanaia) o Vasyl Valdeman en Ostrog (Ucrania). Pero el
más importante de todos es el de Dina Pronicheva, un judía que sobrevivió a la
matanza de Babi Yar, a las afueras de Kiev (Ucrania), en septiembre de 1941.
Allí los nazis asesinaron a 34.000 personas en sólo dos días.
Y antes de la famosa Conferencia de Wannsee
ya se asesinaba a personas en campos de
exterminio construidos ex profeso
para ello. Un ejemplo de ello lo tenemos en el campo de exterminio de Chelmno, el cual se creó con el único
objetivo de asesinar a los judíos del gueto de Lódz. Comenzó a trabajar el 7 de
diciembre de 1941 (coincidiendo con el ataque japonés a Pearl Harbour) con
judíos de las zonas próximas y el método de exterminio empleado consistía en un
camión que tenía conectado el tubo de escape hacia la zona de carga posterior.
De ello tenemos el testimonio de uno de los guardias del campo, Kurt Möbius.
Camión de la muerte de Chelmno |
Y este campo es ejemplo de que en el
Holocausto nazi no sólo murieron judíos. El 9 de enero de 1942, 4.500 gitanos
romaníes murieron en este campo y fueron sepultados en el bosque. Y los
primeros judíos del gueto de Lódz llegaron poco después, el 16 de enero de
1942. Se calcula que, en total, en este campo murieron entre 150.000-300.000
personas.
Lo
que verdaderamente ocurrió en Wannsee fue que los nazis planearon el exterminio
de todos los judíos de Europa de una manera
sistemática y organizada en los campos de exterminio. Ahora no se trataba de
seguir matando a los judíos del Este en los guetos o en trabajos esclavistas,
sino en trasladar a todos los judíos de Europa occidental a los campos de
exterminio polacos para asesinarlos.
A todos. Esta es la clave. Un plan
sistemático de erradicación de la raza judía europea. Un plan que en el momento
de mayor rendimiento supuso la eliminación física de 400.000 judíos húngaros en
mes y medio.
El historiador Florent Brayard, autor de
Auschwitz: Investigación sobre un complot
nazi, lo explicó perfectamente en una entrevista realizada en la promoción
de su ensayo: “Había planes desde el
principio de eliminar de alguna forma a los judíos, como los planes de
esterilización, un experimento que llevó a cabo Himmler, así que el resultado
final habría sido la aniquilación en unos 40 años, no habría más judíos en
Europa o Rusia, pero no por el método del asesinato. Lo que yo creo que estaba
presente en Wannsee era ya este tipo de solución final, que es una mezcla entre
las deportaciones, la esclavitud y los trabajos forzados: la extinción”.
Para Brayard, no obstante, en Wannsee
tampoco se decidió la Solución Final. Él pone la fecha en junio de 1942, un
poco más tarde. Y para ello se basa en documentos indirectos (las confesiones
de Hoss, Eichmann y otros y en los diarios de Goebbels) pues, en verdad, no
existen órdenes directas escritas sobre la Solución Final. Es más, los pocos
informados de ella mantuvieron este plan en secreto al resto de dirigentes
alemanes.
Himmler comunicó al aparato nazi la
implementación de la Solución Final en 1943, por lo que el asesinato en masa de
los judíos fue conocido por el grueso de los mandatarios nazis casi a la vez
que el resto de naciones (por entonces los aliados tuvieron constancia del
Holocausto por medio del espionaje).
Para Brayard, las nueve personas que
formaron parte del reducido grupo que conocía y puso en marcha en Holocausto
fueron: Adolf Hitler, Heinrich Himmler, Hermann Goering, Reinhard Heydrich, Ernst
Kaltenbrunner, Herbert Backbe, Albert Speer,
Heinrich Müller y Adolf Eichmann.
Por tanto, como conclusión final, podemos indicar que, aunque sigue estando en el
imaginario popular, en la Conferencia de Wannsee no se comunicó ni se
implementó la Solución Final, entendida como la exterminación física en campos
como Auschwitz-Birkenau, Treblinka o Sobibor. Según Brayard esto ocurrió unos
meses después, aunque en Wannsse ya existía la idea de que en un futuro no muy
lejano los judíos debían desaparecer del Tercer Reich y la zona para realizar tal plan era Polonia, lugar elegido para la evacuación.
Pero restar importancia a la Conferencia
de Wannsee en lo que al inicio del Holocausto se refiere no significa que el exterminio de
la raza judía (y de otras personas, no lo olvidemos) no existiera mucho
antes, tal como hemos comprobado.
En este sentido creo que Brayard olvida indicar esta importante circunstancia al centrarse exclusivamente en el exterminio en cámaras de gas. Pero los nazis comenzaron a asesinar probando otros métodos, como los gaseamientos en camiones. Lo que les decidió a crear esta máquina infernal de exterminio, donde Auschwitz es el ejemplo cumbre, fue que con las cámaras de gas el proceso se aceleraba exponencialmente respecto a otros métodos.
Según mi opinión, fue el cambio en el curso de la guerra lo que provocó que el exterminio se ejecutara
de forma mucho más rápida.
Hitler y sus seguidores más radicales
habían planeado exterminar a los judíos con el tiempo, en los guetos, con las
esterilizaciones, el hambre y el trabajo esclavista. Pero la posibilidad de perder la
guerra provocó en Hitler que, aunque fuera lo último que ordenara, su plan para
exterminar a los judíos no se vería interrumpido por una posible derrota.
Esperemos que esta historia no se vuelva
a repetir.
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