Hoy vamos a visitar unas de las villas romanas más
prometedoras de la arqueología española, pues posee el mosaico figurado más
grande de toda la Península ibérica y apenas se ha excavado un 4% de toda la
estructura que componía esta villa.
¿Os interesa conocer esta auténtica maravilla
arqueológica?
¿Dónde está la villa romana de Noheda?
Para llegar a esta villa romana debemos dirigirnos a
Cuenca capital, pues la misma se encuentra a escasos 20 minutos al norte, en la
carretera N-320 en dirección Guadalajara. Os indico el mapa en Google.
Una vez que llegamos a la pedanía de Noheda tomamos el
camino de la izquierda para entrar al pueblo y, al llegar a la primera casa,
giramos hacia nuestra izquierda siguiendo la calle de La Fuente. Saldremos de
este pequeño pueblo por un pequeño camino rural, quedando la villa a medio
kilómetro. Llegar a ella no tiene pérdida siguiendo el camino asfaltado. Un
pequeño aparcamiento junto a una caseta con máquinas de bebidas nos espera.
Villa romana de Noheda
Para visitar esta villa romana es necesario adquirir
una entrada previamente desde su página web: https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/yacimientos-visitables/villa-romana-de-noheda
Lo primero que nos va a sorprender es la escasez de
restos visitables. Según nos contará la guía que nos acompañará en la visita,
esta villa sólo está excavada en un 4%. Cuando la visité estaban ultimando los
trabajos para hacer visitable la zona de las termas, las cuales se encuentran
junto a la zona del aparcamiento.
Villa romana La Noheda (Cuenca)
Nosotros visitaremos el triclinium principal de
la villa, el cual posee una superficie de casi 300 metros cuadrados. Puede
parecer poca cosa en un principio, pero si os adelanto que existe un gran
mosaico de 230 metros cuadrados enlosando esta gran estancia seguro que la
perspectiva cambia bastante. Comparar las dimensiones con vuestras casas y comprobaréis
que en esta villa vivía alguien muy importante.
Este tipo de villas fueron realizadas por importantes
personajes del periodo alto romano cuando las ciudades estaban declinando en su
importancia. En esta zona conquense se relaciona con la crisis que sufrió la
minería de Lapis specularis, principal motor de crecimiento en la zona.
Esta villa podemos datarla en el siglo IV d.C. y puede
que estuviera destinada, inicialmente, como una villa de caza de un gran señor.
El mismo puede que sólo permaneciera pequeños periodos de tiempo a lo largo del
año, organizando importantes fiestas y reuniones de caza con personalidades
importantes de la época.
Esta villa fue descubierta casualmente, cuando los
agricultores de la zona se percataron que existía un lugar donde siempre se
acumulaba el agua. El mosaico no dejaba filtrar el agua hacia abajo y cuando se
excavó un poco se descubrió una cara que dio idea de los restos tan importantes
que se escondían en esta pedanía.
La villa está en una zona aterrazada junto al arroyo
del Tejar. Al contrario de lo que pudiéramos pensar, el arroyo no servía para
recoger agua, sino que era el lugar donde se vertían las aguas residuales. Los
manantiales existentes en lo alto del cerro anexo fueron los lugares donde la
villa se proveía de agua potable.
Tras esta breve explicación para contextualizar la
villa vamos a adentrarnos en el sorprendente comedor de la villa, un lugar
cubierto donde vamos a descubrir el mosaico figurado más grande de España.
De manera general podemos indicar que todo el Triclinium
poseía una gloria (hoy llamada suelo radiante) que permitía que los allí reunidos
pudieran estar descalzos y con una gran temperatura. Dadas las dimensiones del
comedor se necesitaron tres hornos para caldear toda la estancia adecuadamente.
Uno de ellos lo tenemos en la zona suroeste.
La parte sur del mosaico se perdió debido a los
trabajos de labranza y la erosión del agua llevada a cabo durante más de 1500
años. Pero lo anterior no es óbice para no tener un gran mosaico y entender el
programa iconográfico que se compuso en este lugar.
De manera general podemos describir el triclinium
como una gran estancia cuadrangular con la entrada, en origen enmarcada entre
dos columnas, situada en la parte oeste. Tres exedras semicirculares se sitúan
en el resto de los lados, existiendo una pequeña sala octogonal en el lado
norte de la que hablaremos al final. En el centro se situaba una fuente de la
que solo queda la estructura subterránea, pudiendo observar las tuberías que
descubrían el agua. Esta fuente se destruyó cuando la cúpula de piedra local que
cubría el triclinium se vino abajo al incendiarse la estructura de
madera que la sustentaba.
El programa decorativo musivario descubierto consta de
seis escenas figurativas, algunas de las cuales están relacionadas en el tiempo
y remiten a la historia mítica de la fundación de Roma.
El primer mosaico que nos encontraríamos al entrar al triclinium
nos describe la historia mitológica griega de Pélope e Hipodamía. Pélope había
heredado de su padre el reino de Frigia, pero le fue arrebatado por los
troyanos. Obligado a huir, terminó en Olimpia, lugar donde se enamoró de
Hipodamía, bella hija del rey Enómao.
El rey, conocedor de una profecía que indicaba que
moriría a manos de su yerno, obligaba a cada pretendiente a vencerle en una
carrera de cuadrigas para obtener la mano de su hija. La apuesta era
arriesgada, pues si perdían la carrera también perderían la cabeza, algo que
nos muestra el mosaico.
Enómao tenía las cartas marcadas en esta apuesta. No
sólo disponía de las yeguas más rápidas de toda Grecia, un regalo de su padre,
el dios Ares, sino que su cuadriga era conducida por el auriga Mírtilo, hijo de
Hermes. Nadie podría vencerle en una carrera.
Pélope se debió oler la tostada y decidió acordar con
Mírtilo su victoria. A cambio de la mitad del reino que heredase, además del
privilegio de pasar la noche de nupcias con Hipodamía, el auriga debía
favorecer la victoria de Pélope. El ardid tuvo recompensa debido a que Mírtilo
amaba a Hipodamía en secreto. El auriga saboteó el carro del rey Enómao,
sustituyendo las pezoneras de bronce, que sujetaban las ruedas al eje, por
otras fabricadas en cera.
Cuando comenzó la carrera, el carro del rey Enómao perdió
una rueda y el mismo fue arrastrado por sus caballos, enredado entre las
riendas, hasta morir. Mírtilo logró saltar a tiempo y sobrevivir, aunque Enómao
lo maldijo al percatarse de su traición.
Esta maldición se cumpliría cuando Mírtilo quiso
cobrar la noche nupcial prometida. Hipodamía lo rechazó y Pélope le terminó
lanzándole por un acantilado. Como era habitual en la época, el traicionado auriga
maldijo a la pareja y a sus descendientes.
¿Quiénes eran sus descendientes? Tendremos que
observar el siguiente mosaico que aparece junto a la fuente, enfrente del que
acabamos de describir. Allí vamos a descubrir la historia de Agamenón y Menelao,
nietos de Pélope. Este mito es más conocido por el gran público por lo que no
me voy a entretener como en el anterior. Se trata de la Guerra de Troya. En el
mosaico vamos a descubrir la competición de Hera, Atenea y Afrodita en el
Juicio de Paris. Luego el rapto de Helena, esposa de Menelao, originará la
guerra de Troya. De esta guerra saldrá exiliado Eneas, fundador de Roma. De
esta manera se conectaba la mitología griega y romana, dando un mensaje claro
respecto a las ideas tradicionales del propietario. Algo sorprendente en un momento
donde el cristianismo se estaba estableciendo con fuerza en el Imperio romano y
estos relatos paganos se abandonaban poco a poco.
El panel situado a continuación del anterior describe
un sorprendente cortejo dionisíaco. Dionisos, aparece subido en un carro dorado
tirado por cuatro centauros músicos que, por parejas simétricas, tocan el aulos
y la siringa. El dios aparece junto a su esposa Ariadna, coronada con
las estrellas celestes. Esa pareja representa el amor verdadero y podemos
realizar una realción simbólica con las otras dos historias anteriores y los
diferentes tipos de amor que hemos visto. Como curiosidades indicar que en el
mosaico aparece Sileno, perjudicado por el vino dado que sólo borracho era
capaz de predecir el futuro. También Pan, dios de los pastores, con cuernos de
cabra. De este personaje provienen palabras como pánico, pues asustaba a las
fieras con gritos.
Al norte y sur tenemos dos paneles espejo bastante
parecidos. Vamos a centrarnos en el mosaico norte por estar mejor conservado.
En este mosaico aparece una compañía teatral, lo que nos indica que el dueño de
la villa añoraba las viejas costumbres de diversión romana. En efecto, estamos
ante la representación de una pantomima.
Mosaico Pantomima Villa romana Noheda (Cuenca)
En primer lugar, a la izquierda aparece un hombre
tocando un órgano hidráulico al que dos niños dan aire mediante unos fuelles.
Luego aparecen dos mujeres bellamente ataviadas y un caballero con un gran
zapato, el cual servía, golpeando el suelo, para marcar el ritmo.
A continuación, aparece el mimo, el personaje
principal y más importante, pues era capaz de interpretar su papel con el
baile. Portaba una máscara y no unas gafas de sol, como parece mostrar la
imagen (las mismas no existían en aquella época y se trata de una apreciación
errónea debido a nuestra cultura actual). A continuación, aparece una mujer
tocando una lira, una niña mirándola, un actor ataviado con túnica blanca y
otro músico tocando el aulos y danzando, un segundo mimo con máscara.
La última parte de este mosaico se compone de un niño
sujetando un biombo, un hombre y una mujer actuando y un par de personajes que
solían ser habituales en estas compañías, el sannio y el stupidus.
Bajo esta escena principal aparecen diversos
personajes enmarcados entre columnas. A la izquierda dos púgiles que van a
enfrentarse. En el mosaico del sur aparece el desenlace del mismo. Luego viene
un músico tocando la trompa, una mujer sobre un diván, un poeta declamando
versos, un actor disfrazado de personaje femenino con una serpiente enroscada,
es decir, representa a una maga, y un actor con una máscara grotesca.
Alrededor de la fuente existía otro mosaico con una
decoración relativa a iconografía marina, con peces y sirenas, aunque se
conserva muy deficitariamente.
En la exedra ocupada por los dueños de la villa y que
ocupaba el lado este tenemos una curiosidad. Existe un doble mosaico, uno encima
de otro. Ello se explica debido a que en algún momento de la historia de la
villa el dueño se cansó del mosaico que existía allí y decidió cambiarlo por
otro.
Mosaico doble en exedra este Noheda (Cuenca)
Este tipo de mosaicos colocados en las exedras poseen
una decoración geométrica o vegetal, debido a que era el lugar donde se
colocaban los divanes donde se comía. Por esta razón estos mosaicos no poseían
decoración figurativa, al encontrarse tapados por los muebles.
La última sala que vamos a describir es la octogonal
situada en el lado norte. Es una sala que conserva tanto pintura como
decoración estucada en los muros, algo realmente sorprendente dado el tiempo
transcurrido. Su función no está clara, pero al estar junto al cortejo dionisiaco
y tener unas reducidas dimensiones podemos imaginar que se trataba de una
especie de reservado donde el señor de la casa podía disfrutar de, digamos, un
final feliz a su reunión festiva.
Sala octogonal Noheda con decoración estuco y pintura en las paredes
Sin duda, aunque sólo vemos el triclinium de
esta villa, su visita es obligada debido a la importancia de sus mosaicos. La misma
apenas llevará una hora y se hace muy amena debido a las explicaciones tan
detalladas de los guías sobre los mosaicos.
Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario