Ávila es una de las ciudades medievales más bonitas de
España. Todos la conocen por las imponentes murallas románicas que rodean el
casco antiguo. Pero Ávila esconde muchos otros secretos, como un entramado de
callejas idílico, notables templos cristianos y unos dulces típicos, las yemas
de Santa Teresa, que contentarán a los más golosos.
A continuación vamos a realizar un recorrido tipo por
sus principales monumentos y encantos. ¿Os interesa?
¿Cómo
llegar?
La manera más sencilla de acercarnos a Ávila desde
Madrid, evitando los peajes, es seguir la carretera de A Coruña (A-6) hasta la
salida 52. Subiremos el Alto del León y, una vez pasado el pueblo de San Rafael,
deberemos seguir la carretera nacional N-VI hasta Villacastín. Allí tomaremos
las indicaciones hacia Ávila (es posible seguir una carretera nacional o una
autovía de peaje, la AP-51). Siguiendo esa carretera sin desviarnos llegaremos
a la ciudad de Ávila sin problemas. El viaje total nos puede llevar en torno a
1:30h.
¿Por
dónde empezamos? ¿Dónde puedo aparcar?
Las mejores vistas de Ávila se obtienen desde el mirador privilegiado de Los Cuatro Postes. Su nombre deriva del
edificio religioso que se encuentra en lo alto de esta colina. Se trata de un humilladero, una cruz de granito que se
solía colocar en las entradas de las ciudades para demostrar la piedad del mismo.
La de Ávila se encuentra rodeada por cuatro columnas dóricas, de cinco metros
de altura, sobre cuyos capiteles se asientan otros tantos arquitrabes con las
armas de la ciudad.
Mirador de los Cuatro Postes, Ávila |
El escudo de
Ávila es un “Escudo enmarcado sobre
cartela. En campo de gules, el cimorro de la Catedral, mazonado en su color,
por el que asoma un rey niño que esgrime una espada en su mano diestra y una
bola del mundo en la siniestra”. Posee tres títulos:
-
Ávila del Rey, otorgado por Alfonso VII,
por el cobijo y la lealtad que le prestó la ciudad a este monarca durante su
minoría de edad, ante su padrastro Alfonso I de Aragón.
-
Ávila de los Leales, otorgado por Alfonso
VIII, por ser la ciudad en la que permaneció cobijado, desde los 5 años hasta
los 11, huyendo de la persecución de su tío Fernando II de León.
-
Ávila de los Caballeros, otorgado por
Alfonso XI, refugiado en Ávila cuando contaba con un solo año de edad, en esta
ocasión en la Catedral de la ciudad.
Si llegamos a la ciudad desde Madrid nos tocará
rodearla completamente para llegar a este punto pero las vistas merecen mucho
la pena. Sobre todo a la hora del atardecer, pues podemos divisar la ciudad a
nuestros pies con esa luz dorada que baña sus murallas y principales edificios.
Una buena opción para aparcar de manera gratuita es
dejar aquí el coche y bajar caminando a la ciudad. Se trata de un paseo de unos
20 minutos, nada excesivo, y que nos permitirá, una vez pasado el día, terminar
la jornada despidiéndonos de Ávila como
Dios manda.
Ávila, como casi todas las ciudades españolas, tiene
un servicio de pago de aparcamiento regulado (ORA) en las proximidades del
casco histórico:
-
Zona Azul: Ora vigente de lunes a viernes
de 10-14 y de 16:30 a 20h y los sábados de 10-14h. Máximo 2 horas (120
minutos). 1,10€
-
Zona verde (disuasoria): Mismo horario que
el anterior. Jornada completa (7:30h): 1€.
Aunque no se trata de un desembolso muy fuerte hay que
tenerlo en cuenta para no llevarnos un susto a la hora de recoger nuestro
automóvil de regreso a casa. En este sentido, una zona inmejorable para aparcar
en zona verde es en las proximidades de la Puerta del Carmen, en la Ronda
vieja, junto a las murallas.
Fuera de las zonas de pago un buen lugar son las
calles próximas entre la Basílica de San Vicente y la plaza de San Andrés pues
se encuentran muy cerca de la ciudad. Igualmente, junto a la jefatura de
tráfico existe un parking amplio y gratuito que se encuentra a escasos diez
minutos de la Puerta del Carmen.
¿Qué
recorrido podemos hacer en un día de turismo por Ávila?
Lo primero que debo indicar es que Ávila posee
atractivos suficientes como para pasar un entretenido fin de semana visitándola
tranquilamente. Debido a la cercanía a Madrid ya la he visitado en varias
ocasiones y siempre logra sorprenderme algún rincón encantador que se me pasó
en anteriores jornadas.
Comenzaré el recorrido desde Los Cuatro Postes, el
mirador privilegiado de Ávila. Si llegáis por la mañana no dediquéis mucho
tiempo a fotografiar las vistas pues el mejor momento será al volver a casa, ya
al atardecer. Un interesante plano situado en el mirador nos informará sobre
los monumentos que estamos viendo.
De todos ellos, el que más os sorprenderá serán las
murallas. Edificadas a lo largo del siglo XII, parece un milagro que la modernidad
no acabara con tan preciosa construcción. Con sus 2,5 Km de longitud, abraza la
ciudad castellana de manera poderosa. Su atractivo os atraerá como un imán y en
escasos pasos llegaréis a la Puerta del
Puente, una de las nueve que tiene la muralla.
Puerta del Puente, Ávila |
Su nombre proviene del cercano puente que cruza el río Adaja, construido en el siglo XIX antes que existieran los coches (de ahí lo reducido de su tamaño). Un poco más a la izquierda existe otro pequeño puente, en esta ocasión de factura romana. La puerta posee dos poderosas torres cuya característica particular son los ladrillos rojos que utilizaron (debajo de las almenas) los mudéjares que la construyeron, como forma decorativa. Las murallas, en esta parte occidental, tienen el tramo más corto y fueron las últimas en construirse.
Unas antiguas tenerías judías, recuerdo de la
artesanía del cuero que allí se realizaba están situadas junto a esta puerta.
También en las proximidades está la ermita de San Segundo, patrón de Ávila cuya
fiesta se celebra el 2 de mayo.
Podemos realizar la visita al adarve de las murallas a través del acceso situado en
esta puerta o esperarnos para recorrerlas entrando desde la Puerta del Carmen (lado
norte), la Puerta del Alcázar (lado este) o la Casa de las Carnicerías (Puerta
Peso de la Harina; lado este).
El tramo más largo va desde la puerta del Carmen hasta
Carnicerías. El más corto es el tramo al cual accedemos desde la Puerta del Alcázar,
mientras que el tramo oeste, desde la Puerta del Puente, es el único adaptado
con rampas para personas discapacitadas. Todos los tramos tienen su encanto,
sus vistas únicas e irrepetibles de la ciudad.
Adarve de las murallas de Ávila |
Respecto a las puertas que tiene la muralla os digo lo
mismo. Cada una tiene su encanto especial. Si no deseáis visitarlas todas a mí
me gustaron especialmente la Puerta de
San Vicente y la Puerta del Alcázar
por su carácter militar. Situadas ambas en el lienzo este, se trata de dos entradas muy similares. Ambas
poseen dos puertas, puente levadizo, rastrillo, tronera y un puente que une las
dos poderosas torres almenadas. El carácter defensivo de las puertas se ve
reforzado por las murallas de esta parte, las cuales son más altas y gruesas
que la del resto de tramos.
Puertas de San Vicente y del Alcázar, Ávila |
Otra puerta interesante es la Puerta del Carmen, cuyo nombre proviene de un antiguo convento de
monjes carmelitas del que sólo queda la espadaña. Este elemento y la
originalidad de las torres, cuadradas a imitación de las musulmanas, son una de
las postales típicas de la ciudad.
Puerta del Carmen |
Recorrer la muralla por su adarve os mostrará la magnitud del monumento, mientras que hacerlo a sus pies, admirando como se adapta al terreno escarpado, os enseñará detalles y curiosidades de la ingeniosa construcción. Lo más destacable es el uso de lápidas en la construcción de las murallas. Si somos observadores descubriremos, entre los sillares de mampostería, cistas romanas (piedras con hendiduras para enterrar las cenizas) y estelas con inscripciones. También aberturas tapiadas que utilizaban los señores más ricos para sus salidas de libertinaje. Y en el Cubo de la Mula (en la esquina más próxima a la Puerta de San Vicente) hasta encontraremos la escultura de un verraco sobresaliendo de lo alto del torreón.
Elementos curiosos de la muralla de Ávila: cabeza de toro y cistas fúnebres romanas |
Un paseo bonito al pie de las murallas es el que nos
lleva por el Paseo del Rastro, en el
lienzo sur. Aquí podremos observar como la muralla es soporte de otras
arquitecturas, galerías (destacando la galería-mirador del Palacio de los
Dávila sobre la Puerta del Rastro), ventanas, balcones y torres del palacio episcopal
se abren en los lienzos de la cerca. La Puerta del Rastro, aparece flanqueada
por dos torres de planta cuadrada que sostienen un balcón conocido como de Doña
Guiomar, construido en el siglo XVI.
Paseo del Rastro, Ávila |
Sin duda, la
visita a las murallas es la visita estrella de la ciudad. Pero si sólo
tenéis un día para visitar Ávila deberéis elegir de antemano que hacer pues ni
podréis recorrer todo el tramo del adarve ni tampoco bordear por completo todo
su perímetro. Mi recomendación es entrar por la puerta del Carmen y salir por
la Casa de la Carnicería para tener una visión amplia y global de la
construcción.
Murallas de Ávila |
Salir en la Casa de la Carnicería tiene sus ventajas. Allí se encuentra la oficina principal de turismo, donde podremos informarnos de cualquier evento y adquirir un plano de la ciudad.
Justo enfrente nos toparemos con el Museo Provincial de Ávila, el cual
ocupa dos importantes edificios históricos situados en la Plaza de Nalvillos: el
Palacio de los Deanes y la Iglesia de Santo tomé el Viejo. Del
palacio destacaría su estilo renacentista, el cual lo vemos reflejado en los
dos pisos de columnas que buscan el efecto de una galería italiana. Construido
en el siglo XVI, su nombre proviene de su función inicial, residencia de los
deanes de la Catedral.
De la iglesia, lo más sobresaliente es su manufactura
románica (siglo XII) y la riqueza escultórica de sus portadas meridional y
occidental. La visita al museo nos permitirá admirar, además de las piezas, el
interior de estos edificios históricos.
Palacio de los Deanes e Iglesia de Santo Tomé el Viejo |
En la parte del Palacio vamos a poder descubrir la
historia de Ávila comenzando por su pasado vettón, descubriendo luego la romanización
para, más tarde, informarnos sobre la presencia musulmana o la importancia de
la comunidad judía.
En la planta baja se encuentran las salas de
arqueología, con piezas pertenecientes a la prehistoria, edad antigua y época
visigoda, y de cultura tradicional (donde se han recreado los ambientes de la
vida rural y urbana de la provincia). De esta planta voy a destacar como
mejores piezas el grupo escultórico en mármol de Tritón y Nereida encontrado en
la villa romana de Magazos (Sala V); Cerámicas campaniformes y, dentro de las
salas dedicadas a la cultura tradicional, todos los vestidos tradicionales así
como auténticas obras de arte talladas en hueso, como la sirena que muestra un
cuerno convertido en cantimplora (Colodra o cuerna es el nombre tradicional de
estos objetos típicos de Riofrío).
Planta baja del Museo Provincial de Ávila |
En la segunda planta están las salas dedicadas a las
bellas artes (edad media, edad moderna y siglo XIX), donde destacaré un bello
tríptico flamenco de principios del siglo XVI que muestra escenas de la vida de
Cristo y la Virgen o unas tallas románicas en madera de San Marcos y Santa Ana,
la Virgen y el niño.
Planta alta del Museo Provincial de Ávila |
En la Iglesia, cuyo uso actual es el de un gran
almacén, vamos a encontrar esculturas zoomorfas vettonas (los típicos verracos);
elementos sepulcrales romanos; sarcófagos visigodos y medievales (Sepulcro de
Bernardino de Barrientos); elementos funerarios musulmanes y cristianos;
elementos arquitectónicos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. Pero lo
más sorprendente es el mosaico romano hallado en la localidad de Magazos,
reconstruido en el centro de la nave.
Interior Iglesia Santo Tomé el Viejo |
Para los apasionados a la historia es una visita imprescindible.
Desde el museo, dejando las murallas a nuestra
izquierda, llegaremos hasta una visita obligada, la Basílica de San Vicente. Se trata de uno de los templos románicos
más importantes de la zona, centro difusor del estilo por la ciudad y la
comarca. Tras la Catedral es el de mayor extensión e importancia de Ávila.
Basílica de San Vicente, Ávila |
Se sitúa en el lugar histórico en el cual fueron
martirizados y enterrados Vicente, Sabina y Cristeta en el contexto de la
persecución de Diocleciano (306). Estos hermanos se negaron a firmar un
documento en el que reconocían haber ofrecido sacrificios a los
dioses romanos, por lo que fueron condenados a muerte por los romanos. Todo
ello podemos admirarlo en el cenotafio historiado que se sitúa en el
interior de la iglesia (obra de Fuchel en el siglo XII), sin duda el elemento
más destacado del interior. Se trata de un monumento conmemorativo funerario,
pues los restos de los santos no descansan aquí, sino en el altar. El trabajo
escultórico de este arca es una de las obras cumbres del románico español.
Cenotafio historiado de la Iglesia de San Vicente |
Pero antes de entrar es necesario admirar su exterior
perimetral. Todo el templo está realizado en la llamada arenisca sangrante, en verdad piedra
caleña que no es otra cosa que una arenisca de tonos amarillentos y anaranjados
con vetas incluso rojizas por su contenido en óxidos de hierro, proveniente de
las canteras del cercano pueblo de La Colilla.
El esbelto ábside triple nos muestra la
particular decoración románica: cornisa con canecillos conteniendo figuras
vegetales,
geométricas y zoomorfas, ventanas abocinadas entre columnillas de capiteles
vegetales, alargadas semicolumnas y perpendiculares impostas de rosetas de
cuatro pétalos en círculos. El transepto, tan sobresaliente como el de
una catedral, posee poderosos contrafuertes y continúa con la decoración de los
canecillos. La galería porticada del lado sur, realizada en el siglo XIV
para una doble función: aumentar el boato litúrgico de las procesiones
semanales que tenían lugar en la iglesia y ampliar el cementerio que rodeaba el
templo mediante un espacio para enterramientos privilegiados. La fachada
occidental fue uno de los últimos elementos en construirse, razón por la
cual recibió influencias del románico tardío y del primer gótico, visibles en
ese gran arco apuntado. En la portada de la entrada destacar la rica decoración
escultórica, tanto de los diez apóstoles adosados a las columnas junto con el
Salvador del parteluz, como de los dos arquillos del tímpano, que acogen la
Parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. En la cornisa superior se suceden
una serie de arquillos con hombres y mujeres semidesnudos en diferentes
actitudes.
Exterior de la Iglesia de San Vicente, Ávila |
El interior del templo se configura en tres
naves en donde destaca la inclusión de una tribuna o triforio gótico en
la nave central (situado sobre las laterales) que llega hasta el crucero. Junto
a los nervios de la crucería gótica de la nave central son las dos
muestras que nos indican que en el largo transcurso de la construcción de una
iglesia los estilos cambiaban y transformaban las diferentes partes de la
construcción. El inicio románico, presente en el ábside, el crucero y las
cubiertas en arista de las naves laterales contrasta con el resto de
construcción protogótica. Los arquitectos tuvieron que ser ingeniosos en el
cambio. Por ejemplo, para soportar la pesada bóveda de crucería con unos
pilares románicos tuvieron que recurrir a un ingenioso capitel en ángulo, que
recoge los nervios de la bóveda y canaliza su peso.
Interior de la Iglesia de San Vicente, Ávila |
Respecto a la decoración interior del templo destacar,
además del cenotafio de los santos, los retablos de los tres ábsides de
la cabecera (derecho dedicado a San Francisco de Paula, el izquierdo a San
Antonio de Padua, y el central con los santos titulares y una pintura de la
Asunción de la Virgen), la cripta, con la talla románica de Nuestra
Señora de la Soterraña, patrona de Ávila, y en la pared occidental del
transepto la inscripción gótica de 1307 que alude al constructor: “EN ESTA SEPULTURA DEL SUELO ESTÁ ENTERRADO
EL JUDIO Q POR MILAGRO DE DIOS SE TORNÓ +(CRIS)TIANO E YZO ESTA IGLESIA DE SANT
VICENTE DE AVILA AÑO CCCVII”. Según cuenta la tradición, este judío fue
quién denunció a los santos a los romanos y, arrepentido, se convirtió en
cristiano y realizó esta iglesia en señal de arrepentimiento.
Retablos de San Vicente y Cripta de la Soterraña |
Puede que si habéis llegado tarde a Ávila y os habéis
entretenido en las murallas, el museo y la basílica ya sea hora de comer. Un
buen lugar extramuros próximo es el Mesón Ávila, situado en la avenida Portugal
nº22. Menús baratos y amplios distinguen a este local.
Regresemos a nuestro recorrido. Volviendo nuestros
pasos hacia la Iglesia de Santo tomé el Viejo, en la plaza Nalvillos, si
caminamos por la calle Lesquinas, dejando a nuestra espalda las murallas,
llegaremos al Convento de San José.
Este convento fue el primero que se fundó siguiendo el ideal monástico de
Teresa de Ávila, caracterizado por la sencillez y la austeridad. Rasgos que
veremos en la fachada carmelitana de su iglesia, en la que sólo destaca la
hornacina que contiene al santo. En el interior del convento vamos a poder
admirar, a través de sus diferentes salas, tanto las dependencias del convento
(cocina, refectorio, celda de la santa, claustro) como objetos pertenecientes a
la santa (la silla de montar llamada jamuga, el féretro que contuvo sus restos
mientras su cuerpo permaneció en este convento, una de sus clavículas, la silla
en que se sentaba en la sala de capítulo; una de sus cartas). Destacar la
escalera del diablo, por la que Teresa cayó en las Navidades de 1577,
rompiéndose el brazo izquierdo. Salvo que seáis muy devotos de la santa, en un
día será difícil que podáis abarcar esta visita.
Partiendo de nuevo de la Plaza Nalvillos, si caminamos
dejando el lienzo amurallado a nuestra derecha llegaremos a la Plaza del Mercado Grande, situada junto
a la imponente Puerta del Alcázar. Centro neurálgico de la ciudad, es un buen
lugar para probar las famosas Yemas de Ávila y comprar recuerdos. También para
visitar la Iglesia de San Pedro,
otro templo similar al de San Vicente en cuanto a transformación de estilos
según se avanzaba la construcción (visible en el uso de bóvedas de cañón y
crucería). Su fachada con un gran rosetón cisterciense es inconfundible, aunque
más impresionante me resulta su ábside, pues aglutina un magnífico repertorio
escultórico con motivos vegetales, faunísticos, geométricos y escenas bíblicas.
Todas las portadas poseen una interesante decoración, mientras que del interior,
además de los detalles arquitectónicos, destacan las tablas y retablos
renacentistas.
Plaza del Mercado Grande con la Iglesia de San Pedro y las típicas Yemas de Ávila |
Desde aquí es muy sencillo, siguiendo el Paseo de
Santo Tomás, llegar hasta el Real
Monasterio de Santo Tomás. Visita poco abarcable si sólo disponemos de un
día visitando Ávila, su interés radica en poseer uno de los dos museos
monográficos de arte oriental en España (el otro está en el museo de los PP.
Agustinos de Valladolid). En sus once salas podremos ver piezas de China,
Vietnam, Filipinas y Japón, destacando las porcelanas o el mobiliario. Así como
admirar la arquitectura del palacio de verano de los Reyes Católicos y lugar
elegido para enterrar a su primogénito Don Juan (destacar su sepulcro en el
interior de la iglesia).
Recorrida esta parte extramuros de la ciudad es hora
de adentrarnos en su entramado medieval. Os recomiendo hacerlo por la Puerta del Postigo, la última que se
abrió en la muralla. Esta entrada nos llevará directos a la Plaza de la Catedral,
no sin antes admirar la portada norte de
la Catedral (con una rica decoración de un Juicio final) y el Palacio de los Velada, hoy reconvertido
en hotel. De este palacio merece la pena admirar la portada de la calle Tostado,
así como su torre y su patio interior porticado en tres alturas del que solo se
conserva una parte. Y si nos acercamos a la muralla podremos admirar el episcopio, antiguo palacio del obispo;
es el único edificio civil románico conservado de la ciudad. Adosado intramuros
de la muralla tiene dos alturas, acceso en arco de medio punto y ventanas
abocinadas en la fachada principal. Allí era donde se reunía el sínodo.
Puerta Postigo y Palacio de Velada con torre, Ávila |
En la Plaza de la Catedral podemos admirar la Casa del Licenciado Pacheco, típica
arquitectura del siglo XVI con patio irregular (hoy dedicada a exposiciones) o
el Palacio de Valderrábanos, donde
destaca su portada gótica del siglo XV.
Pero, ante todo, la Catedral se alzará imponente ante nosotros. Se trata de una Catedral
tipo fortaleza, algo que ya vimos al entrar al interior del recinto
amurallado. El cubo más fortificado y poderosos de la muralla oriental es la
cabecera de la Catedral (cimorro), la cual forma parte de las defensas. La
fachada principal, con su poderosa torre y robustos contrafuertes nos informa
del carácter castrense, al igual que las dos figuras situadas en las jambas de
la entrada; se trata de dos salvajes, Gog y Magog, quienes vigilan para que
todo el mundo tenga una actitud devota al entrar.
Catedral de Ávila |
El templo pasa por ser considerado el primero en
estilo gótico de España. Y por ser el primero aún veremos trazas del
románico tardío si somos observadores, como en los ventanales de la girola o
los sillares de arenisca caleña, que serán sustituidos por los de granito
oscuro en el resto del templo.
La Catedral, con planta de cruz latina, tiene tres
naves con crucero de imponentes dimensiones. En su interior destacar el retablo
del Altar Mayor, una joya de la pintura abulense en la que admirar el ciclo
de la Pasión de Cristo, el trasaltar, una suerte de retablo pétreo en
honor al obispo Alonso Tostado (por cierto, que aparece con los ojos
entrecerrados no porque le aburra lo que lee sino como recuerdo de los problemas
de visión que tuvo al final de su vida), la Girola, con su riquísima y
románica decoración escultórica, la Capilla de los Dolores, con una
copia de la Piedad de Miguel Ángel, la Capilla de Santiago, con el
Cristo de las Murallas, la Capilla de San Nicolás, con el sepulcro del
obispo Don Hernando, o el trascoro, una pieza renacentista con un
precioso relieve de la Adoración de los Reyes Magos. Como curiosidad indicar
que en el claustro descansan los restos de Adolfo Suárez, primer presidente de
gobierno de la democracia y cabeza principal de la Transición.
Interior de la Catedral de Ávila: Pila bautismal y Trascoro |
Interior de la Catedral de Ávila: Girola, Claustro, Altar y el famoso sepulcro de El Tostado en el trasaltar. |
La visita a este templo bien merece dedicarle un par
de calmadas horas, pues, junto a las murallas, es lo más sobresaliente de
Ávila. Y al ir provistos de una audioguía (los niños tienen su programa propio)
la visita será muy entretenida y enriquecedora.
Desde la plaza de la Catedral podemos caminar hacia la
parte norte de la ciudad amurallada, hasta la puerta de San Vicente, con el
objeto de caminar admirando la numerosa arquitectura civil que atesora Ávila.
La primera vivienda adosada a la muralla es la de Diego del Águila, muy
reformada. La cercana Casa de los
Verdugo tiene un imponente y sobrio muro de sillería que contrasta con la
portada plateresca, la cual posee una ventana decorada con grutescos. En una de
sus torres debéis fijaros que se adosa un verraco, como ocurría en la muralla.
El Palacio de los Águila ya no posee
ningún resto medieval en sus sencillas líneas. Destaca su portada en sillería
renacentista, configurada por una puerta adintelada con canes y enmarcada por
estilizadas columnas rematadas con flameros y blasones. Sobre ella se abre un
balcón, enmarcado por el mismo tipo de columnas y flameros. Hoy es una sala de
exposiciones. Del Palacio Bracamonte
destacar su patio porticado de doble galería de grandes dimensiones. De gran
interés es la ornamentación con escudos de las principales familias abulenses,
constituyendo un documento gráfico que explica las estrechas relaciones entre
los linajes de la ciudad. Y en la plaza Mosén Rubí destacar la Capilla de Mosen Rubí, con ábside
poligonal gótico, y fachada renacentista. Esta mezcla estilística también la
veremos en el interior, con bóvedas de crucería gótica y arcos renacentistas. El
Palacio de Bernardino de Henao hoy
lo ocupa el Parador Nacional y sólo conserva la portada primitiva. Y, por
último, caminando hacia el centro del entramado urbano, encontraremos el
edificio del Palacio de los Polentinos, edificio plateresco hoy archivo militar del
ejército y museo del Cuerpo de Intendencia con una escueta pero interesante
colección militar.
Palacio de los Polentinos, Ávila |
Desde el último palacio podemos seguir la calle
Vallespín hacia el oeste, para llegar a la Iglesia
de San Esteban, único templo románico que se conserva intramuros. Caminando
hacia el sur, hasta la Puerta de la Malaventura, recorreremos la antigua judería abulense. El jardín de
Mose León o la portada de una sinagoga, en la calle Pocillo, así como el
entramado de las calles son el recuerdo que nos queda del paso de los judíos
por la ciudad.
Si desde el Palacio de los Polentinos nos dirigimos hacia
el este por la calle Vallespín llegaremos a la Plaza del Mercado Chico, centro neurálgico de la ciudad en donde
destaca la fachada del Ayuntamiento (de
estilo isabelino data del siglo XIX) y las galerías porticadas que rodean a la
plaza.
Plaza del Mercado Chico con el Ayuntamiento, Ávila |
Si aún no habéis comido, un buen lugar se encuentra en
la céntrica calle Vallespín que acabamos de pasar. Se trata del restaurante Don Camilo o, en la misma
plaza, El buen Yantar. Un par de lugares
pequeño pero acogedores, con menús para todos los bolsillos y con generosas
raciones. Ir pronto o no encontraréis sitio.
Caminemos ahora hacia el sur para descubrir la última
zona que nos queda de la ciudad. Aquí se sitúan diversos edificios de variada importancia.
Siguiendo la calle Caballeros desde la Plaza del
Mercado Chico llegaremos al Palacio de
los Dávila. Se trata del mejor ejemplo de palacio medieval fortificado que
tiene la ciudad y su función era tanto formar parte de un segundo cinturón
fortificado de la ciudad como de defenderse de posibles revueltas ciudadanas.
Construido en el S. XIII, en el mismo material granítico que la muralla, se
irán añadiendo elementos hasta el S. XVI. La fachada occidental, con ventanas
geminadas góticas en la planta superior, data del S.XIII, destacando una
portada gótica ojival; una segunda puerta en esta fachada, es adintelada, y
data del S.XIV. Los matacanes y merlones de la fachada norte nos muestran el
carácter de fortaleza. Mientras que el relieve situado sobre la puerta oeste
nos recuerda el gusto renacentista de los propietarios, al igual que la ventana
con columnillas con el escudo familiar sobre el frontón. Resulta interesante
admirar el patio, de estilo mudéjar y con esculturas vettonas como decoración.
Algo más al este se encuentra el Palacio episcopal, la Iglesia de San Ignacio de Loyola y, junto a
la Puerta del Alcázar la plaza Adolfo
Suárez, con una escultura del político. En el camino podremos admirar las
casas modernistas de la burguesía abulense.
Volviendo al palacio de los Dávila, desde la Plaza del
Rastro está a tiro de piedra la Plaza Corral de las Campanas. Aquí se encuentra
el Torreón de los Guzmanes, ejemplo
de torre fortificada castellana. Matacanes, merlones y aspilleras nos informan
del pasado carácter defensivo de esta vivienda de linaje de los Mújica y de la
existencia de enfrentamientos y disputas entre las principales familias de la
ciudad. Hoy día acoge el Centro de Interpretación de la cultura vetona.
Junto a esta torre se encuentra el renacentista Palacio de Superunda. Las dos torres y
los tres balcones rematados con escudos es lo más sobresaliente de este palacio
que fue adquirido por el pintor italiano Guido Caprotti en el S. XX. Hoy día su
interior acoge la colección de pintura de este autor, así como mobiliario de la
época.
Collage Palacios de Ávila |
Y muy cerca se encuentra la Plaza de la Santa. En el
camino nos encontraremos con el Palacio
de los Almarza, de estilo renacentista y detalles góticos; y con el Palacio de Núñez Vela, adosado a la
muralla y construido por el primer virrey del Perú, hacia 1541.
En la plaza se encuentra el Convento y museo de Santa Teresa de Jesús. La iglesia actual se
levanta sobre la casa natal de Teresa de Cepeda y Ahumada. De estilo barroco,
tiene la particularidad de estar orientada al noroeste, en contra de la norma
litúrgica habitual. La razón reside en que los arquitectos debían hacer
coincidir el presbiterio con los aposentos donde nació Teresa de Jesús. En el
brazo derecho del crucero se abre el acceso a la capilla de Santa Teresa,
coincidente con estancias de la residencia paterna, y, enfrente, la
"huertecilla donde la Santa hacía sus ermitas". El museo teresiano se
encuentra en la cripta abovedada bajo la iglesia.
Convento de Santa Teresa, Ávila |
Si no os pareció suficiente, extramuros y al norte se
encuentra el Monasterio de la Encarnación, el cual posee recuerdos y reliquias
de Santa Teresa, así como el lugar en el cual dijo la santa que Jesús se le
había aparecido.
Y si la mística de la Santa os abrió la mente tenéis,
muy próximo pero extramuros, un moderno edificio dedicado a la Mística religiosa
en general: Ávila Mística.
Para descargarse multitud de folletos con los que
ampliar la información del post os dejo este enlace.
Y a continuación os dejo los horarios de los
principales monumentos:
Murallas
de Ávila
Horario de invierno
Del 29 de Octubre al 22 de Marzo de 10.00 a 18.00
horas. Lunes cerrado.
Horario de Verano
Del 23 de Marzo al 21 de Octubre de 10.00 a 20.00
horas. Lunes abierto
Del 1 de Julio al 31 de Agosto de 10.00 a 21.00. Lunes
abierto.
Precio: General: 5€. Gratuita: Martes de 14:00h a
16:00h salvo festivos o vísperas de festivos.
Museo
provincial de Ávila
Horario de invierno
De martes a sábado de 10:00h a 14:00h. De 16:00h a
19:00h. Domingos y festivos de 10:00h a 14:00h horas
Horario de verano
De martes a sábado de 10:00h a 14:00h y de 17:00h a
20:00h. Domingos y festivos de 10:00h a 14:00h
Precio: General: 1,20 euros / Gratuita: sábados y
domingos
Basílica
de San Vicente
Horario Verano (1 Abril-31 Octubre): 10:00-18:30
Horario Invierno (1 Noviembre-31 Marzo): 10:00-13:30,
16:00-18:30
Domingos y festivos: de 16h a 18h (Horario de misas)
Precio: Entrada General: 3 €.
Catedral
de Ávila
1 abril/30 junio y 1 septiembre/31 octubre
Lunes a viernes: 10 a 20 horas.
Sábado: 10 a 21 horas. Domingo: 11:45 a 19:30 horas.
1 noviembre/31 marzo
Lunes a viernes: 10 a 18 horas.
Sábado: 10 a 19 horas. Domingo: 10 a 17:30 horas.
1 julio/ 31 agosto
Lunes a Sábado: 10 a 21 horas.
Domingo: 11:45 a 21 horas.
Visita torre
Lunes a sábado: 12, 13, 17 y 18 horas. Sábado también
a las 19 horas. Domingo 13, 17 y 18 horas.
Precio general 6€ + 2€ subida a la torre
Ávila es una ciudad encantadora con una rica historia y cultura que se remonta a la época medieval.
ResponderEliminarSin duda, una de las ciudades a visitar en España.
EliminarGracias por comentar.
Saludos