Una de las situaciones más curiosas que me
han pasado en el gabinete es cuando un cliente empieza a regatearte la
prescripción óptica que has recetado. Como si de un zoco se tratase, el
paciente comienza a pedirte aumentar un poco más las dioptrías por ver si es
capaz de ver mejor. Es el típico caso de los miopes. En cambio, con présbitas
que no asumen su problema, nos podemos encontrar con el caso contrario,
peticiones para llevar menos graduación de la que necesitan.
Y estas peticiones las realizan convencidos
sobre la relación directa, por ejemplo, con los miopes, entre subir las
dioptrías y ver mejor. ¡Como si graduar la vista fuera así de sencillo!
¿Os imagináis esto mismo en otras
profesiones médicas? Póngame una dosis mayor de paracetamol, que noto este
catarro más fuerte de lo normal. Recéteme un par de días más de antibiótico,
que me quiero asegurar de matar bien al “bicho”. Ridículo, ¿verdad?
Hoy voy a explicar lo que consiste graduar
la vista y la razón por la cual colocar más dioptrías a una persona no
significa lograr mejor visión. ¿Os interesa el tema?
Lo primero que debo explicar, para que una
persona profana pueda entender fácilmente la razón por la que colocar más
dioptrías en una gafa no significa ver mejor, es el concepto de dioptría.
En 1872 el oftalmólogo francés Ferdinand
Monoyer estableció el término dioptría como una lente cuya distancia focal es
de un metro. Tendremos que esperar hasta el año 1875, en el Congreso de
Oftalmología de Bruselas, para que este concepto fuera considerado como la unidad
internacional de refracción en óptica.
Una lente cuya longitud focal sea de 1
metro, tendrá una potencia de +1 dioptría y una lente de +2 dioptrías es una
lente convergente de distancia focal igual a 0,5 metros. Aquí tenemos su
expresión matemática:
P(Dp)=
1/F
En el ejemplo indicado: +2Dp(m)= 1/F ; F=
1/2m ; F= 0,5m.
Un poquito de óptica geométrica básica
Por tanto, el valor dioptría no está
directamente relacionado con el ojo y sus problemas refractivos de enfoque. Al
contrario, es la forma de medir las lentes que utilizamos para compensar los
defectos refractivos.
El siguiente concepto a explicar es el de
error refractivo. El ojo tiene tres defectos refractivos principales:
miopía, hipermetropía y astigmatismo. Podríamos añadir un cuarto, la presbicia,
pero no quiero complicar el asunto por no excederme en las explicaciones.
Ahondando en lo anterior vamos a dejar el astigmatismo para otra ocasión.
La mejor manera de imaginar el funcionamiento del sistema
refractivo de nuestro ojo es compararlo con una cámara fotográfica antigua de
carrete. A través de diversas lentes (córnea y
cristalino), nuestro ojo es capaz de enfocar los rayos de luz provenientes de
los objetos en nuestra retina, la cual se asemejaría a la película del carrete
fotográfico. Una vez enfocada la imagen en retina es transportada al cerebro
para su identificación.
Podemos equiparar el funcionamiento del ojo con el de una cámara de fotografía con carrete
Cuando nuestro sistema visual no es capaz
de enfocar la imagen de los objetos en nuestra retina tenemos un problema
refractivo, es decir, vemos borroso.
La primera persona que utilizó el término miopía
fue el médico bizantino Aecio de Amida en el S. VI d.C. Además, nos ofrece una
de las mejores definiciones de este defecto: “Se llaman miopes a los que de
nacimiento ven objetos pequeños y que están cerca pero que no pueden ver
objetos grandes que estén lejos”.
La explicación técnica de la miopía nos
indica que la imagen que ve un ojo miope es borrosa porque los rayos
visuales enfocan antes de llegar a la retina. Es decir, tenemos un sistema
visual demasiado potente. Esto puede ser debido a dos causas: o bien el ojo
posee un exceso de potencia en alguno de sus medios o lentes (córnea,
cristalino), o bien el ojo es más alargado de lo normal. En muchos casos ambas
se conjugan. La forma de compensar tal problema es utilizar lentes divergentes.
Trazado de rayos de un miope sin y con compensación. Imagen de FISICALAB
La hipermetropía es justo lo
contrario. Nuestro ojo es muy poco potente en su función de converger los rayos
luminosos en retina, quedando el punto nítido de visión por detrás de la misma.
La forma de compensar tal problema es utilizar lentes convergentes.
Trazado de rayos de un hipermétrope sin y con compensación. Imagen de FISICALAB
Ahora viene la primera cosa curiosa
respecto a las dioptrías del ojo. Las lentes convergentes se identifican
con el signo “+”, mientras que las divergentes lo hacen con el signo “-”.
Hemos indicado antes que un miope tiene un
ojo demasiado potente. Es decir, puesto que la función natural del ojo es
converger los rayos de luz en la retina, tal como haría una lupa, un miope se
considera que tiene un ojo excesivamente positivo. Ahora bien, cuando miramos
la receta prescrita a un miope sus dioptrías aparecen siempre con el signo “-”.
Esto se debe a que las recetas no muestran el problema refractivo del ojo,
sino que indican la graduación necesaria de los lentes que deben compensarlo.
Es decir, para un exceso de potencia debemos prescribir lentes de signo “-” que
realicen el efecto contrario. En la hipermetropía ocurre justo lo contrario.
Lo anterior nos da una pista importante
sobre la verdadera función de las lentes que utilizamos para compensar
los errores refractivos: llevar la imagen de los objetos a la retina.
Si, por ejemplo, tenemos una persona con
una miopía de 2 dioptrías (“+”), necesitaremos una lente divergente (“-”) de
dos dioptrías para llevar las imágenes a la retina. Si ponemos 0,25 dioptrías
más estaremos pasándonos de ese punto y haciendo que el ojo se convierta en
hipermétrope de manera artificial. Y si colocamos 0,25 dioptrías menos
estaremos dejando el ojo todavía miope e impidiendo que pueda enfocar
nítidamente en lejos.
Por esta razón no por poner más
dioptrías a un miope va a ver mejor.
Las dioptrías de los lentes no dan más o menos visión, sino que únicamente
compensan nuestros problemas para enfocar en retina los objetos. Debemos
imaginar que el punto de enfoque de nuestro sistema visual se mueve con lentes
hacia adelante o hacia atrás (según sea la necesidad) para poder enfocar en
retina correctamente.
Ahora mismo muchas personas se estarán
preguntando lo siguiente: ¿Cómo es posible esto si yo conozco casos donde
las personas llevaban más o menos graduación de la necesaria y veían bien?
Aquí entra en juego el maravilloso y
altamente flexible sistema visual humano.
Nuestro sistema visual es capaz de
enfocar objetos a diferentes distancias,
tal como lo podría hacer un sistema de lentes complejo (telescopio,
microscopio). Ello se debe a que tenemos una lente en el interior, el
cristalino, capaz de variar su potencia dióptrica según las necesidades
visuales.
Cuando enfocamos objetos a una distancia
mayor a seis metros de distancia nuestro cristalino está relajado y su potencia
dióptrica es mínima. En caso de no tener defectos refractivos las imágenes
enfocan en retina directamente.
Ahora bien, cuando enfocamos objetos más
cercanos, el punto de enfoque varía, retrasándose respecto a nuestra retina. El
ojo debe variar su potencia dióptrica, enfocar, para poder llevar ese punto
focal a la retina nuevamente. El cristalino aumenta su potencia la cantidad
necesaria y logramos ver perfectamente objetos cercanos.
NOTA FOTO: (A) Ojo emétrope que forma la
imagen de un objeto en infinito en el plano de la retina, (B) ante un objeto
cercano la imagen se desplaza más allá de la retina permaneciendo en ésta una
imagen desenfocada, (C) al ponerse en marcha el mecanismo de la acomodación la
potencia del cristalino se incrementa devolviendo la imagen al plano de la
retina.
Esto lo hacemos, cuando somos jóvenes, de
manera automática. Según cumplimos, este zoom natural va perdiendo eficacia y a
partir de los 40-45 años es incapaz de mantener cómodamente la potencia
necesaria para enfocar objetos cercanos situados a 40 cm., razón por la cual
debemos recurrir a gafas que compensen tal problema.
Que una persona sea capaz de ver
correctamente con una graduación que no es la suya se debe, precisamente, al
uso de la acomodación. Si colocamos a una
persona más dioptrías negativas de las necesarias convertimos a ese sistema
visual en hipermétrope de manera artificial. Y un hipermétrope de pequeña
cuantía es capaz de llevar su imagen a retina acomodando. ¡Es lo mismo que
hacemos cuando queremos enfocar un objeto cercano a nuestros ojos!
Muchos miopes que son hipercorregidos no
se dan cuenta de esa mala compensación hasta que su acomodación empieza a
fallar y la miopía, por arte de magia, comienza a descender según va perdiendo
capacidad de acomodación y su presbicia aumenta.
Por otro lado, muchos pequeños
hipermétropes terminan llevando gafas para lejos y cerca debido a que, ante la
imposibilidad de acomodar al sufrir la presbicia, son incapaces de mantener el
esfuerzo para ver correctamente en lejos.
La posibilidad de acomodar la imagen y
llevarla a retina por parte de nuestro sistema visual, cuando se trata de
pequeñas cantidades (0,5 dioptrías), ofrece la ventaja de proporcionar imágenes
muy nítidas. Nuestro ojo logra una definición perfecta variando la posición de
la imagen levemente con la acomodación. Es el típico caso de personas capaces
de ver más del 100%. Los inconfundibles hipermétropes que presumen de ver las
patas de una hormiga a varios metros de distancia.
Y lo anterior hace que muchos miopes
siempre tengan la sensación de ver mejor con algo más de graduación. Pero esto
tiene un peligro, pues esa lente de signo “-” que añadimos en exceso termina
asimilándose por el organismo y nos obliga a volver a subir la graduación cada
poco tiempo. Es lo que se conoce como miopía acomodativa.
En los hipermétropes ocurre lo contrario.
Como están acostumbrados a acomodar siempre para ver mejor, si apuramos en la
graduación (ya no digo pasarse y dejarles miopes) nos arriesgamos a que vuelvan
diciendo que ven mal. Se colocan sus gafas y, al estar acostumbrados a
acomodar, su sistema visual continúa con la misma dinámica y hace al conjunto
miope. En estos casos debemos ser paciente y explicar que, al final, el ojo
terminará dándose cuenta que no necesita acomodar para ver bien, tal como lo
hacía hasta ese momento. Pero será un duro aprendizaje que muchos hipermétrope
se niegan a realizar.
No quiero marear más la cuestión, por lo
que vamos con las conclusiones:
-
Una lente (gafas o
lentillas) tiene la función de llevar la imagen de los objetos a nuestra
retina.
-
Las lentes se miden en
dioptrías, término que designa el punto focal donde esa lente enfoca los
objetos.
-
Las dioptrías que
aparecen en las recetas optométricas muestran el poder dióptrico de la lente
que debe compensar un error refractivo, no el problema visual del paciente. Un
miope no tiene -2 dioptrías, sino +2 dioptrías, por ejemplo.
-
Colocar más dioptrías de
las necesarias no significa alcanzar mejor visión y puede tener graves
problemas futuros.
-
La mejor prescripción es
aquella realizada por un profesional.
Hasta la próxima
Osea quiere decir que si corriges das más trabajo al ojo para ver nítido.
ResponderEliminarY si le hipercorriges y le recetas un lente para controlar la miopía ¿Que pasaría?
Porque solo hablas de los rayos de luz y la miopía por curvatura ?
Hola, gracias por comentar. Hipercorregir la graduación, dependiendo si eres miope o hipermétrope, tendrás diferentes problemas. En los miopes, por ejemplo, teniendo una buena acomodación, será tolerable en lejos pero, en cerca, podríamos tener problemas si se usa mucho la visión próxima. En hipermétropes es al revés. Pasarnos en positivos le va a generar molestias en distancias lejanas, mientras que en cercanas podría estar cómodo. No obstante, todo esto también depende de las forias y vergencias que tenga el paciente. La cuestión es más complicada de lo que podamos pensar a priori.
EliminarRespecto a las lentes para controlar la miopía funcionan creando desenfoques en la retina periférica con el objetivo de evitar el crecimiento del globo ocular. No es lo mismo que poner más o menos graduación en retina central.
El artículo pretende aclarar que la graduación no es algo que podamos subir o bajar a nuestro antojo sin consecuencias. No por poner más dioptrías se va a ver mejor. Creo que para ese objetivo la información es suficiente, ¿no?
Saludos
Diego, muy buenos días. Tema nuevo para mi con 49 años y una vista que siempre he considerado privilegiada. Hace dos meses comencé con cierto cansancio ocular (5 horas frente a pc diario siempre cuidando de bajar a la mitad la luminosidad d e la pantalla y filtro amarillo) pese a todo mis dos ojos comenzaron a volverse cada vez mas irritados y rojos, no me los rasco nunca! fui al oftalmólogo hizo todas las mediciones, cero prescripción de lentes, solo unas gotas antiinflamatorias, al dejarlas 1 mes después mis ojos se pusieron mas rojos, fui a otro médico especialista y este si encontró una mínima presbicia (+0,75 en ambos ojos) y me recomendó descansar mi vista de cerca con lentes. Mi consulta es que el examen para decidir lo ultimo: me pidió leer la letra mas pequeña de un texto donde el tamaño de letra no debió ser mayor a 2 o 3 milímetros y a una distancia del ojo no mayor a 20 centímetros. Repito la misma prueba y a 30 centímetros enfoco perfectamente letras y números, pero a 22 ya no esta bien enfocado. Mis consultas son: 1. Pantalla siempre la tengo a mínimo a 60 centímetros de mi y la enfoco perfecto en todos los tamaños de fuente, entonces serán efectivos esos lentes para mi uso? Entiendo que lo que buscamos es relajar la musculatura y sistema nervioso del ojo, pero tengo mis dudas. 2. Sobre CR39 cristal orgánico, tengo la opción de elegir ESSILOR o RODENSTOCK, si tomo la decisión de comenzar a usar lentes quiero hacerlo bien, con la mejor calidad posible y no perjudicar mi vista en lo absoluto, ya que SIEMPRE por sobre esos 20 centímetros de distancia-considero que tengo un enfoque muy bueno (soy fanático de lentes fotográficos zuiko, nikkon, etc) y me doy cuenta muy bien cuando algo no está bien enfocado. SALUDOS y GRACIAS.
ResponderEliminarHola Christian, gracias por comentar.
EliminarEntre los 40-60 años todas las personas van perdiendo su capacidad de acomodar en distancias cortas de manera progresiva.
Según los valores medios, por tu edad, te correspondería una graduación en cerca entre 1,25-1,75D para poder ver objetos nítidos a una distancia de entre 35-40 cm.
Por tanto, la graduación prescrita en cerca, para leer, se me antoja hasta corta. Te recomiendo empezar con esa prescripción usándola para todo aquello que lees sujetando con la mano, es decir, móvil y papel. Verás que sólo con eso tú vista está más relajada y tus ojos no se ponen tan rojos.
Saludos