En Europa existen ciudades que deben visitarse, al
menos, una vez en la vida. Ya sea por su originalidad, por sus atractivos
turísticos, o por su legado cultural, algunas urbes son epicentro del turismo
mundial. Y Venecia, amigos míos, es una de ellas.
Esta ciudad italiana difiere del resto que
visitaréis por tener un centro histórico donde no existen calles al uso, sino
canales. En vez de coches hay góndolas y vaporettos. Una ciudad laberíntica
donde sólo podremos movernos a pie la mayor parte del tiempo. Y todo ello le
proporciona el encanto suficiente como para tener a diario una media de 20.000
turistas. En efecto, será más fácil encontrar un compatriota haciendo fotos que
a un lugareño.
Algunas listas la colocan dentro de las diez mejores
ciudades del mundo. En mi lista personal también se encuentra en el top ten. ¿Queréis
descubrir la razón?
A continuación os voy a mostrar los cinco lugares
imprescindibles, en mi opinión, que no debéis perderos si viajáis a Venecia.
Según vuestro tiempo disponible los podréis visitar en un día o en cuatro. Os
aseguro que en Venecia podríais estar una semana entera y no os aburriríais.
1. Piazza San
Marco.
Este es el lugar más turístico de Venecia, en el
cual las palomas y las masas de turistas se mezclan de una manera
indescriptible. ¡Imposible sentirse solo en este lugar!
La belleza de la plaza estriba en la enorme riqueza
artística que atesora, pues los principales monumentos de Venecia se encuentran
en ella. Su visita, en mi opinión, resulta obligada si tenéis el tiempo
suficiente. No exagero si os indico que podéis pasar todo un día entero
visitando los monumentos de esta plaza y sus alrededores más inmediatos.
La Basílica
de San Marcos, de aire claramente bizantino debido a su planta de cruz
griega, sus numerosas cúpulas y sus extraordinarios mosaicos decorativos, es
una de las más bellas de Europa. No dejéis pasar la ocasión de visitar su
interior y deslumbraros con los numerosos mosaicos que posee. En el altar
podéis rezar ante los restos de San Marcos y, detrás, observar el famoso y
lujoso retablo llamado Pala d´Oro.
Fachada de la Basílica de San Marcos, con el Palacio ducal al fondo. |
Junto a la Basílica se encuentra el otro gran
edificio de la plaza, el Palazzo Ducale,
residencia histórica del dux de Venecia.
Construido en un deslumbrante gótico veneciano, tiene la particularidad de
invertir intencionadamente las construcciones típicas de la época, situando el
compacto muro revestido de mármol en la zona superior y las galerías porticadas
en la parte inferior. Su interior merece la pena ser visitado. En él
encontraréis desde las lujosas salas de gobierno veneciano (destaca la Sala de
los Mapas), hasta la inmunda prisión donde retenían a los malechores.
Justo enfrente del palacio no dejéis de admirar la
obra veneciana más importante del siglo XVI, la Biblioteca Marciana, construida por Sansovino. Su nombre no proviene por estar dedicada a
Marte, sino al evangelista Marcos. Su exterior guarda un ritmo arquitectónico
precioso, mientras que en su interior nos deslumbraran sus recargados salones.
El interior de la biblioteca se puede visitar junto
a al resto de Museos Cívicos Venecianos en una entrada conjunta. En ellos entran
también las salas del Museo Correr,
situado en los soportales al final de la plaza. A través de un amplio conjunto
de piezas arqueológicas e históricas recorreremos la historia y evolución de la
ciudad.
Por último, otro de los grandes atractivos de la
plaza es el Campanille, un
campanario majestuoso, de casi 100 metros de altura, desde el que se obtienen
unas vistas de la ciudad realmente impresionantes.
Numerosos rincones de la plaza ofrecen atractivas
perspectivas para obtener auténticas postales con vuestra cámara fotográfica.
Las farolas con vidrios coloreados, los numerosos leones (símbolos de San Marcos
evangelista), la torre con el famoso reloj zodiacal, las palomas planeando…,
todo favorece para obtener unas instantáneas preciosas.
Y en los alrededores de la plaza el atractivo sigue
presente. Tras el palacio Ducal se encuentra el no menos famoso Puente de los Suspiros, último lugar en
el cual los presos veía la ciudad antes de ser encerrados; y siguiendo rectos
podremos pasear por la Riva degli
Schiavoni (Rivera de los Dálmatas), auténtico paseo marítimo de la ciudad
desde donde se obtienen unas maravillosas vistas de la Isla de San Jorge
(inconfundible con su iglesia con campanile) y la Iglesia de Santa María de la
Salud, justo al final del Gran Canal.
2. Ponte di
Rialto.
El mayor y más famoso puente de Venecia es otro de
los centros neurálgicos del turismo. Situado en el lugar más estrecho del Gran
Canal, sus famosas arcadas y los palacios que le flanquean son razones más que
suficientes como para convertirse en uno de los símbolos más identificables de
la ciudad de los canales.
Vista panorámica del Gran Canal, con el Puente de Rialto al fondo |
Aunque el encanto que posee queda algo ensombrecido
por las numerosas tiendas dedicadas a la venta de recuerdos turísticos, su paso
es obligado para todos los visitantes a la ciudad. Un consejo, las mejores
perspectivas se logran desde la Riva d. Carbón, a la cual llegaréis fácilmente
desde la Plaza de San Marcos siguiendo recta la calle dei Fabbri.
3. Iglesia dei
Santi Giovanni e Paolo.
En Venecia existen multitud de iglesias, cada una de
las cuales posee un encanto particular. La fachada de la Iglesia de San Barnaba apareció en la película “Indiana Jones y la última cruzada” ; Santa
María Gloriosa dei Frari posee un majestuoso interior, donde destacan los
mausoleos del pintor Tiziano y del escultor Antonio Canova; Santa María della Salute posee
interesantes pinturas de Tiziano y Tintoretto en su interior…
Pero de todas ellas yo destaco la Iglesia de los Santos Juan y Pablo, un
templo dominico que data del siglo XV. Aunque su exterior no resulta en exceso
deslumbrante, su interior, el mayor entre los templos de la ciudad, posee una
rica muestra de pinturas y esculturas dignas de consideración. Destacar los
mausoleos de algunos de los 27 dogos que descansan en este templo, llenos de
esculturas. Os recomiendo los de Pietro Mocenigo y Pompeo Giustiniani. Además
de ello destacan las obras pictóricas de Veronese, Bellini o Bassano. En definitiva,
un interior lleno de arte y deslumbrante.
Iglesia de los Santos Juan y Pablo y escultura ecuestre de Bartolomeo Colleoni |
El otro atractivo de este templo es el lugar donde
se ubica. Su fachada sirve de marco incomparable para la famosa escultura a
caballo de Bartolomeo Colleoni,
obra de Verocchio. Y junto a esta iglesia se levanta la espectacular fachada de
la, hoy hospital, Scuola Grande di San
Marco.
4. Gallerie dell'Accademia.
Se trata de una de las pinacotecas principales de
Italia y contiene la mayor colección de pintura veneciana de los siglos
XIV-XVIII. Esto significa que podremos admirar obras de Tintoretto (Milagros de
San Marcos), Giorgione (La Tempestad), Veronés (Comida en casa de Levi),
Giovanni Bellini (numerosas Vírgenes), Tiziano (Piedad)…
Es una visita imprescindible para los amantes de la
pintura. Y para los que no, no está demás acercarse hasta su edificio, pues
desde su puente se obtienen unas bellísimas vistas del Gran Canal con la
Iglesia de Santa María de la Salud al fondo.
Típica vista del Gran Canal de Venecia desde el puente de la Galería. |
5. Vaporetto/Gondola.
Algo obligado para todos aquellos que visitan la
ciudad de los canales es surcar alguno de ellos montados en un transporte
adecuado. En Venecia eso significa ir en vaporetto, una suerte de autobús
acuático, o montarse en una de las numerosas góndolas que recorren con
parsimonia los canales.
La elección entre uno y otro medio de transporte
estará en vuestra disponibilidad económica, pues el viaje en góndola es
sumamente caro. Aunque tendréis que regatear el precio, lo normal es que os
cobren entre 80-120€ por media hora de trayecto. La variación estribará si el gondolero se enrolla a cantar además de
daros el paseo. Lógicamente, el atractivo de las góndolas estriba en que
viajáis solos, recorréis estrechos y sinuosos canales que de otra forma no
visitaríais y, por qué no decirlo, seréis el objetivo de varios turistas en los
puentes más famosos.
El vaporetto es mucho más económico (unos 7€ por
sesenta minutos de viaje), aunque tiene el inconveniente de viajar con muchos otros
turistas que desean hacer las mismas fotos que tú en el mismo instante. No
obstante, es un viaje que no podéis perderos si queréis tener una panorámica
precisa de la Venecia más lujosa.
Si deseáis ver el Gran Canal con tranquilidad os
recomiendo subiros a la Línea 1, la cual lleva desde la estación de autobuses
de Piazzale Roma hasta la Isla de Lido, realizando paradas en algunos lugares
de interés como la Plaza de San Marcos o el Puente Rialto. El viaje es lento
(45 minutos entre Sant'Elena a Rialto),
pero es la mejor forma de admirar las fachadas de los mejores palacios
venecianos.: Vendramin Calergi, Ca d´Oro, Grimani, Corner Spinelli,
Ca´Rezzonico, Ca´Grande…
El famoso Palacio Ca´Oro del Gran Canal |
Otras líneas de vaporetto
recomendables son las líneas 3 y 7 para ir a la Isla de Murano, lugar donde se
ubican las famosas fábricas de cristal de Murano. Desde esta isla os aconsejo
visitar también la Isla de Burano (a 30 minutos en barco, línea LN), famosa por
sus tiendas de encaje y sus pintorescas casas de múltiples colores.
Vista de Burano |
Y para todos aquellos con
presupuestos muy ajustados que se resisten a irse de Venecia sin haber “navegado”,
os recomiendo un viaje en traghetto,
una suerte de góndolas que se utilizan para cruzar el Gran Canal en los lugares
donde no existe ningún puente. Su precio es realmente económico (1€), pues es
el transporte utilizado por los lugareños. Os costará encontrarlos, pues sólo
hay 7 y se esconden de los turistas, aunque todas se ubican en el Gran Canal.
Os recomiendo montaros en la que lo atraviesa a la altura de la Iglesia de
Santa María de la Salud (Campo del Traghetto - Calle lanza).
Un
par de últimos apuntes. El verdadero encanto de Venecia
es perderse en sus callejuelas llenas de recovecos y trayectorias confusas.
Resulta gratificante cruzar la multitud de puentes que atraviesan los canales y
encontrarse, al cabo de poco rato, en un callejón sin salida que ofrece unas
vistas al Gran Canal. O en una esquina de un solitario y estrecho canal, donde
un gondolero va cantando ¡Oh sole mío!
a unos enamorados. Esa es la esencia de Venecia que deberíais guardaros en
vuestra mochila.
Y lo anterior me sirve para desmitificar la
afirmación, tantas veces escuchada, de que no merece la pena dormir en Venecia.
La única razón para ello es el precio. Y es cierto de la relación
calidad/precio en Venecia, dada la falta de alojamientos disponibles, es excesivamente
alta para las prestaciones que obtendremos. Pero, ¿acaso no sucede lo mismo en
la mayoría de capitales europeas?
Yo os recomiendo encarecidamente dormir en Venecia.
Entre otras cosas porque levantarse temprano, abrir la ventana y descubrir el
trasiego cotidiano de la ciudad de los canales es un dinero bien invertido. Y,
al final, un buen recuerdo del alojamiento es otra razón más para dejarnos un
buen sabor de boca de nuestra experiencia viajera.
Para una mayor planificación para este destino os
recomiendo visitar la página: http://www.disfrutavenecia.com/
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