El próximo 22 de abril se estrena en
España, en la cadena TNT,
la tercera temporada de la
serie Vikingos (Vikings), uno de los éxitos más
sorprendentes de los últimos años en la parrilla televisiva. O eso dicen los críticos; teniendo en
cuenta su gran rigor histórico les sorprende que obtenga una audiencia
creciente año tras año.
Lo cierto es que soy un
seguidor de esta serie. Me gusta la ambientación y la sensación de aventura que
imprimen a las tramas, pero no puedo afirmar que se trate de una serie
histórica.
¿Es la mejor serie/película
sobre el pueblo Vikingo? Si.
¿Tiene una gran base
histórica? También.
¿Narra hechos históricos? No.
¿Queréis conocer el análisis
histórico de la serie?
ATENCIÓN SPOILERS
ATENCIÓN SPOILERS
La serie Vikingos tiene numerosos puntos positivos que nos ayudan a
entender a un pueblo tan desconocido como el de los vikingos escandinavos.
Entre los aspectos positivos dignos de destacar están varios de diferente
importancia.
En primer lugar me gusta que
se utilicen nombres vikingos. Todos recordamos series históricas nefastas, como
Viriato, donde los guionistas
colocaron nombres griegos a los rebeldes hispanos. Ragnar es un personaje
histórico de las Sagas Vikingas y Floki, por ejemplo, un nombre que aparece en
la primera colonización vikinga de Islandia.
Uno de mis preferidos es el
tema de las negociaciones diplomáticas. En efecto, en contra de lo que solemos
pensar, los vikingos intentaban llegar a un acuerdo antes de enfrentarse en
batalla. Por ello Ragnar debe ir a negociar con Jarl Borg, en Gotaland, el
asunto de las tierras en disputa. También en la segunda temporada Ragnar
negocia con el rey Ecbert. Como vemos, la diplomacia debáis ser manejada
cuidadosamente por los vikingos, una imagen muy distinta de la que solíamos tener,
¿verdad?
También me gustó mucho como
muestran el papel independiente de la mujer, de manos de la mujer de Ragnar,
Lagertha. Y la situación “indefensa” en la que quedaban si moría el marido
(Siggy, la viuda del Conde Haraldson). No obstante, al contrario que en otras
sociedades medievales, la mujer vikinga tenía formas de salir adelante por sí
misma y era tratada respetuosamente (aunque debía ganarse el respeto por la
fuerza o la inteligencia).
El duelo entre Ragnar y el
conde Haraldson también es bastante fidedigno respecto a lo que conocemos en
los libros de historia.
La frase de Ragnar “la sorpresa es nuestra mayor ventaja”
resume a la perfección la mayoría de empresas vikingas: Razzias de pequeña
cuantía donde se obtenían grandes beneficios. Se trataba del famoso strandhögg.
Y el hecho de mostrar
disputas locales junto a las grandes rapiñas oceánicas es otro punto muy
positivo. En verdad, al contrario de lo que solemos pensar, la mayor parte de
las luchas vikingas se desarrollaron en Escandinavia, entre otros vikingos.
También la manera de luchar,
con los jefes a la cabeza es muy respetuosa con la historia. Y las crónicas nos
cuentan como muchos jefes vikingos murieron en los campos de batalla. Lo que no
fue óbice para eliminar su amenaza, pues siempre existía otro guerrero que era
capaz de ponerse al frente de la hueste con garantías.
El bautismo de Rollo, en la
primera temporada, también es un hecho histórico. Era habitual en los tratados
que se exigiera la conversión al cristianismo. Ya sabemos de lo proselitista
que fue la religión en tiempos medievales. El Tratado de Wedmore, en 878, es un
buen ejemplo de ello.
Pero aquí encontramos el
primer pero a la serie.
Mezcla de forma alegre sucesos históricos que tardaron muchos
años en producirse. En estas dos temporadas hemos pasado de ver una razzia
organizada por un granjero local a tener una empresa organizada con las fuerzas
reales del rey Horik de Dinamarca. Y ello no fue posible sino tras varios
decenios de rapiñas locales. Lo mismo sucede con la conversión al cristianismo
de los vikingos o el hecho de pedir rescate monetario a los reyes ingleses.
El proceso histórico,
simplificando mucho, fue el siguiente: ataques por sorpresa para obtener
rápidos beneficios son sustituidos por el cobro del llamado danegeld, un impuesto que evitaba los saqueos
continuos. Más tarde llegaría el asentamiento fijo de los vikingos en tierras
extranjeras, tal como pasaría en el norte de Francia, donde fundaron un reino
propio, como Normandía. Para todo ello deben pasar siglos.
Personalmente encuentro muy
gratificante que se logre enseñar historia de forma amena, mediante el
entretenimiento. Pero la búsqueda de audiencia induce a seguir cometiendo
errores históricos. E incluso la cadena The History Channel, a la que presuponemos cierto
rigor histórico, ha debido plegarse a la demanda del público que ve esta serie.
Lo anterior lo digo porque,
en muchas ocasiones, no vemos el aspecto histórico del pueblo vikingo, sino lo
que nos esperamos ver según nuestro parecer de hombres del siglo XXI. Pondré un
ejemplo.
La mayoría de personas
piensan que fue el desarrollo de los barcos vikingos los que les permitió
navegar por el océano y atacar lugares tan alejados como Sevilla o
Constantinopla. La navegación oceánica la tenemos asimilada con los vikingos y,
por ello, el primer ataque vikingo debía producirse de este modo.
En la primera temporada Floki
construye un barco diferente al resto, especial. Con él se lanzan al mar y
llegan, bastante fácilmente, hasta un monasterio, el cual saquean sin
compasión. La aventura está documentada históricamente, pues reproduce el
saqueo del monasterio británico de Lindisfarne, ocurrido en el año 793. Pero el
desarrollo de la misma es una invención.
El barco vikingo no suponía
un avance tan distinto al resto de los existentes en su época. Y sabemos que
antes de finales del siglo VIII los vikingos ya estaban asentados en la Orcadas. Desde allí
era más sencillo realizar un salto a las costas inglesas que arriesgarse en un
viaje “oceánico”.
Muchos pensaréis que la serie
se basa en un personaje histórico recogido en las Sagas legendarias históricas.
En efecto, se trata de Ragnar Lodbrok. Pero la historicidad de estas Sagas
debemos manejarla con cuidado. Fueron escritas hacia el siglo XII, muchos siglos
después de ocurrir los supuestos acontecimientos. Y si las tomamos al pie de la
letra, en el caso que nos ocupa, deberíamos creer cosas como que nuestro
protagonista poseía unas polainas que repelían serpientes o que aniquiló a un
buen número de dragones de fétido aliento.
Las Sagas son, en verdad,
invenciones que mezclan algunos episodios reales con otros ficticios. Aunque
los hijos de Ragnar si están históricamente documentados, la figura de nuestro
héroe no tiene la misma consideración. Y de haber existido, sus hazañas no
fueron tales. ¿Qué podemos considerar cierto de las sagas y qué ficticio? ¿Y en la serie?
Sabemos que Ragnar se casó con una guerrera llamada Lathgertha, pero ignoramos
si tuvieron descendencia, tal como muestra la serie. En realidad, lo que nos
cuentan las sagas es que Ragnar tuvo su descendencia con Áslaug, su segunda
esposa, hija de Sigrud y Brunilda.
Las fechas de su reinado son
discutidas, aunque la mayoría de expertos coinciden en situarlo a mediados del
siglo IX, lo que descartaría por completo su participación en el ataque al monasterio
británico de Lindisfarne, ocurrido varias décadas antes. Las sagas nos cuentan
como Ragnar asoló el Báltico, Francia e Inglaterra. Precisamente, hacia el año
845 sabemos que un tal Jarl Ragnar Lodbrok atacó la ciudad de París junto al
rey Horik I de Dinamarca. Y el plato fuerte de la tercera temporada tratará
precisamente a contarnos este ataque (aunque cambiando un poco la historia, ¿verdad?).
La muerte de Ragnar según las
Sagas (tal vez para la cuarta temporada, si hubiera) se producirá en
Inglaterra, de manos del el rey Ella
(Aelle) de Northumbria (un viejo conocido de la primera temporada).
Ragnar morirá en un pozo lleno de serpientes pero no penséis que allí acaba su
legado. Sus hijos le vengarán convenientemente, por lo que podemos tener alguna
temporada más de vikingos.
Entre las cosas que más me
chocaron de las dos temporadas anteriores, históricamente hablando, debo
destacar la tormenta que afectó al viaje de Ragnar al inicio de la segunda
temporada.
Las tormentas eran capaces de
hundir flotas enteras y así lo hicieron muchas veces. La facilidad del viaje a
Inglaterra, plasmada en los numerosos viajes, no es históricamente real.
Además, al ser desviados a otro punto de llegada, lo lógico hubiera sido
perecer a manos de los nativos del lugar. Cuando un barco vikingo debía
desembarcar en un lugar desconocido se encontraba en una situación de gran
desventaja táctica. No conocían el terreno y los habitantes estarían deseando
arrebatarles sus posesiones. Un desembarco de ese tipo conducía, en la mayoría
de las ocasiones, a la muerte segura. Por tanto, salvarse de la tormenta, no
ser aniquilado en Wessex y terminar pactando con el rey son licencias demasiado
sorprendentes para la historia.
También, en la segunda
temporada, se dedicó un capítulo entero a mostrar el sacrificio llamado “Águila
de sangre”, castigo impuesto a Jarl Borg por invadir Kattegat. Pero según ha
demostrado Roberta Frank, este sacrificio sólo existió en la imaginación de los
cronistas. El texto original de donde procede este mito es la trova escáldica
sobre la ejecución del rey legendario Aella (867). Según se narra allí, el
cuerpo, una vez asesinado, fue dejado al pasto de las águilas. Luego,
posteriores traducciones imaginativas, inventaron toda la parafernalia de
ejecución que vimos en la serie.
De la primera temporada debo
disentir sobre el excesivo poder que otorgan en la serie al conde Haraldson,
sin duda alguna, una licencia para tener un rival digno del protagonista. Las
asambleas de los condes eran en campo abierto y los condes no mostraban un
poder tan grande respecto al resto de aristócratas menores.
No quiero seguir ahondando en
los puntos negativos históricos de la serie, entre otras cosas, porque son
minoría respecto a los grandes aciertos de la misma. Con sus luces y
sombras es la mejor manera de acercar al gran público al pueblo vikingo. Y si con
ella logramos desterrar la imagen tradicional que teníamos sobre ellos habrá
sido todo un éxito.
La historia de Ragnar, en sí
misma, tal como aparece en las Sagas Islandesas, es una ficción. Y así debemos
tomar esta serie. Una reinterpretación de una ficción donde la historia fue reducida
a la mínima expresión y utilizada como adecuado escenario donde encuadrar la
trama principal.
Y para ahondar más sobre la
desmitificación de la figura de los vikingos os remito al capítulo “El
estereotipo vikingo es verdadero” del libro Mis Mentiras Favoritas.
Si deseáis profundizar en el
mundo vikingo os dejo estos libros imprescindibles:
- Hall, Richard: El mundo
de los vikingos. Ed. Akal
- Griggith, P.: Los vikingos, el terror de Europa. Ed. Ariel
- Velasco, M.: Breve historia de los vikingos. Ed, Nowtilus
- Griggith, P.: Los vikingos, el terror de Europa. Ed. Ariel
- Velasco, M.: Breve historia de los vikingos. Ed, Nowtilus
muy bueno el articulo. Ya empece con la tercera temporada y sigue siendo como las anteriores , con poco rigor historico, pero bueno al menos los personajes si existieron.
ResponderEliminarHola, muchas gracias por leer y comentar.
EliminarNo obstante, aunque Ragnar aparece en las Sagas vikingas, no podemos asegurar que fuera un personaje real. Y, mucho menos, que lo mostrado en la serie se corresponda a su existencia vital. Dejémoslo en una ficción que nos muestra elementos reales de las sociedad vikinga medieval.
Por cierto, tienes en este blog una reseña de la tercera temporada de Vikingos para cuando acabes de verla (no antes: peligro spoilers).
Un saludo
Me encanto como lo escribiste. Gracias che! Recorda poner spoilers al comienzo! Buena onda, bro!
ResponderEliminarTomo esto como concluion "La historia de Ragnar, en sí misma, tal como aparece en las Sagas Islandesas, es una ficción. Y así debemos tomar esta serie"
ResponderEliminarpor eso hay que leer, y he parado en tu blog y seguiré leyendo. No tragar todo lo que ves en tv, un medio para entretenernos y esperar que la serie dure 100 años exactos para demostrar, efectivamente, que ocurre en 100 años .
Hola Jota, gracias por comentar.
EliminarLa serie comenzó bastante bien en lo que a la historicidad se refiere, aunque se tratara de sagas con un alto componente de ficción.
Pero según avanzaron las temporadas el espectáculo aumentó y la veracidad histórica se olvidó, razón por la que la abandoné.
Para series ficticias ambientadas en el mundo vikingo prefiero The Last Kingdom.
Saludos
Yo la estoy viendo ahora . Voy por la segunda y no me gusta nada, y lo que no me gusta son los actores y actrices ...me parecen todos malísimos.
ResponderEliminarLo único que aprecio es la calidad dentistas que gastaban estos vikingos....madre mía que dientes tan blancos, sin duda se los lavaban con bigote de morsa.
ala pues, un coñazo de serie
Hola, gracias por comentar.
EliminarYo dejé la serie el año pasado por haber perdido su esencia histórica. Si no te está gustando la segunda temporada no te recomendaría ver más, pues la intensidad y calidad decrece exponencialmente.
Saludos