domingo, 14 de febrero de 2016

La Batalla del agua pesada (serie)




Debo reconocer que me estoy aficionando a las series escandinavas. Tras ser un ferviente seguidor de la serie sueco/danesa Bron/Broen, y ver con agrado la miniserie histórica danesa 1864,  hoy os voy a recomendar otra miniserie histórica, esta vez noruega y ambientada en la II Guerra Mundial. Lleva por título Kampen om Tungtvannet (La Batalla del Agua Pesada) y relata un episodio, bastante desconocido en nuestro país, relativo a la carrera alemana por lograr la bomba nuclear y los esfuerzos aliados por impedírselo.



¿Os apetece conocer el trasfondo histórico de esta serie?


Como es habitual en mis reseñas filmográficas, la crítica incluye diversa información que sólo tras haber visto la serie podréis digerir adecuadamente. Por tanto, para no comenzar ya con spoilers,  y animaros a verla os comentaré los puntos fuertes de la miniserie.

En primer lugar me encantó el rigor histórico general de la serie. Algunas cosas pueden matizarse, pero la veracidad de los hechos resulta incuestionable. Y dada la profundidad del guión y lo bien elaborados que están cada uno de los personajes, desmiente ese gran clásico de las series americanas sobre lo imposible que resulta aunar espectáculo e historicidad. De hecho, existe una versión cinematográfica de este suceso, interpretada por el gran Kirk Douglas (The Heroes of Telemark, 1965), en la que se inventa una historia de amor y un asalto totalmente ficticio. Hollywood, deberías dejar de mirarte tanto el ombligo y observar lo que hace la vieja Europa.

En segundo lugar lo excelentemente ideados que están cada uno de los capítulos (seis únicamente). En todos ellos tenemos una parte de acción y otra de tensión por las decisiones que deben adoptar los distintos personajes. En todos tenemos grandes momentos y frases, algunas veces demasiado grandilocuentes, que nos harán recordar momentos específicos de cada capítulo.

En tercer lugar me gusta que la serie aborde la historia desde cuatro puntos de vista diferentes: el alemán, el inglés, el noruego y el relativo a los dirigentes de la empresa noruega. De esta forma tenemos una visión más amplia y rica del hecho histórico.

Por último, su gran atractivo son las buenas ambientaciones y fotografía, así como el vestuario utilizado. Sin grandes alardes técnicos logra sumergirnos en el ambiente de la II Guerra Mundial de manera eficaz y sublime. Y hasta aquí la parte sin Spoilers.

Históricamente, la serie se centra en la lucha de los aliados, concretamente británicos, por impedir que Alemania lograra la bomba atómica. El título de la misma es bastante expresivo al respecto. En efecto, la Batalla del agua pesada es el nombre con el que se conoce a las diversas operaciones que se llevaron a cabo contra la empresa Noruega  de fertilizantes Norsk Hydro (Vemork), único lugar en el cual se fabricaba, de forma secundaria, agua pesada (óxido de deuterio). Este producto era esencial para los alemanes, quienes pretendían crear una bomba atómica de fisión con uranio natural no enriquecido. El éxito de la fisión residía en este tipo de agua, capaz de moderar los neutrones que iniciarían la reacción en cadena.

En el primer capítulo de la serie vemos el inicio de la guerra y la presentación de los diversos personajes que serán claves en el desarrollo de la historia. Debemos tener en cuenta que se trata de una serie histórica que recrea personajes reales, lo que la aleja de otras series similares que incluyen numerosos personajes ficticios (por ejemplo la actual Manhattan).

Entre los protagonistas principales está el físico alemán Werner Heisenberg, en quién se centrará toda la trama relativa a los alemanes. La serie muestra una delicadeza increíble con el personaje, mostrándonos los diferentes problemas morales a los que se enfrentará el físico alemán.
Por un lado le vemos en su versión científica, luchando contra la burocracia e ideología nazi de pensamiento único. Sus frases sobre la evolución del conocimiento científico como un continuo acumulo de saber, o su insistencia en mantener la amistad con físicos repudiados por el nazismo, siendo el caso de su mentor Niels Bohr paradigmático, contrastan con su desmedido afán por llevar a cabo con éxito la tarea en la que se ha embarcado.



Históricamente, el papel de Heisenberg en este proyecto, conocido como Proyecto Uranio, es ambiguo; mientras unos defendieron su fiel implicación, otros insistían en incidir en que llegó a sabotearlo desde dentro.  La razón es clara. Los EEUU lograron crear una bomba atómica y la llegaron a utilizar en la guerra. La única excusa plausible para calmar la moral de su población era indicar que Alemania también estaba buscando lo mismo. La explicación oficial fue que en una carrera atómica sin precedentes, los aliados lograron llegar a la meta antes.

Pero finalizada la guerra y encerrados los físicos alemanes en la granja inglesa de Farm Hall, se llegaron a otras conclusiones. Los británicos grabaron todas sus conversaciones, especialmente aquellas tras conocerse la noticia de las bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki. Y por las discusiones y respuestas de los científicos alemanes sobre el suceso se podía inferir que nunca intentaron construir una bomba atómica. Su objetivo final, tal como se intuye muy bien en la serie, era crear un reactor nuclear que generara electricidad. Que se utilizara agua pesada y las varillas para moderar la fisión era algo contrario a la realización de una bomba. Por ejemplo, los científicos del Proyecto Manhattan usaron el grafito como medio para lograr una reacción en cadena destructiva.

A pesar de lo anterior, resultaría estúpido pensar en que Heisenberg ignoraba el uso militar de la fisión nuclear. Sabía para lo que le habían contratado los nazis, pero también conocía las dificultades que entrañaba crear algo semejante. De nuevo, la serie acierta al mostrarnos la indefinición y el pensamiento científico de Heisenberg, para quien su proyecto era una manera de ganar tiempo. Su intención, como dijo después de la guerra, era salvar la vida de los jóvenes científicos alemanes cuyo trabajo sería muy útil para el período de la posguerra. Lograr un reactor nuclear que generara energía era un logro impresionante que tardaría años en lograr. Esperaba que para el siguiente paso, la construcción de una bomba, la guerra hubiese terminado.

La serie juega con esta ambigüedad a través de los distintos capítulos, en los cuales vamos descubriendo, poco a poco, la evolución del pensamiento de Heisenberg. En el capítulo final aparece un desenlace crucial, en el que el físico muestra en la pizarra que sus cálculos para realizar una bomba necesitaban mucho menos uranio del que siempre habían teorizado. El borrado de las fórmulas de la pizarra es la conclusión final sobre las verdaderas intenciones de Heisenberg en el proyecto.

El mayor logro en esta trama, a mi parecer, reside en mostrarnos como se puede sobrevivir en un gobierno totalitario sin compartir sus ideas. Porque lo que hace Heisenberg es, simplemente, sobrevivir.

Un punto controvertido, históricamente hablando, es la conversación entre Bohr y Heisenberg en Copenhague, auténtico hecho histórico ocurrido en septiembre de 1941, así como el dibujo que aparece en la serie sobre el reactor nuclear. Las críticas de Bohr sobre donde se está metiendo su amigo resultan tremendamente cínicas si tenemos en cuenta que el mismo Bohr se marchó a trabajar en el proyecto Manhattan, el cual, a la postre, logró la bomba atómica. En este punto creo que la serie patina un poco en objetividad, inclinándose hacia el bando aliado. No obstante, la misma conversación y las conclusiones que sacaron ambos protagonistas supuso un cruce de acusaciones por carta tras la guerra en donde Heisenberg insistió que deseaba mostrar a Bohr que su trabajo se encaminaba hacia la creación de un reactor nuclear, mientras que Bohr, por su parte, interpretó que lograrían crear una bomba atómica.

Esta sensación partidista, ante la pretendida objetividad de la serie, aparece también en distintos momentos de la misma. De forma velada y subliminal. Por ejemplo, en las ejecuciones del primer comando británico, escena que resulta inverosímil, pues sería lógico que los aliados se defendieran hasta la muerte ante la llegada alemana. Lo suyo hubiera sido mostrar el tiroteo y la posterior ejecución. O en la charla a sus alumnos del profesor de química Leif Tronstad, otro de los protagonistas de la serie, sobre la importancia de las decisiones que tomamos y las elecciones que hacemos en la vida. La comparación de su actitud, uniéndose a los Aliados y abandonando su país, con la de Heisenberg, uniéndose al proyecto nazi, tal como la presentan, resulta negativa para el segundo. Pero, tal vez, sea sólo una impresión subjetiva mía.

La segunda trama que aborda la serie se centra en las operaciones llevadas a cabo en Escocia por el grupo británico denominado S.O.E., cuyo objetivo es lograr destruir la fábrica noruega e impedir que el agua pesada llegue a Alemania. Los protagonistas, en este caso, son el profesor de química noruego Leif Tronstad, constructor de la planta en su día, y una oficial británica, Julie Smith, contrapunto femenino acertado. Ambos son los que planifican y entrenan al comando encargado de infiltrarse en la fábrica y destruirla. En mi opinión resulta poco atinado no dar mayor protagonismo a Jomar Brun, gerente de producción de la planta en Rjukan, cuyo conocimiento de la fábrica fue esencial para abordar el ataque con éxito.


Esta segunda trama se complementa con la tercera, aquella que nos muestra los comandos noruegos que intentan sabotear la producción de la fábrica. Un grupo de media docena de hombres, que se queda en cinco tras un accidente con un arma, se envía en paracaídas a las proximidades de la zona. Está compuesto por los noruegos Einar Skinnanrland, Jens Anton Paulsson, Arne Kjelstrup, Knut Haugland y Claus Helberg, los cuales forman el grupo Grousse (que significa urogallo). El plan era que establecieran una cabeza de puente para la llegada de un comando británico preparado para atacar la fábrica. Esta operación, denominada Freshman, acabó en desastre al estrellarse los aviones debido al mal tiempo. La serie, que muestra el suceso en el segundo capítulo, aborda tanto la pérdida de los ingleses como la difícil situación de la avanzadilla noruega, que deberán sobrevivir aislados y sin casi comida.

La siguiente operación, denominada Gunnerside, tuvo más éxito. Tal como muestra la película en su cuarto capítulo, se organizó un pequeño comando que fue lanzado en paracaídas a la zona. Tras contactar con la avanzadilla, planearon el ataque con explosivos a la planta. El grupo decidió internarse a través del barranco, cambiando los planes originales de atravesar el único puente disponible, fuertemente vigilado por los alemanes. La acción de este comando, una de las más espectaculares de toda la guerra, destacó por llevar a cabo su objetivo sin disparar un solo tiro. Aunque la serie no muestra como los saboteadores tuvieron que reducir a un par de guardias alemanes para lograr su objetivo.


Un dato de interés es el hincapié que le hace uno de los soldados, al empleado de la fábrica, para que se fijara en el uniforme inglés que llevaba puesto. Era su manera de quitar responsabilidad a los noruegos por el sabotaje. Aunque no aparece en la serie, también dejaron como muestra una de sus armas, inconfundiblemente inglesa.

El ruido de las máquinas y los generadores impidieron que los alemanes se percataran de la explosión llevada a cabo. Cuando descubrieron el sabotaje fue tarde y el comando ya estaba huyendo. Los alemanes buscaron a los saboteadores por las montañas que rodeaban el complejo, pero no llegaron a encontrarlos. Mientras una parte del grupo escapó por Suecia, otra se dispersó y ocultó eficazmente en las montañas, formando parte de la resistencia.

El éxito de la operación tan solo logró retrasar la producción unos pocos meses. En medio año los alemanes habían logrado reparar los daños y volvían a producir agua pesada. El siguiente paso fue ordenar un bombardeo, con el dilema moral que ello entrañaba, pues suponía efectuar bajas civiles inocentes. La fuerte vigilancia que tenía entonces la fábrica descartaba la intervención de otro comando.

La serie nos muestra, en toda su crudeza, la acción del ataque de 160 bombarderos, los cuales causaron 22 bajas civiles y muy pocos resultados prácticos, tal como insistía el profesor de química.

No obstante, el principal dilema moral que aborda la serie lo encontraremos en la última acción de sabotaje aliado, cuando desde Londres se ordena al grupo de la resistencia noruega hundir el ferry Hydro que transporta las últimas reservas de agua pesada hacia Alemania. La acción, llevada a cabo con una bomba con temporizador en el lago Tinsee, supuso la muerte de 14 noruegos inocentes.  Entre ellos estaba una niña de tres años.

En esta trama, en la cual combinamos la visión de los ideólogos de las misiones y los soldados que las llevan a cabo, la serie nos realiza veladamente una serie de preguntas con gran trasfondo ético y moral. La transformación de Leif Tronstad es, en este sentido paradigmática. De su preocupación importante sobre su grupo aislado en las montañas tras el fracaso de la primera misión, así como por las bajas que provocarían los bombardeos americanos a la fábrica, le vemos pasar a otro estado, el de la asunción del miedo, que le lleva a justificar las bajas civiles que pudieran producirse en el ferry. Su evolución es contraria a la de Julie Smith, la única que pasa de justificar cualquier baja por el bien del objetivo común a llorar por las bajas civiles noruegas. En este sentido vemos como ambos personajes, los cuales parten de situaciones distintas, terminan la guerra de forma totalmente opuesta.

La pregunta moral sobre si cualquier acción está justificada en tiempos de guerra no se circunscribe a los ideólogos del plan. También vemos el drama que supone la realización del operativo por los miembros de la resistencia noruega. Y la respuesta de quien pone la bomba, elevando la responsabilidad moral a sus superiores no deja de recordarme que fue la misma excusa que abdujeron los nazis que trabajaron en los campos de concentración.

La pregunta sobre si el fin justifica los medios no sólo es circunscrita a este momento particular, sino que sirve para fusionar todas las tramas en las que se ha dividido la historia. ¿Acaso no podemos preguntarnos lo mismo sobre el papel de Heisenberg, o sus homólogos contrarios del Proyecto Manhattan? ¿Cuál es el límite entre causa justificada y crimen de guerra? Interrogantes abiertos que la serie plantea y nos deja que los abordemos personalmente tras el visionado.

La cuarta trama, la cual termina de darnos la visión completa del suceso, es la de los empleados de la fábrica. La historia, centrada en su director, nos muestra los dilemas morales a los que se debe enfrentar un directivo bajo la dominación militar nazi. Con el contrapunto bondadoso de su mujer, que actúa a modo de conciencia, vemos la evolución de una persona, fiel seguidora de normas durante toda su vida, hacia el lado correcto. Sus decisiones terminarán llevándole a prisión, por desobedecer las obligaciones respecto a la producción de agua pesada.


La serie muestra, de forma magistral, una crítica inmisericorde para todos aquellos que colaboraron con el régimen nazi de ocupación y luego salieron indemnes tras la guerra. Pues, tal como aparece al final de la serie, Bjarne Eriksen, seguirá al frente de la empresa Norsk Hydro ASA tras finalizar la ocupación. La reinserción a la vida civil de numerosos colaboracionistas no fue algo exclusivo de Noruega, y la serie nos permite pensar en lo caprichoso que es el destino con las personas.

Leif Tronstad, luchador e ideólogo de los planes de sabotaje, hombre de alta moral que lo dejó todo para combatir el fascismo, morirá al final de la guerra en una emboscada. Mientras, Werner Heisenberg o el mismo Bjarne Eriksen, colaboracionistas más o menos implicados con los nazis, disfrutarán de una posguerra apacible con sus familias. ¿Es eso justo? ¿Quién dijo que la vida tuviera que ser justa?

Una magnífica serie que aborda temas muy polémicos de una manera excelente. La recomiendo totalmente.

¿Os gustó también a vosotros?

FUENTES:

La Batalla del agua pesada. En la red: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_del_agua_pesada
Kampen om Tungtvannet ( La guerra del agua pesada) : La primera joya mundial del 2015. En la red: http://blogs.diariovasco.com/series-gourmets/2015/02/02/kampen-om-tungtvannet-la-guerra-del-agua-pesada-la-primera-joya-mundial-del-2015/
Heisenberg y la batalla de lagua pesada. En la red: http://www.caraballo.es/2015/03/heisenberg-y-la-batalla-del-agua-pesada/
Karl Von Meyenn. Heisenberg, el Nacionalsocialismo y el mito de la bomba atómica alemana. En la red: http://www.revistadelibros.com/articulo_imprimible.php?art=3517&t=articulos

Siempre son los vencedores los que escriben la historia de los vencidos, los que siguen vivos la de los muertos. Theodor Lessing (1872-1930)

No hay comentarios:

Publicar un comentario