Hoy vamos a realizar una propuesta de fin de semana
relajado por el sur de la provincia de Burgos. Tomando como eje Aranda de
Duero, visitaremos al oeste la población de Roa y a su este Peñaranda de Duero,
un pueblo con gran encanto. ¿Os animáis a descubrir este par de lugares?
Empezaremos por Roa, población que siempre tuve las
ganas de visitar por tener mi madre su nombre en el apellido materno. Tras
pasar en numerosas ocasiones por Aranda del Duero y ver el desvío de la
carretera tocaba al fin visitarla.
Unos
breves apuntes históricos sobre Roa
Roa es una pequeña población perteneciente a la
comarca de la Ribera del Duero, razón por la cual también se la conoce como Roa
del Duero. No en vano se eleva sobre una roca, a modo de privilegiado
mirador, junto al cauce de este río.
En otro tiempo los historiadores piensan que se llamó Rauda, un castro de los celtas vacceos
que poblaron estas tierras antes de la romanización. El oppidum (lugar
fortificado) vacceo fue destruido en tiempos de Pompeyo, en su lucha contra
Sertorio, tal como atestiguan los restos quemados encontrados por los
arqueólogos. Incorporada a Roma, la ciudad ya no recuperó el esplendor
anterior, aunque siguió poblada gracias al mejor legado que los romanos dejaron
esta zona, la calzada romana que unía Clunia con Astorga.
Zona de batalla entre moros y cristianos durante la
época de la Reconquista, hasta aquí llegó una razia de Almanzor en el año 975,
saqueando una zona que los cristianos habían repoblado desde el 912.
La villa fue creciendo a base de privilegios otorgados
por la realeza y, en el siglo XV, el rey
Enrique IV de Castilla entregó la villa como regalo a su favorito don Beltrán
de la Cueva (de ahí el lema del escudo de la villa: "Quien bien quiere a
Beltrán, bien quiere a su can").
Las murallas de la localidad, cuyas puertas y restos
están diseminados por ella, datan de 1295 y se levantaron gracias a la reina
Violante de Aragón, viuda de Alfonso X. Destacan la Puerta de la Villa, junto a
la plaza de toros, la del Arrabal y la del Palacio, así como un resto de la
muralla cerca de la plaza del Ayuntamiento. El resto fue destruido por los franceses
y los carlistas en las guerras del siglo XIX.
Esta villa tiene el dudoso honor de haber sido el
último lugar de insignes personajes. En el año 1517, falleció en la villa el
Cardenal Cisneros que iba de viaje para una entrevista con el nuevo rey Carlos
I de España. Y el 19 de agosto de 1825 fue ajusticiado en la plaza del pueblo
Juan Martín, El Empecinado (Héroe de la Guerra de Independencia), por orden de
Fernando VII.
Principales
monumentos de Roa
Aunque localidad de reducidas dimensiones, en la que
apenas viven 2.500 habitantes, posee un interesante patrimonio dominado por dos
lugares de visita imprescindible.
La iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción, ex-colegiata y cabecera del Arciprestazgo de
Roa, es el templo religioso más importante de la localidad. Situada en la plaza
Mayor de la villa, lo más destacado de su exterior es la imponente portada manierista
a base de frontones.
Si nos fijamos en la torre aún podemos observar parte
de su pasado románico en una entrada situada en su base. Un arco de medio punto
y unas sencillas arquivoltas en bastante mal estado son los restos de aquel
paso. En esa misma fachada occidental existe otra portada gótica, igualmente
cegada, que posee un bello Cristo Pantocrátor y algo más de decoración
escultórica.
Su interior sorprende por la elevada altura y bellas
proporciones. Unas poderosas y gruesas columnas redondas soportan el peso de
las preciosas bóvedas de crucería. Sin duda, uno de los elementos
arquitectónicos más remarcables de la iglesia. De planta basilical, tiene tres
naves de igual altura, un ábside y carece de transepto. En su lugar existen
unas bellas capillas, siendo especialmente remarcable la que posee un
enterramiento con decoración escultórica. Esta decoración, a base de escudos
heráldicos y tallas religiosas se esparce de manera aleatoria por diversas
partes del interior, poblando columnas y muros.
En mi opinión, un templo tan bello como desconocido.
Sentarse en uno de sus bancos para admirarlo y escuchar de fondo música clásica
es una experiencia única.
El Parque
Arqueológico Rauda Vaccea. Se trata de un original parque arqueológico
situado sobre un auténtico yacimiento. Ahora bien, no vamos a encontrarnos las
típicas ruinas con carteles explicativos. Al contrario, en este lugar vamos a
poder realizar un recorrido histórico, desde la Prehistoria hasta Roma, a
través de diversos escenarios recreados para la ocasión. Un guía del parque nos
acompañará en todo momento y nos guiará por este recorrido histórico dándonos
multitud de datos interesantes.
Lo mejor es que gracias al uso de la arqueología
experimental vamos a poder experimentar distintas actividades propias de los habitantes
de aquellos períodos, tales como hacer fuego, cazar con arco o construir
diversos objetos. Aunque los talleres están pensados para realizarse con
colegios, en nuestra visita nuestro hijo se divirtió mucho comprobando como
nuestros antepasados realizaban útiles de piedra, pintaban paredes con una
especia de aerógrafo o hacían fuego. Todo ello lo muestra el guía de manera
experimental, lo que hace que sea muy ameno. Sin duda, lo mejor fue poder
lanzar con arco (tanto el peque como los mayores).
En el parque encontraremos diversas zonas dedicadas a
la Prehistoria, como la zona dedicada al Paleolítico medio y Superior, en la
que nos van a enseñar las diferentes maneras de realizar útiles líticos o las
cabañas improvisadas que utilizaron nuestros ancestros. En la zona de las
pinturas rupestres nos explicaran las distintas formas que tenían estas
comunidades de realizar sus pinturas sobre piedra y en la reproducción del poblados
Neolítico nos enseñarán la vida de las comunidades que comenzaron con
asentamientos fijos gracias a la agricultura y la cría de animales.
Diferentes tipos de viviendas: campamento prehistórico, pinturas rupestres, cabañas neolíticas y casas Vacceos. |
De época ya histórica destaca el poblado de la Edad
del Hierro, perteneciente a los antiguos Vacceos. Teniendo en cuenta las
excavaciones arqueológicas se ha levantado una serie de viviendas que
reproducen el estilo de vida llevado a cabo por los celtíberos de esta región.
Sus casa, ya cuadradas y combinando una base de piedra y muros de adobe,
disponían de una primera sala para realizar tareas (como tejer en telar) en la
que existía una plata subterránea dedicada a almacén de comida y utensilios. La
siguiente habitación era el lugar de descanso, con bancos corridos sobre los
muros, así como el lugar en el cual existía la hoguera. Un cráneo de un animal
era enterrado en esta parte como manera de protección y buenos augurios. La
última sala era una estrecha cocina y se supone que, dada la altura de los
muros, existiría una planta superior de almacén.
Como curiosidad sobre los enterramientos indicar que
los Vacceos se incineraban por norma y se enterraban en vasijas con un pequeño
ajuar fuera de los poblados. Sólo existían dos excepciones: los niños pequeños,
que eran enterrados bajo las casas, y los guerreros muertos en combate,
expuestos para que los buitres los carroñearan en la creencia de que ello
elevaría sus almas.
Por último veremos la reproducción de una calzada y
visitaremos una auténtica domus
romana. Se trata de una reproducción de diversas salas que solían componer una villae. En este caso la casa perteneció
a un gladiador que obtuvo la libertad, lo que sirve de excusa para explicar
asuntos relacionados con los juegos y el ejército. El parque cuenta con la
reproducción de un Tablinum, un Triclinium, un dormitorio y una cocina.
En general, una visita muy agradable llena de encanto
que gustará a toda la familia y, sobre todo, a los más pequeños.
Horario y Precios
Visitas Guiadas
De lunes a viernes Reserva Previa.
Sábados y domingos: 12:00 y 17:00 h.
Teléfono información y reserva: 947 42 17 14 / 635 73
31 78
Precio: Adultos: 6€
La villa de Roa tiene otros puntos de interés que aconsejan
un paseo tranquilo por sus calles.
Consejo
Regulador de la Ribera del Duero. Ubicado en un moderno
edifico en las afueras de la localidad, la función de este consejo es la de certificar
que los vinos que se presentan bajo la D.O. Ribera del Duero cumplen los
requisitos de calidad exigidos. Algunas de las bodegas más notorias se
encuentran aquí, como Bodegas Raíz de Guzmán. Y para todos los amantes del buen
vino es posible concertar con ellas tanto visitas guiadas como catas.
En la parte posterior del edificio anterior se
encuentran las ruinas de la Iglesia de
San Juan, un derruido templo románico del que sólo queda una portada con
arquivoltas deterioradas y un arco ciego que anunciaba el gótico.
El Paseo
Mirador de El Espolón, con los restos de una bombarda del S. XIV, posee
unas espléndidas vistas de la vega del río Duero y se ha convertido en una zona
de paseo tranquilo.
Los monumentos a la vendimiadora (Plaza España), al Empecinado
(calle Las Cruces) o al Cardenal Cisneros (Mirador) son esculturas, diseminadas
por la ciudad, que recuerdan la tradición y el pasado de la localidad
La Iglesia de
San Esteban, situada junto a restos de la muralla sur, posee una torre
defensiva militar y fue construida en 1611 con las limosnas de los vecinos.
Actualmente sólo conserva dos de sus tres naves y en su interior podemos
admirar importantes esculturas góticas relacionadas con Cristo y la Semana
Santa (momento de apertura del templo).
Para información sobre la región os recomiendo visitar
la Oficina Municipal de Turismo, situada en la Plza. Mayor de Santa María, 24.
Tened en cuenta que si no hay personal en la Oficina de Turismo, pueden
atenderos en las oficinas municipales (puerta contigua). De lunes a viernes de
9:00 a 14:00 h. Tel. 947 54 18 19. Correo: turismo@roadeduero.es
Y para más información sobre los
monumentos de Roa os dejo este enlace de consulta del municipio: http://www.roadeduero.es/lugares-interes
Peñaranda
de Duero
Un
poco de Historia
Situado al este de Aranda del Duero y junto a la
orilla del río Arandilla (afluente del río Duero), su propio nombre nos indica
su posición estratégica en lo alto de un cerro.
Al igual que Roa debió ser un lugar poblado por
pueblos celtíberos (tal vez arévacos) que serían conquistados por Roma. El
lugar fue repoblado por los cristianos hacia el siglo X y en el siglo XI se la
cita como una plaza fuerte asociada a Clunia. Su mayor desarrollo lo tuvo a
partir de esta época medieval, en concreto en el siglo XIV, cuando los Condes
de Miranda embellecieron la localidad con importantes edificios.
Principales
monumentos de Peñaranda de Duero
El Castillo de
Peñaranda es la construcción más antigua de la localidad. Sus orígenes se
remontan a la época altomedieval de la repoblación cristiana de la zona del
Duero, aunque el aspecto actual es producto de las reformas llevadas a cabo en
el siglo XV.
Situado en lo alto del cerro, desde su privilegia
posición era capaz de dominar las incursiones enemigas y proteger a los
aldeanos de la villa que se extendía en sus faldas. Su aspecto alargado,
adaptándose al terreno, recuerda en parte al cercano Castillo de Peñafiel.
Lo más sobresaliente del castillo es su esbelta y
poderosa torre de homenaje, en cuyo interior vamos a poder descubrir un
interesante centro de interpretación de la Edad Media.
Recorrer las murallas, el patio de armas y asomarse
para ver las impresionantes vistas es el resto del encanto que posee este
lugar.
Aunque se puede realizar la subida a pie desde el
pueblo en unos 20 minutos de dura subida, lo más recomendable es acceder en
coche, pues existe un parking junto a la entrada del castillo. La carretera de
acceso al castillo está en la carretera BU-923 que viene de Hontoria de
Valdearados.
Si llegamos a Peñaranda de Duero desde Quemada (por la
BU-9259) lo primero que encontraremos será un tramo muy bien conservado de las Murallas de la villa. Aunque derruida
en muchos puntos (anteriormente rodeaba todo el caserío), aún se conserva un
gran tramo que bordea la carretera y dos de las tres puertas de acceso a la
villa, el Arco de las Monjas y la que da entrada a la Plaza Mayor.
Personalmente me encanta acceder a la villa a través
de la entrada del edificio de la Posada Ducal, un profundo y estrecho arco que
no nos avisa sobre lo que nos encontraremos al otro lado.
La Plaza Mayor
concentra todos los monumentos importantes de la villa y nos otorga una
excepcional visión en conjunto de lo que eran las construcciones tradicionales medievales. Estos edificios realizados
en adobe y con entramado de madera visto, eran viviendas de escasa profundidad
que se disponían en dos alturas. Mientras la planta baja se destinada a lagar,
en la superior se encontraba la cocina y el dormitorio. Algunas tenían
excavadas bodegas en los subterráneos, mientras que la mayoría poseían balcones
de madera que protegían del sol.
El rollo de
jurisdicción es una bella composición escultórica realizada en gótico
flamígero. A destacar la calidad artística del cuerpo superior, con los cuatro
escudos de los Zúñiga y las cabezas deterioradas de lo que en otro tiempo
fueron unos fieros leones. La decoración finaliza con un pináculo gótico
coronado con una cruz de forja.
Uno de los mejores ejemplos de este tipo de elementos
de toda España, su principal función era la de advertir a los visitantes sobre
la necesidad de observar la jurisdicción del señor de la villa, en este caso de
la Casa de Miranda. En caso contrario, tal como podemos observar fijándonos en
la oquedad que presenta el fuste, el rollo servía de picota ejecutoria. Luego,
en las cabezas de los leones se enganchaban las argollas para colgarlos.
Este tipo de monumentos se colocaban en la entrada de
las villas y cruce de caminos, siendo su posición actual en la plaza un mero
reclamo turístico.
Enfrente del rollo jurisdiccional se alza, majestuosa,
la Iglesia de Santa Ana.
Ex-colegiata al igual que la de Roa, ello explica su impresionante altura. Del
exterior destacar la gran portada barroca de Pedro Martínez, en la que me
sorprendió encontrar tres bustos romanos de Clunia formando parte de la
decoración.
De su interior destacaría sus bóvedas de crucería
estrellada, cuyo peso es soportado por poderosas columnas cilíndricas adosadas
a los muros. Mención especial merece la bóveda cuadrada del cimborrio, un
excepcional ejemplo de bóveda estrellada tardogótica.
El altar es obra de Ventura Rodríguez y las enormes
columnas que enmarcan la imagen central son de madera imitando al mármol.
Esta iglesia posee un gran número de reliquias,
expuestas en altos muebles a ambos lados del altar mayor. Relicarios con formas
humanas nos recuerdan la gran devoción medieval que existía hacia estos
objetos.
El pasado esplendoroso de la iglesia lo encontramos en
la existencia de un coro en el centro de la única nave, al igual que aparece en
las catedrales. No obstante, esa importancia declinó con el paso de los años y
vemos que en los muros laterales de la iglesia, en el lugar en el cual deberían
encontrarse las capillas, encontramos una tapia sin decoración. La razón es
simple, se intentaron vender esas capillas para su uso fúnebre, pero sólo una
familia llegó a pagar su elaboración. Se trata de una familia de indianos cuya
capilla se encuentra a la derecha según accedemos al templo.
Hoy día ya no se realizan oficios religiosos en este
templo (lo hacen en el monasterio de monjas de la localidad), razón por la cual
está necesitado de una buena reforma.
Enfrente de la iglesia y formando parte destacada de
la plaza se encuentra el Palacio de
Avellaneda. Construido a inicios del siglo XVI por orden del tercer conde
de Miranda (Don Francisco de Zúñiga y Avellaneda), se considera una de las
mejores construcciones renacentistas de la comarca. En verdad, tal como indica
la guía, pareciera un palacio florentino trasladado desde Italia hasta aquí.
La fachada principal, situada al este, presenta una
portada con gran decoración escultórica en la que destacan tanto escudos
nobiliarios como esculturas de diversa condición. Respecto al escudo familiar
indicar que se divide en cuatro campos. El de arriba izquierda es el de los
Zúñiga y está formado por una banda negra en campo de plata rodeada de una
cadena de ocho eslabones que recuerda su participación en la batalla de las Navas
de Tolosa. Justo debajo se encuentra el de los Avellaneda, que muestra dos
lobos con corderos en la boca, recuerdo de su participación en la conquista de
Baeza en 1227. Los escudos de la derecha pertenecen a dos familias menores, los
Bazán y los Cárdenas.
Este tipo de palacios se articulaban en torno a un
patio interior porticado que aquí presenta dos plantas. La inferior está
compuesta por arcos de medio punto decorados con pilastras clásicas, mientras
la superior tiene arcos carpaneles sobre columnas. Varios medallones con
figuras sirve de ostentosa decoración.
El interior del palacio recibió una rica decoración a
base de artesonados mudéjares, yeserías y azulejos que os dejarán
boquiabiertos. Especial mención requiere la escalinata noble por la que se
accedía al piso superior, la ilusión óptica del artesonado de la planta
superior, que simula relieve cuando en realidad es plano (el efecto es
sorprendente desde el patio), la puerta de acceso a las habitaciones noble, con
un fino trabajo en madera y los escudos con formas de cabeza de caballo y el
llamado Salón de Embajadores, con su chimenea decorada profusamente con estucos.
Salas nobles del Palacio de Avellaneda. Peñaranda de Duero |
Del resto de la villa destacaría la farmacia más antigua de España todavía en funcionamiento, fundada por Lucas Ximeno en el siglo XVIII, y una herrería del siglo XIX en cuya fragua se forjaba el hierro siguiendo la tradición castellana.
Información
práctica sobre Peñaranda de Duero:
Castillo
de Peñaranda
Horarios
De Junio a Octubre: Jueves, Viernes, Sábados: 10:00 a
14:00 y 16:00 a 20:00 horas; Domingos: 10:00 a 14:00h.
Resto del año: consultar Oficina de Turismo (947 55 20
63).
Precio: 2€
Palacio
de Avellaneda.
Horarios
VISITAS GUIADAS (consultar en oficina de turismo)
De MARTES a SÁBADOS: Mañana: 11: 00 y 13:00 h; Tarde:
16:30 y 18:00h
DOMINGOS: Mañana: 11:00 y 13:00h
Precio: 3€
Y para más información sobre los
monumentos de Peñaranda de Duero os dejo este enlace de consulta del municipio:
http://www.peñarandadeduero.es/lugares-interes
Aranda
de Duero
Puede que el fin de semana de relax, caminando
relajadamente entre monumentos medievales y ex-colegiatas os dejara con la
mochila llena de buenas experiencias. En caso contrario, si aún deseáis algo
más, resulta obligado hacer una breve mención a la localidad, cabeza de
comarca, que se sitúa justo a medio camino entre las dos villas que hemos
descrito.
Me refiero a Aranda de Duero, cuyos principales
atractivos turísticos se concentran en dos importantes monumentos religiosos:
Iglesia
de Santa María
El principal templo religioso de Aranda tiene una
característica portada sur que, a modo de retablo, deslumbra por su
impresionante decoración escultórica. Realizada por Simón y Francisco Colonia a
inicios del siglo XVI, pasa por ser uno de los mejores ejemplos del gótico
flamígero de nuestro país y se ha convertido en el símbolo de esta localidad.
De abajo hacia arriba encontramos, primeramente, los
cuatro Padres de la Iglesia de Occidente: San Ambrosio, San Jerónimo, San
Agustín y San Gregorio Magno. Luego, escenas de la vida de la Virgen (a ella
está consagrado el templo). En la parte superior tres grandes relieves
representan momentos de la Pasión de Cristo, destacando la Crucifixión y la
Resurrección.
De su interior, también gótico flamígero, destaca la
magnífica escalera del coro; una suerte de obra en la que apreciamos el paso
del gótico con reminiscencias mudéjares al renacimiento y que constata la
importancia de Aranda en la época. También destaca el Retablo Mayor, que no
ocupa su lugar en el presbiterio desde 1962 y el púlpito de madera de nogal.
Iglesia
de San Juan
Templo más antiguo que el anterior (S. XV), se sitúa
en las proximidades del puente románico sobre el río Bañuelos.
De nuevo tenemos una entrada exterior muy
característica y que otorga al templo una bella singularidad. En este caso, la
fachada sur se configura con una sucesión de sencillas arquivoltas, muy juntas
y geométricas, que sirven de marco incomparable a la talla de San Juan
Bautista.
En su interior destaca la construcción gótica, a base
de bóvedas de crucería, la capilla renacentista de “Las Calderonas” y el
sepulcro de Alonso de Calderón.
En la actualidad la iglesia es la sede del Museo de
Arte Sacro, en el que podremos admirar multitud de objetos religiosos, tales
como orfebrería, escultura, pintura y relieves de notable calidad.
Otros lugares de interés de la localidad son:
La plaza del
rollo, con el clásico rollo jurisdiccional y el Palacio renacentista de los
Berdugo con el característico patio central.
El Museo Casa
de Bolas, frente a la Iglesia de San Juan, es un centro cultural que acoge la
colección pictórica permanente de Félix Cañada.
Al igual que en Ávila, Aranda de Duero posee un Humilladero, una suerte de construcción
escultórica que pretendía recordar el Monte del Calvario y permitía al viajero
hacer un alto y rezar. Muy cerca se encuentra la ermita de la Virgen de las Viñas, patrona de la localidad a la que
se la tiene gran devoción. En el interior de la ermita se encuentra la
escultura del Mediquín, que recuerda la leyenda de un niño que se presentó en
Aranda y les curó de la peste.
Para más información:
Y si tenéis más tiempo por la zona otro gran atractivo
cultural se encuentra en la visita a las cercanas ruinas de Clunia (post blog).
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