Tras la caída del bloque comunista de la URSS, el
mundo islámico se ha convertido en el rival de la cultura occidental,
representada por la superpotencia de los EEUU. Máxime, tras el atentado del
11-S contra las torres gemelas. Y en esta ocasión, el enfrentamiento
geopolítico y la reconfiguración de la jerarquía de poder entre los países
post-Guerra Fría se ha teñido de un componente religioso que no es ajeno a
nuestra historia como especie.
Utilizar la religión para exacerbar un
enfrentamiento con bases político-económicas es un método eficaz para mover a
las masas, pero también entraña numerosos peligros colaterales. Entre ellos,
una intolerancia hacia los inmigrantes que profesan la religión “contraria”.
En EEUU la islamofobia ha crecido notoriamente desde
el inicio de la Guerra de Afganistán. Y dada su influencia sobre la cultura
europea, ese sentimiento comienza a expandirse rápidamente por el viejo
continente. A ello ayuda, claro está, los numerosos atentados del extremismo
islámico en suelo europeo. Las principales capitales (Madrid, Londres, París)
han sufrido este tipo de terrorismo contra su población civil, algo que levanta
grandes controversias sociales.
Pero el Islam no podemos asociarlo al terrorismo
fundamentalista, al igual que el cristianismo no podemos reducirlo a las
Cruzadas. Existen muchos falsos mitos sobre el Islam y en el artículo de hoy
intentaré aclarar un poco la verdadera esencia de esta religión, la segunda
religión mundial teniendo en cuenta su número de fieles (más de 1.200
millones).
El artículo que pretendo realizar no es sencillo.
Ante posiciones extremistas, nada de lo que escriba, sea lo largo que sea,
contenga las explicaciones que contenga, logrará hacer cambiar de opinión a los
más fanáticos. Por tanto, si te encuentras en alguno de ambos extremos respecto
a Islam no es necesario que sigas leyendo. Tú te ahorrarás una úlcera de
estómago y yo no tendré que eliminar la multitud de comentarios soeces y
desagradables que ya estás pensando escribir. Para el resto de la población, la
gran mayoría, cualquier crítica constructiva será bien recibida.
¿Significa
el Islam paz?
Últimamente escucho mucho esta explicación, entre
personas que intentan desdramatizar el componente agresivo de ciertos estados
islámicos. Comentan que el Islam proviene de la palabra árabe al-salaam, que significa paz. Pero esto
es completamente falso.
La palabra Islam proviene de al-Silm, que significa sumisión. Por tanto, Islam hace
referencia a la sumisión absoluta del fiel a la voluntad de Alá.
¿Significa lo mismo árabe que musulmán?
Para los republicanos
estadounidenses ambas palabras eran sinónimos e incluso a Obama
se le acusó de ser árabe. Pero son dos conceptos totalmente distintos.
Tal vez, la confusión provenga dado que el árabe es
la lengua común de la práctica religiosa. Pero, en realidad, el mundo árabe
representa una porción muy pequeña del Islam. Se estima que en torno a un 20%.
Si hacemos unas analogías seguro que se entiende mejor.
Indonesia es el país con más musulmanes del mundo y
su número, unos 200 millones, casi equivale a todo el mundo árabe junto. No
todos los árabes son musulmanes, siendo alrededor del 10% cristianos. Por otro
lado, África posee un 20% de la población cristiana mundial y nadie asemeja a
los cristianos con africanos. ¿Por qué hacerlo con los árabes-musulmanes?
De hecho, los lugares donde el Islam presenta mayor
dinamismo religioso y expansión son Indonesia y África, lugares que no son árabes.
¿Por
qué existen tantas interpretaciones distintas en el Islam?
El Islam surge como consecuencia de la predicación
del profeta Mahoma, el cual también fue un líder político y militar
excepcional. Al igual que en otras grandes religiones (budismo, cristianismo),
su vida y enseñanzas nos fueron transmitidas por sus seguidores, quienes las
plasmaron por escrito tras su muerte. En el caso del Islam ese libro se llama
Corán.
El problema del Islam, respecto al cristianismo, por
ejemplo, radica en la inexistencia de un sacerdocio que creara un corpus
ortodoxo. Al no ser libros sistemáticos, las enseñanzas que contienen son
capaces de mostrar dos soluciones contrarias al mismo problema. Y ello conlleva
que la interpretación del Corán cobra una importancia tremenda, lo que en
ciertos casos ha llevado a posiciones extremistas.
¿Qué
significa realmente la palabra Yihad?
El significado de la palabra Yihad es un claro ejemplo de las diferentes interpretaciones que
pueden tener ciertos conceptos en el Islam.
En su interpretación más radical (y minoritaria)
significa la guerra santa contra los enemigos del Islam. Este concepto ha sido
utilizado en el pasado para justificar expansiones militares y en la actualidad
para los atentados terroristas y agresiones violentas.
En su interpretación general (y mayoritaria) se
define como el esfuerzo interior en el camino de Alá, una especie de
auto-superación personal.
Por tanto, que la lucha sea personal, contra el mal
que anida en el interior de todos nosotros, o sea contra el contrario a nuestra
religión, es una decisión personal individual. Y como en todos los lugares del
mundo, las posiciones radicales no son las más mayoritarias, aunque sí las que
hacen más ruido.
¿Oprime
el Islam a las mujeres?
La opresión a la mujer suele ser uno de los caballos
de batalla preferidos de las personas que critican al Islam. Pero, de nuevo, la
cuestión radica en la interpretación más o menos literal, del Corán.
La poligamia se asocia al Islam de forma habitual en
Occidente, equiparándola a nuestros matrimonios monógamos. Cuando visité
Egipto, unos compañeros del grupo llegaron a preguntarle al guía sobre el
número de mujeres que tenía. Como es lógico, el hombre, dijo que una sola. Que
no podía permitirse mantener a más. Pero la respuesta no era del todo sincera.
Sólo evidenciaba lo que estábamos esperando oír. Así de serviciales sonlos
guías turísticos.
En realidad, la poligamia está prohibida en
numerosos países musulmanes. Y ello se basa en argumentos religiosos: aunque en
un pasaje del Corán se especifica la posibilidad de tener hasta cuatro mujeres,
siempre y cuando se las pueda mantener equitativamente, en otro indica
claramente que la equidad es imposible de lograr en los matrimonios polígamos.
Por tanto, en una lectura estricta, la poligamia debería estar prohibida.
Ello no es óbice para que ciertos países actuales,
tales como Arabia Saudita o Irán, mantengan la legalidad de los matrimonios
poligámicos. Pero esa actitud no sólo discrimina a las mujeres, sino a los
varones con escasos recursos económicos, pues muchos de ellos se encuentran
empujados a la soltería (la relación varón-hembra suele ser paritaria por norma
general).
En el mundo medieval, se podía justificar la
poligamia como manera de protección ante las numerosas viudas provocadas por
las guerras. Pero hoy día no deja de ser una medida discriminatoria que es
ampliamente discutida en el mundo islámico.
Respecto al uso del velo por parte de las mujeres
musulmanas, nuevamente estamos ante una interpretación más o menos estricta del
Corán. La sura 24:30-31 lo indica claramente. Pero en una interpretación menos
estricta, se entiende como la modestia a la hora de vestir. El tema resulta
problemático en Europa debido a que también fue utilizado por las mujeres occidentales
en tiempos pasados. Y su exclusión del vestuario femenino (junto a otros logros
como llevar pantalones, por ejemplo) se consideró un éxito en la igualdad
social de la mujer. Por ello, actualmente, nos cuesta tanto entender este
símbolo asociado a la sumisión al varón/reglas sociales. Cuando, en realidad,
es un símbolo de la sumisión al Islam (y su particular interpretación).
En Francia, donde la polémica respecto a este tema
es recurrente, se hizo un estudio sobre las mujeres musulmanas que llevaban burqas
y/o niqabs (velo que cubre el rostro) en el país, descubriendo que su
porcentaje era realmente mínimo (367 mujeres de un total de 3 millones).
¿Son
los musulmanes muy religiosos?
En Europa vemos a los musulmanes como personas
tremendamente religiosas, pues a lo largo del día realizan hasta cinco
oraciones en dirección a la Meca. Son uno de los cinco pilares en los que se
sustenta su fe. Pero, nuevamente, estamos ante una falsa visión.
Imagen de la Kaaba, en La Meca. Uno de esos lugares donde es difícil estar solo. |
Por ejemplo, la peregrinación a la Meca, es una
obligación que debe hacer todo musulmán, en teoría, una vez en su vida. Pero en
la práctica actual, menos de una sexta parte de musulmanes realizan tal
precepto.
Las prohibiciones son otra de las sumisiones a Alá
que más nos chocan a los europeos. No entendemos que una religión nos
puedaprohibir comer ciertos alimentos. Pero, en la actualidad, el ideal
religioso está bastante matizado. Por ejemplo, el Corán prohíbe comer cerdo
tanto como la usura. Pero lo segundo resulta difícil de cumplir en una economía
global donde el préstamo a interés es la base del sistema.
Al final nos encontramos, nuevamente, con la
cuestión de la interpretación. Para unos musulmanes todo lo que no aparezca en
el Corán, expresamente como permitido, estará prohibido, mientras que para
otros será al revés. Por ello, en algunos países se continúa juzgando con
criterios religiosos, lo que conduce, por ejemplo, a lapidaciones por
adulterio.
¿Religión
y justicia están unidas en el Islam?
La Charia
es el cuerpo del Derecho islámico. Y se basa en dos fuentes: el Corán y la
tradición. Esta última se encuentra conformada por la sunna (costumbres primeros musulmanes) y por los hadices (recopilaciones de los dichos de
Mahoma no incluidos en el Corán). Además, ante problemas nuevos que no aparecen
en las fuentes anteriores, se recurre al dictamen de los alfaquíes,
especialistas en derecho islámico, que emiten su veredicto en función de las
directrices de la escuela de derecho a la que pertenezcan. Y aquí está el quid
de la cuestión, pues existen numerosas escuelas (4 sunníes, una chií), cada
cual con su particular concepto interpretativo.
Lo anterior sirve para entender la razón por la cual
la Charia puede ser muy distinta en
cada país musulmán, dada la importancia que puede tener la tradición local. Si
en Arabia Saudita no se permite a las mujeres conducir, en Indonesia las
mujeres no se cubren con ningún velo.
¿Es
el Islam homogéneo?
El Islam, al igual que el cristianismo, es una
religión muy diversa, llena de posiciones variadas. Se suele indicar que el Islam
se encuentra dividido entre sunníes y chiíes. Pero eso es simplificar la
cuestión.
La interpretación islámica, como hemos visto,
resulta tan amplia que ofrece multitud de casos diversos dentro del mundo
musulmán, tanto en temas teológicos como en políticos. Además, existen otro
tipo de musulmanes que conforman minorías similares a los numerosos grupúsculos
cristianos: Sufíes, Ibadíes (descendientes de los antiguos Jariyíes), Drusos…
¿Se
puede equiparar el Islam al fundamentalismo islámico?
La modernidad, entendida como la sociedad surgida
del desarrollo postindustrial global, supuso un duro golpe a las religiones.
Los pilares fundamentales modernos impactaron directamente en sus líneas de
flotación: libertad individual en cuanto a derechos, deberes y libertades,
identidad social basada en el concepto de nación o entidad supranacional,
economía de mercado, mutabilidad de las leyes civiles, separación religión y
estado, multirreligiosidad (no confundir con diversidad religiosa) cosmovisión
científica de nuestra existencia…
Algunos pensadores teóricos (Marx, Freud) llegaron a imaginar el fin de las religiones,
algo que está lejos de ocurrir. Pero la manera de enfrentarse a la modernidad
ha sido diversa, en todas y cada una de las religiones universales,
resumiéndose en dos posturas: la oposición pacífica o la oposición violenta.
Dentro de la oposición pacífica tenemos dos
vertientes. Por un lado están las religiones que aprovechan los intersticios
del mundo moderno para ganar influencia: explicación teológica de la muerte,
ayuda a los más desfavorecidos…, lo que les convierte en una opción más para
ganar número de fieles. Por ejemplo, el cristianismo decidió seguir este camino
tras el Concilio Vaticano II, enfrentándose a la modernidad en casos muy
puntuales (por ejemplo, uso del preservativo).
En otros casos, existen grupos que deciden apartarse
del mundo moderno y vivir alejados de toda tentación, manteniendo sus
tradiciones ancestrales (por ejemplo, los Amish).
Pero otra opción es crear un modelo de oposición y
enfrentamiento a la modernidad, cuyo objetivo es derrotarla e imponer su
voluntad. En este lugar debemos incluir al fundamentalismo islámico.
Se trata de una interpretación religiosa en donde no
sólo niega las premisas modernas, sino que defiende la superioridad de la Ley
Divina sobre cualquier otra legislación humana. Los textos religiosos, en
cuanto obras reveladas, deben ser leídos literalmente, obedeciéndolos sin
interpretación alguna (lo que resulta una quimera irrealizable en sí mismo). La
única verdad es la propia, por lo que no tolera comportamientos o pensamientos
contrarios. Y ello provoca numerosos conflictos políticos al intentar
generalizar sus creencias por las zonas limítrofes. Máxime cuando en su
interpretación radical justifica actos de violencia y terrorismo contra los
rivales. Su enorme proselitismo y control social los hace realmente atractivos
a ciertos líderes políticos, lo que los convierte en un factor desequilibrante
en la geo-estrategia del mundo actual.
Pero no podemos igualar el conjunto del Islam a esta
interpretación tan minoritaria y radical del mismo. De hecho, esta
interpretación es lo más contraria a la esencia misma del Islam tradicional,
donde se promovía el consenso de la
comunidad de creyentes. En cambio, este tipo de regímenes son más similares
a los dictatoriales que a los democráticos.
El fundamentalismo islámico tiene su fuerza en la
crisis del mundo moderno. La multitud de personas descontentas con su situación
vital, el rechazo al materialismo, la falta de valores, la precariedad, la
pobreza… son de lo que se valen las posiciones radicales para ganar adeptos a
su causa.
Por tanto, la lucha contra el fundamentalismo
islámico no es la lucha contra el Islam en general. Al contrario, es la lucha
contra la idea de acabar con los logros de la sociedad moderna por medio a la
vuelta a una religión interpretada muy convenientemente por los líderes que
sustentan tales movimientos. Se trata de una lucha entre el mundo moderno de
libertad, igualdad y tolerancia frente al mundo atrasado e injusto donde la
masa social se encuentra sometida por una élite privilegiada.
Muchos pensarán que no existe gran diferencia. Que
realmente, en el mundo moderno, unos pocos privilegiados viven a costa del
resto de ciudadanos. Y puede ser verdad. No vivimos en un mundo igualitario, ni
mucho menos, pero al menos yo deseo tener la libertad individual de poder
elegir qué hacer con mi vida. Y eso no me lo ofrece ningún régimen
fundamentalista que me dicta cual es la forma correcta de pensar, de vestir, de
creer…
Por último, no olvidemos que el fundamentalismo no
surgió en el mundo islámico. Lo hizo en los EEUU, durante la segunda mitad del
siglo XX, entre los grupos evangélicos cristianos. Y que su proselitismo llega
hasta el punto de influir en la educación de los niños en las escuelas de su
influencia. En ellas, para no contradecir los preceptos bíblicos, se obvia
estudiar la teoría de la evolución, entre otras muchas cosas que se oponen a la
literalidad del mensaje bíblico.
Espero que con este breve repaso conozcamos un poco
mejor lo que significa el Islam y nos convirtamos en unas personas más
tolerantes con aquel que no piensa lo mismo en términos religiosos. Distingamos
a las personas que deseamos vivir en paz con los demás, sea cual sea nuestra
confesionalidad, de aquellos que sólo buscan el enfrentamiento e imponer su
particular punto de vista. Separemos la religión de la política y podremos
combatir más eficazmente a aquellos que sólo desean destruir los logros del
mundo moderno.
Me despido con una gran frase de George Orwell: “En tiempos de engaño universal, decir la
verdad se convierte en un acto revolucionario”.
FUENTES:
Diez de Velasco, F.: Breve historia de las religiones. Alianza editorial. 2006.
Mitos sobre el Islam y el Islamismo. En la red: http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-observatorio-del-ie/2015-05-21/mitos-sobre-el-islam-y-el-islamismo_852046/
Cuatro mitos ridículos que probablemente crees acerca
del Islam. En la red: https://redaccion.lamula.pe/2015/01/10/3-mitos-ridiculos-que-probablemente-crees-acerca-del-islam/valentinaperezllosa/
Diez mitos sobre el Islam. En la red: https://mujeryculturas.wordpress.com/2013/05/24/diez-mitos-sobre-el-islam/
Los mitos del Islam. En la red: http://www.thereligionofpeace.com/Espanol/Mitos-De-Islam.htm
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