En otros artículos he explicado
someramente que los lentes ópticos más avanzados poseen una novedosa
fabricación consistente en un tallado digital Free Form. Ahora bien, ¿qué aspectos
positivos ofrece esta nueva tecnología respecto a la anterior?
En el siguiente post os explico con
detalle la razón por la que usar lentes con tallado digital es la mejor opción
para obtener una inmejorable visión con gafas, ya sean monofocales o
progresivas. ¿Os interesa?
¿En qué consiste el tallado digital
de una lente óptica?
Lo primero que debo indicar es que el
tallado digital no es un nuevo diseño de lente. Al contrario, se trata,
simplemente, de un importante avance en el proceso de fabricación de los
lentes ópticos.
Con el tallado de lentes tradicional, un
método que tiene siglos de historia a sus espaldas, se necesitaban unos moldes
con unas curvas estandarizadas para fabricar los lentes. Variando esas curvas
se obtenía la potencia deseada, la cual se fabricaba en pasos de cuarto de
dioptría (0,25 D).
El tallado digital, en cambio, no necesita
de moldes con curvas determinadas. Al contrario, un software calcula la
prescripción necesaria en cada punto de la lente y luego, con un tallado con
puntas de diamante, se realiza una lente donde las curvan varían con una
precisión de 0,01 D. Es decir, logramos un tallado 10 veces más exacto que
con el tallado convencional, y totalmente personalizado para el usuario final.
¿Por qué es necesario un tallado
digital a la hora de obtener una buena visión?
Cuando nos gradúan la vista, los optometristas
lo hacen con unas condiciones muy concretas: buena iluminación ambiental,
máximo contraste entre letras y fondo y unas lentes de prueba de un diámetro
reducido y colocadas perpendicularmente a nuestros ojos.
Estas condiciones varían notablemente
cuando traspasamos los valores de graduación obtenidos a la gafa del usuario.
Dejando a un lado las diferencias ambientales (luminosidad y contraste), una de
las diferencias principales es el tamaño y la disposición del lente respecto al
ojo.
En las gafas de los usuarios los lentes no
se encuentran perpendiculares a los ojos (todas tienen cierto ángulo pantoscópico
o inclinación), no se encuentran a la misma distancia del ojo (distancia de
vértice es diferente en gafas de pasta respecto a las de metal), poseen mayor
tamaño (aberraciones laterales magnificadas según nos alejamos del centro
óptico de la lente) y, por último, pueden tener diferentes curvaturas respecto
a la lente plana de prueba del gabinete.
La colocación de la gafa en la cara, el ángulo pantoscópico o la distancia de vértice son valores fundamentales a la hora de prescribir lentes oftálmicas.
Todos estos aspectos provocan que la
graduación obtenida en el gabinete no se traspase al paciente, con la
fabricación convencional, en sus gafas. Todos esos parámetros confluyen para variar
la imagen final que llega a nuestra retina, la cual, al contrario que las
lentes más o menos planas de las gafas, posee una disposición curvada.
Ahora es posible entender mejor cuando los
pacientes se quejan de molestias laterales con sus lentes, de problemas de
adaptación con el cambio de montura o de la necesidad de mover la cabeza para
enfocar objetos (buscando siempre la visión a través del centro óptico).
Gracias al tallado digital se logran
solucionar los inconvenientes anteriores,
pues el tallado punto a punto consigue que la graduación obtenida en cada punto
del lente coincida plenamente con la necesidad que tiene cada paciente. Es
decir, no sólo obtiene su graduación en el centro óptico (algo que lograba el
tallado convencional), sino en cada punto de la lente.
Para ello se tienen en cuenta aspectos
como el centro de rotación del ojo, los parámetros faciales (o cómo queda la
gafa en la cara del usuario final), el tamaño de la pupila (existen diseños que
contemplan la luz diurna/nocturna) y las diferentes distancias de los objetos
en función de las distintas posiciones de mirada.
Ahora, para que podáis entenderlo
fácilmente, una lente de -2,50 D no tiene esa graduación en la totalidad del
lente. La misma variará según la posición del lente que analicemos, pues el
poder dióptrico es diferente si la luz incide en la lente perpendicular u
oblicuamente; o si lo hace en el centro o en un lateral de la lente. Esto
provoca que a nuestra retina llegue una imagen nítida en todo nuestro campo
visual y no solo en una pequeña porción del lente. En la práctica, lo que
sienten los pacientes es que las aberraciones laterales tienden a desaparecer
casi por completo (y digo casi porque la perfección aún no se ha logrado).
¿Cómo podemos saber los ópticos que
una lente posee un tallado digital?
Los ópticos tenemos un instrumento
específico para obtener la graduación de los cristales de los pacientes. Se
llama frontofocómetro, y con él podemos medir las dioptrías de los lentes.
Ahora bien, la medición se realiza de una manera muy concreta: lente en
posición perpendicular, diámetro de medición muy pequeño y rayos de luz
provenientes del infinito.
Las mediciones así obtenidas, cuando sólo
existía el tallado convencional, eran suficientes para obtener la graduación de
un lente. Ahora bien, con el tallado digital, tales medidas pueden llevar al
error según las graduaciones que tengamos en la mano.
Por ello, los fabricantes han comenzado a
enviar sus lentes con una doble lectura de las dioptrías con la que los fabricaron.
Una muestra la lectura prescrita por el optometrista, la cual es la necesaria
para que el paciente vea correctamente. La segunda, nos muestra la lectura que
nosotros vamos a obtener en el frontofocómetro, la cual variará en décimas de
dioptría respecto a la primera. Y esta variación es la que introduce el tallado
digital para lograr que el paciente tenga la sensación de tener la graduación
correcta en cada punto de su lente.
Ejemplo del doble valor de la prescripción en un lente con tallado digital. Arriba muestra la graduación real del paciente y abajo lo que se mide con el frontofocómetro.
Puede que a muchos de vosotros unas
décimas de dioptrías no os parezcan un avance muy significativo. Sin duda no
habéis experimentado la sensación de comparar una lente con fabricación convencional
de otra con tallado digital. Yo he usado ambas y con una graduación
relativamente pequeña (-2,50 D) nota una gran mejoría respecto a calidad
visual.
¿Cómo puede saber el paciente que le
prescriben una lente con tallado digital?
Cuando visitéis una óptica y os ofrezcan
las diversas opciones de lentes, ya sean monofocales o progresivos, la gran diferencia
que vais a encontrar será la de este método de fabricación.
Cualquier lente monofocal de stock utiliza
la tecnología convencional, siendo las más económicas. En cambio, cualquier
lente de tallado digital requiere una fabricación personalizada, lo que provoca
un aumento de precio y de plazos de entrega.
En cuanto a los progresivos ocurre algo
similar. Todos los lentes progresivos más básicos poseen tallados
convencionales o, en el mejor de los casos, utilizan parcialmente el tallado
digital (en una sola cara del lente, por ejemplo). Sólo los lentes más
avanzados poseen tallados digitales que los convierten en las opciones más cómodas
del mercado.
Esta tecnología del tallado digital se
introdujo ya hace años en el mundo de la óptica. Por ejemplo, en el fabricante
francés Essilor, hacia el año 2006, con sus míticos Varilux Physio.
Desde entonces se ha avanzado mucho en el tallado digital, logrando mejoras
significativas a la hora de fabricar lentes cada vez más precisos y que otorgan
una visión mucho mejor en todo el campo visual.
Espero que con estos breves apuntes podáis
elegir mejor los lentes cuando tengáis que acudir a la óptica.
Hasta la próxima.
Un blog donde se habla muy claro, pues la verdad es que en optica nos confunden si preguntamos en varios sitios, y mas o menos entiendo que podria variar el precio pero no que una es mejor que otra, que ellos personalizan, que no coge el tratamiento antireflectante una reduccion de 1,67 o con 1,74 vaya te dicen te venden la mejor reduccion y cuando vas a preguntar a otra te miran y dicen su lente es 1,67 cuando pagaste mas por 1,74 y ya no te fias de nadie, muchas gracias aqui veo se habla claro y me ha servido mucho todo lo que he leido hasta el momento, muchas gracias.
ResponderEliminarHola, gracias por comentar.
EliminarYo trabajo en una óptica a pie de calle y nunca vendí algo a un cliente y le puse otra cosa diferente. Y así actúan la mayor parte de profesionales que he conocido en mis más de veinte años de profesión. Entre otras cosas porque tenemos un código deontológico al ser una profesión médica al servicio del paciente.
Ahora bien, como en todas las profesiones, existen buenos y malos profesionales. Y en una ocupación comercial, con dinero de por medio, más aún existen prácticas fraudulentas. Máxime con el aumento de competencia, la reducción de márgenes comerciales y la incorporación masiva de comerciales, algunos sin escrúpulos, que antes vendían ofertas de luz falsas a inocentes ancianos y hoy venden lentes sin saber lo que es un punto focal. Que le vamos a hacer. Es lo que tiene no querer pagar la atención de un profesional. Luego, cuando desaparecen de la venta se les añora.
P.D.: si alguien te dijo que un lente es 1,67 o 1,74 mirando solo el lente y sus tratamientos o es un genio o es un fraude. Yo tiendo a pensar en lo segundo.
Saludos