Desde que comencé con el blog siempre he estado
tentando a los lectores para viajar a diversos lugares que me encantaron.
Principalmente en Europa, aunque también en lugares cercanos como Egipto,
Turquía o Túnez, siempre intento destacar los lugares más emblemáticos de cada
localidad.
Pues bien, hoy toca escribiros sobre mi localidad,
Leganés. Este pequeño municipio del sur de Madrid, con algo menos de 200.000
habitantes, ha sido mi hogar desde mi más tierna infancia. Y aunque no solemos
apreciar lo cotidiano, por verlo todos los días, creo que es hora de mostrar
los encantos de una ciudad que posee un legado artístico que ya quisieran
otras. Por eso espero que, con estas pequeñas pinceladas, os descubra (y os
anime a visitar) mi lugar de residencia.
Un
poco de historia
Leganés, para muchas personas, pasó a formar parte de
la geografía nacional cuando su equipo de fútbol, el Club Deportivo Leganés
subió a la primera división española en el año 2016. Pero esta localidad posee
un gran pasado histórico, por lo que comencemos con unos breves apuntes
históricos antes de pasar a describir los encantos que atesora esta localidad
madrileña.
El nombre de la
villa, Leganés, procede de la corrupción de Legamar, nombre original que le
dieron sus habitantes al estar rodeada la localidad de légamo. El origen del
mismo, de hacer caso a las Relaciones topográficas de Felipe II, data del siglo
XIII, cuando fue conformado por los habitantes de Butarque y Overa, despobladas
por las epidemias constantes. En 1627 se convirtió en una villa de señorío,
cuando el rey Felipe IV creó el marquesado de Leganés, y se mantuvo como tal
hasta que en 1820 fueron abolidos los privilegios feudales.
No fueron los primeros
pobladores del lugar. Restos del Paleolítico Superior se han encontrado en
las inmediaciones de Polvoranca, mientras que en el arroyo de Butarque se
encontraros huellas prerromanas y visigodas. Sin duda, la existencia de agua en
la zona favoreció ciertos poblamientos ocasionales (Leganés posee numerosos
acuíferos subterráneos de fácil acceso, a unos 15 metros).
Diversos leganenses
han sido protagonistas (secundarios) en
la historia de España. Por ejemplo, en 1368 Domingo Muñoz, junto con dos
parientes que estaban de guardia en las dos torres de la Puerta de los Moros,
ayudó a la victoria de Enrique II de Castilla en su enfrentamiento por la
conquista de Madrid, abriendo las puertas de la muralla y permitiendo así la
entrada de los Trastámara en la ciudad. Los hermanos Leandro y Julián Rejón
participaron en el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid contra los franceses.
Y en lo que a deportistas
famosos se refiere de esta localidad proceden Daniel Yuste, Carlos Sastre,
(Ciclismo), José María Sánchez Élez, José Sanabria, Eva y Marta Calvo (Taekwondo),
Javier Illana García (Saltador), José Manuel Egea (Kárate), Juan Pedro Muñoz
«Papitu» y Manolo Cadenas (Balonmano), Alfonso Redondo (Boxeo), José María
Movilla, Juan Sabas, José Luis Pérez Caminero, Vivar Dorado, Víctor Fernández y
Dani Carvajal (Fútbol).
A los habitantes de Leganés se les suele denominar,
además de leganenses, pepineros,
debido a que en el Mercado Central de Madrid los mejores pepinos que se vendían
procedían de las huertas de la localidad. Tal era su fama que, según cuenta el
periodista Raul del Pozo, “el rey Carlos
III solo quería en su ensalada los famosos pepinos de Leganés, porque eran los
únicos que no le hacían daño en el estómago y tenían un sabor muy especial”.
Leganés fue también el sitio donde se produjo el último enfrentamiento legal a pistola en
España. Fue el conocido como duelo de
Carabanchel. En un paraje cercano a la Dehesa de los Carabancheles (actual barrio
de La Fortuna), el 12 de marzo de 1870 se enfrentaron el duque de Montpensier,
Antonio de Orleans, y su primo Enrique de Borbón, falleciendo este último.
Monumento homenaje víctimas atentado 2004 |
De época moderna cabe destacar la apertura, en el año 1989, de uno de
los mayores centros comerciales de la Comunidad de Madrid (y de toda Europa):
Parquesur. Un mega-centro donde poder pasar el día comprando, en el cine, con
múltiples restaurantes… Y como última noticia de relevancia nacional referida
en la localidad destaca el atentado en
Leganés Norte el 3 de abril de 2004. Este suceso estuvo relacionado con los
atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 y fue su fatal corolario.
Unos terroristas islamistas, arrinconados por la policía en un piso de la calle
Carmen Martín Gaite, decidieron inmolarse con explosivos. Murieron los siete
integrantes de la célula yihadista y un policía del Grupo Especial de
Operaciones.
Pasemos ahora a describir las cinco razones por las
que merece la pena visitar esta localidad.
Iglesia
de El Salvador
El principal templo de Leganés está considerado una de
las joyas barrocas del sur de Madrid, aunque viendo su exterior no lo parezca.
La poderosa torre cuadrada de ladrillo revocado con capitel de pizarra
escurialense, la cabecera de piedra, compuesta por un ábside pentagonal con
grandes contrafuertes, y la entrada porticada, con cuatro columnas clásicas
sobre plinto, son sus elementos exteriores más destacados.
Construido a partir del siglo XVI, el arquitecto más
famoso que participó en la obra fue Bartolomé Zumbigo, de la escuela toledana
del siglo XVII. La falta de una decoración más suntuosa en el exterior se debe
a la época principal en la que se levantó el templo, un momento en el que el
Imperio español se estaba desmoronando. Por ello, la construcción de casi toda
la iglesia (salvo el ábside) es de ladrillo y carece de decoración. La única
talla que podremos admirar antes de entrar en el templo es la de El Salvador,
la cual nos informa sobre la advocación del templo (Santo Salvador en el
misterio de su Transfiguración; fiesta el 6 de agosto).
El interior, por el contrario, posee una decoración
recargada que hace su visita interesante e imprescindible. Arquitectónicamente
se trata de un templo de tres naves, siendo la central, que se cubre con bóveda
de medio cañón con lunetos, más alta y ancha que las laterales. Se separa de
ellas por pilastras con arcos de medio punto y sobre el crucero existe una
cúpula sin linterna. El aspecto general es el de una nave central dominante y
luminosa respecto a las laterales, mucho más recogidas y oscuras.
El monumento histórico principal de esta iglesia es el
Retablo Mayor, obra de José Benito
de Chrurriguera. Se trata de un retablo hornacina de madera dorada y
policromada. Tiene zócalo, banco, un cuerpo dividido en tres calles y ático.
Las vistosas columnas salomónicas con fuste decorado con guirnaldas de pámpanos,
las numerosas esculturas de bulto redondo (entre las que destacan los cuatro
evangelistas) y el lienzo central del pintor veneciano Francesco Leonardoni (Transfiguración
del Señor en el Monte Tabor) son las partes más destacadas del mismo. Como
curiosidad indicar que se contrató a través del Marqués de Leganés en 1701,
siendo el lienzo una donación del mismo a la parroquia.
En las capillas laterales vamos a poder admirar varios
retablos que nos muestran la evolución hacia el arte rococó. Especialmente
bellos son los dos realizados por Churriguera que se encuentran en el crucero
(Virgen de El Carmen y San José). También quisiera destacar el dedicado a la
Virgen de La Paz o el lienzo de San Pedro de Arbuses. Por último, no quería
despedirme del templo sin destacar su precioso órgano, obra de José de
Verdalonga compuesta por 985 tubos de estaño.
Ermita
de San Nicasio
Está iglesia está consagrada a San Nicasio, patrón de
la ciudad (fiesta el 11 de octubre). Se trata de San Nicasio de Rouen (no
confundir con el San Nicasio de Reims, ciudad francesa muy próxima a la
anterior), cristiano decapitado por los romanos por no querer venerar al dios
Marte. Vivió hacia el siglo I y tenía un origen griego, concretamente ateniense.
Su nombre deriva de la palabra griega Nike, que significa victoria. Por tanto,
podríamos traducirlo como El Victorioso.
Santo tremendamente milagroso (cura la desintería, calenturas, romatismos, miembros rotos, da abla a
mudos, postemas, fluxo de sangre, sangre lluvia y resucita muertos), su
presencia en Leganés se entiende por ser esta villa, antaño, lugar de
frecuentes fiebres e infecciones por el terreno legamoso. La primera fecha en
la que se documenta la presencia del Santo en la localidad es 1580 (Relaciones
de Lorenzana) y desde el año 1600 tiene una cofradía.
La primera edificación de la ermita se remonta a
principios del siglo XVI, aunque no será hasta la constitución de la cofradía,
cien años más tarde, cuando las obras comiencen realmente y sustituyan a un
pequeño oratorio. La peste que asoló Leganés en el año 1600, junto a la mala
cosecha de aquel año y un pequeño terremoto convencieron a los vecinos de que
sólo la intercesión del santo les salvaría de tanto infortunio.
Posteriormente, en el año 1770, el Marqués de Leganés
encargó al famoso arquitecto Ventura Rodríguez la remodelación del templo, ya
muy deteriorado. En lo que se conoce como uno de sus últimos trabajos, el
arquitecto de Ciempozuelos tiró la construcción anterior y diseñó un templo muy
similar a la Iglesia de San Marcos de Madrid.
Con una clásica planta de cruz griega, este templo
neoclásico tiene los extremos de la cruz rematados por un pórtico de fachada
con frontón triangular. La fachada posee un frontón triangular que se sostiene
con dos enormes pilastras. Una gran cúpula central con linterna domina la
ermita a falta de campanario anexo.
Su sobrio bicromatismo exterior, en tonos blancos y
amarillo pastel, contrasta con la decoración interior resultado de la última
reforma, ya en el siglo XXI. Los coloridos frescos en los muros, obra de Manuel
Alcorvo, contrastan hoy día con la sobriedad de líneas arquitectónicas del
templo, en las que las pilastras con capiteles corintios son su mejor
expresión.
El retablo original ideado por Ventura Rodríguez
desapareció con el paso de los años, siendo sustituido por un sobrio retablo
con frontón sostenido por dos pares de columnas que enmarcaban la figura del
santo (con la cabeza entre los hombros, por no asustar a los feligreses,
supongo).
En la última reforma este retablo fue sustituido por
otro que pretendía acercarse más al concepto original, aún barroco, ideado por
Ventura Rodríguez. La obra de Luis Arancibia logra conferir una mayor
espiritualidad y muestra un conjunto de figuras llenas de escorzos que provocan
un fuerte dinamismo. De abajo hacia arriba vemos las figuras de varios
feligreses custodiando un sagrario en la parte inferior. En la central se
encuentra la hornacina del santo entre las imágenes de su martirio y su
dedicación a los pobres. En el piso superior se encuentra María orando, rodeada
de ángeles, ante Jesucristo crucificado y, aún por encima, la paloma del
Espíritu y la del Dios Padre observándolo todo. Sin duda, una magnífica
secuencia jerárquica en vertical que resume los principios del cristianismo y
devuelven parte del conocimiento respecto al santo patrón de la localidad.
Como curiosidad indicar que la ermita acoge los restos
de los Hermanos Rejón (Julián y Leandro), dos agricultores del pueblo que se
levantaron en armas contra los franceses el 2 de mayo de 1808.
Museo
de Escultura al Aire Libre de Leganés
Este particular museo de entrada libre está situado en
el parque de Las Dehesillas, junto al Recinto Ferial. Llegar hasta allí resulta
muy sencillo si nos guiamos por la enorme cúpula que cierra la Plaza de Toros
de la localidad (Llamada La Cubierta). Lugar lleno de locales de fiesta
nocturna, se ha convertido en un polo de atracción de la noche de fiesta joven
de todo el sur de Madrid. Y como plaza mayor de toros aquí se celebran tanto
las corridas en épocas de fiestas como diversos espectáculos de diversa índole,
desde entregas de premios a celebraciones de empresas.
Volviendo al museo, su inauguración se produjo en el
año 2005. Posee 27.000 metros cuadrados de jardines en las que se disponen
diversas esculturas de arte contemporáneo que van desde finales del siglo XIX a
principios del siglo XXI. Entre los autores, de reconocido prestigio, que
integran la exposición, destacan Agustín Ibarrola, Martin Chirino o Jorge
Oteiza entre muchos otros.
Dado que el museo expone obras abstractas,
surrealistas y cubistas es recomendable visitar al web del museo e informarse
de algunas de las piezas más importantes para lograr capturar la esencia de las
obras. La web del museo es la siguiente: http://www.leganes.org/MuseoEsculturas/buscar.html
Voy a destacar algunas de ellas, bajo un criterio
eminentemente subjetivo, pues son las que personalmente me llegaron a crear
alguna sensación o sentimiento. Así es el arte moderno, algo que te debe tocar
el interior.
Dentro de las obras abstractas destacaré Anna, de Susana Solano. Es una
estructura de acero en la que se puede leer el que sería el nombre de su hija.
Escultura realizada estando embarazada, pretendía semejar el útero. Si nos
introducimos en su interior podremos imaginar la sensación del feto, al que le
llega la luz tamizada y la voz lejana de su madre. Arco, de Martín Chirino, pretende representar el aire de Canarias a
base a un arco de hierro forjado que se expande; Desarraigados, de José Luis Menéndez, muestra con finas varillas de
hierro, una figura antropomorfa que intenta echar raíces en un suelo de
hormigón. Metáfora de los inmigrantes que buscan asentarse en sus nuevos
destinos; Ícaro, de José Luis Sánchez Fernández, muestra el momento preciso
en el que el personaje mítico cae al mar tras haber quemado sus alas el Sol. Por
último, El Gigante del Bosque, de
Tony Gallardo, es otra escultura abstracta realizada con grandes bloques de
piedra sin argamasa. Representa a un hombre primitivo, si bien se convierte en
un auténtico tótem del mismo.
Stella,
de José Noja, es una figura emblemática, en el que el autor nos deleita con un
curioso nudo gordiano realizado en acero inoxidable.
La
cama de José, obra surrealista de Susana Guerrero,
surgió de la petición de un niño discapacitado, que deseaba una cama muy alta
para poder tocar las estrellas.
Concierto
en Do Mayor, obra cubista de César Montaña, nos
muestra un violonchelo simplificado y reducido a sus líneas más simples y geométricas,
en donde los vacíos tienen tanta importancia como las formas construidas.
Dentro de las obras figurativas voy a destacar la
composición Millenia, de Manolo González, por su combinación de figuras
realistas dispuestas en posiciones imposibles; Orlando furioso, de Apeles Fenosa, por la elocuente expresividad
del héroe que saca de la batalla a su caballo herido a hombros; también, Cantante, de José Carrilero, por el
contraste entre la tosquedad del bloque y el pelo y el detalle fino de la cara;
Cante, de Venancio Blanco, excelente
combinación del expresionismo y lo abstracto, de las figuras de bulto redondo y
los huecos compositivos; Mujer tendida,
de Banjamín Musteles, trasunto escultórico de las hinchadas figuras de Botero.
Fuera del museo, repartidas por diversos puntos de la
ciudad, se disponen más esculturas modernas pertenecientes al museo pero que se
integran en la localidad en una especial simbiosis. Eva Montoro dejó dos
esculturas figurativas que ya forman parte de la ciudad como dos leganenses más
(Hombre Mirando y Hombre Sentado), mientras que las
numerosas glorietas que posee la localidad se adornan con figuras que
representan desde a personajes ilustres de la villa (Juan de Leganés, José de Churriguera, Francisco Sabatini), como a elementos
abstractos, tales como la famosa Puerta
al aire, de José Hernández, o figurativos como La Mujer de la luz (Andrés Rábago) o Caballo del agua (Luis Arencibia, inconfundible por sus cuatro
cabezas.
Tampoco podemos olvidar Satélite, obra de Agustín Ibarrola compuesta por una gran bola de
acero de 8 metros de diámetro con diversas incisiones que nos permiten ver su
interior.
Como podéis ver, una ciudad en plena simbiosis con el
arte moderno, el cual aparece a cada paso que recorremos para despertar nuestras
conciencias.
Legado
histórico en la ciudad
Como ya habréis comprobado en los puntos anteriores,
la historia de Leganés es bastante amplia (para ser una pequeña localidad junto
a Madrid). La misma podemos ir descubriéndola con solo caminar por su casco
antiguo y prestar atención a los edificios y placas que surgen a cada paso que
damos.
Un edificio emblemático realizado al mismo tiempo que
la ermita de San Nicasio es el Cuartel
de las Reales Guardias Walonas, también conocido como Edificio de Sabatini (por
ser quién lo ideó) o Cuartel de Saboya (por el regimiento que lo ocupó).
Sus obras concluyeron en 1783 y el batallón de
Guardias Walonas fue el primero que lo ocupó. Durante la Guerra de la
Independencia, aquí estuvo acantonado la División de Húsares del ejército
francés y en el patio del cuartel fueron fusilados los hermanos Leandro y
Julián Rejón, dos agricultores de la villa que participaron en el levantamiento
del dos de mayo. En 1939 fue ocupado por el Regimiento de Infantería Motorizada
de Saboya nº 6, que lo abandonará en 1991.
En la actualidad está integrado dentro de la
Universidad Carlos III de Madrid y ha sido completamente restaurado en su
interior y exterior.
Otro edificio histórico es la Casa de Salud de Santa Isabel. Se trató del primer hospital
psiquiátrico de estas características en España, y la primera empresa del
municipio. Inaugurado por Isabel II en 1851, en su época destacó por ser
pionera en la atención a enfermos en la medicina psiquiátrica. Y su
implantación también trajo al municipio hortelano farmacias, más habitantes e
incluso el tranvía que le conectaba con la capital. Ahora bien, aquel centro
era más parecido a una cárcel que a un hospital actual. En palabras del mismísimo
Benito Pérez Galdós en La Desheredada,
la Casa de Santa Isabel era “un corral
más propio para gallinas que para enfermos”, donde cualquiera “volvería a caer en la demenencia”.
Arquitectónicamente destacar su emblemática fachada
neo-mudéjar en ladrillo, auténtica seña de identidad del edificio. Hoy día ha
cambiado su función, albergando en una de sus partes un centro de salud.
La principal arteria comercial de Leganés en el casco
antiguo es la calle Juan Muñoz. Su
nombre proviene de un hidalgo del siglo XVI nacido en la localidad y que, a la
hora de realizar su testamento, decidió que se levantara una hospital para
pobres. Hoy día una escultura recuerda este suceso y en el lugar del hospital
se ubica el edificio de Servicios Sociales. Hoy día existe una fundación Juan
Muñoz, sin ánimo de lucro, dedicada a cubrir las necesidades de las personas
mayores que quedan fuera de las administraciones públicas, siguiendo la idea de
beneficencia que movió al hidalgo castellano al redactar su testamento.
En la calle
Jeromín una placa nos recuerda que aquí pasó sus años de infancia el
pequeño Jeromín, luego conocido como Juan de Austria. Este bastardo del
emperador Carlos V, fruto de una aventura amorosa con Bárbara Blomberg, tuvo el
apodo de Jeromín debido a que su madre se casó posteriormente con Jerôme Pyramus
Kegel. En 1550, por orden de su padre, fue trasladado a la casa de Ana de
Medina, esposa del violinista de la corte Francesco Massy, a cambio de 50
Ducados anuales y cierta discreción. Aquí viviría hasta que en 1554 su
educación pasó a manos de Luis Quijada. Entre las hazañas de este personaje
histórico está la de comandar la Santa Liga que venció a los otomanos en la
Batalla de Lepanto o el de ser comandante de los Países Bajos, lugar en el que
moriría a raíz del tifus.
Y aunque vivió en su tierna infancia, la tradición
cuenta que Jeromín fue gran devoto de Nuestra
Señora de Butarque, patrona de la ciudad (Fiesta 15 agosto). Venerada en la
ermita del Camposanto de Leganés,
cuenta la leyenda que un molinero la encontró, allá por el año 1117, abandonada
entre unas zarzas del antiguo asentamiento de Butarque. Don Juan de Austria,
que siempre llevaba una imagen de la misma consigo, la concedió el título de
Capitán general de los ejércitos tras su victoria en Lepanto (título que poseen
en España la Virgen del Pilar de Zaragoza, y a la Virgen de Guadalupe de
Extremadura).
La ermita es un recoleto templo situado junto al
cementerio de Leganés y a escasos 100 metros del Estadio Butarque del Leganés
CD de fútbol. Rehabilitada en el año 2007, posee un precioso retablo en bronce
que contiene la talla de la Virgen. Los únicos enterramientos permitidos en
este lugar fueron los de los Duques de Tamames, cuyas ostentosas tumbas de
mármol de carrara se encuentran en una ampliación lateral del ábside, por ellos
costeada. Indicar que la talla de la virgen permanece en esta ermita todo el
año salvo entre el 11 de agosto y el 11 de septiembre, momento en el cual se
traslada a la Iglesia de El Salvador con motivo de su festividad y para
acercarla a los leganenses. Sendas procesiones tienen lugar esos días. Las
misas son diarias a las 11 de la mañana.
Uno de los nuevos espacios comunes de la localidad es
la actual Plaza Mayor de Leganés, en
la que destaca su reloj de autómatas. Inaugurada en el año 2008, ocupa los
terrenos del antiguo campo de fútbol del CD Leganés. Conformada en un
rectángulo con soportales modernos, en la Casa Consistorial se encuentra un
reloj de autómatas suizo, que es el primero de esas características en España.
Durante unos tres minutos las 28 campanas tocan una melodía que acompaña el
desfile de varias figuras: un heraldo medieval con trompeta, que aparece en el
centro, anuncia la llegada de una bailarina goyesca (símbolo de lo español), un
caballo (símbolo de lealtad y elegancia), dos chicos jugando a la pelota
(indicando que la ciudad apuesta por el deporte) y una anciana (que recuerda
que los leganenses son de los más longevos de Europa).
El desfile de las figuras puede verse en dos pases: a
las 14:00h y a las 18:00h (invierno) y las 20.00h (verano).
Parque
de Polvoranca
Se trata de una de las zonas verdes más grandes de la
Comunidad de Madrid y Leganés posee la mayor extensión del parque, el cual
comparte con las localidades vecinas (Alcorcón, Fuenlabrada y Móstoles).
Situado junto a la laguna María Pascuala, de la que
nace el arroyo de la Recomba, hoy día el enorme lago de ocho hectáreas es la
parte central de este parque. Lugar lleno de carpas y de patos, siempre se
encuentra lleno de personas que vienen con niños para que interaccionen con los
animales.
En el enorme parque existen otras lagunas más
pequeñas, rutas de senderismo, zonas de bancos para comer, zonas de juegos y
ejercicios así como un jardín botánico y un arboretum.
En este parque pueden encontrarse también las ruinas
de la Ermita de San Pedro (1655), último vestigio de la antigua aldea medieval de
Polvoranca, la cual fue abandonada en el siglo XIX a favor de la localidad de
Leganés.
En definitiva, un lugar en donde contactar con la
naturaleza, escapar del mundanal ruido y pasar una jornada campestre familiar
de lo más entretenida.
Y para terminar unas fotos históricas de nuestra localidad en el siglo XX que seguro traerán recuerdos a los más mayores del municipio. Si queréis ver muchas más os recomiendo visitar el blog http://www.abuelohara.com/
Espero que con todos estos atractivos os animéis algún día a visitar mi localidad.
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