En el año 2000, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB)
establecieron en el calendario internacional una jornada donde conmemorar
aspectos relacionados con la visión y la prevención de la ceguera.
La misma se celebra el segundo jueves de octubre y, en
este año 2025, la temática trató sobre el acceso universal al cuidado ocular.
¿Os interesa el tema?
El 9 de octubre de 2025 se celebró el Día Mundial de
la Visión. Fue una fecha compartida con el Día Europeo del Arte Rupestre y el
Día Mundial del Correo.
El objetivo de esta jornada, en lo que a la visión se
refiere, persigue concienciar a las personas sobre los diferentes tipos de
afecciones visuales y sus tratamientos.
En años anteriores la temática se ha centrado en los
niños (2024), la visión en el trabajo (2023) o en las causas de ceguera
evitable (2014).
Este año 2025 el lema fue “defender un cuidado
ocular accesible, disponible y asequible para todos, en todas partes”.
Muchos de mis pacientes, cuando en consulta les digo
que deberán visitar al oftalmólogo para operarse de cataratas, me ponen mala
cara. Algunos de ellos afirman que, de momento, no quieren operarse. Como si su
opinión profana del asunto debería tener más valor que la del profesional que
mira por su salud ocular. Otros, directamente, se niegan a pasar por quirófano.
A estos últimos les suelo realizar dos comentarios.
Las cataratas, si no se operan, terminan degenerando en la ceguera del sujeto,
al no dejar pasar luz al interior del ojo. Las opciones son claras: operación o
ceguera.
El segundo comentario va dirigido a la suerte que
tenemos de pertenecer al primer mundo. Las cataratas son la principal causa de
ceguera y discapacidad visual a nivel mundial. En muchos países, un diagnóstico
de este tipo supone la losa de la ceguera, pues ni existen medios ni
posibilidades para realizar tal intervención.
Lo que aquí nos supone perder unas horas de nuestra
vida (la operación es muy sencilla y volvemos a casa en el mismo día, la mayor
parte de las veces), en países subdesarrollados supone una incapacidad visual
permanente.
Este tipo de afecciones oculares tan fácilmente
solucionables en el primer mundo deberían ser accesibles en todos los lugares.
Y desde aquí animo a las organizaciones públicas y privadas a realizar campañas
de concienciación para que sea posible ayudar a todas aquellas personas
afectadas de cataratas, que deberían seguir viendo y no quedarse ciegas.
En los países del Tercer Mundo, uno de los problemas a
los que se enfrenta la medicina actual es la de la disponibilidad. En Kenia,
con una población similar a la española, el oftalmólogo Hillary Rono, ya
advertía en el año 2009, que en el país africano existían sólo 62 oftalmólogos
(en España eran unos 4.000). Y que la mitad de ellos estaban en la capital,
Nairobi, por lo que sólo había 30 de ellos en el resto del país.
En España el problema con los oftalmólogos es otro.
Nuestro país tiene una tasa de aproximadamente 3,9 oftalmólogos por cada 100.000
habitantes según los últimos datos disponibles, situándose por encima de la
media de la OCDE y la de muchos países europeos. La dificultad es que te den
una cita rápida con ellos.
Las ópticas, durante muchos años, llevamos realizando
de manera altruista un eficiente cribado que ha logrado descongestionar, en
buena medida, las listas de espera en la Sanidad Pública. No existe en nuestro
país ninguna otra especialidad médica en la que una persona pueda acudir y ser
atendida en cuestión de minutos similar a las ópticas. Aun así, no siempre es
suficiente.
Los profesionales que trabajamos en las ópticas
tenemos la formación y estamos capacitados para realizar este tipo de cribados.
Y desde aquí quiero romper una lanza en favor de todos aquellos compañeros que
realizamos este trabajo de manera altruista e ilegal.
Sí, han leído bien. Según el lobby de los oftalmólogos
en España, y la legislación existente en la actualidad, un optometrista no
puede diagnosticar enfermedades oculares. Ese honor, legalmente, sólo pueden
realizarlo los oftalmólogos.
Pero no se preocupen. Que al igual que un optometrista
en Inglaterra es capaz de diagnosticar unas cataratas legalmente, aquí las
diagnosticaremos igual, aunque manejando adecuadamente el lenguaje para no
entrar en ilegalidades.
Cuando veamos que un paciente tiene cataratas y que es
necesaria la revisión oftalmológica con el fin de operarle le seguiremos
remitiendo. Pero, en vez de indicarles que ustedes tienen cataratas de manera
tajante, lo haremos en la forma verbal de la suposición. Así seguiremos
haciendo nuestra labor de cribado de manera eficaz y no molestamos a nadie.
De igual modo, en el primer mundo tenemos el problema,
más acuciante en los países donde predomina la medicina privada, de la
accesibilidad asequible para todos. Aunque España es una isla en este sentido,
en muchos otros países, ciertas operaciones visuales no se llevan a cabo debido
a la imposibilidad económica del paciente a afrontarla. Y esto, en temas de
salud, no debería producirse.
Ignoro cuales deben ser los cambios de paradigma
social que convendrían llevarse a cabo para que la accesibilidad económica a
cualquier servicio de salud ocular se produjera, pero el camino debe ser este.
Ojalá el desarrollo de la Inteligencia Artificial
pueda ser dirigido a facilitar la vida al ser humano. Puede que tenga una
visión muy utópica del mundo, pero mi sueño sería el de que las maquinas
realizaran el trabajo y el ser humano se dedicara a vivir, a realizarse como
persona y a mejorar nuestra especie. A realizar inventos que nos ayuden a vivir
mejor. A relacionarnos libremente con los demás donde nadie sea más que otro.
Donde todos podamos vivir en paz, pues nadie desea tener lo del prójimo, al ser
lo mismo que tienes tú. Una sociedad donde el dinero no sea el centro de esta.
Una sociedad totalmente distinta a lo que estamos
viviendo desde hace milenios. Un cambio tan grande como inimaginable (para
algunos). Un cambio tan enorme como fue bajar de los árboles para convertirse
en animales carroñeros. Un cambio que no verán mis ojos, pero que espero se
produzca en algún momento de nuestra existencia vital como sociedad.
Y creo que con esta reflexión tan filosófica voy a
cerrar este post.
Si quieres celebrar este día de una manera eficaz
márcate en el calendario del próximo año una visita al óptico y/o al
oftalmólogo para revisar tu salud ocular.
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