Hoy vamos a realizar una escapada de relax
cultural a uno de esos pueblos catalogados como uno de los más bonitos de
España. Nuestro destino será el norte de la Comunidad Valenciana, la capital de
Els Ports, zona interior y montañosa
del interior de la provincia de Castellón.
¿Todavía no sabes de donde estoy
escribiendo?
¿Cómo
llegar a Morella?
Morella es un pequeño pueblo situado en la
falda de una colina, dominada por la silueta de su antiguo castillo medieval.
Se ubica en el norte de la provincia de Castellón, a unos 60 kilómetros de la
zona de playa.
Desde Madrid es un viaje un poco más largo
de lo acostumbrado, pues se encuentra a unas cinco horas de camino. No
obstante, os aseguro que su visita merece mucho la pena.
Como indicación general debemos tomar la
A-2 hasta Alcolea del Pinar, momento en el que tomaremos la N-211 (salida 135)
dirección Teruel y Molina de Aragón (adiós a la autovía). Seguiremos por esta
carretera hasta la localidad de Monreal del Campo, momento en el que giraremos
a la izquierda y tomaremos la N-234 hacia Alcañiz, Montalban, Soria y Zaragoza.
En Camínreal giraremos a la derecha siguiendo las indicaciones hacia Alcañiz,
Montalban, Soria y Zaragoza. Volveremos otra vez a la N-211 y continuaremos
dirección Montalban y Alcañiz. Ya no dejaremos esta carretera (que en algunos
momentos es también la N-420) hasta llegar a la localidad de Alcorisa, momento
en el que giraremos a la derecha para tomar la A-225 dirección Más de las Matas.
Llegados a este pueblo ya tendremos indicaciones hacia Morella. Tras pasar un
puerto llegaréis a vuestro destino.
Otra opción, con menos carreteras secundarias,
es tomar la A-3 hacia Valencia, desviarse al norte hacia Castellón de la Plana
(A-7, salida 338) y en el pueblo de Cavanes tomar la salida 41 hacia Morella,
Sant Mateu y Benlloch (CV-10). Seguiremos esta carretera hasta cruzarnos con la
N-232, que tomaremos con dirección Morella. Por este camino hacemos 529 Km (en
vez de 413 Km de la primera opción), pero al tener más tramo de autovía el
tiempo estimado de llegada sólo aumenta unos 25 minutos (5h 20 m).
¿Dónde
aparcar en Morella?
Morella es un pueblo muy turístico que ha
sabido habilitar numerosos espacios de aparcamiento para poder acoger al gran
número de visitantes que se acercan a su recinto amurallado.
Nada más entrar a la ciudad por la Torre
de Sant Mateu descubriremos algunas zonas de aparcamiento adosadas a la
muralla. Aunque el verdadero aparcamiento para los turistas se encuentra en los
aledaños de la Puerta de San Miguel. En épocas de gran afluencia suelen cobrar
una cantidad módica por dejar el coche toda la jornada. Este será nuestro punto
de inicio de la ruta.
¿Qué
podemos ver en Morella?
Morella es una localidad medieval
amurallada y ello lo comprobamos en la poderosa entrada que debemos atravesar
para acceder a su recinto interior. Se trata de la Puerta de San Miguel, una de las enormes entradas fortificadas de
la ciudad, donde destacan su par de torres gemelas octogonales.
En su interior se puede visitar una
exposición de juegos tradicionales enfocada a los más pequeños. A través de sus
niveles interiores, comunicados por medio de escaleras de madera, descubriremos
juegos tan tradicionales como las tres en raya o tan originales como un
futbolín donde la pelota se acciona con un fuelle. Sin duda, los niños se lo
pasarán genial y los padres podrán disfrutar de las distintas actividades.
Interior torres de San Miguel |
En cambio, si visitáis la ciudad sin
niños, esta visita sólo tiene el interés de asomarse a lo alto de las torres
para ver el pueblo.
(Horario de miércoles a domingo de 10h a
13h y de 16h a 19h. Precio: 1,5€)
Morella es medieval. Pero su pasado es
mucho mayor. Ello lo podremos averiguar en el Museo Tiempo de Dinosaurios, el cual se sitúa junto a la Puerta de
San Miguel.
En este museo vamos a poder admirar piezas
paleontológicas de la época en la que dinosaurios como el iguanodón dominaban la zona. Además de numerosos fósiles, también
hay una maqueta a tamaño natural del dinosaurio con más presencia en la zona
(el iguanodón) que hará las delicias
de los más pequeños.
Personalmente me pareció un museo bastante
básico en cuanto a explicaciones para los adultos, por lo que si no viajáis con
niños tampoco es una visita realmente imprescindible de esta localidad.
Su horario de verano: de martes a domingo
de 11h-14h y de 16h-19h. Precio 2€.
La oficina
de Turismo (de 10 a 14h) se encuentra situada enfrente del museo y será un
buen lugar donde adquirir un mapa y preguntar por los horarios de los puntos de
interés de la localidad. Existe un bono de 8€ con el que se pueden visitar
todos los monumentos de la localidad. También podemos visitar la antigua Iglesia de San Miguel, hoy en día
convertida en un centro de salud local.
Nuestra siguiente parada será el Ayuntamiento de Morella, al que
llegaremos por la calle Juan Giner. Se trata de un edificio gótico del siglo XV
en el que se visitan sus dos salas principales (Salas del Consejo y de
Justicia), hoy en día utilizadas como salas de exposiciones y sede de
Congresos, y que también integra la
Lonja, espacio comercial típico de esta zona de levante.
Además, en el momento en el que visité la
localidad, aquí se encontraban los cuatro
gigantes de Morella: Artal (hijo de Blasco de Alagón, conquistador de
Morella), Rosella (en referencia a las amapolas: roselles en valenciano), Abu
Sa’id (último gobernador almohade de Valencia) y Seidia (heroína musulmana del
poema de Joaquim Garcia Girona). A los peques de la familia les encantará ver a
estos famosos personajes.
Aledaña al Ayuntamiento y en las escaleras
que bajan en su parte izquierda se encuentra la Prisión de Morella. En este tétrico lugar podremos visitar diversas
celdas, algunas recreadas con decoración que nos pondrá en situación sobre las penosas
condiciones de vida de los presos. También podremos visitar la habitación donde
se encontraba el alguacil y visionar un pequeño vídeo que complementa los
paneles explicativos que tiene el lugar. En general, una visita muy
recomendable.
Por proximidad, nuestro siguiente destino
será la Iglesia de Santa María la Mayor,
templo arciprestal gótico que data del siglo XIII. Tiene como curiosidad dos
entradas en la misma fachada (la parte posterior limita con la roca que sirve
de base al castillo), una denominada de los Apóstoles y otra de las Vírgenes
(entrada al templo), debido al tema de su decoración escultórica.
En su interior hay que destacar la
escalera de caracol que da acceso al coro, profusamente decorada con animales
mitológicos, motivos vegetales y escenas de la vida de Jesús. Un coro, por
cierto, que se encuentra sobre la nave principal de la iglesia (ojo a la bóveda
rebajada que lo sostiene) y que no nos permite admirarla en toda su plenitud
nada más entrar.
Otro elemento que sobresale es el altar
mayor de estilo churrigueresco, cuya profusa decoración a base de dorados
contrasta con la sobriedad del resto del templo gótico.
Y, por supuesto, el órgano, creado por
Turull en 1719; cuenta con más de 3.000 tubos y se encuentra en perfecto
funcionamiento. A continuación os dejo un breve vídeo con
el sonido tan exquisito de este órgano centenario.
La visita se completa con el pequeño Museo
arciprestal, situado a la izquierda del altar y que conserva piezas de la
liturgia (casullas, diversa orfebrería) y algún que otro cuadro.
Su horario de visita es de lunes a sábado:
de 10h a 14h y de 15h a 19h. Y el domingo de 12:15h a 18h ininterrumpidamente.
Precio: 2,5€.
Muy cerca de la Iglesia se encuentra el Convento de San Francisco. El otrora
edificio gótico sobresaliente de la ciudad hoy luce algo decadente debido a los
bombardeos que lo destrozaron durante las guerras carlistas del siglo XIX. No
obstante, la instalación del Parador de Turismo entre sus muros ha logrado
revitalizarlo de nuevo y convertirlo en un referente de Morella.
Este convento presenta un estilo gótico
bastante primitivo, en donde la belleza se encontraba en la sencillez de sus
elementos arquitectónicos. Un buen ejemplo de ello es la entrada, compuesta por
un sencillo pórtico de tres arcos ojivales donde la espectacularidad la
proporciona la bella escalera de acceso.
En su interior vamos a destacar, en primer
lugar, el claustro, comienzo de nuestra visita. Posee un aspecto de romántica
decadencia, con la presencia de arcos góticos trilobulados sin nada que
sustentar y un descuidado jardín interior.
En una de sus esquinas se accede a la
iglesia del convento, que data del siglo XIV y se encuentra bastante desnuda
tanto de decoración como de mobiliario. Sorprende, no obstante, encontrarse la
maqueta de un dinosaurio en medio de su nave central. Se trata de la
reproducción del Morelladón, una
nueva especie sólo descubierta en los alrededores de esta localidad.
Pero, sin duda, la joya de este espacio es
la antigua sala Capitular, lugar que conserva una preciosa pintura al fresco
con el tema de la Danza de la Muerte. Junto a los danzantes, que representan
los tres estratos sociales de la época medieval, se encuentra el árbol de la
vida y, a sus pies, dos ratas portadoras de enfermedades como la peste negra.
Incluso se representa en un pentagrama la música que acompañaría a esta macabra
danza que nos iguala a todos. Diversos paneles explicativos nos permiten
admirar esta pieza artística medieval en todo su esplendor.
El convento sirve de entrada para el
monumento más famoso de Morella: su Castillo.
En este lugar hubo un asentamiento ininterrumpido desde la Prehistoria (III
milenio a.C.), algo que se entiende por su privilegiada ubicación en lo alto de
la gran cerro sobre el que se asienta. En época medieval era una fortaleza
inexpugnable que controlaba el camino que unía el interior con la costa.
Aunque siempre poblado, el recinto del
castillo comenzó a configurarse como fortaleza en época visigoda. Luego los
árabes tomaron el relevo, aunque las mayores transformaciones vendrán de mano
de los cristianos, a partir del siglo XIII.
El conjunto del castillo tiene el encanto
de esas fortalezas semiderruidas que aún conservan cierta dignidad de su
excelente pasado. En el recinto interior, dividido en distintos niveles,
podremos ver algunas construcciones, como el Palacio del Gobernador (que data
de época de Felipe V y que contiene una exposición sobre el castillo), un
horno, un aljibe, el edificio de la guardia y una prisión que no era otra cosa
que una gran cavidad de la roca donde se asienta el castillo.
Desde la Plaza de armas, situada en el
tercer y más protegido nivel, se puede observar Morella a vista de pájaro, así
como todas las montañas que rodean esta localidad, entendiendo el interés
estratégico que siempre tuvo este recinto.
Su horario de visita es de lunes a domingo
11h-19h (Verano) y tiene un precio de 3,50€. Para una descripción pormenorizada
del castillo os dejo la siguiente página: http://www.jdiezarnal.com/castillodemorella.html
Un lugar con gran encanto en Morella es el
Carrer d’En Blasco d’Alagó, calle
totalmente porticada y recuerdo de cómo eran todas las calles de esta localidad
en su época medieval de mayor esplendor. Hoy en día, aquí se sitúan numerosos
comercios y restaurantes y, los domingos, se organiza un interesante mercado de
productos típicos. Resulta interesante fijarse en los detalles de las fachadas
de los comercios, algunos con una impronta antigua muy bien conservada, o en
los elementos decorativos originales que encontramos a cada paso.
Otro paseo agradable es por los aledaños
de la extensa muralla que rodea la
ciudad. Esta fortificación data del siglo XIV, aunque fue reformada en su parte
superior en el siglo XVIII. Tiene un perímetro de unos 2 km. en los que se
abren hasta 7 puertas (algunas de ellas custodiadas por poderosas torres).
Morella contiene numerosos palacios y
casas solariegas de impresionante riqueza. Como curioso ejemplo os indicaré la
ubicada en el Carrer de la Mare de Déu de Vallivana, donde existe el recuerdo
del paso de San Vicente Ferrer por esta localidad. Se trata de un milagro que
obró el santo estando alojado en aquella casa (Casa Rovira) y que se
reproduce con azulejos en la fachada de la misma. Otro interesante palacio, hoy
convertido en hotel, es el llamado Cardenal
Ram, ejemplo de casa fortificada. Y en una decisión de dudoso gusto
estético podremos encontrar anacrónicos elementos decorativos clásicos junto a
estilos góticos en las ventanas de una casa palacio muy particular. También
pequeños oratorios si elevamos un poco nuestra mirada del suelo. Morella está
llena de rincones encantadores.
El suceso milagroso de San Vicente Ferrer ocurrió
en el año 1414, momento en el que en esta ciudad acogió una importante reunión
para la cristiandad. El rey Fernando I de Aragón, el entonces fray Vicente
Ferrer y Benedicto XIII, el famoso Papa Luna de Peñíscola, mantuvieron una
negociación para solucionar el cisma existente en la cristiandad. Las
conversaciones no fructificaron y Benedicto XIII se encerró en la fortaleza
templaria de Peñíscola con sus escasos seguidores, lugar del que no saldría
debido a la condena que le impusieron en el Concilio de Constanza de 1415.
Si os pareció poco, una visita peculiar es
la de la Iglesia de San Nicolás, la cual alberga el Museo del Sexenio. En este museo vais a poder admirar numeroso
objetos relacionados con las fiestas sexenales de Morella, que se celebran cada
seis años en honor a la Virgen de Vallivana, la patrona de Morella. La última
celebración fue en el año 2018.
En los alrededores de Morella se puede
visitar el acueducto gótico del
siglo XIV (no sólo los romanos los construyeron) y las pinturas rupestres de Morella la Vella. Este pequeño pueblo,
situado a 6 Km de Morella, posee unas excelentes muestras de pintura
esquemática levantina así como escenas de caza. Las visitas se organizan con
guía desde la oficina de turismo siendo su horario en verano (junio, julio,
agosto y septiembre): de martes a domingo a las 11, a las 12:30, a las 16 y a
las 17:30h. El camino hasta aquella localidad se realiza por una tortuosa
calzada de arena y piedras que puede ser capaz de desanimar a un turista no muy
interesado en este tipo de yacimientos.
Por último no quería terminar sin hacer
una mención a la gastronomía de
Morella. Una de las cosas que más me gustaron fueron los Flaons, un dulce de origen árabe medieval que consiste en una
especie de empanadillas dulces rellenas de requesón y almendras. Y para los que
gustan de salado os recomiendo probar su cecina,
similar al jamón serrano.
Y si os queréis llevar un recuerdo típico
de la ciudad nada mejor que conseguir una típica manta morellana (por la zona
existe el dicho de que Das más calor que
una manta morellana) o unas alpargatas de esparto.
Si deseáis informaros de algo más sobre
este precioso paraje os recomiendo visitar su web: http://www.morellaturistica.com/ver/1292/Cultura-y-Patrimonio.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario