Con este título tan sugerente
voy a comenzar una sección en la que describiré pequeñas salidas de fin de semana
donde podréis encontrar esa paz que tanto echamos de menos a diario. Son
lugares con encanto donde podréis descansar y, a la vez, realizar pequeñas e
interesantes visitas turísticas. ¿Qué más se puede pedir?
Por tanto, si no sabes donde
viajar el próximo fin de semana espera a leer el siguiente artículo. Hoy
comenzaremos nuestro viaje por un lugar tan desconocido como maravilloso: San
Esteban de Gormaz.
San Esteban de Gormaz es una
pequeña localidad Soriana que se encuentra a tan sólo dos horas de Madrid.
Llegar a ella no tiene pérdida: debemos coger la A-1 con dirección Burgos y
luego desviarnos hacia la N-110 con dirección a Riaza (Segovia). Tras pasar
Riaza y Ayllón (par de pueblos encantadores que trataremos en otro momento), en
cosa de escasos kilómetros llegaremos a San Esteban de Gormaz.
Para acceder a esta localidad
desde Madrid debemos cruzar un puente de dieciséis ojos que cruza el
Duero. Aunque se le supone origen medieval, nada queda de esta época debido a
las sucesivas reformas que hubo de hacer con el paso de los años y el tráfico
rodado que soporta. Es una pena que se destruyera este monumento, cuyo origen
más remoto es romano, pues fue una importante frontera entre cristianos y
musulmanes, lugar de numerosas luchas fronterizas. Recordemos que antiguamente
no existían muchos puentes que cruzaran los ríos y éste era uno de los más
importantes.
Nada más cruzar el puente,
dibujado en una fachada, encontramos un recuerdo del Cantar del Mío Cid. La
localidad aparece en este poema en la parte de “La afrenta de Corpes”, la humillación sufrida por las hijas de El
Cid. Y aunque este hecho hace tiempo que se demostró inventado y de escaso
rigor histórico, la pintura mural nos advierte que el autor del Cantar pudo ser
vecino de esta localidad.
Girando a la derecha y
siguiendo la Avenida de Valladolid llegaremos al aparcamiento público situado
justo enfrente del Hotel Rivera del Duero.
Os aconsejo este alojamiento para pernoctar encarecidamente. Es un tres
estrellas sobrado, el trato del personal es agradable y de las habitaciones me
gustó su amplitud y limpieza. Si os gusta relajaros en la bañera tenéis que
coger su habitación con bañera de hidromasaje. ¡Una pasada!
Este aparcamiento es un buen
punto de partida para comenzar cualquier visita a la localidad pues junto a la
pista de frontón se encuentra la oficina de turismo. Resulta recomendable
visitarla para concretar los horarios de los monumentos, pues salvo los meses de
julio y agosto, los horarios de visitas se reducen bastante. Por ejemplo,
cuando yo los visité el pasado junio el Parque del Románico sólo se visitaba
bajo petición y a grupos. No obstante, dado nuestro interés, nos lo abrieron
para visitarlo. Todo un detalle por parte de Sandra, la persona que os atenderá
en la oficina.
Aquí
os dejo el enlace para imprimiros un plano de la localidad, aunque no lo vais a
necesitar demasiado.
(También podéis descargaros
uno desde aquí: http://www.sanesteban.com/gifs/plano.gif).
Pero iniciemos nuestra camino por San Esteban de Gormaz visitando la localidad en sí misma. Desde el aparcamiento
se inicia la Calle Mayor,
la cual atraviesa longitudinalmente toda la ciudad. El primer
edificio de importancia que encontraremos es la Iglesia de San Esteban de
Protomártir. Esta iglesia, antiguamente, pertenecía a un convento
franciscano hoy desaparecido. Y fue en 1986 cuando cambió su advocación por la actual. Exteriormente
sólo reseñar dos cosas: su actual campanario fue realizado con algunas piedras
procedentes de la antigua parroquia de la localidad (derruida en 1922) y la
espadaña es de ladrillo, no por capricho sino por necesidad, pues corría
peligro que se cayera la
fachada. En el interior destacan los frescos del altar,
dedicados a la vida de San Francisco (Santo de advocación del antiguo convento)
y unas capillas sepulcrales góticas en el lateral de su única nave, las cuales
cobijan una virgen románica y una escultura gótica del Cristo de la Buena Dicha (fiesta el
9 septiembre).
Esta iglesia se encuentra a
extramuros de lo que fue la antigua muralla de San Esteban de Gormaz. El
recorrido de ésta es palpable en este punto de la localidad, pues se conservan
dos torres que pertenecieron a este sistema defensivo. A nuestra derecha
encontramos el torreón, levantado en piedra. A la izquierda, más próximo
al río, se encuentra un cubo de la muralla que perteneció a la antigua
puerta de San Gregorio. Ésta es de tapial y se data en un momento anterior al
torreón, aunque es difícil precisar por la falta de heráldica. Antiguamente
custodiaba una de las puertas principales de entrada a la ciudad.
Siguiendo un poco más la Calle Mayor llegaremos
a la Plaza Mayor. La
reconoceréis por levantarse imponente el Ayuntamiento de la localidad. Se trata
de un edificio moderno (data de 1994), aunque su estética imita a la que tenía
el edificio original construido en 1629. Destacan sus cuatro arcos inferiores y
su característico reloj con campana. Otro atractivo de la plaza son las casas
porticadas, algo que os recordará lugares como Avilés o Alcalá de Henares.
Aquí se concentran los bares principales del pueblo y en sus aledaños el resto
de comercios de la
localidad. Si deseáis comprar algún producto típico de la
tierra este es un buen lugar donde conseguirlo.
Y si bajáis hacia el río
atravesaréis otra entrada de la vieja muralla. En esta ocasión se conserva un
bonito arco decorado con el escudo con las armas de don Diego I López
Pacheco el Grande, conde de San Esteban a inicios del siglo XVI.
Desde esta posición podéis
observar los dos puentes de la localidad: uno de época romana de un solo arco y
el medieval que cruzamos al llegar. Justo al lado de este último se acondicionó
un pequeño parque ideal para descansar y dar de comer a los patos.
Volviendo nuevamente a la Plaza Mayor seguiremos
nuestro recorrido sin abandonar la Calle Mayor, pues de lo contrario nos introduciríamos
en la arquitectura desordenada, típicamente árabe, de plazuelas y callejones. Dejando
a nuestro lado izquierdo el Ayuntamiento, proseguiremos nuestro camino hacia el
lugar donde se levantan las casas más ilustres de la localidad. En ellas
encontraremos nobles blasones presidiendo las fachadas de palacetes e incluso
estelas romanas y visigodas utilizadas como vulgares piedras constructivas. Todo
ello nos muestra el gran pasado de la localidad y son un aspecto pintoresco y
único de este lugar.
Cuando lleguemos a una casa
de adobe, la cual contrasta enormemente con las edificaciones anteriores
levantadas en piedra, debemos abandonar la Calle Mayor y girar a
nuestra izquierda. Tras caminar unos pasos, en la primera calle que se abre a
nuestra derecha, nuestra vista contemplará la esplendorosa imagen de la Iglesia
de Nuestra Señora del Rivero. Para acceder a ella debemos ascender una
pequeña cuesta primero y unas grandes escaleras después. La entrada, desde
aquí, es espectacular, pero si vais con carro de bebé podéis subir a la iglesia
por detrás, a través de una calle algo empinada pero totalmente practicable.
Será menos espectacular pero mucho más práctico. No obstante, los que conocéis
mi gusto por la belleza de la arquitectura ya habréis imaginado que preferí
subir el carro a cuestas por las escaleras. ¿Cómo perderme tan bonita imagen?
La Iglesia de Nuestra Señora
del Rivero es una típica iglesia del románico rural del siglo XII. De hecho fue
construida a imagen y semejanza de la otra iglesia de la localidad. Destaca
su galería porticada orientada al sur, lo cual tenía un claro objetivo. En la Edad Media no existían
lugares apropiados donde poder reunirse el concejo de la ciudad, por lo que
estas galerías servían de lugar de reunión a los habitantes de la villa. Su orientación
sur las hacía idóneas para cobijarse del frío de la comarca y eran un lugar de
paso obligado para todos los fieles cristianos, por lo que las reuniones se
realizaban tras salir de misa.
Además de lugar de reunión,
estas galerías tuvieron otras funciones, como la de servir de lugar de
enterramiento. Este hecho queda plasmado por el arco plateresco con función
sepulcral que se encuentra a la izquierda de la entrada a la iglesia. Datado en
el siglo XVI, hace referencia a Vidas Pascual, protagonista de una de las
leyendas más famosas relacionadas con esta localidad, la del Vado de Cascajar. En
el sepulcro podemos leer lo siguiente: “Aquí
yace Vidas Pascual que el oyendo la aquí misa lidian sus armas”.
Arquitectónicamente se trata
de un edificio de nave única y cabecera semicircular, aunque exteriormente no
podamos contemplarla en su plenitud debido a la construcción de un camarín tras
el altar y otras dependencias religiosas. No obstante, esta reforma posterior
no fue del todo un desastre. Al visitar la iglesia comprobaréis como las
esculturas exteriores del ábside, al quedar dentro de la moderna edificación,
quedaron preservadas de la erosión ambiental, pudiendo admirarlas hoy día en
toda su plenitud.
Las figuras anteriores
contrastan poderosamente con las existentes en los capiteles de la galería
porticada exterior, aunque éstas últimas también se conservan lo suficiente
como para poder identificar las representaciones, entre las cuales destacan las
figuras animalísticas o de raigambre oriental.
Del interior de la iglesia
hay que destacar la imagen de la Virgen del Rivero, a la cual se la tiene una
gran devoción en la
comarca. Su festividad es el 8 de septiembre, un día antes
que la fiesta del Cristo, por lo que se juntan inteligentemente un par de días
de celebración, aunque también el 1 de mayo suele salir de procesión. Cuando yo
visité la localidad el pasado mes de junio estaban reformando la talla, por lo
que fue una pena no poder rendirle los respetos que se merece. El otro atractivo
del interior de esta iglesia son sus pinturas góticas. Justo enfrente de la
entrada descubriréis un bello calvario gótico y en la zona superior del ábside
un sobrecogedor Cristo Pantocrátor.
La visita a esta iglesia
puede realizarse por libre (1€) o con visita
guiada (2€), incluyendo ésta la explicación y acceso al interior
de la Iglesia de San Miguel (sólo visitable su interior con guía). Los horarios
de visita turística son
Mañanas: 11:00 a 14:00 h y Tardes: 16:00 a 19:00 h.
Horarios visitas guiadas: 11:30, 12:30, 13:30 y 16:30, 17:30 y 18:30 h. Comienzan en la Iglesia de Nuestra Señora del Rivero a partir de grupos mínimos de 5 personas.
Y las visitas guiadas parten
de esta iglesia cada media hora (o cuando se forme un grupo suficientemente
grande), por lo que es recomendable visitar ésta primero.
A escasos dos minutos andando
se encuentra la Iglesia de San Miguel, auténtica joya de la localidad. Su vista
más espectacular se obtiene accediendo desde la calle San Miguel,
la cual parte de la Calle Mayor.
Ascendiendo por la empinada calle se nos mostrará una
espléndida iglesia románica con su típica galería porticada, la cual podría ser
la primera de su estilo construida en España. La clave está en la fecha de
datación de tal galería. La fecha aparece en un canecillo del tejado,
concretamente en donde plasmaron a un monje con un libro abierto. La fecha,
para algunos investigadores, sería 1081, mientras que para otros esta fecha es
demasiado temprana. Fuera como fuese, si no es la primera si es una de las que
introdujeron la existencia de este tipo de galerías y una de las cuales que más
influencia tuvo en las zonas limítrofes.
En esta galería debemos
fijarnos en la profusa decoración escultórica que los artistas románicos nos
legaron. Los canecillos y los capiteles de las columnas que sostienen los
sietes arcos de medio punto que conforman la arcada están repletos de figuras
de gran expresividad y belleza. Centrándonos en los capiteles veremos tanto animales,
una serpiente, un cuadrúpedo y un impresionante pavo real, como figuras humanas
y arquitectónicas, tales como murallas, torres o soldados. La presencia de
puertas califales o figuras humanas portando vestidos árabes hacen suponer que
algunos escultores debían ser árabes. En los canecillos de la cornisa volvemos
a encontrarnos animales y hombre indistintamente, todos ellos cargados de
fuerte expresividad.
Esta galería porticada guarda
también otro interesante dato. En uno de los laterales, y grabado sobre una
losa, aparece un Alquerque,
un juego árabe similar a nuestras damas. Este hecho nos confirma que, en el
pasado, esta galería también fue un lugar de ocio de los habitantes de la localidad. Existe,
además, otro Alquerque en esta galería, algo que no todo el mundo conoce. Se
encuentra en la columna izquierda de la entrada a la galería y está mucho mejor
conservado. Su posición vertical imposibilitaba utilizarlo como tablero de
juego (se necesitan colocar fichas para jugar), por lo que se piensa que fue
una piedra reutilizada proveniente de otro edificio.
El suelo de esta galería
porticada se encuentra en restauración pues los arqueólogos encontraron
numerosos restos de tumbas, confirmándonos otro uso de este tipo de galerías.
El interior del templo, sólo
accesible mediante visita guiada, también se encuentra en obras. El objetivo es
realizar aquí un museo y entender un poco mejor la disposición interior de la iglesia. Sorprende
la altura de la nave única, aunque ésta se explica por la existencia de una
galería o tribuna estable en época medieval. Diversos grafitos datados en el
siglo XII y a una altura de cuatro metros confirman tal afirmación.
La cubierta de la iglesia es
de madera en la nave y de bóveda tipo horno en el ábside. Su iluminación
interior es escasa, como corresponde a toda iglesia románica que se precie,
quedando ésta supeditada a un par de ventanas sobre el pórtico y una aspillera
en la zona del coro. Destacar los restos de pintura mural existentes en la zona
del ábside, en donde podremos ver la representación, entre otras figuras, de
los tres reyes magos. Las tres figuras son de piel blanca, lo que nos indica
que las pinturas fueron realizadas antes del último tercio del siglo XV,
momento en el cual se introduce la figura de un rey mago de piel negra
(relacionado con la época de los descubrimientos).
Otro aspecto a destacar de
este edificio es su torre de planta cuadrada. Se trata de una edificación
posterior a la factura inicial de la iglesia, y tiene como particularidad tener
un primer cuerpo realizado en piedra y una segunda parte en ladrillo. Del
exterior, además de la galería, también debemos quedarnos con la decoración
exterior del ábside y de las ventanas, enmarcadas con arquivoltas.
Desde este lugar podemos
ascender, a través de un pequeño y empinado camino al Castillo y a la
zona donde se ubican las bodegas. Que nadie se espere un gran castillo
medieval. El paso de los años, los franceses en 1808 y la desidia municipal
hicieron que este otrora importante fortificación se viniera abajo. Incluso los
más viejos del lugar comentan que la mayoría de sillares fueron vendidos por
parte del último dueño privado de tal monumento.
Hoy día del castillo tan sólo
queda un lienzo de pared y los restos de lo que en otro tiempo fueron aljibes y
silos. Su base alargada y estrecha nos remite a las típicas construcciones
musulmanas, aunque cuando cayó en manos cristianas fue ampliamente reformado.
Su mayor atractivo actual es la de ofrecer unas maravillosas vistas de toda la
comarca, pues se sitúa a una altura de 920 metros. (La mayoría
de la subida ya la habéis realizado al recorrer la Calle Mayor y luego
subir a la Iglesia de San Miguel).
Un poco más abajo se sitúan
las bodegas, excavadas en la roca directamente. Estamos en la zona de
denominación de origen Ribera del Duero y San Esteban de Gormaz, con la
temperatura más cálida de toda Soria (de media unos 5ºC más que en la capital)
tiene un clima muy apropiado para el cultivo de la vid. Tarea ésta que
puede remontarse a la época medieval.
Un poco más arriba de la
Iglesia de San Miguel, horadando la ladera de la roca que sustenta el castillo
en su cúspide, se amontonan numerosos lagares y bodegas que respetan la
construcción tradicional. También observaremos numerosas zarceras, una especie de respiraderos necesarios para evacuar los
efluvios tóxicos provocados por la fermentación de la uva.
Otro hecho que nos llamará la
atención será la existencia de mesas y barbacoas delante de muchas bodegas.
Ello se debe a que estos lugares, además de conservar el vino a una temperatura
constante y correcta (15-18ºC),
se han convertido en zonas de reunión y celebración. Y es habitual encontrar a
los sanestebeños cenando unas chuletas de cordero junto a un buen vaso de vino
en la época estival.
Todo el recorrido anterior
podéis hacerlo tranquilamente en un par de horas, por lo que os recomiendo
pasearlo relajadamente. Disfrutar de la arquitectura tradicional, palpar las
lápidas romanas e intentar leer sus textos (no son difíciles), descansar en las
galerías porticadas de las iglesias románicas y admirar sus esculturas
empapándoos de Arte e Historia. Sentaros en lo alto del castillo y dejar que el
viento acaricie vuestras caras mientras veis como poco a poco el día
transcurre.
Para por la tarde podéis
acercaros al Parque del Románico. En la época en la que visité esta
localidad (Junio) el Parque estaba sólo abierto para visitas de grupos aunque,
dado nuestro interés, nos lo abrieron a nosotros. Además tuvimos la suerte de
una visita guiada personalizada en la que pudimos aprender multitud de cosas
sobre este estilo arquitectónico tan bien representado en España.
El Parque se sitúa a unos dos
kilómetros y medio de la localidad, por lo que el trayecto podéis hacerlo tanto
a pie como en coche. Se trata de un parque temático donde vamos a poder ver
reproducidas, a escala reducida pero con unos detalles fidedignos, nueve
edificios románicos emblemáticos de Castilla y León, uno de cada provincia.
Sandra, nuestra guía, por ser
Soriana, comenzó la visita mostrándonos la maqueta de San Juan de Rabanera, una de las iglesias románicas más curiosas.
Tiene la típica planta de cruz latina románica y un ábside único semicircular
que nos delata la existencia de una sola nave. La decoración escultórica
exterior y las ventanas estrechas y escasas también nos informan sobre el
estilo románico. Ahora bien, tiene varias particularidades. Su eje no es recto
en planta ni el transepto ortogonal respecto a la nave. En el ábside no se
sitúa una ventana en el centro, como es lo habitual en estos templos, sino una
pilastra. También destacan el número de puertas de acceso. Como todos los
templos románicos su ábside tiene orientación este (por la salida del sol) y su
puerta de entrada original se sitúa al norte. Aunque la entrada más atractiva
visualmente es la colocada al inicio de la nave. Esta posición no
es románica y fue un añadido posterior. De hecho, se trataba de la portada de
otra iglesia (Iglesia de San Nicolás), en ruina a inicios del siglo XX. Por
tanto, aunque en la portada veremos hechos relativos a la vida de San Nicolás,
la Iglesia tiene la advocación a San Juan. Y una última puerta, en la fachada
sur, fue añadida por las principales familias de la ciudad para no tener que
entrar al templo por la misma puerta que lo hacía la plebe.
De
Zamora se muestra la maqueta de la impresionante Colegiata
de Santa María, de Toro. Aquí debemos fijarnos en su característico cimborrio, típico de la zona y también
existente en la Catedral de Zamora o Plasencia. Sus tres ábsides en la cabecera
nos indican el número de naves del templo. Y la presencia de varios rosetones
nos permite descubrir que este recurso decorativo tuvo sus orígenes en el
románico y no en el gótico, como mucha gente piensa. Su estado de conservación
es excelente.
El
templo románico más original y con menores cambios de todos los existentes en
Castilla y León es la Iglesia de San Martín de Frómista, en Palencia. Su
situación en pleno Camino de Santiago nos indica por donde se difundieron las
ideas románicas europeas en la Península Ibérica.
Todos los elementos de este templo son característicos del
románico puro: escasa altura, cimborrio octogonal sobre el crucero, dos torres
a ambos lados de la fachada, tres naves
(la central más ancha) con bóveda de cañón terminadas en tres ábsides
circulares, muros gruesos, ventanas estrechas con arcos de medio punto,
decoración en las fachadas a base de pilastras, ajedrezado jaquense,
canecillos…
Lo
anterior se puede considerar una auténtica excepción, pues lo habitual es que
los templos cambien a lo largo de los años. Sus construcciones, alargadas
durante siglos, provocaban que se comenzase en un estilo arquitectónico y se
terminase en otro distinto. Esta circunstancia es claramente palpable en la Basílica
de San Vicente de Ávila. Si nos fijamos en la cabecera de esta iglesia, la
primera parte que se construía en este tipo de edificios, veremos elementos
claramente románicos, tales como los ábsides circulares, el transepto, el cimborrio
o la decoración escultórica de canecillos y capiteles. Los ábsides tienen
bóvedas de cañón, pero ya la nave tiene bóveda de crucería, típica del gótico.
Este estilo se irá imponiendo en la edificación hasta llegar a la portada de
entrada, claramente gótica.
De
Segovia se representa la Iglesia de San Millán. Su planta reproduce la
de la Catedral de Jaca, viéndose así las claras influencias aragonesas en la
construcción de este templo. Destacar sus dos galerías de arcos porticados, su
torre mal acoplada al conjunto y único resto de un templo anterior y la
existencia de una capilla en la cabecera realizada como si externamente se
tratara de un cuarto ábside.
La Iglesia
de San Marcos, en Salamanca, es el único ejemplo de iglesia con planta
circular que no presenta planta centralizada. Su interior nos sorprende con una
planta basilical de tres naves rematadas en otros tantos ábsides. Se piensa que
pudo pertenecer a la
Orden Templaria.
De
Valladolid tenemos Santa María La Antigua, un templo románico en origen
que sufrió enormes reformas en el siglo XIV. El aspecto de su piedra blanca y
elementos como arquivoltas, pináculos o vidrieras parecen remitirnos al gótico,
pero en verdad éstos son añadidos posteriores sin ninguna función
arquitectónica. Y aunque se pretendió ocultar la edificación original con la
decoración gótica, la presencia imponente de su hermosa torre románica nos
muestra la realidad de la edificación.
De
León se muestra la maqueta de la Iglesia de San Tirso de Sahagún. Se
suele indicar que este templo es el más representativo del arte
románico-mudéjar y su especial característica es la de estar levantado
enteramente en ladrillo. Bueno, en realidad, hasta los tres metros de altura,
los artesanos utilizaron piedra caliza, excelentemente talladaza y aparejada en
hileras regulares. Luego optaron por el ladrillo, un elemento constructivo más
barato. Lo mejor del templo es su torre troncopiramidal, que se eleva,
sorprendentemente, sobre el ábside central en vez de sobre el crucero. Tiene
tres niveles de vanos, decrecientes en altura, que generan un visual y estético
efecto rítmico.
Terminamos
nuestro recorrido por el románico castellanoleonés con el Claustro del
Monasterio de Santo Domingo de Silos, en Burgos. Sus dos pisos de arcos
denotan un conocimiento profundo de las posibilidades que ofrecía la
construcción en piedra. Para lograr sustentar el segundo piso los arcos de
medio punto descansan sobre capiteles y columnas de doble fuste monolítico en
todo su perímetro salvo en los soportes centrales de cada galería, que poseen
fustes quíntuples; salvo el del lado norte que es cuádruple y torsado. Esta solución estética
constructiva fue luego exportada a otros templos peninsulares y su presencia
denota la intervención de algún monje formado en Silos. Dejando a un lado los
aspectos arquitectónicos, si por algo destaca este claustro es por su
decoración escultórica, plasmada en los capiteles (64) y los relieves que
ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos
de la galería.
Más
información sobre este Parque del Románico aquí.
Junto a este Parque se
encuentra el Molino de los Ojos, un antiguo molino harinero reconvertido
en museo etnográfico donde poder conocer los diversos tipos de molinos
existentes en la antigüedad, la forma de vida de los molineros y las
características de un ecosistema cerealista. Todo ello mediante paneles
interactivos y objetos originales. Para conocer los horarios podéis informaros aquí.
Y si os pareció poca oferta
turística para pasar un agradable fin de semana aunando Historia y Naturaleza,
a escasos 12
kilómetros tenéis otra gran ciudad Burgo de Osma, en
donde poder admirar una preciosa catedral y unas interesantes ruinas romanas
(Uxama). Pero la descripción de este lugar la dejo para otra ocasión.
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