miércoles, 13 de junio de 2018

Los daltónicos no pueden jugar al fútbol


El 14 de junio de 2018 comienza la Copa Mundial de Fútbol de Rusia y, durante un mes, 32 equipos intentarán llevarse el torneo a su país. Se celebrarán 64 partidos, primero en una fase de grupos y luego por eliminatoria directa. Es el mayor espectáculo futbolístico del planeta.

Todos los jugadores profesionales sueñan con participar en un Mundial pero muy pocos tienen la fortuna de ganar la Copa del Mundo. Entre todos ellos voy a destacar a Thomas Delaney, jugador del equipo danés y una de sus principales estrellas. ¿Por qué fijarme en este jugador?

Bueno, al igual que yo resulta que tiene una alteración en la visión de los colores. Y ello no le impide jugar. Aunque podría desempeñar mucho mejor su trabajo si utilizara filtros. ¿Quieres saber un poco más de este caso?


Este mundial está resultando ser todo un filón en cuanto a óptica se refiere. Primero fue la camiseta de España y la supuesta bandera republicana que contenían sus colores (más información aquí). Ahora la presencia de un jugador con anomalía en la visión de los colores. Lo que todo el mundo suele englobar en el término daltónico.

Thomas Delaney es un centrocampista danés de 27 años que acaba de fichar por el Borussia Dortmund alemán (el año pasado jugó en el Werder Bremen después de militar toda su carrera profesional en el F.C. København).



Aunque seguro que ya debía ser consciente de sufrir alguna anomalía en la visión de los colores, el último partido de su selección contra México le condicionó tanto su problema que se vio obligado a reconocer tal anomalía de manera pública.

Muchas personas piensan que los daltónicos no ven algunos colores. Pero, en realidad, el problema del daltónico es la confusión entre colores en ciertas situaciones. Es muy frecuente que personas con deuteranomalías o deuteranopatías (para más información ver post Yo no soy daltónico) afirmen confundir el color rojo y verde en diversas situaciones, como con deficiente iluminación o una situación de estrés.

Thomas Delaney sufrió esta sensación durante el partido amistoso que jugó contra México, cuya selección viste camiseta verde y pantalón blanco (Dinamarca juega con camiseta roja y pantalón blanco). Lo explicó perfectamente en la rueda de prensa que dio a los medios:

Cuando la gente está cerca la una de la otra no es difícil distinguirlos, pero cuando el ritmo es alto y la gente está en la periferia puede ser un poco complicado. Es difícil de describir. Son como sombras diversas del mismo color. Habitualmente jugamos con pantalones diferentes, pero esta vez no lo hicimos, así que fue más difícil”.



Los daltónicos, al igual que los miopes que salen a la calle sin gafas, se han acostumbrado a fijarse en señales poco habituales para poder distinguir entre colores que ven parecidos o confusos. En su caso, como nos relata, se fija más en los pantalones que en la camiseta. El problema surge cuando ambos equipos juegan con el mismo color de pantalón y una camiseta que tiende a su confusión (defecto rojo-verde).

Como bien indica el jugador, él puede distinguir perfectamente entre el color rojo y el verde por separado cuando realiza la comparación; pero si se encuentra aislado y ante una situación de decisión rápida, es posible que se confunda.

Todos los que sufrimos alguna alteración a los colores hemos sufrido esa sensación de confusión en diversas ocasiones. Personalmente lo he sufrido en diversos videojuegos (cuando en mapas pequeños aparecen marcas rojas y verdes) e incluso en algunos semáforos con condiciones de luz complicadas (aquí la posición de las luces en una ayuda).

Ahora bien, ¿puede mitigarse el problema de Thomas Delaney para que no incida en su juego? Por supuesto, utilizando los filtros adecuados.

El tema de los filtros ópticos es un asunto espinoso. Poco interesante científicamente, la mayor parte de estudios existentes adolecen de una investigación metódica más profunda que permita obtener conclusiones más definitivas. Además, el uso de estos filtros para tratar anomalías tan complicadas como la dislexia o dificultades de aprendizaje, sin corroboración científica alguna, ha llevado a muchos profesionales a tildar este tipo de soluciones como charlatanería.

Dejando a un lado esos usos, otra utilización de estos filtros es la de mitigar las alteraciones de los colores. Y por mi experiencia personal (y la de otros muchos compañeros de profesión) si parece estar dando resultados en los gabinetes. Lógicamente, falta aún mucha investigación en este sentido, pero en muchos casos la mejora en la visión de los colores supera el efecto placebo. Las personas son capaces de leer perfectamente el Test de Ishihara y obtienen una visión cromática más rica.

Tengo que añadir que estos filtros no hacen que una persona pueda ver los colores como un individuo sin anomalía alguna. En cambio, le otorga un número mayor de colores con los que realizar las combinaciones oportunas, lo que redunda en que las zonas de confusión disminuyen bastante.

Utilizar estos filtros a diario requiere de un nuevo aprendizaje de los colores por parte del usuario, pues las combinaciones que realizaba anteriormente ya no le son válidas. Por ello, su uso requiere de una motivación grande del paciente. Motivación que surge sola cuando comprueba lo que es capaz de ver su ojo con una gama más rica de colores.

En el caso del futbolista danés, el uso de un filtro adecuado a su problema podría haber mitigado este hándicap añadido a su profesión y le hubiera permitido mejorar sus estadísticas personales de pases en el partido contra México (Thomas Delaney realizó cero asistencias, algo anómalo en un centrocampista como él y fue sustituido por Lasse Schöne).

Ya otros futbolistas jugaron con gafas deportivas. Edgar Davids fue el caso más conocido del fútbol reciente en uso de gafas con filtros. Notable integrante de la Naranja Mecánica, mítico equipo holandés, su uso estaba aconsejado para proteger sus ojos tras una operación de glaucoma. Igualmente, los filtros le ayudaban para mejorar la visión.

Y si nuestro protagonista danés fuera algo tímido también existe la posibilidad de utilizar lentes de contacto con estos filtros. Son unas lentillas que tienen el filtro en la zona pupilar, por lo que el aspecto es justo al contrario de una lentilla de color normal (dejan la pupila transparente). Más disimuladas de lo que pudiera pensarse a priori, sobre todo en ojos oscuros, es una opción muy válida.

Las lentes de contacto son el método de corrección más utilizado por los futbolistas que sufren problemas visuales (generalmente miopía). Seguro que os sorprenderá descubrir en esta lista a futbolistas de talla mundial como Iniesta, De Gea, Arbeloa, Albiol, Petr Čech…

¿Sufres una alteración en la visión cromática y quieres mejorar tu rendimiento deportivo? o ¿Todavía juegas al fútbol con las gafas de calle o sin ellas? 
Pásate por la óptica y seguro que encontrarás mejores soluciones.

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