Hoy os voy a proponer realizar una pequeña parada en
Tortosa, ciudad de Tarragona con un importante pasado histórico que podemos
descubrir en su importante patrimonio arquitectónico. El mismo comprende desde
el castillo árabe o la Catedral gótica, hasta palacios renacentistas y
modernistas.
Yo visité esta ciudad de camino a Salou, centro
vacacional de playa y sol. Y resultó ser una parada muy agradable y
sorprendente con la que complementar el descanso veraniego. ¿Os animáis a
descubrir esta ciudad?
Lo primero que hice cuando llegué a la ciudad fue
visitar el Castillo de la Zuda. Actualmente Parador Nacional, se trata
de un lugar encantador con diferentes edificios con ventanales góticos, torres,
murallas y un gran patio central que sirve de aparcamiento.
Lo más destacado que vais a ver desde aquí es la
panorámica de la ciudad desde lo alto de las almenas. A destacar, la vista de
la Catedral con sus arbotantes.
Tras este interesante comienzo tocaba ver el resto de
la ciudad. Aparqué el coche en el recinto ferial, desde donde vamos a poder
acercarnos al centro de la ciudad atravesando el encantador barrio judío.
En este entramado de callejuelas y rincones
encantadores vivió una importante comunidad judía, tal vez la más importante de
Cataluña en el Medievo. Pasear por su laberíntico callejero nos permitirá
descubrir la distribución de estos lugares tan característicos y preciosos
rincones. Ahora bien, apenas quedan ya edificios de aquella época. El Portal de
los Judíos, la torre de Celio o el pozo de la pequeña plaza de la Figuereta son
los mejores rincones.
Casi sin darnos cuenta habremos llegado a la Catedral
de Santa María. Sin duda, esta es la visita más importante de la ciudad, en
donde visitaremos, además del templo en sí, los edificios anexos que tenían
estas construcciones. Configurados como un museo, vamos a descubrir numerosos
tesoros que merece mucho la pena admirar.
La fachada barroca inacabada es muy característica y
fácilmente reconocible, elevada por una gran escalinata. No existen torres y la
única hornacina con escultura es la de la puerta principal. No parece un inicio
muy atractivo que se diga. Pero no os desaniméis, pues se trata de una especie
de disfraz que enmascara un interior gótico de gran belleza.
La entrada turística se realiza por la callejuela que
se abre enfrente del Palacio Episcopal, un interesante edificio en donde
destaca su impresionante escalera del patio interior.
Tras pagar la entrada, la visita comienza bajando
hasta los túneles existentes en los cimientos. En ellos la población se refugió
de los ataques aéreos durante la Guerra Civil Española, los cuales destruyeron
la urbe casi completamente. En esta parte merece la pena detenerse a admirar la
lápida trilingüe (hebreo, griego y latín), datada entre los siglos VI-VII d.C.,
y alguna lápida romana.
En la siguiente parte del recorrido vamos a visitar el
museo de la Catedral, instalado en las diferentes estancias del antiguo
monasterio: el refectorio, la sala capitular… Las principales obras que no
debéis dejar de admirar son las siguientes:
En la sala 7 (antiguo refectorio) vamos a encontrar el
Tapiz de la Santa Cena (S. XV) y el Retablo de la Transfiguración (S. XV) como
las obras más importantes.
En la sala 8, un magnífico Cristo de marfil
renacentista y la talla del Cristo del Palau, de gran dramatismo.
Y en la sala 9, el antiguo dormitorio, encontramos un
espectacular coro renacentista en madera que data del siglo XVI, así como una custodia y una bella imagen de Santa Cinta.
La siguiente visita es el claustro, donde
debemos fijarnos en los capiteles románicos, bellamente tallados y bastante
bien conservados, pues podemos apreciar que representan pasajes de la Pasión de
Cristo. Los mismos nos recuerdan que estamos en la zona más antigua de la
construcción (s. XIII). Este espacio de recogimiento nos prepara para la última
parte del recorrido, el interior de la Basílica.
Varios son los puntos en los que tenemos que fijarnos.
En primer lugar, en el estilo arquitectónico, claramente gótico por sus bóvedas
de crucería y su gran altura y amplitud.
Nada más entrar nuestros ojos se irán directos hacia
el altar, donde se conserva el magnífico Retablo de Santa María de la
Estrella. De clara inspiración italiana y datado en el siglo XIV, consta de
veinticuatro escenas que narran la vida de Jesús y la Virgen, repartidas a lo
largo de tres pisos y en ocho calles encima de cada una de ellas se encuentra
el remate con un glabete con tracerías de forma lobulada, en el centro se
encuentra una imagen exenta de la Virgen de la Estrella con el Niño en brazos.
Os aconsejo admirar un largo rato esta preciosa obra
de arte tan colorida y majestuosa. Luego, podéis daros una vuelta por la
girola, donde destacan la capilla de San Pedro y la del Santo Sepulcro.
Hacia la puerta principal del templo se encuentra la
reja del presbiterio, constituida por barras cilíndricas y poligonales y barras
transversales que forman un doble enrejado en la parte baja, con arcuaciones
ojivales en la parte superior y acabados con púas y flores de lis; está
adornada con aplicaciones de bronce y motivos grutescos formados con chapa
calada.
Por último, justo al lado de la reja, vamos a
encontrar la majestuosa Capilla de la Santa Cinta, un espacio barroco
donde el mármol y los frescos le otorgan tal fastuosidad que se la conoce
también como capilla real.
En la cabecera tiene un retablo de mármol con la
imagen de la Virgen de la Cinta, patrona de la ciudad, realizada en el año
1822. En el altar dentro de una hornacina se encuentra una urna de plata
realizada por los escultores Francesc y Josep Tramulles en el año 1727 con
decoración de hojas, frutos y ángeles, donde se guarda la reliquia de la Santa
Cinta. Enmarcan este altar dos grandes columnas de jaspe con capitel dorado con
una cornisa que en su centro está la representación de la Virgen de la Cinta entre
ángeles y nubes todo tallado en mármol; en una parte más inferior y ambos lados
se encuentran las esculturas de San Pedro y San Pablo también en mármol.
Los frescos de la capilla fueron pintados a partir de
1718 por Dionís Vidal y Josep Medina. Las escenas de las pinturas fueron
dirigidas por el canónico Vicent Gomis: La Virgen desciende del cielo en el
presbiterio y en la cúpula, dividida en ocho partes, están representadas la
figura de la mujer en diferentes hechos bíblicos, Débora, Judit, Rebeca,
Abigaíl, Yael, María, Raquel y Ester. En el siguiente tramo la Virgen pasará
sobre la ciudad para volver al lado de su hijo Jesús y el Padre Eterno ya en la
entrada de la capilla. En las pechinas están representados los profetas Moisés,
Isaías, Jeremías y Ezequiel.
Tras la visita a la Catedral nos dimos una vuelta por
el centro de la ciudad, admirando vistas del castillo y una bella casa
modernista, la Casa Grego. A destacar el dinamismo de sus formas
sinuosas y el balcón curvo junto al Portal del Romeu, la única puerta interior
de la Tortosa medieval que se conserva.
No es el único edificio modernista de Tortosa.
Nosotros fuimos a otro de bella factura, el cual supuso nuestra última parada
en la ciudad. Se trata del antiguo Matadero Municipal, compuesto por diversos
pabellones ornamentados con ladrillos, cerámicas y tejas vidriadas.
En sus salas se encuentra la oficina de turismo y el Museo
de Tortosa. Nosotros entramos a este último para conocer un poco la
historia de esta localidad.
El museo es un espacio amplio donde vamos a realizar
un recorrido cronológico desde la prehistoria hasta la modernidad. A través de
unas pocas vitrinas con objetos destacados aprenderemos los diferentes nombres
de Tortosa y las aportaciones que hicieron romanos, visigodos y árabes. Os dejo
algunas imágenes del interior.
En la planta superior tenemos la parte más moderna,
destacando un vídeo donde poder ver imágenes del siglo XX.
Hasta aquí nuestra visita exprés a esta bella
localidad de Tarragona. No obstante, no son estos los únicos tesoros que
guarda. En el tintero se nos quedaron visitas interesantes como los Reales
Colegios Renacentistas (el patio del Colegio de Santiago y San Matías es el
único patio renacentista de Cataluña y seguramente la obra civil más
significativa de este estilo de toda la comunidad), las excavaciones
arqueológicas de Tortosa cota 0, los jardines del Príncipe, con las esculturas
de Santiago d Santiago o la experiencia de visitar el refugio antiaéreo
utilizado durante la Guerra Civil Española.
Como veis, atractivos suficientes como para dedicarle
más de un día a esta ciudad tan encantadora.
Hasta la próxima.
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