Debo reconocer que me estoy aficionando a las series escandinavas. Tras ser un ferviente seguidor de la serie sueco/danesa Bron/Broen, y ver con agrado la miniserie histórica danesa 1864, hoy os voy a recomendar otra miniserie histórica, esta vez noruega y ambientada en la II Guerra Mundial. Lleva por título Kampen om Tungtvannet (La Batalla del Agua Pesada) y relata un episodio, bastante desconocido en nuestro país, relativo a la carrera alemana por lograr la bomba nuclear y los esfuerzos aliados por impedírselo.
¿Os apetece conocer el trasfondo histórico de esta
serie?
Como es habitual en mis reseñas filmográficas, la
crítica incluye diversa información que sólo tras haber visto la serie podréis
digerir adecuadamente. Por tanto, para no comenzar ya con spoilers, y animaros a verla
os comentaré los puntos fuertes de la miniserie.
En primer lugar me
encantó el rigor histórico general de la serie. Algunas cosas pueden
matizarse, pero la veracidad de los hechos resulta incuestionable. Y dada la
profundidad del guión y lo bien elaborados que están cada uno de los personajes,
desmiente ese gran clásico de las series americanas sobre lo imposible que
resulta aunar espectáculo e historicidad. De hecho, existe una versión
cinematográfica de este suceso, interpretada por el gran Kirk Douglas (The
Heroes of Telemark, 1965), en la que se inventa una historia de amor y un
asalto totalmente ficticio. Hollywood, deberías dejar de mirarte tanto el ombligo
y observar lo que hace la vieja Europa.
En segundo lugar lo excelentemente ideados que están cada uno de los capítulos (seis únicamente). En todos
ellos tenemos una parte de acción y otra de tensión por las decisiones que
deben adoptar los distintos personajes. En todos tenemos grandes momentos y
frases, algunas veces demasiado grandilocuentes, que nos harán recordar
momentos específicos de cada capítulo.
En tercer lugar me gusta que la serie aborde la historia desde cuatro puntos de vista
diferentes: el alemán, el inglés, el noruego y el relativo a los dirigentes
de la empresa noruega. De esta forma tenemos una visión más amplia y rica del
hecho histórico.
Por último, su gran atractivo son las buenas ambientaciones y fotografía, así
como el vestuario utilizado. Sin grandes alardes técnicos logra sumergirnos en
el ambiente de la II Guerra Mundial de manera eficaz y sublime. Y hasta aquí la
parte sin Spoilers.
Históricamente, la serie se centra en la lucha de
los aliados, concretamente británicos, por impedir que Alemania lograra la
bomba atómica. El título de la misma es bastante expresivo al respecto. En
efecto, la Batalla del agua pesada
es el nombre con el que se conoce a las diversas operaciones que se llevaron a
cabo contra la empresa Noruega de
fertilizantes Norsk Hydro (Vemork), único lugar en el cual se fabricaba, de
forma secundaria, agua pesada (óxido de deuterio). Este producto era esencial
para los alemanes, quienes pretendían crear una bomba atómica de fisión con
uranio natural no enriquecido. El éxito de la fisión residía en este tipo de
agua, capaz de moderar los neutrones que iniciarían la reacción en cadena.
En el primer capítulo de la serie vemos el inicio de
la guerra y la presentación de los diversos personajes que serán claves en el
desarrollo de la historia. Debemos tener en cuenta que se trata de una serie
histórica que recrea personajes reales, lo que la aleja de otras series
similares que incluyen numerosos personajes ficticios (por ejemplo la actual Manhattan).
Entre los protagonistas principales está el físico alemán Werner Heisenberg, en quién
se centrará toda la trama relativa a los alemanes. La serie muestra una
delicadeza increíble con el personaje, mostrándonos los diferentes problemas
morales a los que se enfrentará el físico alemán.
Por un lado le vemos en su versión científica,
luchando contra la burocracia e ideología nazi de pensamiento único. Sus frases
sobre la evolución del conocimiento científico como un continuo acumulo de
saber, o su insistencia en mantener la amistad con físicos repudiados por el
nazismo, siendo el caso de su mentor Niels Bohr paradigmático, contrastan con
su desmedido afán por llevar a cabo con éxito la tarea en la que se ha
embarcado.
Históricamente, el papel de Heisenberg en este proyecto,
conocido como Proyecto Uranio, es
ambiguo; mientras unos defendieron su fiel implicación, otros insistían en
incidir en que llegó a sabotearlo desde dentro.
La razón es clara. Los EEUU lograron crear una bomba atómica y la
llegaron a utilizar en la guerra. La única excusa plausible para calmar la
moral de su población era indicar que Alemania también estaba buscando lo
mismo. La explicación oficial fue que en una carrera atómica sin precedentes,
los aliados lograron llegar a la meta antes.
Pero finalizada la guerra y encerrados los físicos
alemanes en la granja inglesa de Farm
Hall, se llegaron a otras conclusiones. Los británicos grabaron todas sus
conversaciones, especialmente aquellas tras conocerse la noticia de las bombas
atómicas sobre Hirosima y Nagasaki. Y por las discusiones y respuestas de los
científicos alemanes sobre el suceso se podía inferir que nunca intentaron
construir una bomba atómica. Su objetivo final, tal como se intuye muy bien en
la serie, era crear un reactor nuclear que generara electricidad. Que se
utilizara agua pesada y las varillas para moderar la fisión era algo contrario
a la realización de una bomba. Por ejemplo, los científicos del Proyecto
Manhattan usaron el grafito como medio para lograr una reacción en cadena
destructiva.
A pesar de lo anterior, resultaría estúpido pensar
en que Heisenberg ignoraba el uso militar de la fisión nuclear. Sabía para lo
que le habían contratado los nazis, pero también conocía las dificultades que
entrañaba crear algo semejante. De nuevo, la serie acierta al mostrarnos la
indefinición y el pensamiento científico de Heisenberg, para quien su proyecto
era una manera de ganar tiempo. Su intención, como dijo después de la guerra,
era salvar la vida de los jóvenes científicos alemanes cuyo trabajo sería muy
útil para el período de la posguerra. Lograr un reactor nuclear que generara
energía era un logro impresionante que tardaría años en lograr. Esperaba que
para el siguiente paso, la construcción de una bomba, la guerra hubiese terminado.
La serie juega con esta ambigüedad a través de los
distintos capítulos, en los cuales vamos descubriendo, poco a poco, la
evolución del pensamiento de Heisenberg. En el capítulo final aparece un
desenlace crucial, en el que el físico muestra en la pizarra que sus cálculos
para realizar una bomba necesitaban mucho menos uranio del que siempre habían
teorizado. El borrado de las fórmulas de la pizarra es la conclusión final
sobre las verdaderas intenciones de Heisenberg en el proyecto.
El mayor logro en esta trama, a mi parecer, reside
en mostrarnos como se puede sobrevivir en un gobierno totalitario sin compartir
sus ideas. Porque lo que hace Heisenberg es, simplemente, sobrevivir.
Un punto controvertido, históricamente hablando, es la
conversación entre Bohr y Heisenberg en Copenhague,
auténtico hecho histórico ocurrido en septiembre de 1941, así como el dibujo
que aparece en la serie sobre el reactor nuclear. Las críticas de Bohr sobre
donde se está metiendo su amigo resultan tremendamente cínicas si tenemos en
cuenta que el mismo Bohr se marchó a trabajar en el proyecto Manhattan, el
cual, a la postre, logró la bomba atómica. En este punto creo que la serie patina
un poco en objetividad, inclinándose hacia el bando aliado. No obstante, la
misma conversación y las conclusiones que sacaron ambos protagonistas supuso un
cruce de acusaciones por carta tras la guerra en donde Heisenberg insistió que
deseaba mostrar a Bohr que su trabajo se encaminaba hacia la creación de un
reactor nuclear, mientras que Bohr, por su parte, interpretó que lograrían
crear una bomba atómica.
Esta sensación partidista, ante la pretendida
objetividad de la serie, aparece también en distintos momentos de la misma. De
forma velada y subliminal. Por ejemplo, en las ejecuciones del primer comando
británico, escena que resulta inverosímil, pues sería lógico que los aliados se
defendieran hasta la muerte ante la llegada alemana. Lo suyo hubiera sido mostrar el tiroteo y la posterior ejecución. O en la charla a sus
alumnos del profesor de química Leif Tronstad, otro de los protagonistas de la
serie, sobre la importancia de las decisiones que tomamos y las elecciones que
hacemos en la vida. La comparación de su actitud, uniéndose a los Aliados y
abandonando su país, con la de Heisenberg, uniéndose al proyecto nazi, tal como
la presentan, resulta negativa para el segundo. Pero, tal vez, sea sólo una
impresión subjetiva mía.
La segunda
trama que aborda la serie se centra
en las operaciones llevadas a cabo en Escocia por el grupo británico denominado S.O.E., cuyo objetivo es lograr destruir
la fábrica noruega e impedir que el agua pesada llegue a Alemania. Los
protagonistas, en este caso, son el profesor de química noruego Leif Tronstad,
constructor de la planta en su día, y una oficial británica, Julie Smith, contrapunto
femenino acertado. Ambos son los que planifican y entrenan al comando encargado
de infiltrarse en la fábrica y destruirla. En mi opinión resulta poco atinado
no dar mayor protagonismo a Jomar Brun, gerente de producción de la planta en
Rjukan, cuyo conocimiento de la fábrica fue esencial para abordar el ataque con
éxito.
Esta segunda trama
se complementa con la tercera,
aquella que nos muestra los comandos
noruegos que intentan sabotear la producción de la fábrica. Un grupo de
media docena de hombres, que se queda en cinco tras un accidente con un arma,
se envía en paracaídas a las proximidades de la zona. Está compuesto por los
noruegos Einar Skinnanrland, Jens Anton Paulsson, Arne Kjelstrup, Knut Haugland
y Claus Helberg, los cuales forman el grupo Grousse (que significa urogallo).
El plan era que establecieran una cabeza de puente para la llegada de un
comando británico preparado para atacar la fábrica. Esta operación, denominada Freshman, acabó en desastre al
estrellarse los aviones debido al mal tiempo. La serie, que muestra el suceso
en el segundo capítulo, aborda tanto la pérdida de los ingleses como la difícil
situación de la avanzadilla noruega, que deberán sobrevivir aislados y sin casi
comida.
La siguiente operación, denominada Gunnerside, tuvo más éxito. Tal como
muestra la película en su cuarto capítulo, se organizó un pequeño comando que
fue lanzado en paracaídas a la zona. Tras contactar con la avanzadilla,
planearon el ataque con explosivos a la planta. El grupo decidió internarse a
través del barranco, cambiando los planes originales de atravesar el único
puente disponible, fuertemente vigilado por los alemanes. La acción de este
comando, una de las más espectaculares de toda la guerra, destacó por llevar a
cabo su objetivo sin disparar un solo tiro. Aunque la serie no muestra como los
saboteadores tuvieron que reducir a un par de guardias alemanes para lograr su
objetivo.
Un dato de interés es el hincapié que le hace uno de
los soldados, al empleado de la fábrica, para que se fijara en el uniforme
inglés que llevaba puesto. Era su manera de quitar responsabilidad a los
noruegos por el sabotaje. Aunque no aparece en la serie, también dejaron como
muestra una de sus armas, inconfundiblemente inglesa.
El ruido de las máquinas y los generadores
impidieron que los alemanes se percataran de la explosión llevada a cabo.
Cuando descubrieron el sabotaje fue tarde y el comando ya estaba huyendo. Los
alemanes buscaron a los saboteadores por las montañas que rodeaban el complejo,
pero no llegaron a encontrarlos. Mientras una parte del grupo escapó por
Suecia, otra se dispersó y ocultó eficazmente en las montañas, formando parte
de la resistencia.
El éxito de la operación tan solo logró retrasar la
producción unos pocos meses. En medio año los alemanes habían logrado reparar
los daños y volvían a producir agua pesada. El siguiente paso fue ordenar un
bombardeo, con el dilema moral que ello entrañaba, pues suponía efectuar bajas
civiles inocentes. La fuerte vigilancia que tenía entonces la fábrica
descartaba la intervención de otro comando.
La serie nos muestra, en toda su crudeza, la acción
del ataque de 160 bombarderos, los cuales causaron 22 bajas civiles y muy pocos
resultados prácticos, tal como insistía el profesor de química.
No obstante, el principal
dilema moral que aborda la serie lo encontraremos en la última acción de
sabotaje aliado, cuando desde Londres se ordena al grupo de la resistencia
noruega hundir el ferry Hydro que transporta las últimas reservas de agua
pesada hacia Alemania. La acción, llevada a cabo con una bomba con temporizador
en el lago Tinsee, supuso la muerte de 14 noruegos inocentes. Entre ellos estaba una niña de tres años.
En esta trama, en la cual combinamos la visión de
los ideólogos de las misiones y los soldados que las llevan a cabo, la serie
nos realiza veladamente una serie de preguntas con gran trasfondo ético y
moral. La transformación de Leif Tronstad es, en este sentido paradigmática. De
su preocupación importante sobre su grupo aislado en las montañas tras el
fracaso de la primera misión, así como por las bajas que provocarían los
bombardeos americanos a la fábrica, le vemos pasar a otro estado, el de la
asunción del miedo, que le lleva a justificar las bajas civiles que pudieran
producirse en el ferry. Su evolución es contraria a la de Julie Smith, la única
que pasa de justificar cualquier baja por el bien del objetivo común a llorar
por las bajas civiles noruegas. En este sentido vemos como ambos personajes,
los cuales parten de situaciones distintas, terminan la guerra de forma
totalmente opuesta.
La pregunta moral sobre si cualquier acción está
justificada en tiempos de guerra no se circunscribe a los ideólogos del plan.
También vemos el drama que supone la realización del operativo por los miembros
de la resistencia noruega. Y la respuesta de quien pone la bomba, elevando la
responsabilidad moral a sus superiores no deja de recordarme que fue la misma
excusa que abdujeron los nazis que trabajaron en los campos de concentración.
La pregunta sobre si el fin justifica los medios no
sólo es circunscrita a este momento particular, sino que sirve para fusionar
todas las tramas en las que se ha dividido la historia. ¿Acaso no podemos
preguntarnos lo mismo sobre el papel de Heisenberg, o sus homólogos contrarios
del Proyecto Manhattan? ¿Cuál es el
límite entre causa justificada y crimen de guerra? Interrogantes abiertos
que la serie plantea y nos deja que los abordemos personalmente tras el
visionado.
La cuarta
trama, la cual termina de darnos la
visión completa del suceso, es la de los empleados
de la fábrica. La historia, centrada en su director, nos muestra los
dilemas morales a los que se debe enfrentar un directivo bajo la dominación
militar nazi. Con el contrapunto bondadoso de su mujer, que actúa a modo de
conciencia, vemos la evolución de una persona, fiel seguidora de normas durante
toda su vida, hacia el lado correcto. Sus decisiones terminarán llevándole a prisión,
por desobedecer las obligaciones respecto a la producción de agua pesada.
La serie muestra, de forma magistral, una crítica
inmisericorde para todos aquellos que colaboraron con el régimen nazi de
ocupación y luego salieron indemnes tras la guerra. Pues, tal como aparece al
final de la serie, Bjarne Eriksen, seguirá al frente de la empresa Norsk Hydro
ASA tras finalizar la ocupación. La reinserción a la vida civil de numerosos
colaboracionistas no fue algo exclusivo de Noruega, y la serie nos permite
pensar en lo caprichoso que es el destino con las personas.
Leif Tronstad, luchador e ideólogo de los planes de
sabotaje, hombre de alta moral que lo dejó todo para combatir el fascismo,
morirá al final de la guerra en una emboscada. Mientras, Werner Heisenberg o el
mismo Bjarne Eriksen, colaboracionistas más o menos implicados con los nazis,
disfrutarán de una posguerra apacible con sus familias. ¿Es eso justo? ¿Quién
dijo que la vida tuviera que ser justa?
Una magnífica serie que aborda temas muy polémicos
de una manera excelente. La recomiendo totalmente.
¿Os gustó también a vosotros?
FUENTES:
La Batalla del agua pesada. En la red: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_del_agua_pesada
Operación Gunnerside. En la red: https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Gunnerside
Kampen om Tungtvannet ( La guerra del agua pesada) :
La primera joya mundial del 2015. En la red: http://blogs.diariovasco.com/series-gourmets/2015/02/02/kampen-om-tungtvannet-la-guerra-del-agua-pesada-la-primera-joya-mundial-del-2015/
Heisenberg y la batalla de lagua pesada. En la red: http://www.caraballo.es/2015/03/heisenberg-y-la-batalla-del-agua-pesada/
La batalla de lagua pesada (2015). En la red: http://desayunoconfotones.org/2015/05/21/la-batalla-del-agua-pesada-2015/
Serie: Kampen om Tungtvannet. En la red: http://estantespapel.blogspot.com.es/2015/10/serie-kampen-om-tungtvannet-heavy-water.html
Telemark. En la red: http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/telemark.html
Proyecto Uranio. En la red: http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/armamento/uranio.html
Karl Von Meyenn. Heisenberg, el Nacionalsocialismo y
el mito de la bomba atómica alemana. En la red: http://www.revistadelibros.com/articulo_imprimible.php?art=3517&t=articulos
Siempre son los vencedores los que
escriben la historia de los vencidos, los que siguen vivos la de los muertos.
Theodor Lessing (1872-1930)
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