Esta frase la dijo el expresidente español José Luis
Rodríguez Zapatero, un 24 de junio de 2023, en una entrevista que le realizaron
en el contexto de la campaña electoral para las siguientes elecciones generales
en nuestro país.
No era una frase propiamente suya, sino que defendía
algo que el entonces presidente del gobierno, Pedro Sánchez, había dicho el 19
de junio de 2023 en el programa radiofónico de Carlos Alsina, Más de uno.
Ante la pregunta del periodista sobre la razón por la que había mentido tanto a
los españoles durante su anterior legislatura, Pedro Sánchez dijo,
textualmente, que él no consideraba haber mentido, sino que había “tenido
cambios de posición política en algunos asuntos de Estado”.
No es la única frase icónica de Pedro Sánchez. En el
año 2022 dijo “Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por
haber exhumado al dictador”.
En mi opinión, Pedro Sánchez pasará a la historia por
muchas cosas. Una de ellas, por sus mentiras (perdón, cambios de opinión).
Coincidiendo con el final del curso político, donde
Pedro Sánchez presumió de que “España avanza con fuerza y en la mejor de las
direcciones: adelante”, creo que es un buen momento para analizar un poco la
frase que da título a este artículo y explicar la gran mentira que rodea a todo
este asunto. ¿Os interesa el tema?
Pedro Sánchez, en su ronda de entrevistas que hizo
durante la campaña electoral de las elecciones generales de 2023 también fue al
programa televisivo El Hormiguero aquel mes de junio. En aquella
ocasión, el presentador Pablo Motos, también le preguntó explícitamente sobre el
asunto de cambiar de posición. El presidente dejó dos conclusiones muy
potentes:
Primero definió lo que es una mentira. A saber, “mentir
es decir algo que sabes que no es cierto con la intención de engañar”.
Luego, justificó sus cambios de opinión comparándose
con Adolfo Suárez (legalización Partido Comunista en España) y Felipe González
(entrada en la OTAN), para indicar que “Para mí, eso no es mentir, eso es
rectificar”.
Aquí llegamos a la conclusión que Pedro Sánchez nos
quería inculcar y que está presente en el refranero español: “Rectificar es
de sabios”. Ahora bien, yo me pregunto si cambiar de opinión, ¿también es
de sabios?
Alexander Pope, famoso poeta inglés del siglo XVIII,
fue quién desarrolló esta frase en toda su magnitud: “Errar es humano,
perdonar es divino, rectificar es de sabios”.
Sin duda, el mensaje de que Pedro Sánchez no miente,
sino que se adapta a las circunstancias; que no es un fanático, sino que es
capaz de admitir equivocaciones y enmendar sus fallos; y, por último, que es
capaz de aprender de sus errores y mejorar como persona no sólo le favorecía
personalmente, sino que le erigía como el garante de la democracia ante la
oposición. Un rival al que tildaba de fanático por estar situado en la extrema
derecha. Un adversario que ni reconoce sus fallos ni los enmienda.
La idea asentada de que alguien que se mantiene en su
posición es un fanático, o un terco, la encontramos registrada en el relato
histórico de Tucídides, Debate sobre Mitilene. Ahora bien, cambiar de
opinión a menudo no tiene por qué ser sinónimo de sabiduría.
Al contrario, un sabio es alguien que realiza una
opinión sólida en base a unos criterios rigurosos. Es decir, un sabio, cuando
emite una opinión, está fundamentada de manera consistente. Por tanto, si la
opinión es correcta, no tiene razón para cambiarla, ni sería más sabio por
hacerlo.
En cambio, alguien volátil y sin escrúpulos sí que es
capaz de cambiar de opinión frecuentemente, siempre y cuando le sirva para sus
intereses. También alguien ignorante que se deja embaucar por cualquier
charlatán, aunque este no es el caso de Pedro Sánchez.
Tal como le definió magistralmente Arturo Pérez
Reverte, un 7 de diciembre de 2023 en el programa El Hormiguero, “es un
aventurero de la política, es un pistolero, un asesino. Es un tipo que no
repara en nada […] Tiene como los jugadores de ajedrez, ese instinto
asesino, pero al mismo tiempo no ha leído un libro en su vida, estoy seguro de
eso. O ha leído muy pocos, pero tiene en las venas, en la sangre a Maquiavelo,
a Bodin, a Althusius, a los teóricos de la política del Renacimiento; los tiene
a todos. Tiene un instinto político extraordinario […] Valiente, tenaz y
atrevido […] pero es un personaje profundamente amoral”.
Y desde esa amoralidad es capaz de retorcer las
palabras y los hechos para indicarnos que él no miente, sino que rectifica, lo
que le convierte en un sabio.
Ahora bien, como él bien dijo, “mentir es decir
algo que sabes que no es cierto con la intención de engañar”. Y eso es algo
que hemos descubierto en muchas ocasiones a lo largo de sus mandatos.
Creo que no me equivoco al decir que, en la política
reciente, Donald Trump es el político más mentiroso de todos los tiempos. Los
americanos, tan tendentes a cuantificarlo todo, midieron las mentiras que soltó
en diferentes momentos. Y tiene dos días marcados en rojo. El 7 de septiembre
de 2018 soltó, según el Post, 125 afirmaciones falsas o engañosas en 120
minutos. No obstante, el récord de mentiras lo ostenta el 5 de noviembre de
2018, donde lanzó 139 afirmaciones incorrectas.
Bueno, pues a la zaga se encuentra Pedro Sánchez, al
cual se le pueden contar diversas falsedades en numerosas ocasiones. Repasemos
algunas de las más sonadas por orden cronológico. Advierto que no son todas,
pero, al menos, sí son las que personalmente más me sorprendieron.
Una por año desde que en el año 2014 se convirtió en
el líder del PSOE.
Usted pidió disculpas, pero ni al Congreso
ni al Senado se viene a pedir perdón sino a dar explicaciones, a rendir cuentas
y asumir responsabilidades políticas (2014)
El 29 de octubre de 2014, en el Congreso de los
Diputados, un combativo Pedro Sánchez recién nombrado presidente del PSOE en
julio, regalaba estas palabras al entonces presidente Mariano Rajoy, asediado
por casos de corrupción en su partido, el PP.
Para Pedro Sánchez disculparse no era suficiente, sino
que tenía que asumir responsabilidades por la corrupción de aquellos que le
rodeaban y que había nombrado en el pasado.
Esta misma vara de medir parece ser que no era
aplicable a él mismo ante la misma situación. El 12 de junio de 2025, Pedro
Sánchez realizó una comparecencia extraordinaria tras la dimisión del
secretario de Organización y diputado del PSOE, Santos Cerdán, después de
conocerse un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil
que le acusaba de adjudicación indebida y a cambio de precio de obras públicas,
junto con el exministro José Luis Ábalos y Koldo García. Maquillado y
compungido, pidió “perdón a la ciudadanía”.
Los tres personajes sobre los que se centra la trama
de corrupción sistemática fueron nombrados por Pedro Sánchez y ocuparon puestos
de primera relevancia en sus gobiernos. La situación, acudiendo a la
hemeroteca, es humillante.
No puedes erigirte faro de la honorabilidad y exigir a
los demás lo que tú, en la misma situación, no estás dispuesto a realizar. Eso,
en mi pueblo, se llama mentir, en diferido.
Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se
lo digo 5 veces o 20 durante la entrevista (2015).
En el año 2015, a un mes de las elecciones autonómicas
y municipales en España, el por entonces secretario general del PSOE realizó
esta aseveración en una entrevista a Navarra Televisión. La razón que daba era
clara: “Bildu no tiene un proyecto de país, un proyecto de España”.
Ese mismo año, al no haberse podido formar Gobierno,
se repitieron las elecciones y ya en el mes de septiembre, de cara a una nueva
sesión de investidura de Sánchez, el líder socialista volvió a asegurar que con
Bildu no iba a pactar. El 5 de septiembre dijo expresamente: “Con el único
partido que no vamos a entablar diálogo es con Bildu”.
La realidad, pasado el tiempo, es que Pedro Sánchez
pactó con Bildu su abstención para ser investido presidente en el año 2020. Y
que en el 2023 pactó con ellos para que, en esta ocasión, su voto fuera
favorable a su candidatura a presidente del gobierno.
España no se merece el cambio que me está
proponiendo Podemos, Pablo Iglesias como vicepresidente controlando el CNI y
con el apoyo directo o indirecto de los independentistas (2016)
Puede que, para muchos, el recuerdo del pacto entre
PSOE y PODEMOS le lleve a septiembre del año 2019, cuando Pedro Sánchez indicó
en una entrevista en Televisión Española que “no dormiría tranquilo por las
noches si fuera presidente con ministros de Podemos”.
Esta decisión nos llevó a unas nuevas elecciones, cuyo
resultado no cambió demasiado el panorama político. Tal vez, por ello, el 30 de
diciembre de 2019, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en
funciones, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo
Iglesias, firmaron este lunes, 30 de diciembre, el acuerdo de
coalición progresista entre socialistas y UP para la formación del
próximo Ejecutivo en nuestro país. Pablo Iglesias, aquel que le quitaba el
sueño, entraba a formar parte del gobierno como vicepresidente segundo.
Este cambio de opinión lo matizaría posteriormente
indicando que él se negó a conceder ministerios claves en el gobierno del país,
pero no a concederle otra clase de ministerios.
Por ello decidí remontarme al 2016, pues su afirmación
es más elocuente. Pablo Iglesias terminó formando parte de la comisión delegada
del Gobierno para los asuntos de inteligencia del CNI y, como bien sabemos, los
independentistas, tanto vascos como catalanes, han sido fundamentales para su
última investidura en el año 2023.
Su imagen declarando hoy en la Audiencia
Nacional quedará para siempre en la retina de los españoles, una imagen que
resume seis años de un gobierno irresponsable ante la corrupción. Señor Rajoy,
presente su dimisión ante el Rey esta misma mañana (2017)
Esta contundente sentencia proferida por Pedro
Sánchez, el 26 de julio de 2017, contra el entonces presidente del Gobierno
Mariano Rajoy, quien en ese momento compareció como testigo ante la Audiencia
Nacional en el juicio contra la primera parte del caso Gürtel.
Como si de una venganza del Karma se tratara, Pedro
Sánchez se encontró en una situación similar pasados los años. Y, por lo que
parece, es de los seguidores del refrán “consejos vendo y para mí no tengo”.
Es decir, miente al exigir cierta moralidad al contrario y erigirse como
garante del honor frente al rival cuando, en su fuero interno, es capaz de
actuar con la misma falta de moralidad y decencia que recrimina. Esto no es
cambiar de opinión, sino mentir sobre uno mismo a los demás.
El 30 de julio de 2024, Pedro Sánchez declaró como
testigo en el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid respecto al juicio contra
su esposa, Begoña Gómez, por presuntos delitos de tráfico de influencias y
corrupción en los negocios. Un caso que, según ha seguido su curso, ha tenido
diversas ramificaciones, a cada cual más sorprendente.
Entre otras cosas, las declaraciones de los testigos
parecen sostener la acusación de que el rector de la Universidad Complutense de
Madrid presionó para crear una cátedra para beneficio económico de la mujer del
presidente (apropiación indebida y venta de un software de la UCM; tráfico de
influencias, mediación rescate Air Europa…).
El proceso judicial sigue su curso actualmente, pues
este tipo de casos no se resuelven hasta pasados muchos años. Pero, como se
dijo en una ocasión, “la mujer del césar, además
de honrada, debe parecerlo”.
Que la misma actuara sin conocimiento del presidente
se antoja difícil de creer.
Convocaré elecciones cuanto antes (2018).
Tras la moción de censura a Mariano Rajoy el 1 de
junio de 2018, Pedro Sánchez prometió que su gobierno sería temporal y que
convocaría elecciones a la mayor brevedad posible. La realidad fue que se
mantuvo, asentándose en el poder, hasta abril de 2019.
Entre las excusas que dio al respecto de esta
situación anómala estaba la de “sacar a España del lodazal de la corrupción”.
Quiera recordar que, quién tomó la palabra para dar comienzo a la moción de
censura propuesta por el PSOE contra Mariano Rajoy (debido al caso Gürtel), en
la tribuna de diputados, fue José Luis Ábalos. El mismo dijo que “La
decencia debe ser algo esencial, no algo accesorio […] Crearon con su
particular uso del poder un verdadero círculo perfecto de corrupción,
encubriéndola con tretas y artimañas, obstaculizando la justicia para intentar
engañar a la gente”.
Resulta muy elocuente que, pasados los años, sea
precisamente Ábalos, juzgado por corrupción en 2025, quién enarbolara la
bandera de la decencia democrática y la limpieza de la corrupción.
Me comprometo, hoy y aquí, a traerlo de
vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia española (2019).
En el debate electoral del 4 de noviembre de 2019,
Pedro Sánchez realizó la anterior afirmación sobre el prófugo de la justicia
Carles Puigdemont.
La realidad, por no extenderme demasiado, fue la de
derogar el delito de sedición, aprobar una amnistía y pactar con su partido
(Junts) en Bruselas para poder ser investido presidente.
No sólo no lo devolvió a España como prometió, sino
que le permitió, en un episodio vergonzoso, que llegara a entrar al país y
realizar un mitin en Barcelona en agosto de 2024, permitiendo que volviera a
fugarse de España.
No voy a subir los impuestos a la clase
media y trabajadora (2019)
El entonces presidente del Gobierno en funciones,
Pedro Sánchez, en una entrevista publicada en el diario El Español en
octubre de 2019, se comprometió a no tocar los impuestos a la clase media.
Según un informe publicado, en el año 2024, por el Instituto
Juan de Mariana, en apenas seis años, España ha incrementado su carga fiscal en
1,9 puntos del PIB, mientras que el conjunto de la Unión Europea ha recortado
su presión fiscal en 0,9 puntos. Esto se debe a que Pedro Sánchez realizó 81
subidas de impuestos y cotizaciones.
Lo más sangrante del estudio es el siguiente dato. La
presión fiscal sobre el sueldo medio asciende a 21.607 euros por trabajador
medio, lo que representa el 54,7 % del salario completo. Es decir, con Pedro
Sánchez, sumando impuestos directos e indirectos, así como las cotizaciones de
la empresa y otras figuras impositivas, llegamos a la conclusión que la mitad
del dinero que ganamos lo dedicamos a pagar impuestos.
El Eurostat también confirmó esta subida y en su
informe de 2022 indicaba claramente que la presión fiscal, desde que Pedro
Sánchez llegó al gobierno, se había incrementado desde el 35,4% en 2018 al
38,3% en 2022.
Con lo que hoy sabemos todos habríamos
actuado de otra manera, aquí, en China, en Italia… Pero cuando se actuó no
sabíamos lo que sabemos hoy (2020)
Esta frase lapidaria la dijo Pedro Sánchez a finales
de marzo de 2020 durante su intervención en el Congreso para la petición de la
prórroga del estado de alarma, cuando España ya estaba confinada debido a la
pandemia de coronavirus COVID19.
El resto de grupos parlamentarios acusaban al
presidente de haber actuado tarde para frenar la expansión del coronavirus, a
lo que Pedro se defendió sacando datos de los países del entorno, los cuales lo
habían hecho aún peor. Por ejemplo, indicó que “España decretó el estado de
alarma cuando había 4.231 infectados, mientras Italia lo activó con 9.172
confirmados, el Reino Unido con 5.687 y Francia con 6.573 infectados”.
Olvidó indicar el presidente dos cosas. Si tenemos en
cuenta la población de cada país, respecto a Reino Unido se actuó más tarde y,
respecto a Francia bastante similar. A Italia si les ganamos, pero es que ellos
fueron un país realmente desastroso en cuanto a gestión de la pandemia.
Lo segundo que olvidó decir el presidente es que hubo
otros países de nuestro entorno que lo hicieron mucho mejor. Alemania, por
ejemplo, gracias a que
pudieron desarrollar test propios a principios de año y realizar cribas masivas
lograron controlar los brotes principales y aislarlos. A fecha de 18 de mayo
Alemania tenía 8049 fallecidos, mientras que España 27650. La diferencia era
considerable teniendo en cuenta que la población alemana casi duplica a la
española.
La tardanza en la actuación fue una acusación que se
repitió en Italia, Francia, Reino Unido o los EEUU, teniendo cada país un
gobierno de signo político diferente. Dio igual la ideología gobernante en
estos países pues todos colocaron por delante la economía antes que la salud
ciudadana. Por esta razón, no se cortaron las vías de contagio a tiempo y
cuando se quisieron tomar medidas las mismas fueron deficientes y tardías.
Y que se actuó tarde para contener la propagación
masiva del virus fue algo que terminó reconociendo hasta Pablo Iglesias, vicepresidente tercero y ministro de
Derechos Sociales y Agenda 2030, en una entrevista el 17 de mayo de 2020.
Unos días
después, Pedro Sánchez dijo: “Quiero pedir disculpas a los ciudadanos por
los errores propios dictados por la urgencia, la penuria en los recursos y la
ausencia de precedentes en esta crisis”.
Boris Johnson, primer ministro británico durante la
pandemia, se disculparía por los errores cometidos durante la gestión de la
pandemia en los primeros momentos allá por diciembre de 2023, cuando la
justicia británica confirmó su penosa actuación durante la pandemia. Reconoció
no haberle dado la suficiente importancia en su momento y de haber actuado
tarde. Aquí, en España, seguimos esperando una disculpa parecida o una
investigación judicial.
Estamos trabajando con un plan para llegar
a un compromiso concreto, y es que al final de 2021 los españoles echen la
vista atrás y vean que han pagado en la factura de la luz una cuantía similar y
semejante a la que pagaron en 2018 (2021)
En pleno aumento de los costes de suministros debido a
la Guerra de Ucrania, el presidente lanzó esta afirmación para intentar
contener los ánimos exaltados de una gran parte de la población, la cual veía
menguados sus ingresos debido a la alta subida del precio de la luz.
En esta afirmación Pedro Sánchez engañaba doblemente a
los españoles, pues sabía que no conseguiría, para ese año, tal promesa. Y,
además, no comparaba con el año 2020, por ejemplo, sino con uno donde la
factura eléctrica no se había considerado especialmente baja.
A continuación, muestro los costes de electricidad
particulares de esos años de un hogar medio español:
AÑO |
COSTE TOTAL LUZ |
2016 |
399,49€ |
2017 |
394,47€ |
2018 |
403,63€ |
2019 |
389,23€ |
2020 |
374,44€ |
2021 |
446,39€ |
2022 |
576,24€ |
2023 |
346,49€ |
Como podemos observar, la trampa que quiso hacer el
presidente es evidente, eligiendo el año con el coste más alto. Tampoco logró
igualarlo ese año 2021. No lograría bajar el precio de la energía hasta el año
2023, aunque aquí ya entraron otros motivos externos internacionales.
La amnistía es claramente inconstitucional
(2022)
En una entrevista a Pedro Sánchez, el 10 de noviembre
de 2022, en la Sexta, el presidente del Gobierno, cuando anunció la reforma del
delito de sedición, añadió que el independentismo (catalán) pedía la amnistía,
“algo que, desde luego, este Gobierno no va a aceptar y que, desde luego, no
entra en la legislación y en la Constitución española”.
Y dos días antes de las elecciones generales del 23J
de 2023, en una entrevista en Televisión Española, Sánchez insistió
expresamente en que “no aceptaría la propuesta de Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC) y Junts de aprobar una amnistía a cambio de sus votos en la
investidura”.
La realidad fue que, tras las elecciones del 23 de
julio de 2023, el Partido Socialista y Sumar necesitaban el apoyo de Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC) y Junts para revalidar el Gobierno de coalición.
Y ello llevó al presidente a “cambiar de opinión” al respecto de un tema tan
controvertido y sensible a la opinión pública española.
El 30 de mayo de 2024, el Congreso de los Diputados
aprobó la ley de amnistía, en un texto que hacía varias referencias a la
constitucionalidad de la medida, una posición que contrastaba con la que había
mantenido Pedro Sánchez en el pasado.
Esta medida, tal como ha tildado recientemente la
Unión Europea (junio 2025), “No parece que la ley de amnistía responda
efectivamente a un objetivo de interés general reconocido por la Unión. De
entrada, la LOA parece constituir una autoamnistía, por dos motivos. En primer
lugar, porque los votos de sus beneficiarios han sido fundamentales para su
aprobación en el parlamento español. En segundo lugar, porque el proyecto de
ley es parte de un acuerdo político para lograr la investidura del Gobierno de
España […] las autoamnistías en las que quien ostenta el poder político
pretende blindarse garantizándose su inmunidad jurídica son contrarias al
principio del Estado de Derecho, parece que el mismo criterio habría que
aplicar cuando quien está en el Gobierno garantiza la impunidad de sus socios a
cambio del apoyo parlamentario”.
Parece claro que aprobar la amnistía fue un error
político y moral. ¿Cambió de opinión Sánchez o se mantuvo en sus trece, como un
fanático? La hemeroteca retrató al personaje, como venía siendo habitual.
Yo sólo utilizo el Falcon para visitas
oficiales (2023)
Esta frase de Pedro Sánchez la formuló durante el
debate electoral que se produjo días antes de las elecciones generales de aquel
año. El asunto venía a colación porque se acusaba al presidente de utilizar el
avión oficial para asuntos extraoficiales.
Por supuesto, el presidente negó la mayor en aquel
momento. Pero al verse obligado a notificar de todos los vuelos del Falcon se
descubrió que, entre otras cosas, se utilizó para acudir con su esposa al
Festival de Benicàssim o recorrer media España a bordo del avión para asistir a
mítines del PSOE. Actos muy poco apropiados para alguien que defiende la
necesidad de evitar la contaminación de los vuelos (se quieren eliminar los
vuelos locales cortos y cambiarlo por líneas férreas).
La solución ante tal escándalo fue magnífica. Apoyarse
en los clásicos, como Richard Nixon. LA respuesta de Moncloa fue “La
condición de Presidente del Gobierno se ejerce de forma continua e íntegra
durante todo el lapso de tiempo que discurre entre su nombramiento y cese, sin
contemplar ningún periodo determinado, o determinable, en el que el Jefe del
Ejecutivo no ostente esa condición”. Es decir, todo lo que realiza Pedro
Sánchez es legal y tiene un aire de inviolabilidad debido a que ejerce como
jefe del Ejecutivo. Todo son misiones presidenciales. Asunto resuelto.
No os vamos a dejar solos (...). Os vamos
a ayudar con todos los recursos del Estado (2024)
Esta frase la dijo Pedro Sánchez dos días después de
haberse producido una de las mayores catástrofes climáticas de nuestro país. En
efecto, me refiero a la DANA de 2024 que afectó, principalmente, a Valencia.
Aquellas palabras fueron lanzadas desde el Centro de
Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), en un acto donde también asistió Carlos
Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana.
La realidad que no contaron en aquel momento fue la
disputa política soterrada entre gobierno central y autonómico que impidió
actuar desde el primer momento a todos esos recursos prometidos. Pasados los
días unos culparon a la Comunidad Valenciana de no pedir ayuda. Los otros, de
inacción del gobierno por no declarar el Estado de Alarma o subir al nivel 3 de
alerta y tomar el mando directamente de la gestión de las ayudas.
La realidad fue que, mientras ponían en funcionamiento
la “máquina del fango” para culpar a unos y a otros, la gente no fue ayudada en
las primeras horas como debería haber sido socorrida. Y esto lo podemos
comprobar por diferentes noticias.
Por ejemplo, la tarde del viernes 1 de noviembre (dos
días después de la catástrofe), un equipo de bomberos del Grupo de Socorro de
Catástrofes de Francia (GSCF) llegó a Alfafar (Valencia). Su sorpresa fue
mayúscula al comprobar que eran los primeros en llegar a esa localidad a ayudar.
Los periodistas fueron los primeros en llegar a muchas
de las localidades afectadas y fueron los que abrieron los ojos a la población
sobre la magnitud del desastre y la falta de ayuda a la gente durante los
primeros días. Conmovedor fue el directo realizado por Iker Jiménez, por
ejemplo, donde los vecinos pedían agua y comida desde las ventanas (algo que,
posteriormente le pasaría factura).
La realidad de los testimonios que conocimos
posteriormente fue que, la ayuda gubernamental brilló por su ausencia, en la
mayor parte de los lugares, hasta que se produjo el llamado motín de Paiporta.
La repulsa de los ciudadanos a una clase política desconectada de la realidad
que quiso hacerse la foto de rigor antes que proveer de ayuda a esa gente.
Durante la DANA se dieron dos realidades: uno,
murieron centenares de personas que no tendrían por qué haber muerto si hubiera
existido un protocolo de prevención adecuado y bien ejecutado. Y, dos, la ayuda
del Estado, que sí ha existido, ha sido ineficiente e insuficiente en las zonas
que más lo necesitan.
Algunos se obstinan en decir una y otra
vez que los españoles son hoy más pobres que hace siete años. Es simple y
llanamente falso (2025)
En la comparecencia que hizo Pedro Sánchez para
resumir el curso político de la actual legislatura en la Moncloa, nuestro
presidente realizó varias frases grandilocuentes que retrataron la realidad
paralela en la que parece vivir.
Entre las muchas medias verdades o, directamente,
mentiras, que soltó para justificar su buen mandato político, una me sorprendió
enormemente. La de que los españoles vivimos mucho mejor que en el año 2018. En
concreto, el presidente indicó que “la renta es un 9% más alta que hace
siete años”. Esta es una verdad, aunque si analizamos los datos más
pormenorizadamente veremos la mentira que oculta tal dato. Los datos los ofrece
la Agencia Tributaria (AEAT):
· Salario
público medio: -0,8%
· Salario
privado medio: -2,5%
· Pensión
pública media: +5,3%
· Ingresos
profesionales medios: -0,8%
· Rentas
de arrendamientos: +11,3%
· Rentas
de capital mobiliario: +6%
· Ganancias
patrimoniales: -3,4%
¿Cómo llegamos a un crecimiento del 9% si la mayor
parte de trabajadores han visto reducidas sus rentas y pagan muchos más
impuestos?
La primera razón es porque el número de personas
empleadas en los hogares ha aumentado (rentas salariales totales +10,4% y
rentas totales de autónomos +1,3%).
La segunda razón es porque hay más pensionistas que
cobran más (rentas pensiones totales +13,5%)
Y, la tercera, porque hay más personas percibiendo
prestaciones sociales (IMV, bajar de 55 a 52 el subsidio para mayores
desempleados...) y éstas se han incrementado por encima del IPC, incluida la
prestación por desempleo.
Por tanto, si eres uno de esos trabajadores
asalariados que sostiene el sistema con sus prestaciones al Estado y, encima,
no tiene posibilidades de inversión en el sector inmobiliario o en el sector de
alquiler te sorprenderá que España crezca tanto y tu notes que cada vez tienes
menos dinero en el banco.
Y si nos comparamos con el resto de países europeos
comprobamos que España, respecto al incremento del Producto Interior Bruto
(PIB) per cápita está en el noveno lugar del continente y todavía por debajo de
la media europea. Respecto a los parados (10,8%) seguimos lejos de la media
europea (5,9%), manteniendo una quinta parte de los mismos.
Y, según los datos de la tasa AROPE, aunque nuestro
país ha reducido los indicadores de pobreza, lo hace en menor medida que sus
socios comunitarios. En 2024, España registró un 25,8% de porcentaje de la
población en riesgo de pobreza y exclusión social (era del 27,3% en 2018), lo
que nos sitúa en el cuarto lugar por la cola de la UE, por debajo de Bulgaria,
Rumanía y Grecia y lejos de la media comunitaria del 21%.
Según Sánchez, el 2025 será “el tercer año
consecutivo donde la economía española sea la que más crezca de todos los
países de la Unión Europea”. Si esto es cierto, ¿cómo es posible:
· que
el grueso de los trabajadores note que cobran menos (en términos globales) que
hace unos años?,
· que
el índice de parados se mantenga por encima de la media europea?,
· que
el índice de pobreza no logre reducirse significativamente?,
· que
los jóvenes no puedan adquirir una vivienda en propiedad y tengan dificultades
para alquilarla?
· que
las desigualdades aumenten cada vez más?
Si esto ocurre cuando nuestra economía, como decía en
su día Zapatero (2007), está en “la Champions League de las economías
mundiales”, no quiero pensar en lo que ocurrirá en nuestro país cuando
lleguen las vacas falcas y debamos apretarnos el cinturón. Aviso a navegantes.
Hasta aquí una parte del legado político de Pedro
Sánchez por el que, según mi opinión, pasará a la historia. Sin duda, también
realizó buenas acciones de gobierno. Encontrarán todas ellas en los medios
palmeros que sostienen al presidente en su realidad paralela.
El tiempo se encargará de juzgarle en su justa medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario