domingo, 26 de abril de 2020

Un día visitando Ávila


Ávila es una de las ciudades medievales más bonitas de España. Todos la conocen por las imponentes murallas románicas que rodean el casco antiguo. Pero Ávila esconde muchos otros secretos, como un entramado de callejas idílico, notables templos cristianos y unos dulces típicos, las yemas de Santa Teresa, que contentarán a los más golosos.

A continuación vamos a realizar un recorrido tipo por sus principales monumentos y encantos. ¿Os interesa?


¿Cómo llegar?

La manera más sencilla de acercarnos a Ávila desde Madrid, evitando los peajes, es seguir la carretera de A Coruña (A-6) hasta la salida 52. Subiremos el Alto del León y, una vez pasado el pueblo de San Rafael, deberemos seguir la carretera nacional N-VI hasta Villacastín. Allí tomaremos las indicaciones hacia Ávila (es posible seguir una carretera nacional o una autovía de peaje, la AP-51). Siguiendo esa carretera sin desviarnos llegaremos a la ciudad de Ávila sin problemas. El viaje total nos puede llevar en torno a 1:30h.

¿Por dónde empezamos? ¿Dónde puedo aparcar?

Las mejores vistas de Ávila se obtienen desde el mirador privilegiado de Los Cuatro Postes. Su nombre deriva del edificio religioso que se encuentra en lo alto de esta colina. Se trata de un humilladero, una cruz de granito que se solía colocar en las entradas de las ciudades para demostrar la piedad del mismo. La de Ávila se encuentra rodeada por cuatro columnas dóricas, de cinco metros de altura, sobre cuyos capiteles se asientan otros tantos arquitrabes con las armas de la ciudad.

Mirador de los Cuatro Postes, Ávila

El escudo de Ávila es un “Escudo enmarcado sobre cartela. En campo de gules, el cimorro de la Catedral, mazonado en su color, por el que asoma un rey niño que esgrime una espada en su mano diestra y una bola del mundo en la siniestra”. Posee tres títulos:

-         Ávila del Rey, otorgado por Alfonso VII, por el cobijo y la lealtad que le prestó la ciudad a este monarca durante su minoría de edad, ante su padrastro Alfonso I de Aragón.
-         Ávila de los Leales, otorgado por Alfonso VIII, por ser la ciudad en la que permaneció cobijado, desde los 5 años hasta los 11, huyendo de la persecución de su tío Fernando II de León.
-         Ávila de los Caballeros, otorgado por Alfonso XI, refugiado en Ávila cuando contaba con un solo año de edad, en esta ocasión en la Catedral de la ciudad.

Si llegamos a la ciudad desde Madrid nos tocará rodearla completamente para llegar a este punto pero las vistas merecen mucho la pena. Sobre todo a la hora del atardecer, pues podemos divisar la ciudad a nuestros pies con esa luz dorada que baña sus murallas y principales edificios.

Una buena opción para aparcar de manera gratuita es dejar aquí el coche y bajar caminando a la ciudad. Se trata de un paseo de unos 20 minutos, nada excesivo, y que nos permitirá, una vez pasado el día, terminar la jornada despidiéndonos de Ávila como Dios manda.

Ávila, como casi todas las ciudades españolas, tiene un servicio de pago de aparcamiento regulado (ORA) en las proximidades del casco histórico:

-         Zona Azul: Ora vigente de lunes a viernes de 10-14 y de 16:30 a 20h y los sábados de 10-14h. Máximo 2 horas (120 minutos). 1,10€
-         Zona verde (disuasoria): Mismo horario que el anterior. Jornada completa (7:30h): 1€.

En el siguiente enlace podéis ver un mapa con las diferentes zonas de pago.

Aunque no se trata de un desembolso muy fuerte hay que tenerlo en cuenta para no llevarnos un susto a la hora de recoger nuestro automóvil de regreso a casa. En este sentido, una zona inmejorable para aparcar en zona verde es en las proximidades de la Puerta del Carmen, en la Ronda vieja, junto a las murallas.

Fuera de las zonas de pago un buen lugar son las calles próximas entre la Basílica de San Vicente y la plaza de San Andrés pues se encuentran muy cerca de la ciudad. Igualmente, junto a la jefatura de tráfico existe un parking amplio y gratuito que se encuentra a escasos diez minutos de la Puerta del Carmen.

¿Qué recorrido podemos hacer en un día de turismo por Ávila?

Lo primero que debo indicar es que Ávila posee atractivos suficientes como para pasar un entretenido fin de semana visitándola tranquilamente. Debido a la cercanía a Madrid ya la he visitado en varias ocasiones y siempre logra sorprenderme algún rincón encantador que se me pasó en anteriores jornadas.

Comenzaré el recorrido desde Los Cuatro Postes, el mirador privilegiado de Ávila. Si llegáis por la mañana no dediquéis mucho tiempo a fotografiar las vistas pues el mejor momento será al volver a casa, ya al atardecer. Un interesante plano situado en el mirador nos informará sobre los monumentos que estamos viendo.

De todos ellos, el que más os sorprenderá serán las murallas. Edificadas a lo largo del siglo XII, parece un milagro que la modernidad no acabara con tan preciosa construcción. Con sus 2,5 Km de longitud, abraza la ciudad castellana de manera poderosa. Su atractivo os atraerá como un imán y en escasos pasos llegaréis a la Puerta del Puente, una de las nueve que tiene la muralla.

Puerta del Puente, Ávila

Su nombre proviene del cercano puente que cruza el río Adaja, construido en el siglo XIX antes que existieran los coches (de ahí lo reducido de su tamaño). Un poco más a la izquierda existe otro pequeño puente, en esta ocasión de factura romana. La puerta posee dos poderosas torres cuya característica particular son los ladrillos rojos que utilizaron (debajo de las almenas) los mudéjares que la construyeron, como forma decorativa. Las murallas, en esta parte occidental, tienen el tramo más corto y fueron las últimas en construirse.

Unas antiguas tenerías judías, recuerdo de la artesanía del cuero que allí se realizaba están situadas junto a esta puerta. También en las proximidades está la ermita de San Segundo, patrón de Ávila cuya fiesta se celebra el 2 de mayo.

Podemos realizar la visita al adarve de las murallas a través del acceso situado en esta puerta o esperarnos para recorrerlas entrando desde la Puerta del Carmen (lado norte), la Puerta del Alcázar (lado este) o la Casa de las Carnicerías (Puerta Peso de la Harina; lado este).

El tramo más largo va desde la puerta del Carmen hasta Carnicerías. El más corto es el tramo al cual accedemos desde la Puerta del Alcázar, mientras que el tramo oeste, desde la Puerta del Puente, es el único adaptado con rampas para personas discapacitadas. Todos los tramos tienen su encanto, sus vistas únicas e irrepetibles de la ciudad.

Adarve de las murallas de Ávila

Respecto a las puertas que tiene la muralla os digo lo mismo. Cada una tiene su encanto especial. Si no deseáis visitarlas todas a mí me gustaron especialmente la Puerta de San Vicente y la Puerta del Alcázar por su carácter militar. Situadas ambas en el lienzo este,  se trata de dos entradas muy similares. Ambas poseen dos puertas, puente levadizo, rastrillo, tronera y un puente que une las dos poderosas torres almenadas. El carácter defensivo de las puertas se ve reforzado por las murallas de esta parte, las cuales son más altas y gruesas que la del resto de tramos.

Puertas de San Vicente y del Alcázar, Ávila

Otra puerta interesante es la Puerta del Carmen, cuyo nombre proviene de un antiguo convento de monjes carmelitas del que sólo queda la espadaña. Este elemento y la originalidad de las torres, cuadradas a imitación de las musulmanas, son una de las postales típicas de la ciudad.

Puerta del Carmen

Recorrer la muralla por su adarve os mostrará la magnitud del monumento, mientras que hacerlo a sus pies, admirando como se adapta al terreno escarpado, os enseñará detalles y curiosidades de la ingeniosa construcción. Lo más destacable es el uso de lápidas en la construcción de las murallas. Si somos observadores descubriremos, entre los sillares de mampostería, cistas romanas (piedras con hendiduras para enterrar las cenizas) y estelas con inscripciones. También aberturas tapiadas que utilizaban los señores más ricos para sus salidas de libertinaje. Y en el Cubo de la Mula (en la esquina más próxima a la Puerta de San Vicente) hasta encontraremos la escultura de un verraco sobresaliendo de lo alto del torreón.

Elementos curiosos de la muralla de Ávila: cabeza de toro y cistas fúnebres romanas

Un paseo bonito al pie de las murallas es el que nos lleva por el Paseo del Rastro, en el lienzo sur. Aquí podremos observar como la muralla es soporte de otras arquitecturas, galerías (destacando la galería-mirador del Palacio de los Dávila sobre la Puerta del Rastro), ventanas, balcones y torres del palacio episcopal se abren en los lienzos de la cerca. La Puerta del Rastro, aparece flanqueada por dos torres de planta cuadrada que sostienen un balcón conocido como de Doña Guiomar, construido en el siglo XVI.

Paseo del Rastro, Ávila

Sin duda, la visita a las murallas es la visita estrella de la ciudad. Pero si sólo tenéis un día para visitar Ávila deberéis elegir de antemano que hacer pues ni podréis recorrer todo el tramo del adarve ni tampoco bordear por completo todo su perímetro. Mi recomendación es entrar por la puerta del Carmen y salir por la Casa de la Carnicería para tener una visión amplia y global de la construcción.

Murallas de Ávila

Salir en la Casa de la Carnicería tiene sus ventajas. Allí se encuentra la oficina principal de turismo, donde podremos informarnos de cualquier evento y adquirir un plano de la ciudad.

Justo enfrente nos toparemos con el Museo Provincial de Ávila, el cual ocupa dos importantes edificios históricos situados en la Plaza de Nalvillos: el Palacio de los Deanes y la Iglesia de Santo tomé el Viejo. Del palacio destacaría su estilo renacentista, el cual lo vemos reflejado en los dos pisos de columnas que buscan el efecto de una galería italiana. Construido en el siglo XVI, su nombre proviene de su función inicial, residencia de los deanes de la Catedral.

De la iglesia, lo más sobresaliente es su manufactura románica (siglo XII) y la riqueza escultórica de sus portadas meridional y occidental. La visita al museo nos permitirá admirar, además de las piezas, el interior de estos edificios históricos.

Palacio de los Deanes e Iglesia de Santo Tomé el Viejo

En la parte del Palacio vamos a poder descubrir la historia de Ávila comenzando por su pasado vettón, descubriendo luego la romanización para, más tarde, informarnos sobre la presencia musulmana o la importancia de la comunidad judía.

En la planta baja se encuentran las salas de arqueología, con piezas pertenecientes a la prehistoria, edad antigua y época visigoda, y de cultura tradicional (donde se han recreado los ambientes de la vida rural y urbana de la provincia). De esta planta voy a destacar como mejores piezas el grupo escultórico en mármol de Tritón y Nereida encontrado en la villa romana de Magazos (Sala V); Cerámicas campaniformes y, dentro de las salas dedicadas a la cultura tradicional, todos los vestidos tradicionales así como auténticas obras de arte talladas en hueso, como la sirena que muestra un cuerno convertido en cantimplora (Colodra o cuerna es el nombre tradicional de estos objetos típicos de Riofrío).

Planta baja del Museo Provincial de Ávila

En la segunda planta están las salas dedicadas a las bellas artes (edad media, edad moderna y siglo XIX), donde destacaré un bello tríptico flamenco de principios del siglo XVI que muestra escenas de la vida de Cristo y la Virgen o unas tallas románicas en madera de San Marcos y Santa Ana, la Virgen y el niño.

Planta alta del Museo Provincial de Ávila

En la Iglesia, cuyo uso actual es el de un gran almacén, vamos a encontrar esculturas zoomorfas vettonas (los típicos verracos); elementos sepulcrales romanos; sarcófagos visigodos y medievales (Sepulcro de Bernardino de Barrientos); elementos funerarios musulmanes y cristianos; elementos arquitectónicos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. Pero lo más sorprendente es el mosaico romano hallado en la localidad de Magazos, reconstruido en el centro de la nave.

Interior Iglesia Santo Tomé el Viejo

Para los apasionados a la historia es una visita imprescindible.

Desde el museo, dejando las murallas a nuestra izquierda, llegaremos hasta una visita obligada, la Basílica de San Vicente. Se trata de uno de los templos románicos más importantes de la zona, centro difusor del estilo por la ciudad y la comarca. Tras la Catedral es el de mayor extensión e importancia de Ávila.

Basílica de San Vicente, Ávila

Se sitúa en el lugar histórico en el cual fueron martirizados y enterrados Vicente, Sabina y Cristeta en el contexto de la persecución de Diocleciano (306). Estos hermanos se negaron a firmar un documento en el que reconocían haber ofrecido sacrificios a los dioses romanos, por lo que fueron condenados a muerte por los romanos. Todo ello podemos admirarlo en el cenotafio historiado que se sitúa en el interior de la iglesia (obra de Fuchel en el siglo XII), sin duda el elemento más destacado del interior. Se trata de un monumento conmemorativo funerario, pues los restos de los santos no descansan aquí, sino en el altar. El trabajo escultórico de este arca es una de las obras cumbres del románico español.

Cenotafio historiado de la Iglesia de San Vicente

Pero antes de entrar es necesario admirar su exterior perimetral. Todo el templo está realizado en la llamada arenisca sangrante, en verdad piedra caleña que no es otra cosa que una arenisca de tonos amarillentos y anaranjados con vetas incluso rojizas por su contenido en óxidos de hierro, proveniente de las canteras del cercano pueblo de La Colilla.

El esbelto ábside triple nos muestra la particular decoración románica: cornisa con canecillos conteniendo figuras vegetales, geométricas y zoomorfas, ventanas abocinadas entre columnillas de capiteles vegetales, alargadas semicolumnas y perpendiculares impostas de rosetas de cuatro pétalos en círculos. El transepto, tan sobresaliente como el de una catedral, posee poderosos contrafuertes y continúa con la decoración de los canecillos. La galería porticada del lado sur, realizada en el siglo XIV para una doble función: aumentar el boato litúrgico de las procesiones semanales que tenían lugar en la iglesia y ampliar el cementerio que rodeaba el templo mediante un espacio para enterramientos privilegiados. La fachada occidental fue uno de los últimos elementos en construirse, razón por la cual recibió influencias del románico tardío y del primer gótico, visibles en ese gran arco apuntado. En la portada de la entrada destacar la rica decoración escultórica, tanto de los diez apóstoles adosados a las columnas junto con el Salvador del parteluz, como de los dos arquillos del tímpano, que acogen la Parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. En la cornisa superior se suceden una serie de arquillos con hombres y mujeres semidesnudos en diferentes actitudes.

Exterior de la Iglesia de San Vicente, Ávila

El interior del templo se configura en tres naves en donde destaca la inclusión de una tribuna o triforio gótico en la nave central (situado sobre las laterales) que llega hasta el crucero. Junto a los nervios de la crucería gótica de la nave central son las dos muestras que nos indican que en el largo transcurso de la construcción de una iglesia los estilos cambiaban y transformaban las diferentes partes de la construcción. El inicio románico, presente en el ábside, el crucero y las cubiertas en arista de las naves laterales contrasta con el resto de construcción protogótica. Los arquitectos tuvieron que ser ingeniosos en el cambio. Por ejemplo, para soportar la pesada bóveda de crucería con unos pilares románicos tuvieron que recurrir a un ingenioso capitel en ángulo, que recoge los nervios de la bóveda y canaliza su peso.

Interior de la Iglesia de San Vicente, Ávila

Respecto a la decoración interior del templo destacar, además del cenotafio de los santos, los retablos de los tres ábsides de la cabecera (derecho dedicado a San Francisco de Paula, el izquierdo a San Antonio de Padua, y el central con los santos titulares y una pintura de la Asunción de la Virgen), la cripta, con la talla románica de Nuestra Señora de la Soterraña, patrona de Ávila, y en la pared occidental del transepto la inscripción gótica de 1307 que alude al constructor: “EN ESTA SEPULTURA DEL SUELO ESTÁ ENTERRADO EL JUDIO Q POR MILAGRO DE DIOS SE TORNÓ +(CRIS)TIANO E YZO ESTA IGLESIA DE SANT VICENTE DE AVILA AÑO CCCVII”. Según cuenta la tradición, este judío fue quién denunció a los santos a los romanos y, arrepentido, se convirtió en cristiano y realizó esta iglesia en señal de arrepentimiento.

Retablos de San Vicente y Cripta de la Soterraña

Para más información sobre este templo os recomiendo visitar este
blog.

Puede que si habéis llegado tarde a Ávila y os habéis entretenido en las murallas, el museo y la basílica ya sea hora de comer. Un buen lugar extramuros próximo es el Mesón Ávila, situado en la avenida Portugal nº22. Menús baratos y amplios distinguen a este local.

Regresemos a nuestro recorrido. Volviendo nuestros pasos hacia la Iglesia de Santo tomé el Viejo, en la plaza Nalvillos, si caminamos por la calle Lesquinas, dejando a nuestra espalda las murallas, llegaremos al Convento de San José. Este convento fue el primero que se fundó siguiendo el ideal monástico de Teresa de Ávila, caracterizado por la sencillez y la austeridad. Rasgos que veremos en la fachada carmelitana de su iglesia, en la que sólo destaca la hornacina que contiene al santo. En el interior del convento vamos a poder admirar, a través de sus diferentes salas, tanto las dependencias del convento (cocina, refectorio, celda de la santa, claustro) como objetos pertenecientes a la santa (la silla de montar llamada jamuga, el féretro que contuvo sus restos mientras su cuerpo permaneció en este convento, una de sus clavículas, la silla en que se sentaba en la sala de capítulo; una de sus cartas). Destacar la escalera del diablo, por la que Teresa cayó en las Navidades de 1577, rompiéndose el brazo izquierdo. Salvo que seáis muy devotos de la santa, en un día será difícil que podáis abarcar esta visita.

Partiendo de nuevo de la Plaza Nalvillos, si caminamos dejando el lienzo amurallado a nuestra derecha llegaremos a la Plaza del Mercado Grande, situada junto a la imponente Puerta del Alcázar. Centro neurálgico de la ciudad, es un buen lugar para probar las famosas Yemas de Ávila y comprar recuerdos. También para visitar la Iglesia de San Pedro, otro templo similar al de San Vicente en cuanto a transformación de estilos según se avanzaba la construcción (visible en el uso de bóvedas de cañón y crucería). Su fachada con un gran rosetón cisterciense es inconfundible, aunque más impresionante me resulta su ábside, pues aglutina un magnífico repertorio escultórico con motivos vegetales, faunísticos, geométricos y escenas bíblicas. Todas las portadas poseen una interesante decoración, mientras que del interior, además de los detalles arquitectónicos, destacan las tablas y retablos renacentistas.

Plaza del Mercado Grande con la Iglesia de San Pedro y las típicas Yemas de Ávila

Desde aquí es muy sencillo, siguiendo el Paseo de Santo Tomás, llegar hasta el Real Monasterio de Santo Tomás. Visita poco abarcable si sólo disponemos de un día visitando Ávila, su interés radica en poseer uno de los dos museos monográficos de arte oriental en España (el otro está en el museo de los PP. Agustinos de Valladolid). En sus once salas podremos ver piezas de China, Vietnam, Filipinas y Japón, destacando las porcelanas o el mobiliario. Así como admirar la arquitectura del palacio de verano de los Reyes Católicos y lugar elegido para enterrar a su primogénito Don Juan (destacar su sepulcro en el interior de la iglesia).

Recorrida esta parte extramuros de la ciudad es hora de adentrarnos en su entramado medieval. Os recomiendo hacerlo por la Puerta del Postigo, la última que se abrió en la muralla. Esta entrada nos llevará directos a la Plaza de la Catedral, no sin antes admirar la portada norte de la Catedral (con una rica decoración de un Juicio final) y el Palacio de los Velada, hoy reconvertido en hotel. De este palacio merece la pena admirar la portada de la calle Tostado, así como su torre y su patio interior porticado en tres alturas del que solo se conserva una parte. Y si nos acercamos a la muralla podremos admirar el episcopio, antiguo palacio del obispo; es el único edificio civil románico conservado de la ciudad. Adosado intramuros de la muralla tiene dos alturas, acceso en arco de medio punto y ventanas abocinadas en la fachada principal. Allí era donde se reunía el sínodo.

Puerta Postigo y Palacio de Velada con torre, Ávila

En la Plaza de la Catedral podemos admirar la Casa del Licenciado Pacheco, típica arquitectura del siglo XVI con patio irregular (hoy dedicada a exposiciones) o el Palacio de Valderrábanos, donde destaca su portada gótica del siglo XV.

Pero, ante todo, la Catedral se alzará imponente ante nosotros. Se trata de una Catedral tipo fortaleza, algo que ya vimos al entrar al interior del recinto amurallado. El cubo más fortificado y poderosos de la muralla oriental es la cabecera de la Catedral (cimorro), la cual forma parte de las defensas. La fachada principal, con su poderosa torre y robustos contrafuertes nos informa del carácter castrense, al igual que las dos figuras situadas en las jambas de la entrada; se trata de dos salvajes, Gog y Magog, quienes vigilan para que todo el mundo tenga una actitud devota al entrar.

Catedral de Ávila

El templo pasa por ser considerado el primero en estilo gótico de España. Y por ser el primero aún veremos trazas del románico tardío si somos observadores, como en los ventanales de la girola o los sillares de arenisca caleña, que serán sustituidos por los de granito oscuro en el resto del templo.

La Catedral, con planta de cruz latina, tiene tres naves con crucero de imponentes dimensiones. En su interior destacar el retablo del Altar Mayor, una joya de la pintura abulense en la que admirar el ciclo de la Pasión de Cristo, el trasaltar, una suerte de retablo pétreo en honor al obispo Alonso Tostado (por cierto, que aparece con los ojos entrecerrados no porque le aburra lo que lee sino como recuerdo de los problemas de visión que tuvo al final de su vida), la Girola, con su riquísima y románica decoración escultórica, la Capilla de los Dolores, con una copia de la Piedad de Miguel Ángel, la Capilla de Santiago, con el Cristo de las Murallas, la Capilla de San Nicolás, con el sepulcro del obispo Don Hernando, o el trascoro, una pieza renacentista con un precioso relieve de la Adoración de los Reyes Magos. Como curiosidad indicar que en el claustro descansan los restos de Adolfo Suárez, primer presidente de gobierno de la democracia y cabeza principal de la Transición.

Interior de la Catedral de Ávila: Pila bautismal y Trascoro

Interior de la Catedral de Ávila: Girola, Claustro, Altar y el famoso sepulcro de El Tostado en el trasaltar.

La visita a este templo bien merece dedicarle un par de calmadas horas, pues, junto a las murallas, es lo más sobresaliente de Ávila. Y al ir provistos de una audioguía (los niños tienen su programa propio) la visita será muy entretenida y enriquecedora.

Para más información de la Catedral os dejo aquí el enlace a la página oficial.

Desde la plaza de la Catedral podemos caminar hacia la parte norte de la ciudad amurallada, hasta la puerta de San Vicente, con el objeto de caminar admirando la numerosa arquitectura civil que atesora Ávila. La primera vivienda adosada a la muralla es la de Diego del Águila, muy reformada. La cercana Casa de los Verdugo tiene un imponente y sobrio muro de sillería que contrasta con la portada plateresca, la cual posee una ventana decorada con grutescos. En una de sus torres debéis fijaros que se adosa un verraco, como ocurría en la muralla. El Palacio de los Águila ya no posee ningún resto medieval en sus sencillas líneas. Destaca su portada en sillería renacentista, configurada por una puerta adintelada con canes y enmarcada por estilizadas columnas rematadas con flameros y blasones. Sobre ella se abre un balcón, enmarcado por el mismo tipo de columnas y flameros. Hoy es una sala de exposiciones. Del Palacio Bracamonte destacar su patio porticado de doble galería de grandes dimensiones. De gran interés es la ornamentación con escudos de las principales familias abulenses, constituyendo un documento gráfico que explica las estrechas relaciones entre los linajes de la ciudad. Y en la plaza Mosén Rubí destacar la Capilla de Mosen Rubí, con ábside poligonal gótico, y fachada renacentista. Esta mezcla estilística también la veremos en el interior, con bóvedas de crucería gótica y arcos renacentistas. El Palacio de Bernardino de Henao hoy lo ocupa el Parador Nacional y sólo conserva la portada primitiva. Y, por último, caminando hacia el centro del entramado urbano, encontraremos el edificio del Palacio de los Polentinos,  edificio plateresco hoy archivo militar del ejército y museo del Cuerpo de Intendencia con una escueta pero interesante colección militar.

Palacio de los Polentinos, Ávila

Desde el último palacio podemos seguir la calle Vallespín hacia el oeste, para llegar a la Iglesia de San Esteban, único templo románico que se conserva intramuros. Caminando hacia el sur, hasta la Puerta de la Malaventura, recorreremos la antigua judería abulense. El jardín de Mose León o la portada de una sinagoga, en la calle Pocillo, así como el entramado de las calles son el recuerdo que nos queda del paso de los judíos por la ciudad.

Si desde el Palacio de los Polentinos nos dirigimos hacia el este por la calle Vallespín llegaremos a la Plaza del Mercado Chico, centro neurálgico de la ciudad en donde destaca la fachada del Ayuntamiento (de estilo isabelino data del siglo XIX) y las galerías porticadas que rodean a la plaza.

Plaza del Mercado Chico con el Ayuntamiento, Ávila

Si aún no habéis comido, un buen lugar se encuentra en la céntrica calle Vallespín que acabamos de pasar. Se trata del restaurante Don Camilo o, en la misma plaza, El buen Yantar. Un par de lugares pequeño pero acogedores, con menús para todos los bolsillos y con generosas raciones. Ir pronto o no encontraréis sitio.

Caminemos ahora hacia el sur para descubrir la última zona que nos queda de la ciudad. Aquí se sitúan diversos edificios de variada importancia.

Siguiendo la calle Caballeros desde la Plaza del Mercado Chico llegaremos al Palacio de los Dávila. Se trata del mejor ejemplo de palacio medieval fortificado que tiene la ciudad y su función era tanto formar parte de un segundo cinturón fortificado de la ciudad como de defenderse de posibles revueltas ciudadanas. Construido en el S. XIII, en el mismo material granítico que la muralla, se irán añadiendo elementos hasta el S. XVI. La fachada occidental, con ventanas geminadas góticas en la planta superior, data del S.XIII, destacando una portada gótica ojival; una segunda puerta en esta fachada, es adintelada, y data del S.XIV. Los matacanes y merlones de la fachada norte nos muestran el carácter de fortaleza. Mientras que el relieve situado sobre la puerta oeste nos recuerda el gusto renacentista de los propietarios, al igual que la ventana con columnillas con el escudo familiar sobre el frontón. Resulta interesante admirar el patio, de estilo mudéjar y con esculturas vettonas como decoración.

Algo más al este se encuentra el Palacio episcopal, la Iglesia de San Ignacio de Loyola y, junto a la Puerta del Alcázar la plaza Adolfo Suárez, con una escultura del político. En el camino podremos admirar las casas modernistas de la burguesía abulense.

Volviendo al palacio de los Dávila, desde la Plaza del Rastro está a tiro de piedra la Plaza Corral de las Campanas. Aquí se encuentra el Torreón de los Guzmanes, ejemplo de torre fortificada castellana. Matacanes, merlones y aspilleras nos informan del pasado carácter defensivo de esta vivienda de linaje de los Mújica y de la existencia de enfrentamientos y disputas entre las principales familias de la ciudad. Hoy día acoge el Centro de Interpretación de la cultura vetona.

Junto a esta torre se encuentra el renacentista Palacio de Superunda. Las dos torres y los tres balcones rematados con escudos es lo más sobresaliente de este palacio que fue adquirido por el pintor italiano Guido Caprotti en el S. XX. Hoy día su interior acoge la colección de pintura de este autor, así como mobiliario de la época.

Collage Palacios de Ávila

Y muy cerca se encuentra la Plaza de la Santa. En el camino nos encontraremos con el Palacio de los Almarza, de estilo renacentista y detalles góticos; y con el Palacio de Núñez Vela, adosado a la muralla y construido por el primer virrey del Perú, hacia 1541.

En la plaza se encuentra el Convento y museo de Santa Teresa de Jesús. La iglesia actual se levanta sobre la casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada. De estilo barroco, tiene la particularidad de estar orientada al noroeste, en contra de la norma litúrgica habitual. La razón reside en que los arquitectos debían hacer coincidir el presbiterio con los aposentos donde nació Teresa de Jesús. En el brazo derecho del crucero se abre el acceso a la capilla de Santa Teresa, coincidente con estancias de la residencia paterna, y, enfrente, la "huertecilla donde la Santa hacía sus ermitas". El museo teresiano se encuentra en la cripta abovedada bajo la iglesia.

Convento de Santa Teresa, Ávila

Si no os pareció suficiente, extramuros y al norte se encuentra el Monasterio de la Encarnación, el cual posee recuerdos y reliquias de Santa Teresa, así como el lugar en el cual dijo la santa que Jesús se le había aparecido.

Y si la mística de la Santa os abrió la mente tenéis, muy próximo pero extramuros, un moderno edificio dedicado a la Mística religiosa en general: Ávila Mística.

Para descargarse multitud de folletos con los que ampliar la información del post os dejo este enlace.

Y a continuación os dejo los horarios de los principales monumentos:

Murallas de Ávila
Horario de invierno
Del 29 de Octubre al 22 de Marzo de 10.00 a 18.00 horas. Lunes cerrado.
Horario de Verano
Del 23 de Marzo al 21 de Octubre de 10.00 a 20.00 horas. Lunes abierto
Del 1 de Julio al 31 de Agosto de 10.00 a 21.00. Lunes abierto.
Precio: General: 5€. Gratuita: Martes de 14:00h a 16:00h salvo festivos o vísperas de festivos.

Museo provincial de Ávila
Horario de invierno
De martes a sábado de 10:00h a 14:00h. De 16:00h a 19:00h. Domingos y festivos de 10:00h a 14:00h horas
Horario de verano
De martes a sábado de 10:00h a 14:00h y de 17:00h a 20:00h. Domingos y festivos de 10:00h a 14:00h
Precio: General: 1,20 euros / Gratuita: sábados y domingos

Basílica de San Vicente
Horario Verano (1 Abril-31 Octubre): 10:00-18:30
Horario Invierno (1 Noviembre-31 Marzo): 10:00-13:30, 16:00-18:30
Domingos y festivos: de 16h a 18h (Horario de misas)
Precio: Entrada General: 3 €.

Catedral de Ávila
1 abril/30 junio y 1 septiembre/31 octubre
Lunes a viernes: 10 a 20 horas.
Sábado: 10 a 21 horas. Domingo: 11:45 a 19:30 horas.
1 noviembre/31 marzo
Lunes a viernes: 10 a 18 horas.
Sábado: 10 a 19 horas. Domingo: 10 a 17:30 horas.
1 julio/ 31 agosto
Lunes a Sábado: 10 a 21 horas.
Domingo: 11:45 a 21 horas.
Visita torre
Lunes a sábado: 12, 13, 17 y 18 horas. Sábado también a las 19 horas. Domingo 13, 17 y 18 horas.
Precio general 6€ + 2€ subida a la torre

2 comentarios:

  1. Ávila es una ciudad encantadora con una rica historia y cultura que se remonta a la época medieval.

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    1. Sin duda, una de las ciudades a visitar en España.
      Gracias por comentar.
      Saludos

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