domingo, 18 de octubre de 2020

Problemas oculares en la nueva normalidad

 

La pandemia de coronavirus que azotó a nuestra sociedad en este año 2020 ha provocado numerosos cambios en nuestro día a día, siendo uno de los más evidentes el uso continuado de mascarillas o los confinamientos continuados, más o menos rigurosos, de una parte importante de la población.

 

Sin negar la evidente necesidad del uso de mascarillas, si debemos considerar diferentes problemas oculares que nos puede provocar su utilización continua. Igualmente, resulta importante conocer tanto las ventajas como los inconvenientes de usar gafas o lentillas a la hora de protegernos ante el coronavirus.

 

En este primer post voy a tratar las dos cuestiones anteriores, dejando para otro artículo los problemas que ha provocado el confinamiento riguroso de la población. ¿Os animáis a descubrir un poco más de este tema?

 

Problemas derivados del uso de mascarillas

 

Las mascarillas se han convertido en un nuevo complemento de nuestro vestuario cada vez que salimos a la calle. Imprescindibles para proteger a los demás de posibles contagios, también tienen una evidente (aunque menor) capacidad protectora para las personas que la utilizan.

 

Pero su uso continuado durante largas horas, tanto en nuestro horario laboral como, luego, en nuestro tiempo libre (ir a comprar, durante cualquier paseo…) ha supuesto, para muchas personas, un efecto contraproducente en sus ojos.

 

El más evidente y que más consultas remiten los oftalmólogos es el inicio o empeoramiento (si ya se sufría) del síndrome de ojo seco1. En efecto, muchos pacientes refieren sentir en sus ojos la sensación de tener un cuerpo extraño, lo que les genera picor, escozor, lagrimeo, fatiga ocular e, incluso, visión borrosa intermitente.

 

La explicación de este problema es muy sencilla. Cuando respiramos con una mascarilla, gran parte del aire que exhalamos se dirige hacia la parte superior de la mascarilla y sale con dirección a los ojos. Este efecto molesto lo conocen muy bien los usuarios de gafas, pues sufren el empañamiento incómodo de sus lentes oftálmicas.

 

Además de lo anterior, ese movimiento de aire ascendente incide sobre la superficie ocular, provocando la evaporación de la lágrima y, por consiguiente, la sensación de cuerpo extraño debido a la sequedad de la parte externa de nuestros ojos. El efecto es muy similar al que provoca un aire acondicionado o un día con mucho viento.

 

Las soluciones para mitigar este molesto efecto consisten, en primer lugar, en ajustar la parte superior de la mascarilla lo máximo posible. Esto resulta complicado en las mascarillas de tela, por lo que muchos optan por fijar ese borde superior con algún tipo de adhesivo o grapar los laterales de la mascarilla, a la altura de los mofletes, para crear un conducto de salida para el aire que exhalamos.

 


Complementariamente, resulta muy importante limitar el uso de dispositivos electrónicos con mascarilla (parpadeamos menos ante ello y favorecemos la rotura de la película lagrimal) y no abusar del aire acondicionado en entornos cerrados durante largos periodos de tiempo.

 

Además de lo anterior, si los síntomas aparecen o persisten es recomendable utilizar lágrima artificial de manera puntual para tener hidratada en lo posible la superficie ocular y evitar los molestos efectos del ojo seco.

 

Si deseáis conocer más información sobre ojo seco tengo publicado un artículo en este blog (aquí).

 

¿Son las lentes de contacto seguras?

 

Una duda que provocó la pandemia de coronavirus a los usuarios de lentes de contacto fue el peligro que podían tener al usar sus lentillas en la nueva normalidad.

 

Dado que el coronavirus se propagaba por el aire aprovechando los aerosoles que exhalamos con nuestra respiración, en algunas ocasiones el virus infectaba a los pacientes a través de los ojos, adentrándose en el cuerpo a través de los ojos.

 

Diversos estudios2 confirmaron la relación entre la conjuntivitis y el SARS-CoV-2, confirmando tanto que puede considerarse un síntoma del coronavirus como que “los ojos no son solo una de las puertas de entrada para que el virus ingrese al cuerpo, sino también una fuente potencial de contagio”.

 

En efecto, el coronavirus es capaz de transmitirse a través de las lágrimas e infecta nuestro organismo internándose en nuestro sistema circulatorio a través de la conjuntiva ocular.

 

Según refieren los oftalmólogos, en torno al 20% de pacientes afectados por coronavirus sufren conjuntivitis en algún momento de la evolución de la enfermedad. Esta conjuntivitis es similar a cualquier otra conjuntivitis vírica, siendo bilteral, con enrojecimiento de ojos, pero sin dolor ni legañas.

 

Teniendo en cuenta todo lo anterior, muchos pacientes de lentillas comenzaron a tener un miedo razonable a usar lentes de contacto por la mayor posibilidad de contagiarse de coronavirus por la vía ocular.

 

Ahora bien, los laboratorios de lentillas se lanzaron rápidamente a proteger su producto explicando que el uso de lentes de contacto no favorecía, de ningún modo, los contagios. Para ello esgrimieron varios razonamientos que podemos resumir en tres puntos3:

 

Uno de los miedos de los pacientes es la contaminación de las lentillas con coronavirus y el paso al ojo a través de ellas. Pero este miedo resulta del todo infundado. En primer lugar, si el contagio se produce por vía aérea, llevar o no lentillas será indiferente para el contagio, que se produciría del mismo modo. En segundo lugar, resulta complicado que unas lentillas contaminadas lleguen al ojo, pues además de la higiene personal imprescindible para manejar las lentes, los líquidos de limpieza y mantenimiento de las lentillas han demostrado una gran capacidad para eliminar el virus de la superficie ocular. En este sentido se ha demostrado que la limpieza con líquidos de peróxido de oxígeno resulta altamente eficaz contra el coronavirus, puesto que este virus es capaz de sobrevivir hasta cinco días en la silicona con la que están fabricadas la mayoría de lentillas actuales.

 

La limpieza en la manipulación de las lentes de contacto resulta imprescindible en todo momento y fundamental en la nueva normalidad en la que nos vemos inmersos. Aunque muchas personas creen que el lavado de manos con jabón no elimina todos los microbios o virus esto es falso. En el caso del coronavirus, la parte del virus que contiene el ARN está rodeado de una membrana lipídica que se puede romper con agua y jabón. Y para las personas más desconfiadas indicar que el etanol también se ha mostrado muy eficaz para eliminar el coronavirus. Por tanto, una limpieza totalmente segura contra el coronavirus consistiría en lavarnos con etanol primero y, a continuación, hacerlo con agua y jabón para manejar las lentillas.

 

Un aspecto controvertido fue la recomendación de utilizar lentillas antes que gafas teniendo en cuenta las posibilidades de contagio. La razón esgrimida en estos estudios se basaba en dos supuestos: el mayor número de días que el coronavirus puede mantenerse en la superficie de una gafa (9 días en metal o plástico) respecto a una lente de contacto (5 días en siliconas); y el diferente uso que tenía cada solución óptica. Mientras que las lentes de contacto se manipulaban una vez al día y con las manos limpias, las gafas se tocaban en numerosas ocasiones a lo largo del día y no se limpiaban con la misma eficacia, pudiendo de este modo ser focos de contagio al tocarnos la cara con los dedos infectados tras tocar las monturas en varias ocasiones.

 

Sobre este último punto ha existido una relativa polémica, pues numerosos profesionales alababan la capacidad de las gafas como barrera contra el coronavirus, evitando la llegada del mismo al ojo. No sólo ante los aerosoles que circulan por el ambiente, sino evitando que nos toquemos los ojos involuntariamente, algo que solemos hacer unas diez veces cada hora de media.

 

En este sentido cabe la pena destacar un estudio preliminar realizado en el Hospital de Suizhou Zengdu4, próximo a Wuhan, foco inicial de la pandemia, donde parecía haberse encontrado una relación causal entre el uso de gafas y la protección frente al virus. Aunque los resultados debemos mantenerlos aún como hipótesis de trabajo, dado lo escaso de la muestra analizada, si nos debe advertir sobre la necesidad de proteger nuestros ojos adecuadamente.

 

¿Qué debemos hacer: gafas vs lentes de contacto?

 

Mi recomendación al respecto, como profesional de la visión, y en base a los diferentes estudios mencionados, es la siguiente.

 

En primer lugar, todo el mundo puede utilizar tanto gafas como lentes de contacto en su vida diaria. Las gafas, a pesar de su mayor efecto barrera, no vamos a aconsejarlas como medio de protección ni como obligación a la hora de utilizarlas en la calle.

 

Resulta adecuado utilizar gafas antes que lentillas en situaciones en las que exista riesgo de entrar en contacto con una persona que podría estar infectada de la Covid-19, siendo los ejemplos más evidentes el personal sanitario o personas que trabajan de cara al público y en estrecho contacto con el cliente o paciente. En el caso de los óptico optometristas creo que resulta imprescindible la utilización de gafas antes que lentillas dado el trato cercano que tenemos con un gran número de personas.

 

El uso de gafas tiene como necesidad complementaria la adecuada limpieza de las mismas, pues las partículas adheridas a ellas pueden suponer un foco de contagio añadido si no se realiza una limpieza adecuada con agua y jabón.

 

Dicho lo anterior, las lentillas también pueden utilizarse por los sanitarios siempre y cuando se tomen medidas complementarias de protección, como utilizar máscaras o gafas de protección.

 

Para el resto de personas que no tienen una relación estrecha con muchas personas o pacientes, el uso de lentes de contacto no tiene porqué estar desaconsejado. Ahora bien, vamos a tener en cuenta estos tres consejos:

 

-         A la limpieza habitual de las manos con agua y jabón antes de manipularlas, yo añadiría un lavado desinfectante previo con etanol.

 

 

-         Además de lo anterior, en el caso de lentes de contacto quincenales, mensuales, trimestrales o anuales (es decir, que necesitan un mantenimiento de limpieza), cambiaría la solución de limpieza habitual por una que contenga peróxido de hidrógeno, pues es la manera más eficaz de eliminar una posible infección de la lentilla por coronavirus.

 

 

-         Y como mejor alternativa está el cambio al uso de lentes de contacto desechables diarias, las cuales tienen como principal ventaja para el usuario poder estrenar una lente nueva todos los días y evitar tener que esterilizarla durante la noche para poder usarla al día siguiente.

 

Por último, un consejo final para evitar en lo posible los contagios de coronavirus. Las medidas más eficaces que podemos tener frente al coronavirus son, por orden de efectividad:

 

-         Mantener el distanciamiento social con el resto de personas ajenas a nuestro entorno familiar más estrecho.

 

-         Protegerse adecuadamente con el uso de mascarillas y gafas cuando el distanciamiento es imposible.

 

-         Mantener una cuidada higiene con jabón y geles hidroalcohólicos, evitando tocarnos la cara o las mucosas con las manos contaminadas.

 

¡¡¡¡¡¡¡Esta batalla la vamos a ganar!!!!!

 

Bibliografía:

 

1.     Moshirfar M, West WB Jr, Marx DP. Face Mask-Associated Ocular Irritation and Dryness. Ophthalmol Ther. 2020;9(3):397-400. doi:10.1007/s40123-020-00282-6

2.     Diversos estudios han confirmado la relación entre coronavirus y conjuntivitis, siendo algunos de ellos los siguientes:

-         Xie, H., Jiang, S., Xu, K. et al. SARS-CoV-2 in the ocular surface of COVID-19 patients. Eye and Vis 7, 23 (2020). https://doi.org/10.1186/s40662-020-00189-0

-         Francesca Colavita, Daniele Lapa, et al. SARS-CoV-2 Isolation From Ocular Secretions of a Patient With COVID-19 in Italy With Prolonged Viral RNA Detection. Annals of Internal Medicine, August (2020). https://doi.org/10.7326/M20-1176

3.     Fadel, Daddi. Cuatro razones por las cuales el uso de lentes de contacto no es un problema con COVID-19. Review of cornea and Contact Lens. April, 2020. En la Gaceta Óptica, Nº558, mayo, 2020.

4.     Zeng W, Wang X, Li J, et al. Association of Daily Wear of Eyeglasses With Susceptibility to Coronavirus Disease 2019 Infection. JAMA Ophthalmol. Published online September 16, 2020. doi:10.1001/jamaophthalmol.2020.3906

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