En las guerras, cifrar los mensajes para
que no pudieran ser conocidos por el enemigo era algo básico. En mi libro Civis Romanus Sum
ya os comenté que esta técnica de cifrar mensajes ya era utilizada por los
griegos y, luego, por el mismo Julio César en su conquista de las Galias.
Pero si han existido unos mensajes
codificados casi imposibles de descifrar esos han sido los alemanes realizados
por la máquina denominada Enigma. Utilizada tanto comercial como militarmente
desde su invención en el año 1918 (comercialmente desde 1923 y militarmente
desde 1926), la ruptura de su código secreto fue una de las más apasionantes
aventuras de la Segunda Guerra Mundial. ¿Deseáis conocer un poco más sobre el
tema?
La máquina de rotores Enigma, patentada por la empresa alemana Scherbius & Ritter (la
idea era de un inventor neerlandés), tuvo desde su nacimiento muy buena
acogida, pues presumía de una supuesta
inviolabilidad del código de cifrado de los mensajes que enviaba.
Máquina Enigma de cifrado de mensajes nazis en la II Guerra Mundial |
Pronto fue adoptada por la Marina alemana
(1926) para cifrar sus mensajes y hoy en día sabemos que en la Guerra Civil
española los alemanes prestaron al bando franquista un par de decenas de esta
máquina en su versión comercial (menos segura que la militar).
Descifrar
Enigma ha sido una de las mayores hazañas del espionaje
y, como no podía ser de otra manera,
el cine se ha encargado ampliamente de
llevar a la gran pantalla este suceso. Ahora bien, como suele ser habitual,
el cine no es un libro de historia y las distintas versiones tienen tantas
licencias de los distintos directores que terminan por mostrarnos una versión
totalmente contraria de la realidad.
Como muchas personas sólo tienen contacto
con la historia a través del cine, pues poseen unas ideas infundadas sobre los
verdaderos protagonistas que llevaron a descubrir el código de Enigma.
Por ejemplo, en la película del año 2000
titulada U-571 y dirigida por Jonathan Mostow, muestra que, para descifrar
Enigma, fue vital la captura de una de estas máquinas que se hallaba en un
submarino alemán, capturado a su vez por uno estadounidense. En verdad, el
verdadero U 571 nunca fue capturado sino hundido frente a Irlanda en enero de
1944; y aunque los norteamericanos capturaron un submarino en junio de 1944 (el
U-505), Enigma ya había sido descifrado anteriormente gracias a los británicos.
En el año 2001 apareció la película Enigma,
dirigida por Michael Apted, en la que se muestran los esfuerzos de los
criptoanalistas de Bletchley Park, la estación X, sede de los servicios
secretos británicos, encargados de descifrar Enigma. Se trata de un auténtico
desastre histórico pues recrea la figura de Alan Turing como un heterosexual e
inventa una trama de espionaje con un culpable polaco (lo que tiene sordina,
tal como veremos después).
Pero la versión más importante de este
episodio es la película de 2014 The Imitation Game, dirigida por Morten
Tyldum y cuyo protagonista era Alan Turing (interpretado por el genial Benedict
Cumberbatch). Sin entrar en muchos de los detalles históricos en los que esta
cinta se equivoca, el director pretende reflejar una realidad que nunca fue
tal: que Turing se enfrentó en solitario contra la máquina Enigma y que él solo
inventó y construyó la máquina que logró romper el código.
¿Cómo
sucedieron los hechos históricos realmente?
Para comenzar a describir cómo se llegó a
romper el código de cifrado de Enigma debemos retrotraernos un poco en el
tiempo, hasta el año 1929. En ese año, una máquina Enigma alemana fue
interceptada en su traslado desde Berlín a Varsovia.
Los
polacos fueron los primeros en investigar como romper Enigma
y la figura predominante en su investigación fue Marian Rejewski. Aplicando técnicas matemáticas y estadísticas, así
como aprovechando la información del espionaje francés para conocer la
configuración de Enigma, lograron construir una réplica y descifrar los
mensajes alemanes.
Marian Rejewski |
Las comunicaciones alemanas fueron
descifradas por los polacos hasta el año 1939, inicio de la Segunda Guerra
Mundial. En ese año los alemanes añadieron dos rotores más a la máquina Enigma,
lo que complicaba el encriptado considerablemente. Con la posterior invasión
alemana de Polonia el grupo de trabajo polaco tuvo que huir y compartieron toda
su información con franceses e ingleses.
El grupo de encriptadores polaco (los
pocos que salieron de Polonia) continuaron su labor en Francia y, cuando este
país fue ocupado, se mantuvieron alejados de todo lo relacionado con Enigma.
El
testigo de la desencriptación de Enigma lo tomaron los ingleses,
que comenzaron a desarrollar una máquina con la que descifrar Enigma. Su trabajo se basó en los conocimientos que
tenían del trabajo polaco (de ahí que sea cuanto menos curioso que se
nombre de pasada este importante hecho o que se inventen espías con esa
nacionalidad).
Alan
Turing, matemático notable y considerado padre
de la computación fue una de las figuras
más relevantes que trabajaron en la Estación X de Bletchley Park. Pero la creación de la máquina que
descifraría Enigma también tuvo otro
importante padre, el matemático Gordon
Welchman (olvidado en la película de 2014), así como el equipo que
trabajaba en aquella sección de espionaje, compuesto por matemáticos,
criptógrafos y hasta jugadores de ajedrez o expertos en crucigramas.
Turing de joven |
Gordon Welchman |
En la película de 2014 aparece como
británica la idea de encontrar patrones similares en los mensajes (el célebre
eureka), siendo el más importante el famoso Heil
Hitler. Ahora bien, esa idea fue realmente polaca y la verdadera aportación
de Turing y el equipo británico fue desarrollar la idea polaca realizando una
máquina (denominada Bombe) que
rompiera los códigos mucho más rápido que la máquina polaca. Una máquina de
dimensiones enormes (ocupaba toda una habitación) y cuyo único objetivo era
descifrar Enigma. La primera Bombe se instaló en agosto de 1940 y
comenzó a descifrar mensajes alemanes del ejército de tierra y del aire alemán.
Reproducción de la Bomba en Phoenix, EEUU |
Sin duda, poder descifrar los mensajes
cifrados alemanes era una ventaja táctica muy importante que ayudó a proteger
Inglaterra de los ataques nazis desde 1940. Pero para los aliados era mucho más importante descifrar los mensajes que
enviaban los submarinos alemanes que operaban a sus anchas en el Atlántico
norte.
El
comienzo del descifrado del código Enigma utilizado por la Marina alemana, mucho
más complejo que el usado por la Luftwaffe
o el ejército de tierra por usar ocho rotores en lugar de cinco, también ocurrió lejos de aquella estación
X, y tenía a otras importantes figuras implicadas.
El 7
de mayo de 1941 dos buques de guerra británicos capturaron un barco
meteorológico alemán, el cual tenía libros y códigos de claves. Y dos días
después, en Groenlandia, el submarino
U-110 fue localizado por dos destructores británicos (Broadway y Bulldog)
tras haber realizado un ataque. Perseguido implacablemente, fue embestido por
uno de ellos y abordado. Antes de que fuera autodestruido por los alemanes el
alférez David Balme logró sustraer una máquina Enigma, un libro de códigos, un
manual de operaciones y otras informaciones de vital importancia. Entregado el
botín al espionaje británico, los primeros pasos para desentrañar el Enigma de
la marina alemana ya se habían producido. El equipo de Turing logró desentrañar
las comunicaciones y durante ese año los hundimientos de navíos en el Atlántico
norte decrecieron respecto a los años pasados.
En este momento también quiero recordar la
figura de Jack Good, que llegó a la estación X a finales de mayo de 1941 y que
con su aportación se lograron acortar los tiempos en el descifrado de los
mensajes de la Kriegsmarine (Marina
de guerra alemana), que entonces estaban entre 3 y 7 días.
En febrero de 1942 los alemanes
complicaron el sistema de comunicaciones, pues empezaron a utilizar cuatro
rotores en vez de tres. El equipo de Turing tuvo que volver a empezar
nuevamente a desentrañar un nuevo descifrado, cosa que se lograría en diciembre
de 1942 gracias a otra importante aportación externa.
En efecto, el siguiente logro se produjo
el 30 de octubre de 1942. El
destructor inglés Petard, alertado por el informe del hidroavión Sunderland,
localizó y se enfrentó con éxito al submarino
alemán U-559, cerca de Port Said, Egipto. Los alemanes, debido a los daños
sufridos, abandonaron la nave y abrieron las válvulas de fondo para hundir el
submarino.
Los ingleses enviaron a tres hombres a
recuperar todo lo que pudieran del submarino: el teniente Tony Fasson, el
marinero Colin Grazier y el ayudante de la cantina Tommy Brown. Sólo regresó el
último, aunque con un precioso botín: los rodillos de Enigma y los libros que
permitieron a los expertos que trabajaban en Betchley Park descifrar Enigma en
diciembre de 1942.
Por tanto, para concluir, debemos indicar
que el descifrado de Enigma tuvo a
numerosas personas implicadas. Comenzó con el grupo polaco dirigido por Marian
Rejewski, que logró descifrar la primera máquina Enigma. Sus conocimientos
fueron luego proseguidos por el grupo inglés dirigido por Alan Turing. Y aunque
su aportación fue muy importante a la hora de crear la Bombe, no debemos olvidarnos de otros importantes colaboradores,
como Gordon Welchman o Jack Good. Igualmente, a la hora de desentrañar el
Enigma utilizado por la Kriegsmarine,
fue de vital importancia la captura de documentación y de una máquina Enigma
por parte de la Marina británica.
Como suele ocurrir en el cine, los
directores suelen seguir la máxima siguiente: “que la verdad no te estropee una buena historia”. Y la de Turing,
homosexual incomprendido que fue condenado por ello y que murió por ingerir
cianuro dos años después, en 1954, es muy cinematográfica.
Bibliografía:
Ortega Triguero J.J., López Guerrero, M.A.
y García del Castillo Crespo, E.C. Introducción
a la criptografía: historia y actualidad. Universidad Castilla La Mancha
2006.
Copeland, B. J. Alan Turing. El pionero de la era de la información. Turner, 2013.
Tarín, Santiago. Viaje por las mentiras de la Historia Universal. Belacqva. 2007.
Leavitt, D. Turing: El hombre que sabía demasiado. Bosch, 2007.
Sánchez Muñoz, J.M. Informe sobre la
película “Descifrando Enigma”. Revista
Pensamiento Matemático. Vol. 8 Nº2. Oct 2018.
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