domingo, 25 de marzo de 2018

Mis 3 visitas imprescindibles en Lovaina

Cuando viajamos a Bélgica, las principales ciudades que deseamos ver son Bruselas y Brujas. Ya me ocupé de ambas en el pasado en otros artículos, razón por la cual hoy voy a tratar de convenceros para ampliar un poco vuestros objetivos y descubrir una de las ciudades más bellas y recoletas de la zona. Sin duda, una visita realmente imprescindible. ¿Os apetece descubrir Lovaina?


A continuación os voy a nombrar mis tres rincones preferidos de Lovaina. Generalmente suelo indicar cinco pero, en esta ocasión he reunido varios en cada apartado, por lo que sólo me salen tres.

GroteMarkt

Es la plaza mayor de Lovaina, el centro cultural de la ciudad y el lugar en el cual podremos admirar los más bellos edificios de esta pequeña urbe universitaria.

Fonske. Fuente: World Travel Blog
Si venimos de la estación de tren de Leuven, la manera más rápida de llegar a ella es tomando la comercial calle Bondgenotenlaan. Lo primero que nos encontraremos será la Fuente de la Sabiduría(también conocida como Fonske). Obra del escultor belga JefClaerhout, se trata de un homenaje a la sabiduría, algo muy apropiado en esta ciudad universitaria. La figura representa a un joven que parece verterse sobre su cabeza un vaso de sabiduría. Aunque otros opinan que se derrama cerveza mientras intenta leer un libro. Como curiosidad indicaros que puede que os lo encontréis vestido, cuan Manneken Pis, si visitáis la ciudad en algún día festivo.

Al entrar en la plaza vuestros ojos se os dirigirán, irremediablemente, hacia el Ayuntamiento. Ya sabéis que en Bélgica los ayuntamientos son unos de los edificios más importantes y decorados de las ciudades. Pues bien, el de Lovaina se lleva la palma de todos ellos. Personalmente fue el edificio de este tipo que más me gustó de mi visita al país.


Ayuntamiento de Lovaina. Fuente: Diego Garrote

Se trata de la máxima representación del estilo gótico tardío brabanzón, una suerte de estilo que, en la arquitectura civil, concibió los ayuntamientos como enormes relicarios profusamente decorados con multitud de esculturas, torretas en las esquinas y hasta un campanario. Si habéis estado en la capital, Bruselas, ya sabréis de lo que estamos hablando. No obstante, el de Lovaina es mucho más monumental y recargado.
Detalle Ayuntamiento Lovaina. Fuente: Diego Garrote
En sus tres pisos, cubriendo todo el muro que dejan libres las numerosas ventanas góticas, vamos a poder admirar multitud de esculturas, insertas en nichos con dosel. En el primer piso se disponen personajes importantes de la ciudad, en el segundo santos y figuras simbólicas, mientras que en el tercero están representados distintos condes de Lovaina y duques de Brabante. En las ménsulas que soportan las estatuas se encuentran labradas escenas bíblicas.

Aunque el edificio se levantó teniendo en cuenta esta decoración escultórica, las 236 estatuas no se colocaron definitivamente hasta 1850. Teniendo en cuenta que el edificio se terminó de construir en 1469, pasaron casi 400 años en recibir esta decoración exterior. Y ello gracias, según cuentan las historias locales, al escritor Víctor Hugo,  que animó al consistorio a rellenar los nichos vacíos.

Algo que mucha gente desconoce es la posibilidad de poder visitar por dentro sus lujosos salones, los cuales albergan importantes obras artísticas, tanto pictóricas como escultóricas.

El último edificio importante de esta plaza es la Iglesia de San Pedro. Se trata de una imponente iglesia gótica que parece encajarse, con aprietos, en el entramado urbano. Su campanario, proyectado para que alcanzara 170 metros, nunca se acabó y apenas hoy sobresale por encima del tejado. El resto se terminó en 1497.
 
Iglesia de San Pedro (Lovaina). Fuente: Diego Garrote
En su interior alberga obras de arte tan importantes como La Última cenao el Martirio de San Erasmo ambas de DirkBouts, un elaborado sagrario en piedra, la tumba de Enrique I de Brabante o la escultura de Nicolaas de Bruyne que representa a la Virgen con el niño entronizados sobre el Trono de la Sabiduría (emblema de la Universidad católica de la ciudad).

Groot Begijnhof

Seguro que si habéis visitado otras ciudades belgas sabréis lo que es un Beaterio. Se trata de lugares apartados en los que las viudas y solteras se retiraban a vivir juntas en comunidad, en similitud a una orden monacal (aunque sin tener que respetar votos como el de pobreza). El objetivo era mantener su independencia y ayudar a los demás. Algo muy novedoso en pleno siglo XVII.
 
Groot Begijnhof. Fuente: http://leuven-en-omgeving.skynetblogs.be/

El Beaterio de Lovaina es, en mi opinión, uno de los más bonitos de Bélgica. En sus tranquilas calles vamos a pasear entre edificios de ladrillo, coquetas plazoletas y bellos jardines. Hoy día pertenece a la universidad y en sus casas se alojan estudiantes y profesores.

Una versión reducida, más próxima al centro, es el Klein Begijnhof. Está compuesta por una treintena de casas apiñadas en una calle principal y dos callejones sin salida contiguas. Su visita merece la pena por visitar la anexa Iglesia de Santa Gertrudis, la cual tiene como curiosidad que su torre, construida enteramente en piedra, no posee ningún clavo de unión.
 
Klein Begijnhof de Lovaina. Fuente: Diego Garrote
Oude Markt

Vamos a cambiar diametralmente de preferencias y acercarnos a la denominada barra más larga del mundo. Se trata de una plaza muy especial, pues numerosos bares y restaurantes se solapan en los bajos de típicas casas belgas de preciosas fachadas. Uno a continuación del otro, con sus terrazas aprovechando los escasos días de sol, podéis imaginar que la antigua plaza del mercado medieval se ha convertido, hoy día, en el principal punto de reunión de la fiesta local.

Destacar este punto de la ciudad sobre otros tiene el objeto de remarcar un aspecto que me llamó mucho la atención cuando visité Bélgica. Y es la similitud de la costumbre de la vida en la calle y en los bares. Sin duda, una de las consecuencias del dominio español de la zona fue dejar esa impronta de festividad en torno a una jarra de cerveza. No en vano, a la ciudad se la conoce como la capital de la cerveza.
 
Oude Markt. Fuente: Pinterest.com

Pero Lovaina no acaba aquí. Tiene multitud de interesantes lugares que visitar y recorrer, tales como la Biblioteca central (con su gran carrillón), la Plaza de los Mártires o, ya en el extrarradio, la Abadía del Parque o el Castillo de Arenberg.

Os animo encarecidamente a visitar esta joyita de Flandes.

Otros blogs en la red en donde tratan esta ciudad de manera maravillosa son los dos siguientes: 



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