domingo, 19 de mayo de 2019

La sociedad no puede ayudar a los daltónicos


Hoy día resulta habitual que al llegar a un paso de cebra encontremos un rebaje en la acera para que las personas en sillas de ruedas puedan cruzar la calzada, por ellos mismos, de manera cómoda. Igualmente, las nuevas estaciones de tren o metro incorporan ascensores y rampas con los que ayudar al acceso a cualquier persona con alguna minusvalía física.

Las mejoras anteriores es la pequeña contribución de nuestra sociedad para ayudar y favorecer la independencia de un colectivo minoritario que necesita de estas ayudas para su correcta integración social.

¿Acaso los daltónicos, las personas con alteración en la percepción de los colores, no tienen derecho a facilitarles la vida de alguna manera? El portugués Miguel Neiva piensa que sí y se ha puesto a trabajar en ello. ¿Os interesa conocer su aportación?


Yo tengo una alteración leve a la percepción de los colores (soy deuteranómalo) y, por ello, en este blog he tratado este tema en numerosas entradas. Primero expliqué lo que significa ser daltónico (aquí), luego el polémico tema de los filtros para daltónicos (aquí) e incluso di a conocer los problemas que un jugador de fútbol puede tener si sufre alteración a los colores (aquí).

Gracias a ello numerosas personas como yo se han interesado en el asunto y me han consultado y visitado para obtener alguna solución a su anomalía genética. La prescripción de filtros específicos es, hasta el momento, la mejor manera de lidiar con esta deficiencia. Pero, ¿podrían existir otras soluciones?

Miguel Neiva es un diseñador gráfico portugués que, a pesar de no ser daltónico, se interesó por las personas que sufrimos alteraciones en la visión cromática. Su miedo a que en un futuro pudiera perder la visión de los colores fue su motivación para intentar proponer algún tipo de solución universal que ayudara a las personas que ya están sufriendo ese problema.

Cualquier persona que intente profundizar en el tema del daltonismo se percatará de la dificultad que poseen las personas daltónicas para poder desempeñar una vida normal. Según sea el grado de alteración cromática, sus dificultades variarán, desde lo meramente anecdótico hasta lo verdaderamente limitante profesionalmente.

Como mi afectación es leve, los mayores problemas que he tenido hasta ahora han sido no poder distinguir la madurez de algunas frutas, equivocarme al colorear un dibujo con mi hijo si no presto atención o tener que consultar el color de ciertas prendas de ropa en tiendas con luces “malintencionadas”.

Ahora bien, personas con anomalías más fuertes tienen graves problemas para poder distinguir cosas tan habituales como las luces de un semáforo, los planos del metro, los colores de las telas o los cables eléctricos. La confusión entre el verde y el rojo, así como los diferentes matices es la queja que más manifiestan las personas con anomalías graves.
 
Problemas con las señalización viaria según grado de alteración en la percepción de los colores
Puede que si no sufrís alteración en la percepción de los colores no os hayáis fijado que, cada vez más, nuestra sociedad tiende a una esquematización basada en los colores. Los planos de metro, la enseñanza en las escuelas con las regletas de Cuisenaire (aquí se explican), diferentes etiquetados de todo tipo de productos…
 
Regletas de Cuisenaire
Códigos de colores y significado en pasta dental

Para una persona con la visión a los colores alterada distinguir esos patrones de colores es bastante complicado. Y, para un niño, la enseñanza puede convertirse en un auténtico suplicio si no puede distinguir los colores que sirven para enseñarle conceptos. Por todo ello, facilitar la vida a estas personas, además de una mejora sustancial en sus vidas, creo que es un deber social.

De esa opinión es Miguel Neiva, quién logró crear un nuevo lenguaje de símbolos con los que hacer más sencilla la identificación de los colores. Los tres colores primarios están representados por una línea diagonal para el amarillo, un triángulo para el rojo y otro triángulo invertido para el azul, identificando el resto de colores mezcla con la combinación de los símbolos primarios anteriores.
 
Símbolos para daltónicos
Además de lo anterior, su gran aportación social fue lograr que estos nuevos símbolos accedieran a los espacios públicos. Hoy día podemos encontrarlos en el metro de Oporto, en hospitales portugueses y hasta en las etiquetas de ropa o lápices de colores.
 
Plano del metro de Porto con símbolos para daltónicos
ejemplo etiquetado prendas de vestir

Respecto al último ejemplo debemos destacar que la empresa portuguesa de lápices de colores Viarco, tras la inclusión de este código, ha logrado exportar sus productos hasta países en los que nunca había estado presente anteriormente, razón por la cual esta solución puede verse asociada a una mayor rentabilidad comercial para quién desee implementarla. Aunque el retorno económico nunca fue el fin perseguido por el inventor del código, está claro que puede ser una agradable consecuencia para las empresas que deseen añadirlo a sus productos.



Me despido con las palabras del autor: “No existe cura para el daltonismo y es responsabilidad de todos crear las condiciones para que el día a día de estas personas sea accesible para todos”.

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