domingo, 22 de septiembre de 2019

Mis 5 visitas imprescindibles en Budapest


Hace un año os escribía sobre la maravillosa ciudad de Praga y sus principales encantos turísticos en un par de post (aquí y aquí). Toca ahora realizar algo parecido con una ciudad similar que se ha convertido en otro de los destinos turísticos más importantes de Centroeuropa.

Su cuota anual de 3,8 millones de turistas al año en 2017 está algo lejos de la de Praga (8,5 m.), pero sin duda es una cifra muy respetable que la coloca en el puesto 55 de las ciudades más visitadas del mundo por el turismo. Me refiero a Budapest, capital de Hungría.

Esta bella ciudad posee innumerables atractivos turísticos que permiten, al turista que la visita, tener una agradable estancia. Y aunque en muchas ocasiones se realiza un viaje combinado entre Praga/Budapest (e incluso añadiendo Viena), lo cierto es que cada ciudad tiene un encanto propio tan marcado que se necesita pasar en ella una semana en exclusiva para poder disfrutarla al máximo y empaparse de su original idiosincrasia.

Cuando era joven realicé el circuito Praga/Budapest en un viaje fin de carrera y me quedó la sensación de que Praga era mucho más interesante. Por ello, cuando decidí volver a esta zona, Praga fue mi primera opción y debo reconocer que mi memoria no me había engañado.

Ahora bien, Budapest también tiene un encanto muy especial. Y al visitarla nuevamente, libre de comparaciones próximas, debo reconocer que me ha sorprendido gratamente. ¿Os animáis a descubrir los principales encantos de Budapest?


El Parlamento de Budapest (Országház)

Se trata del edificio más conocido de Budapest y un auténtico símbolo para la ciudad. Creo que sólo el Parlamento de Westminster en Londres o el Capitolio de Washington pueden igualarle en fama y belleza.

Parlamento de Budapest

Tras el Parlamento de Rumanía, situado en un gigantesco edificio construido durante el gobierno del comunista Ceaușescu en Bucarest, y el de Argentina, este es el tercer mayor del mundo en extensión y el edificio más grande de toda Hungría. Este tamaño colosal debemos contextualizarlo en la época en la que aquí se reunían los líderes del antiguo Imperio Austrohúngaro.

Aunque no sea el primero en extensión, sus 268 metros a lo largo de la orilla este del Danubio le convierte en el más fotogénico, sin lugar a dudas, de todos ellos. En mi opinión, artísticamente hablando, sólo el londinense rivaliza en belleza.

Para tomar las mejores instantáneas del Parlamento os recomiendo bajaros en la estación de metro Batthyány tér (Línea M2), junto a la Iglesia de Santa Ana. Otro punto envidiable es el Bastión de los pescadores. Y al estar en el barrio de Pest, el mejor momento para retratar el Parlamento es cuando cae la tarde y le baña la luz dorada del atardecer.

Parlamento de Budapest al atardecer

Su altura, de 96 metros, es la misma que la de la Catedral de San Esteban, siendo las dos alturas mayores de la ciudad. Este número no es casual, pues es considerado de buena suerte en Hungría (el año 896 se considera el origen del Reino de Hungría y así se celebró en 1896 el milenio de esta fecha).

Construido en el siglo XIX por el arquitecto húngaro Imre Steindl, quién se quedó ciego antes de que terminaran las obras, posee un estilo exterior neogótico que recuerda mucho al parlamento británico de Londres, en el cual se basó.

Vistas del exterior del Parlamento de Budapest

No obstante, en el interior, utilizó formas renacentistas y barrocas en la decoración, algo muy perceptible en su impresionante escalera principal. Al acercarnos al edificio veremos que está decorado con numerosas esculturas de gobernantes históricos húngaros, lo que otorga aún más belleza a las líneas arquitectónicas.

Su visita al interior del edificio es obligada y una de las cosas principales que hacer si visitáis Budapest. Para entrar al Parlamento hay que adquirir una entrada para una visita guiada en grupo por su interior en las taquillas. Se realizan en numerosos idiomas, siendo las visitas guiadas en castellano todos los días a las 10:30, 13:45, 14:45 y 16:00 horas. Si no tenéis mucho tiempo se pueden adquirir las entradas por internet en la siguiente página: https://www.jegymester.hu/eng/Production/480000/Parlamenti-latogatas

El tour por el interior del parlamento dura aproximadamente 45 minutos. En ella nos van a explicar la importancia de este edificio, así como numerosas curiosidades: los múltiples y lujosos ascensores tienen asientos, que hasta los años noventa la refrigeración del edificio se basaba en grandes bloques de hielo o que los taquígrafos que recogían lo dicho en las sesiones parlamentarias debían cambiarse cada diez minutos por la rapidez con la que se hablaba.

En la visita vamos a poder ver las principales salas del mismo:

·        La Escalera principal, con su exceso de decoración dorada de oro de 22 quilates y unos maravillosos frescos;
Escalera principal del Parlamento de Budapest

·        El Gran Salón de la Cúpula, con estatuas y escudos de los principales gobernantes históricos, así como la Santa Corona y las Joyas de la Coronación Húngara, que incluye la famosa corona con la cruz torcida;

Gran Salón de la cúpula del Parlamento de Budapest

·        El Salón de la Antigua Cámara de los Lores y la Sala de Sesiones de la Cámara Alta, ahora en desuso por no ser el parlamento bicameral desde 1945.
Cámara de los lores del Parlamento de Budapest


Sin duda un imprescindible de Budapest que os fascinará.

El Bastión de los Pescadores (Halászbástya)

El mejor mirador de Budapest es uno de los puntos imprescindibles en la visita a la ciudad. Esta terraza que combina elementos románicos y góticos se ha convertido en uno de los símbolos de Budapest y seguro que será uno de los puntos de los que mejor recuerdo te lleves de tu visita a la capital húngara.

Panorámica con dron del Bastión de los Pescadores

Esta construcción se edificó entre los años 1895 y 1902 y la conforman siete torres que nos recuerdan las siete tribus magiares que se asentaron en estas tierras en el año 896. Este pueblo nómada de origen incierto provenía de las llanuras de Asia Central y migraron en esta época a Europa oriental. Pasados los años sería Esteban I el príncipe que uniría bajo su persona a todas las tribus convirtiéndose en Rey de Hungría hacia el año 1.000. Una estatua de bronce de este monarca se alza imponente junto al ábside de la Iglesia de San Matías, con relieves en el pedestal que le sirve de base que narran escenas de su vida. Un retrato de su escultor, Alajos Stróbl, aparece en los relieves: se trata del hombre barbudo que levanta la maqueta de la iglesia ante el rey (parte posterior).
Estatua de Esteban I

La iglesia de Matías es un templo consagrado a la Virgen María, patrona de Hungría, por lo que también se la conoce como Templo de Nuestra Señora. El nombre de Matías proviene de Matías Corvino I de Hungría, monarca que transformó el antiguo templo según la moda renacentista.

Desde su creación en el siglo XI diversos monarcas fueron añadiendo su impronta al templo, ya fuera ampliando el edificio o añadiendo alguna torre o puerta, razón por la cual tiene un extraño aspecto exterior. Esto es notoriamente visible en su fachada principal, con una portada, rosetón y torre góticos y un campanario renacentista.
Fachada principal de la Iglesia de Matías

Tras la conquista musulmana de la ciudad se convertiría en mezquita y tras la recuperación por el cristianismo sufriría una postrera reforma integral de mano de los monjes franciscanos en estilo barroco. La última intervención importante se produjo en el año 1896 de la mano de Frigyes Schulek, quién logró darle un aspecto neogótico general intentando recuperar parte de la esencia original del edificio.

Tras tantas intervenciones el resultado es un edifico ecléctico en cuanto a estilos que tiene en esta característica una de sus mayores virtudes. No en vano, para muchos es el templo más bello de la ciudad. Recorrerlo perimetralmente, algo sencillo dadas sus modestas dimensiones, es una buena forma de poder entretenerse en la multitud de detalles que atesora. Uno de los más famosos es el tejado, decorado con 25.000 azulejos de colores, lo que le da un aspecto inconfundible.

Su interior no desmerece en nada a lo que podríamos esperar. Aunque su aspecto, con gran amplitud y lleno de vidrieras, nos remite al gótico, existen rincones donde podemos apreciar el románico inicial, tales como el lugar de la pila bautismal, alguna capilla con pequeñas vidrieras o los numerosos frescos de las bóvedas.
Interior de la Iglesia de Matías

Merece la pena subir a la planta superior (escaleras junto al altar mayor) para contemplarla desde las alturas y detenerse en detalles curiosos. Sólo así descubriremos el busto de la famosa Sisí (Isabel Amalia Eugenia, Duquesa en Baviera y mujer del rey de Hungría Francisco José I de Austria) o el recargado sepulcro del rey Bela III y Ana de Antioquia.

Además de por su importancia artística, este templo es significativo en la historia de Hungría por ser el lugar de coronación de sus monarcas. Aquí se coronaron Francisco José I de Austria en 1867 y Carlos IV de Hungría en 1916. Y también es admirado por su excepcional acústica, razón por la cual se suelen realizar conciertos clásicos.

Horario de visita a la Iglesia de Matías:
De lunes a viernes: De 9:00 a 17:00 horas.
Sábados de 9:00 a 12:00 horas.
Domingos de 13:00 a 17:00 horas.
Precio: 1.500 HUF

La entrada a esta iglesia está en la plaza Szentháromság, en la cual se alza la Estatua de la Santísima Trinidad, un monumento que a los damnificados por los dos azotes de peste que devastó Buda en los años 1691 y 1709. Un bello palacio gótico y el edificio del lujoso Hotel Hilton enmarcan la plaza a la izquierda de la iglesia, mientras que justo enfrente se alza el edificio barroco del Ayuntamiento antiguo de Buda. Inconfundible por su hermosa terraza, tiene adosada la escultura de Palas Athenea, protectora de la ciudad.

La terraza que se encuentra junto al ábside de la iglesia es el denominado Bastión de los Pescadores. Su nombre proviene del grupo de pescadores responsables de defender este enclave de las murallas de la ciudad en la Edad Media por tener su aldea en las proximidades. Pero nada queda de esa época. El mismo bastión solo tiene de militar el nombre, pues fue creado en 1902 con un fin exclusivamente ornamental. Hoy día se ha convertido en una atracción turística debido a la belleza de su construcción y al conjunto de terrazas, arcos y paseos que posee, desde los cuales vais a poder ver unas vistas fantásticas de todo el barrio de Pest, siendo el Parlamento el monumento que recibe mayor número de instantáneas.


El mejor momento para visitar este monumento es el atardecer, pues en este momento la dorada luz del ocaso bañará la orilla de Pest, obteniendo unas fotografías preciosas.


Y si no queréis encontraros con mucha gente os tocará madrugar y visitar la zona antes de las nueve de la mañana (algo sencillo teniendo en cuenta que amanece a eso de las 5:00 a.m. en el mes de mayo.

Existe un restaurante frente al Hotel Hilton desde donde obtener unas vistas preciosas, pues las mesas ocupan todo un lateral de la terraza. Junto a él existe una torre desde la cual obtener unas bellas vistas de Pest, aunque tendréis que pagar por subir a esta especie de mirador (800 HUF). Si camináis un poco más hacia la Iglesia de San Matías tendréis vistas igual de bonitas y sin pagar.

Sin duda, este mágico lugar será una de las visitas que mejor recuerdo os quedará de todo Budapest por lo que os recomiendo visitarlo en más de una ocasión si tenéis tiempo.

Llegar al Bastión de los pescadores es posible de diversas formas:

·        La más económica es subir desde el Kilómetro Cero unos diez minutos por la calle Hunyadi János, lo que nos llevará directamente a la Iglesia de San Matías.
·        La más turística es tomar el histórico funicular a los pies del Puente de las Cadenas y andar un poco hacia nuestra derecha tomando primero la calle Szent György y luego Dísz tér (Precios y horarios: https://www.bkv.hu/en/buda_castle_funicular_/).
·        Otra forma es por medio del transporte público. El autobús Nº16 parte de la plaza Deák Ferenc (justo en la salida de la línea 1 de metro) y sube hasta el Bastión.
·        Otra opción es tomando la línea 2 del metro, que tiene una parada próxima en Széll Kálmán. Desde aquí podemos tomar el autobús Nº16-A o ir caminando.

Si hacemos esto último entraremos por la Puerta de Viena y podremos admirar, desviándonos un poco hacia nuestra derecha, la Torre de la Magdalena, único vestigio de una iglesia destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Esta torre es visitable en su interior, desde la que se obtienen bonitas vistas. También resulta interesante por el sonido de las campanas que se produce cada hora o por la reproducción del Manto de la Coronación en Bronce.

Restos de la destruida Iglesia de la Magdalena

Justo al lado se encuentra el Museo militar (http://www.militaria.hu/), uno de los muchos museos que podemos encontrar en esta parte de la colina de Buda. Otros que podemos visitar son el Museo del Teléfono, el Museo Hospital de la Roca (http://www.sziklakorhaz.eu/en), Museo Houdini (houseofhoudinibudapest.com) y el Laberinto (labirintus.eu). Según vuestros gustos la oferta os puede llevar todo el tiempo que deseéis.

El castillo de Buda (Budavári Palota)

Imponente en lo alto de la colina de Buda, el castillo de la ciudad nada tiene que ver con las construcciones medievales góticas originales. Al igual que en Praga, se trata de un castillo neoclásico, aunque aquí fue el gobierno comunista quién llevó a cabo la reconstrucción tras haber sufrido una fuerte destrucción durante la Segunda Guerra Mundial. Si os gusta la historia podéis leer un poco sobre el Sitio de Budapest y como lo soviéticos conquistaron esta ciudad a los alemanes en febrero de 1945.
Castillo de Buda

Dispuesto sobre la colina, se trata de una de las residencias reales más extensas de su tipo. Las similitudes con el castillo de Praga son muchas y variadas. Al igual que en el checo existe un cambio de guardia al que podemos asistir frente al Palacio Sándor, la residencia oficial del presidente húngaro. No es tan pomposo como el checo, pero tiene su gracia. Y como se encuentra junto a la salida del funicular no tiene pérdida. Por cierto, este palacio suele abrir los fines de semana en verano para su visita.
Palacio Sándor de Budapest y cambio de guardia

Llegar hasta esta plaza, comienzo de nuestra excursión por el castillo es posible de varias formas. El funicular es la manera más turística y tiene el encanto de montarse en un transporte histórico muy bello. Pero también se puede llegar desde el Bastión de los Pescadores caminando unos 10 minutos o subiendo por una cuesta que se encuentra a la izquierda de la base del funicular, lo que os llevará unos 8 minutos.

Volviendo a la visita, otro punto inexcusable para tomar buenas fotografías de Pest son los jardines y los miradores que dan al Danubio. Pasear por ellos es algo impresionante que os dejará un buen recuerdo.

Es necesario recorrer todo el perímetro del castillo para poder descubrir rincones encantadores. Uno de ellos es la Torre de la Maza (Buzogánytorony), una entrada con un aire medieval encantador que data del siglo XIV. Toda esta zona remite al palacio de Matías Corvino y nada tiene que ver con la edificación palaciega neoclásica, razón por la cual os encantará pasear por su patio interior o su barbacana meridional.

Otro lugar, donde se alza la estatua de la Virgen María, un mirador desde el que compartir la bella vista del Danubio. No es la única estatua importante del complejo del castillo. También se encuentran la del Príncipe Eugenio de Saboya a caballo, dispuesta estratégicamente en el centro del castillo, junto a la gran cúpula central. No es para menos, pues fue el brillante general que expulsó a los turcos otomanos del Imperio austro-húngaro en el siglo XVII; y la del Ave Turul, situada junto a la salida del funicular. Se trata de un ave mítica húngara, con forma de águila, encargada de cuidar las almas de los recién nacidos y ser el nexo de comunicación entre los dioses y los hombres. En sus garras tiene agarrada la espada del coraje y se alza majestuosa custodiando la entrada al castillo.

No obstante, la joya del Palacio Real, en cuanto a esculturas se refiere, es la Fuente de Matías, un conjunto escultórico que simboliza una jornada de cacería y que se encuentra en el patio posterior.

El interior del palacio se puede visitar accediendo a alguno de los tres museos que ocupan algunos de sus salones. A saber: la Galería Nacional de Hungría (http://mng.hu/en), la Librería Nacional Széchenyi (http://www.oszk.hu/) y el Museo de Historia de Budapest (http://www.btm.hu/).

En la Galería Nacional de Hungría (Magyar Nemzeti Galéria) vamos a poder realizar un recorrido por la historia del arte húngaro contemporáneo, pues muestra obras de artistas locales del siglo XIX y XX así como del arte contemporáneo. También tiene obras internacionales a partir del siglo XVIII, aunque ninguna que sea conocida por el gran público, por lo que su visita sólo es recomendable para aquellos apasionados en el arte moderno.

La Librería Nacional Széchenyi conserva multitud de documentos en húngaro y es uno de los centros del saber principales del país. No obstante, no diría que sea una visita obligada para un turista.

El Museo de Historia de Budapest es el otro gran museo que ocupa parte del castillo. Se trata, en mi opinión, del más ameno del castillo, pues a base de representaciones y objetos arqueológicos vamos a conocer la historia del castillo y las tradiciones de Hungría desde la Edad Media hasta la actualidad. Fácilmente abarcable en una hora, no es una visita imprescindible, pero si tenéis tiempo tampoco será baldío.

En mi opinión los museos son bastante prescindibles y el interior del palacio, al haber sido totalmente destruido en la II WW, no tiene ningún encanto ni por arquitectura ni por decoración. Por tanto, al contrario que otros grandes palacios europeos, el de Budapest se disfruta más en el exterior que en el interior.

El Parque Városliget

Se trata del principal pulmón verde de Budapest y, en su interior, atesora un conjunto de lugares encantadores que bien merecen una detenida visita.

Llegar hasta este parque resulta muy sencillo, pues tiene dos paradas de metro en la línea 1. Hősök Tere es la parada que se encuentra al pie de la Plaza de los Héroes

Plaza de los Héroes de Budapest

Esta importante plaza tiene en el centro el monumento del Milenio, un conjunto de estatuas que nos muestran a los líderes de las siete tribus magiares que fundaron Hungría en el siglo IX, mientras que, en lo alto de la poderosa columna de 36 metros, dedicada a la victoria, se alza el Arcángel San Gabriel. En sus manos sostiene la corona de San Esteban, recordando la leyenda que indica que fue este ángel el que le dijo al Papa Segundo Silvestre que les diera la corona a los húngaros en el año 1.000.

Una serie de estatuas que representan a importantes personalidades de la historia húngara rodean la columna central, enmarcándola con una columnata, en forma de media luna y compuesta por dos alas. Bajo las estatuas de los héroes húngaros existen relieves que recuerdan sus hazañas. Pasear detenidamente ante ellos es una buena idea para conocer un poco de la historia húngara.

El nombre de esta plaza también es la del Milenio, el cual proviene de su fecha de construcción, coincidiendo con la celebración de los mil años de la fundación del Reino de Hungría. Este monumento no se terminaría hasta 1929, 33 años después.

Esta plaza, justo a la entrada del parque es una visita imprescindible para todos los turistas que visitan Budapest. Y antes de entrar en el parque también podéis realizar un par de visitas culturales en el Museo de Bellas Artes de Budapest (os lo describo en detalle más adelante) y en la Kunsthalle.

La otra parada de metro del parque es Széchenyi fürdő, que como su nombre indica está junto al edificio de Baños termales de Széchenyi. Sólo por visitar estos baños merece la pena desplazarse hasta Budapest.
Széchenyi fürdo. Budapest.

Estos baños son los más grandes de la ciudad y dicen que son famosos por sus piscinas exteriores donde los lugareños jubilados juegan al ajedrez (yo no vi ninguno al ir por la tarde). Pasar una tarde relajándote en estas piscinas termales es una de las mejores ideas que puedes tener y os recomiendo encarecidamente visitar estos baños (o cualquier otro de la ciudad) para descubrir una de las maravillas que esconde esta ciudad: la de los baños termales.

Elegí estos baños por encima de otros que existen en la ciudad por varios motivos: horario muy amplio (de 6:00 a 22:00h), posibilidad de baño mixto y con niños, gran cantidad de piscinas (3 al aire libre que son una pasada), existencia de sauna y baño de vapor y por estar en un edificio precioso (bueno, aquí todos lo son).

La organización es excelente y tienes todo lo imprescindible para pasar un día entero relajándote en las piscinas. Nada más pagar en la taquilla te proporcionan una pulsera que te servirá para abrir tu taquilla o cabina donde dejar la ropa. Yo os recomiendo adquirir una cabina (el suplemento no llega a dos euros respecto a una taquilla) y tener mayor intimidad en los cambios. Con pagar una cabina es suficiente para todos los que vayáis, pues os podéis ir turnando.

La entrada a los vestuarios se encuentra en un pasillo a la izquierda de donde se sacan las entradas. Un empleado os dirigirá hacia arriba si tenéis cabina y hacia abajo si optasteis por la taquilla. En la zona superior, una máquina os dirá vuestra cabina al aproximar la pulsera. En la cabina podéis dejar vuestros enseres con total seguridad, pues están cerradas y existen vigilantes.

Es recomendable llevar chanclas, bañador, toalla y gorro para no tener que dejaros una pasta en el alquiler.

En el exterior existen tres piscinas. En el centro está la olímpica dedicada a las personas que deseen nadar. Aquí el gorro es obligatorio y la temperatura del agua ronda los 22ºC.

En los laterales se encuentran las dos piscinas que más vais a utilizar. En un lado está una gran piscina con el agua a 38ºC, en donde recomiendan no permanecer más de 20 minutos (o la tensión os bajará por los suelos). En la otra la temperatura son 30ºC y tiene como atractivo, además de varios chorros tipo cascada, una especie de jacuzzi central al que se debe llegar a travesando un divertido círculo de corriente. Aquí fue donde más nos divertimos con nuestro pequeño, dando vueltas sin parar.
Piscinas exteriores del Széchenyi fürdo. Budapest.

En el interior del balneario se extienden varias piscinas de diferentes temperaturas, todas indicadas mediante carteles (aunque la afluencia de personas también te da una pista importante). Existen desde pequeñas piscinas circulares junto a saunas de vapor, a otras piscinas mayores y decoradas con columnas que son una preciosidad. En estas últimas se puede nadar, aunque lo ideal es permanecer en remojo como unos garbanzos.
Piscinas interiores del Széchenyi fürdo. Budapest.

Junto a las termas están las instalaciones del Zoo de Budapest (http://www.zoobudapest.com/en). Además de por visitar a los animales, algo que si vais con niños siempre es un buen plan, el atractivo de este zoológico es la existencia de varios pabellones construidos según el criterio del modernismo, lo que les hace especialmente encantadores y una obra de arte en sí mismos.
Zoo de Budapest

Otro atractivo para los más pequeños es el Carrusel Histórico, en el interior del Zoo. Se trata del típico carrusel tiovivo de caballos en el que dar una vuelta por poco más de 1€. O el Városligeti, esta vez ya fuera del Zoo, una especie de circuito urbano para que los más pequeños aprendan las señales de tráfico. Aquí se disfruta si alquilamos una bicicleta.

Pero, sin duda, lo mejor del parque es el Castillo de Vajdahunyad, cuya visión junto al lago del parque es evocadora. Basado en el castillo de Hunyad, en Transilvania, no es el único edificio que se alza majestuoso en este lado del parque.
Castillo de Vajdahunyad. Budapest.

Las diferentes construcciones que conforman este conjunto combinan diferentes estilos arquitectónicos propios de esta región de los Cárpatos. En el mismo puente de los leones, el acceso principal, vamos a ver que a la izquierda de la puerta se alzan estructuras románicas, mientras que a la derecha otras propias del gótico.

Caminando entre sus muros vamos a recorrer desde el estilo románico, donde sobresale la Iglesia de Ják (sólo visitable el domingo a las 12h), hasta el barroco, magníficamente expuesto en el edificio que alberga el Museo de Agricultura (el mayor de Europa en su temática).

El castillo se construyó para la exposición de 1896 en madera y cartón, pero tuvo tanto éxito que se decidió volver a levantarlo en piedra. El compendio de estructuras que lo conforman tomó como modelo una veintena de lugares históricos del país, por lo que se trata de un auténtico álbum de estilos arquitectónicos.

También es posible subir a un par de torres del complejo. La Gatehouse Tower es de visita libre (400 HUF) y te lleva por las almenas de la entrada, pero la Apostle’s Tower se visita con guía cada hora.

Para más información: http://www.mezogazdasagimuzeum.hu/

Entre las numerosas esculturas que os podréis encontrar en este parque, la más famosa es la llamada Anonymus, por representar al anónimo escritor de las primeras crónicas históricas húngaras. Otras que me llamaron la atención fueron la de Winston Churchill o George Washington, tal vez, por no esperar encontrarme aquí a estos personajes.


En definitiva, una visita imprescindible en la que perfectamente podéis emplear un día entero.

El Museo de Bellas Artes de Budapest (Szépművészeti Múzeum)

Siempre que viajo a una capital europea me gusta visitar sus pinacotecas y, sin duda, esta es la más importante de Budapest. Además, lo más curioso de todo es que no sólo es una pinacoteca.

El Museo de Bellas Artes de Budapest se ubica junto a la famosa Plaza de los Héroes. El edificio neoclásico simulando un templo griego octástilo, con columnas corintias y frontón escultórico, resulta inconfundible y ya es una buena excusa para acercarse hasta allí.
Fachada del Museo de Bellas Artes de Budapest

Lo primero que me sorprendió fue encontrar antigüedades egipcias en este museo, lo que nos da una idea de su colección multidisciplinar tan original. Y no son unas pocas piezas cualesquiera, sino que se trata de la segunda mayor colección de objetos egipcios de Centroeuropa. Provenientes de coleccionistas de arte al principio y de excavaciones arqueológicas después, la colección se ha ampliado enormemente gracias a las donaciones de importantes personajes, como György Ráth.

La colección aborda tres apartados fundamentales de la cultura egipcia: los vivos, los muertos y los dioses. Lo primero será adentrarse en el mundo de las creencias, admirando esculturas y objetos utilizados en los templos. De todos ellos voy a destacar elementos como los amuletos, las esculturas o los jeroglíficos, con su bella y particular escritura.
piezas egipcias del Museo de Bellas Artes de Budapest

Por último, en el mundo dedicado al más allá las protagonistas son las momias y sus coloridos sarcófagos.
Sarcófagos del Museo de Bellas Artes de Budapest

Además de objetos egipcios, otra parte del museo se dedica a mostrarnos numerosos objetos de la antigüedad clásica de Grecia y Roma. Entre los más destacados están los ídolos cicládicos, las vasijas griegas (La Jarra Grimani), los relieves etruscos o la escultura helenística conocida como la Bailarina de Budapest, un genial ejemplo de composición centrípeta que abogaba por la multiplicidad de puntos de vista.
Antigüedades griegas y romanas del Museo de Bellas Artes de Budapest

La pinacoteca propiamente dicha está en la parte dedicada a las pinturas antiguas. Con más de 3.000 óleos vamos a poder recorrer la pintura europea entre los siglos XIII al XVIII. Obras de consagrados artistas de los principales países europeos se dan cita aquí (la colección de artistas españoles es la mejor de Europa del Este junto con la del Ermitage ruso).

Destacar los italianos Raphael (La Virgen Esterhazy), Tiziano (Retrato del dogo Marcantonio Trevisan), Jacopo Tintoretto; los holandeses Rembrandt (Viejo sabio), Petrus Christus, Anthony van Dyck; los españoles Diego Velázquez (Almuerzo de campesinos), El Greco (Magdalena penitente), Francisco Goya (El afilador), Bartolomé Esteban Murillo; y los alemanes Peter Brueghel el Viejo (La predicación de san Juan Bautista), Albrecht Dürer (Retrato de hombre joven), Hans Holbein the Elder, Lucas Cranach (Salomé);

Del siglo XIX no podían faltar los pintores franceses, tales como Monet (Puerto de Trouville), Courbet (La fuente), Delacroix (Marroquí con caballo), Toulouse-Lautrec (Interior de burdel) y Cézanne (Bodegón).

Otra interesante sección de este museo es la dedicada a la escultura antigua, la cual aborda piezas entre el medievo y el siglo XVII. Aquí, la pieza más importante es una pequeña estatuilla ecuestre de Leonardo da Vinci o los bustos de Messerschmidt, destacando el conocido como The Yawner.

La sección de grabados y dibujos del museo es una de las más importantes de Europa y recorre las artes gráficas desde sus inicios hasta la actualidad. Con un fondo de 3.500 dibujos, los pertenecientes a la Colección Esterházy contienen algunos de los más importantes realizados por maestros de la talla de Rafael, Durero (La prostituta de Babilonia) o Rembrandt (José interpretando el sueño del faraón). Igualmente destacan dibujos de Toulouse-Lautrec, Vicent Van Gogh (Retrato del Doctor Gachet) o Gaugin. Del arte contemporáneo destacaría los dibujos de Tápies (Silla y tijeras) o Chillida.

La sensibilidad del papel a la luz hace que la exposición de estos dibujos sea periódica, alternando las obras para su mejor conservación en diferentes exposiciones temporales.

Por último, aunque no por ello menos importante, cabe destacar la sección de Arte Húngaro antiguo, un compendio de pinturas, esculturas e incluso lápidas datadas entre los siglos XI-XIX que nos sirven para entender el arte húngaro en un sentido amplio que abarcaría la herencia multicultural de los Cárpatos.

Entre las piezas a destacar los numerosos retablos y tallas religiosas, así como el refinado retrato de Erzsébet Haller, ejemplo de la aristocracia del siglo XVIII o el del Príncipe Ferenc Rákóczi II, héroe nacional de Hungría y que os sonará por encontrarse en los billetes de 500 florines.

Y para finalizar con un buen sabor de boca os dejo para el final un par de salas (una románica y otra renacentista-barroca) que se utilizan para eventos pero que bien merecen una visita breve. Se sitúan en la planta baja, al fondo del museo.

Para más información sobre la colección o acerca de horarios y precios os dejo su Web: https://www.szepmuveszeti.hu/

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